Alimentación de los caballos.

La alimentación de los caballos
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Clasificación Científica
Reino:Animalia

La alimentación de los caballos. En España hay unos 100.000 caballos de ocio; esta cantidad aumenta ligeramente año tras año. Los caballos de ocio se mantienen en picaderos; aunque algunos picaderos disponen de pequeñas parcelas de pastos (paddocks), la mayoría mantienen a los caballos alojados en pequeñas habitaciones individuales (boxes).

La importancia de los caballos

En general, los caballos de ocio realizan alguna de las siguientes actividades:

Reposo: son los caballos alojados en boxes, y los convalecientes, que no se ejercitan.

Mantenimiento: son los caballos alojados en paddock que no se ejercitan.

Trabajo ligero: es el trabajo asociado a un ejercicio diario que incluya alrededor de 1 hora al paso, media hora de trotes y menos de un cuarto de hora de galopes ó saltos.

Trabajo medio: es el trabajo asociado a un ejercicio diario que incluya media hora al paso, alrededor de 1 hora de trotes, y media hora de galopes ó saltos.

La alimentación de los caballos adultos.

Los caballos de ocio alcanzan la pubertad a los 1.5-2.0 años (unos 400 kg de peso), y el peso adulto (unos 500 kg) hacia los 4 años, según razas.

Aunque los piensos de los animales de producción se suelen realizar mediante programación lineal a mínimo coste, los piensos de los animales de compañía, y en particular los piensos complementarios de caballos, se suelen realizar con una fórmula fija de ingredientes que permita una cierta seguridad sobre su utilización digestiva.

Las causas nutricionales de los cólicos y las infosuras.

Los caballos son monogástricos herbívoros en los que el ciego y el colon ocupan el 60% del volumen total del aparato digestivo; el alimento ingerido sufre una digestión enzimática en el estómago e intestino similar a la que ocurre en el resto de monogástricos. Posteriormente, el alimento no digerido pasa al intestino grueso, donde existe una flora microbiana que, aunque no es tan alterable como la de los conejos, puede sufrir ciertas disbiosis.

El principal trastorno digestivo de los caballos es el cólico. El cólico es un dolor agudo debido a una indigestión que da lugar a la distensión del estómago e intestinos debido al acumulo de gas (cólico timpánico) ó alimento (cólico por impactación). Las causas nutricionales de los cólicos pueden ser una ingestión brusca de alimento (por ejemplo, caballos con hambre, ó cuando se suministra alimentos muy apetecibles) puede provocar una impactación gástrica, ya que el estómago de los caballos es relativamente pequeño; además, el cardias no se abre, por lo que el caballo no puede eructar ni vomitar lo ingerido. Por otra parte, el exceso de ingestión de alimento, y en particular de forraje, provoca que no se digiera bien, pudiendo acumularse en el intestino y provocar una impactación en los sitios donde el colon se estrecha y cambia de dirección; además, el forraje mal digerido puede dar lugar a torsiones intestinales.

Una ingestión brusca de concentrado (por ejemplo, añadir repentinamente 2 kg de avena a una ración forrajera es causa de cólico) provoca que parte del almidón pasa al intestino grueso donde favorece el desarrollo de bacterias productoras de ácidos grasos volátiles (en particular bacterias lácticas productoras de ácido láctico); la acumulación de gases en el intestino grueso puede dar lugar a un timpanismo y a un cólico timpánico. Además del aumento brusco de la cantidad suministrada de cereales, cualquier cambio brusco en el tipo de ración también suele ser causa de cólicos, y en particular cuando se cambia de forraje (p.e. cuando se saca bruscamente a los caballos al pasto de primavera, ó cuando se cambia la paja por heno, ó el heno de hierba por heno de alfalfa, y en particular cuando se suministra bruscamente ensilado).

La acumulación de ácido láctico provoca una reducción del pH intestinal; el bajo pH provoca la destrucción de algunos tipos de entero bacterias que liberan endotoxinas que dan lugar a una cierta relajación de los movimientos intestinales (lo que, dependiendo del tipo de ración, puede favorecer tanto la aparición de una impactación del ciego ó del colon debido a la hipo motilidad, como la aparición de diarreas debido a la relajación de esfínteres).

Las raciones habitualmente utilizadas en los picaderos contienen bastante cereal y poco forraje; la escasa ingestión de fibra provoca una hipo motilidad intestinal que puede dar lugar a un cólico por impactación del ciego ó del colon.

La infosura ó laminitas (inflamación de las láminas que contienen los vasos que irrigan el casco) también puede tener causas nutricionales.

Como ya se ha señalado, el aumento repentino del aporte de concentrado ó el cambio brusco de la alimentación de invierno (basada en heno) por la alimentación de primavera (basada en pasto) provoca la acumulación de ácido láctico y una reducción del pH intestinal que, además de dañar la mucosa intestinal, da lugar a la destrucción de algunos tipos de entero bacterias que liberan endotoxinas; estas toxinas se absorben fácilmente debido a que la mucosa intestinal está dañada, y provocan una vaso dilatación que puede dar lugar a una insuficiencia circulatoria que dificulta el riego de las extremidades, dando lugar a una inflamación y necrosis de cascos. El vaso dilatación también aumenta la permeabilidad vascular, lo que provoca un paso excesivo de agua al lumen intestinal, dando lugar a una deshidratación.

Por otra parte, la excesiva absorción de ácido láctico también está relacionada con la aparición de infosuras.

Finalmente, un exceso de proteína en la ración provoca que una parte importante pase al intestino grueso donde es desaminada favoreciendo la proliferación de entero bacterias y de Clostridium perfringens productor de entero toxinas cuyo efecto es un trastorno circulatorio que también se suele manifestar en forma de infosuras. Además, se puede producir una hiperamonemia que puede provocar sobrecargas hepática y renales, y en ocasiones nefropatías por precipitación de urea.

Otras causas nutricionales de la aparición de cólico ó infosura son:

La falta prolongada de ingestión de agua (p.e. debido a agua caliente, agua sucia, agua con sabores anormales, etc), ó la ingestión de mucha agua fría tras un esfuerzo prolongado también favorece las disbiosis intestinales, predisponiendo a la aparición de cólicos e infosuras.

Las situaciones de estrés (los caballos de picadero suelen estar sometidos a cierto estrés debido a que tienen limitado el espacio y la cantidad de alimento se les raciona) también provocan disbiosis intestinales, ya que uno de los efectos de la adrenalina es la hipo motilidad intestinal.

Las necesidades energéticas y proteicas.

En la alimentación de los caballos se utiliza la energía digestible como unidad de valoración tanto de las necesidades como del valor energético de los alimentos; la digestibilidad media de la energía de las raciones de caballos de ocio oscila entre 55-65% según los ingredientes utilizados. No obstante, se puede utilizar la energía metabolizadle, admitiéndose en general la conversión EM = 0.925 x ED (ya que las pérdidas gaseosas debidas a las fermentaciones intestinales suponen alrededor del 2.5% de la ED ingerida, y las pérdidas de energía en la orina alrededor de un 5%). Por otra parte, el INRA francés ha desarrollado un sistema de alimentación de caballos basado en la energía neta; este sistema expresa la energía neta en Unidades Forrajeras Caballo (1 UFC = 7.55 MJ EN); con las raciones habituales de caballos de ocio, una UFC equivale aproximadamente a 12.5 MJ ED.

Las necesidades energéticas de los caballos adultos se pueden estimar mediante el método factorial: las necesidades de mantenimiento son 110-135 kJ ED por kg de peso vivo, y las necesidades específicas del ejercicio son 45-70 kJ ED por kg de peso vivo, dependiendo de la intensidad del ejercicio.

Las necesidades proteicas de los caballos son bajas, del orden de 7-8 g de PB por MJ de ED, y se cubren perfectamente con forraje, cereales y subproductos fibrosos, sin aporte de materias primas proteicas como torta de soja; de hecho, y como ya se ha comentado, un aporte excesivo de proteína (más de un 15%) puede provocar disbiosis intestinales y laminitis. Las necesidades de aminoácidos de los caballos, salvo la lisina, no están bien establecidas; parece que las raciones que cubren las necesidades proteicas aportan niveles adecuados de aminoácidos. Por otra parte, debido al alto contenido en forraje de las raciones de los caballos, la digestibilidad ileal media de la proteína de las raciones habituales de los picaderos es baja, del orden del 55%. Es importante tener en cuenta que, a pesar de la actividad microbiana intestinal, los caballos no pueden aprovechar el nitrógeno no proteico (p.e. urea), ya que se absorbería en el estómago y duodeno, antes de llegar al intestino grueso.

Como media, las necesidades energéticas y proteicas diarias de los caballos adultos son 65-70 MJ ED y 450-525 g PB en mantenimiento, y 90-100 MJ ED y 700-800 g PB cuando realizan un ejercicio ligero ó medio. El 65-75% de las necesidades son para cubrir las necesidades de mantenimiento, y el 25-35% para cubrir las necesidades del ejercicio.

Las raciones de los caballos.

Para prevenir los trastornos digestivos, el contenido en fibra bruta de las raciones de caballos ha de ser superior al 15%; los caballos digieren relativamente bien (35-40%) la fibra de la ración, de tal manera que, con las raciones habituales utilizadas en los picaderos, la cantidad de ácidos grasos volátiles absorbidos en el ciego llega a suponer hasta el 25% de la energía total absorbida en el aparato digestivo. A efectos prácticos, los caballos deben ingerir diariamente el equivalente al 1.0-1.5% de su peso de forraje; los forrajes que se suelen utilizar son:

Pasto: 5.5% FB, 2.5% PB, 1.65 MJ ED/kg

Heno de alfalfa: 30% FB, 15% PB, 8.5 MJ ED/kg

Heno de hierba: 30% FB, 7.5% PB, 8.0 MJ ED/kg

Paja de cereal (máximo 3-4 kg diarios): 40% FB, 3% PB, 5.5 MJ ED/kg

Ensilados de buena calidad de maíz ó de hierba preunificada. Aunque el caballo en mantenimiento se puede alimentar exclusivamente con forraje de buena calidad, al aumentar el ritmo de ejercicio se debe aumentar el aporte de concentrado, hasta llegar a representar el 50% de la ración de caballos sometidos a trabajo intenso. El concentrado se puede aportar de dos formas:

Combinando los ingredientes en el picadero: se debe tener presente que el aporte de almidón se limita a un máximo del 20%, esto es, la inclusión de cereales se debe limitar a un 35% de la ración; por otra parte, el contenido proteico de las raciones de caballos adultos se limita a un máximo del 15%.

En muchos casos, el concentrado se suministra en forma de pienso comercial (es un pienso complementario); estos piensos complementarios comerciales están granulados (los gránulos han de ser grandes ya que los caballos tienden a ingerir muy rápido los gránulos pequeños, lo que puede provocar una impactación gástrica y otros trastornos digestivos) y suelen contener alrededor de un 10-15% de fibra bruta, un 10-12% de proteína bruta, y aportan 10-11 MJ ED/kg; además, estos piensos van complementados con minerales y vitaminas.

La necesidad de incluir bastante forraje en las raciones limita la digestibilidad energética de las raciones de caballos, siendo difícil conseguir raciones con una concentración energética superior a 10 MJ ED/kg. En todo caso, la concentración energética de las raciones debe ser superior a 7.5 MJ ED/kg (corresponde a un 25% de fibra bruta) para que la ingestión de energía no esté limitada por la capacidad física del aparato digestivo. El contenido energético de las raciones se puede estimar, de forma aproximada, a partir de su contenido en fibra bruta: ED (MJ/kg) = 12.75 - 0.20 FB.

Los concentrados fibrosos (salvado de trigo y pulpa de remolacha) son particularmente interesantes en la alimentación de los caballos ya que retienen mucha agua, facilitando el peristaltismo intestinal. Es conveniente macerar previamente estos alimentos, para disminuir el polvo del salvado, y para evitar problemas debido al aumento de volumen que experimenta la pulpa de remolacha al mezclarse con los jugos digestivos.

Los caballos digieren bien la grasa aunque carecen de vesícula biliar (la bilis fluye continuamente al duodeno); de hecho, la inclusión de grasa permite aumentar la concentración energética de las raciones de los caballos sometidos a ejercicio intenso. Por otra parte, la adicción de pequeñas cantidades (100 g diarios) de aceite vegetal favorece la calidad y el brillo del pelo.

Con las concentraciones energéticas habituales, la ingestión de los caballos de 500 kg en mantenimiento es de 8-9 kg; los caballos que realizan ejercicio ingieren unos 10-12 kg diarios dependiendo de la intensidad del ejercicio y de la calidad de la ración:

El caballo en mantenimiento se puede alimentar exclusivamente con forraje de buena calidad (p.e. 40-50 kg de pasto, 8-9 kg de heno); no obstante, es frecuente que los caballos de picadero en mantenimiento, además de forraje, reciban algo de pienso (por ejemplo, un 15% de concentrado y un 85% de forraje, esto es, 1 kg de pienso + 6-7 kg de heno).

El caballo con ejercicio ligero se puede alimentar con un 70-75% de un forraje de buena calidad (unos 6-8 kg de heno) y un 25-30% de concentrado (unos 2-3 kg).

El caballo con ejercicio medio se puede alimentar con un 50-60% de forraje (unos 5-6 kg de heno) y un 40-50% (4-5 kg) de concentrado. Las necesidades de calcio son importantes para mantener una buena densidad ósea y evitar la aparición de osteomalacias que afecten a la capacidad deportiva del caballo; debido a que la absorción intestinal de calcio puede verse interferida por un aporte elevado de fósforo, se procura mantener una relación calcio/fósforo superior a 1.5. Por otra parte y debido a que los caballos utilizan relativamente bien el fósforo fítico, las raciones de caballos se formulan en base al fósforo total, limitando su inclusión para no afectar la absorción intestinal de calcio.

Los caballos pierden mucho sodio con el sudor, por lo que el contenido en sodio de las raciones es relativamente alto; si se pierde mucho sodio ó el consumo de sal es bajo, para mantener el equilibrio osmótico se reduce la cantidad de agua extracelular; en casos graves aumenta el contenido de agua intracelular, lo que puede provocar fenómenos de encharcamiento celular con síntomas nerviosos; además, la falta crónica de sodio provoca alteración del apetito (pica depravada), rugosidad del pelo, y aparición precoz de signos de fatiga al esfuerzo; es conveniente que los caballos dispongan de bloques de sal a libre disposición; el consumo medio diario es de unos 25-30 g de sal, pudiendo ser mayor si el caballo suda mucho (por calor ó ejercicio intenso).

Los caballos deben disponer de bloques vitamínico-minerales; en el caso de que se utilicen piensos compuestos, estos piensos ya contienen correctores. Las vitaminas hidrosolubles se sintetizan en cantidades suficientes por la microflora del ciego; no obstante, por seguridad, se suelen incluir en los correctores. Los caballos no utilizan bien los carotenos de las plantas para obtener vitamina A, pudiendo aparecer deficiencias (problemas oculares y de piel) en raciones a base de heno y avena. Por otra parte, parece que una complementación generosa con biotina y zinc reduce la incidencia de problemas en los cascos.

Los piensos de caballos solamente contienen aditivos tecnológicos; de hecho, la adición de antibióticos tiene efectos nefastos sobre el equilibrio de la flora intestinal (los caballos, salvo que tengan mucha hambre, rechazan estos piensos). Los aditivos que se utilizan en los piensos de caballos son antioxidantes (si se ha incorporado grasa), antifúngicos (los caballos son especialmente susceptibles a las mico toxinas y, en principio, rechazan el pienso con mico toxinas) y aglomerantes (es importante que el gránulo sea consiste para minimizar las roturas y la formación de finos, ya que las partículas finas causas trastornos respiratorios y digestivos).

Los piensos dietéticos de caballos.

Existen piensos dietéticos para la alimentación de los caballos adultos con patologías digestivas y/o metabólicas. Los piensos regulados legalmente son:

Piensos para la compensación de la insuficiencia crónica de la función del intestino delgado: son piensos con carbohidratos, proteínas y grasas muy digestibles, que se utilizan durante periodos largos de tiempo (hasta 6 meses); la etiqueta de estos piensos debe indicar las fuentes de los carbohidratos, proteínas y grasas.

Piensos para la compensación de los trastornos digestivos crónicos del intestino grueso: son piensos con fibra muy digestible, que se utilizan durante periodos largos de tiempo (hasta 6 meses); la etiqueta debe indicar la fuente de la fibra.

Piensos para la reducción de las reacciones debidas al estrés: son piensos con ingredientes muy digestibles, que se utilizan durante 2-4 semanas; la etiqueta debe indicar los ingredientes utilizados.

Piensos para la compensación de la pérdida de electrolitos por transpiración intensa: son piensos con un elevado contenido en electrolitos y carbohidratos fácilmente digestibles que se utilizan durante 1-3 días; la etiqueta debe indicar el contenido en electrolitos (calcio, sodio, magnesio, potasio y cloruros) y el contenido en glucosa asimilable.

Piensos para la recuperación nutricional ó para la convalecencia: son piensos con un elevado contenido en nutrientes esenciales e ingredientes muy digestibles que se utilizan hasta la recuperación de los animales; la etiqueta debe indicar los ingredientes utilizados.

Piensos para la ayuda a la función hepática en caso de insuficiencia hepática crónica: son piensos con un bajo contenido en proteínas (pero proteínas de gran calidad) y un alto contenido en carbohidratos muy digestibles que se utilizan con los caballos afectados; la etiqueta debe indicar las fuentes de proteína, fibras y carbohidratos, así como el contenido en metionina y colina (son lipomovilizadores).

Piensos para la ayuda a la función renal en caso de insuficiencia renal crónica: son piensos con un bajo contenido en proteínas (pero proteínas de gran calidad) y un bajo contenido en fósforo (para evitar la precipitación de fosfatos) que se utilizan con los caballos afectados; la etiqueta debe indicar la fuente de proteína, así como el contenido en calcio, fósforo, potasio, magnesio y sodio.

El manejo de la alimentación de los caballos.

El racionamiento de los caballos suele ser individual y su objetivo es permitir mantener constante el estado corporal del animal; de hecho, las necesidades energéticas diarias vienen determinadas en última instancia por el estado corporal del animal; el estado óptimo es aquel en el que la espalda es plana, las costillas no se ven pero se palpan fácilmente, la grasa en el nacimiento de la cola no es escasa ni excesiva, y no se distinguen las apófisis espinosas ni la tuberosidad coxal.

Los objetivos de la alimentación de los caballos son evitar sobrecargas digestivas que den lugar a la aparición de trastornos intestinales, y evitar la sobrealimentación, ya que el exceso de peso fatiga al caballo y puede originar problemas articulares. Cuando se requiera un aporte alto de concentrado en caballos sometidos a un ejercicio intenso, se debe suministrar en varias comidas de poca cantidad; en caso de ser necesario suministrar una comida intensa, es preferible suministrársela al anochecer, para que disponga de más tiempo para digerirla. Además de la ración, los caballos han de disponer ad libitum de algún forraje grosero (p.e. paja) para mantenerlos ocupados, entretenerlos y que no se aburran.

En todo caso, es fundamental que los cambios de ración (en particular cuando se aumenta la cantidad suministrada de cereales) se realicen de forma gradual (el incremento en el aporte de concentrado no debe ser superior a 250 g diarios) para prevenir los trastornos intestinales.

Además se deben evitar las comidas copiosas (que dan lugar a que buena parte del alimento ingerido pase sin digerir al intestino grueso), siendo preferible distribuir el alimento (en particular el concentrado) en 3 ó más pequeñas comidas al día, evitando suministrar más de 2.5 kg de concentrado por comida; en caso de elevadas necesidades energéticas es conveniente introducir grasa en la ración, para evitar una inclusión excesiva de cereales. Es conveniente respetar el horario de las comidas, y permitir al caballo descansar durante 1-2 horas tras el aporte de alimento, ya que el estómago lleno comprime el diafragma, dificultando la realización de ejercicio.

Un caso particular es la sobrealimentación con cereales de caballos que permanecen en reposo durante 2-3 días (por ejemplo, cuando los caballos están en reposo debido a alguna pequeña lesión ó enfermedad leve); este tipo de ración provoca depósitos de glucógeno en el músculo, que al ser movilizado durante el posterior ejercicio produce ácido láctico, que se acumula en el músculo provocando necrosis celular (los animales sufren dolores y espasmos musculares, sobre todo en las extremidades posteriores) y liberación de mioglobina; la orina es oscura debido a que contiene mioglobina procedente de la necrosis muscular (mioglobinuria paralítica, azoturia, enfermedad de los lunes por la mañana). La prevención de la mioglobinuria paralítica es relativamente sencilla, y consiste en reducir el concentrado a la mitad y aumentar el forraje durante los periodos de reposo; el posterior incremento de cereales ha de ser paulatino; también se ha de procurar que los caballos hagan todos los días algo de ejercicio, por ejemplo, 1 hora en un carrusel mecánico.

Tras el ejercicio, particularmente si es relativamente intenso, se debe permitir descansar al caballo durante 1-2 horas antes de suministrarle alimento ó agua; el suministro de alimento ó agua (particularmente de agua fría) a animales sofocados es una causa frecuente de cólicos espasmódicos.

El caballo sopla sobre su comida antes de consumirla; el polvo desprendido por este motivo irrita las vías respiratorias y puede provocar una bronquitis crónica, que puede conducir a enfisema pulmonar. Así ocurre con la paja ó el heno con polvo ó con esporas, ó con los cereales molidos; por este motivo los cereales no se suelen moler, sino que se suministran enteros, ó mejor, aplastados ó groseramente partidos (ya que los granos enteros se digieren mal y parte de ellos aparecen en las heces); en caso de suministrar pienso en harina, es conveniente humedecerlo para reducir la formación de polvo; también se debe humedecer el heno y la paja. Cuando en lugar de cereales se utilizan piensos complementarios, estos piensos suelen suministrarse granulados.

La utilización de piensos con ciertos antibióticos, en particular con los antibióticos ionóforos que se incluyen en los piensos de otras especies animales, son nefastos para los caballos; así ocurre cuando los piensos de caballos se contaminan en la mezcladora con residuos de otros piensos, ó cuando por error se utilizan piensos de terneros en la alimentación de caballos. Finalmente, es conveniente tener presente que los caballos son particularmente sensibles a las micotoxinas, así como a algunos factores antinutritivos, como el gosipol de la torta de algodón.

En el caso de disponer de pastos, el paso de la alimentación de invierno (basada en heno) a los pastos de primavera debe ser gradual. Los primeros días se procura saciar al caballo con heno antes de sacarlo al pasto, donde se mantiene 2-3 horas, aumentando paulatinamente el tiempo de estancia en los pastos. Los caballos en pastoreo pueden sufrir ciertos trastornos específicos:

La ingestión de malas hierbas puede causar intoxicaciones; por ejemplo, los helechos contienen sustancias antagonistas de la tiamina.

Los caballos en pastoreo tienen más posibilidades de infestarse con parásitos intestinales; de hecho, la mayoría de los cólicos tienen como causa predisponente a los parásitos.

La calidad de los pastos es difícil de controlar, por lo que pueden aparecer deficiencias crónicas de algunos nutrientes. Es interante señalar que los caballos no suelen sufrir la tetania de la hierba (que aparece en vacas) por deficiencia de los pastos en magnesio.

El consumo de agua es relativamente alto en caballos, ya que los piensos contienen materias primas fibrosas que ligan mucha agua en el intestino, esto es, los caballos excretan bastante agua en las heces; ya se ha señalado que la restricción de agua provoca la impactación del ciego. Además, los caballos que realizan ejercicio pierden cantidades importantes de agua a través del sudor y la respiración. Como ya se señalado, es importante esperar a que el caballo se recupere antes del abrevamiento tras un esfuerzo, particularmente si el agua está fría, ya que de lo contrario se favorece la aparición de disbiosis intestinales; por otra parte el abrevamiento irregular ó insuficiente también es una causa de cólicos. Los caballos de 500 kg beben 15-25 litros diarios, dependiendo de la temperatura, cuando están en mantenimiento, y 25-50 litros, dependiendo de la intensidad del ejercicio. En caso de que el caballo sude mucho, es conveniente, además de mantener un bloque de sal a libre disposición, incluir electrolitos en el agua de bebida.

Autoevaluacion

En una visita a un picadero usted observa que los caballos con ejercicio ligero reciben diariamente alrededor de 6 kg de heno y 3 kg de concentrado, y que las yeguas en lactación reciben una ración diaria formada por 7 kg de heno y 3 kg de pienso. ¿Cual es su opinión sobre estas raciones?

Calcule la cantidad diaria de paja, heno de alfalfa y un pienso complementario (9% FB, 14% PB y 12 MJ ED/kg) que se debe suministrar diariamente a una yegua en lactación.

Una persona que desea poner en funcionamiento un picadero para 50 caballos de ocio acude a usted para ser asesorado sobre la cantidad aproximada de agua y pienso que consumirá mensualmente.

Los caballos son muy susceptibles a los trastornos digestivos y metabólicos debidos a un incorrecto manejo de la alimentación. Una persona que ha adquirido 2 caballos acude a usted para que le asesore sobre los principales aspectos del manejo de la alimentación para prevenir los trastornos digestivos (cólicos) y metabólicos (infosura, mioglobinuria).

En un curso para cuidadores de caballos desea usted enfatizar las características de las raciones de yeguas, así la importancia de conseguir una correcta osificación de los potros y su relación con el aporte de nutrientes.

Usted no tiene dificultades para comentar la veracidad ó no de las siguientes afirmaciones:

Es recomendable formular raciones de caballos a mínimo coste, los imbalances en fibra se manifiestan principalmente en trastornos cecales, las causas de los cólicos e infosuras son siempre nutricionales. Los cólicos y las infosuras están frecuentemente relacionados con un exceso de proteína en la ración

La energía neta se emplea frecuentemente como medida energética en la nutrición equina. El nivel de alimentación energética de los caballos de picadero es 1.75-2.0. Los piensos complementarios de caballos contienen cantidades importantes de torta de soja

Los caballos de picadero deben consumir diariamente 5-7 kg de forraje. Al aumentar la intensidad del ejercicio se debe reducir el aporte de forraje y aumentar el aporte de concentrado. Es muy importante considerar el aporte de electrolitos y vitaminas hidrosolubles en la alimentación del caballo

Es conveniente introducir antibióticos en los piensos de caballos para controlar el desarrollo de entero bacterias. Los piensos dietéticos para caballos con insuficiencia hepática ó renal deben aportar mucha proteína. La mioglobinuria paralítica aparece frecuentemente en los potros jóvenes

Los trastornos debidos a causas nutricionales son particularmente difíciles de prevenir. La mioglobinuria paralítica está relacionada con un aporte excesivo de salvado. Los caballos deben consumir diariamente, al menos, 5-6 kg de forraje

Para prevenir los trastornos intestinales es conveniente no modificar la ración de las yeguas desde el final de la gestación hasta el final de la lactación La leche de yegua es particularmente concentrada

No se debe incluir grasa en las raciones de équidos, es conveniente suministrar piensos complementarios ad libitum para conseguir un buen desarrollo corporal de los potros. Los cereales tienen una relación calcio/fósforo particularmente deficiente para las necesidades de osificación de los potros.

Cuando sea posible, los potros se han de mantener y alimentar en grupo, es conveniente no suministrar más de 3 kg diarios de concentrado a los potros.

Fuente

  • Manual de equinos.