Acanthoscurria geniculata
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Acanthoscurria geniculata (Tarántula de rodillas blancas), es muy apetecida como mascota, debido a su tamaño y su coloración. Son ligeramente defensivas, capaces de proyectar hacia el agresor sus cerdas urticantes, que en el caso del humano son algo irritantes.
Características
Su cuerpo mide unos ocho centímetros de longitud, y unos veinte centímetros incluyendo las patas extendidas, en el caso de la hembra (el macho es mucho más pequeño). Posee en el opistosoma (abdomen) unos pelos urticantes de color rojizo, que puede lanzar contra el enemigo. Las articulaciones de las patas están adornadas con densos pelos blancos.
Reproducción
Durante la época de apareamiento, el macho se acerca a la hembra, la cual suele mostrarse pacífica con el macho, a pesar de lo cual, por si acaso, el macho se aleja inmediatamente tras la cópula para no ser devorado. En los siguientes días la hembra mostrará un apetito muy voraz y después dejará de alimentarse. Hacia los dos meses después de la cópula, la hembra pone un promedio de 600-700 huevos en su nido, que vigilará estrechamente. Una vez nacen, las crías no dudarán en atacar a presas iguales o mayores que ellas mismas, incluyendo a las demás crías, por lo que se separan enseguida.
Alimentación
Se alimenta de casi todos los animales pequeños que estén en su hábitat, como grillos y langostas, o pequeños mamíferos, como ratones.
Hábitat
Habita en la jungla amazónica lluviosa, en la zona norte de Brasil, sobre todo en el estado de Pará. Se suele refugiar bajo troncos o rocas, en cuevas, o en madrigueras vacías de otros animales.