Aparición de un rostro y un frutero en la playa (pintura)

Aparición de un rostro y un frutero en la playa
Información sobre la plantilla
Aparición de un rostro y un frutero en la playa.jpg
Datos Generales
Autor(es):Salvador Dalí
Año:1938
País:Bandera de España España
Técnica:Óleo
Dimensiones:1,15 m X 1,44 m cm

Aparición de un rostro y un frutero en la playa. Pintura del surrealista español Salvador Dalí.

Hisoria

Este es uno de los típicos cuadros-pasatiempo de Salvador Dalí, estupendo para entretenerse un día de verano. Al artista catalán le encantaba marear al espectador con sus imágenes oníricas imposibles, que sugieren mucho pero no cuentan nada. Para generar este tipo de obras, ideó un método de trabajo típico del surrealismo, que bautizó con el nombre de “paranoico-crítico”, y que consistía en mirar durante mucho rato seguido una serie de objetos hasta que lograba ver en ellos otras formas distintas. Esto lo plasma luego en el lienzo, creando imágenes múltiples como las que se ven aquí.

La Obra

En esta playa de arena blanquísima, vemos una mujer sentada de espaldas, que por arte de magia se convierte en la nariz, boca y barbilla de un gran rostro fantasmagórico que flota en mitad del lienzo, cuya frente y cabello se transforman en un frutero lleno de peras, que a su vez forma parte del cuerpo de un perro enorme de perfil, cuyo collar es un puente, su cabeza, unas colinas y su ojo, una cueva.

Pero es que encima, a Dalí le gustaba repetir las figuras. Donde deberían estar las partes nobles del perro, vemos un amasijo sanguinolento (muy freudiano eso de la castración) y justo debajo la repetición de la figura de la mujer sentada de espaldas. La cara-frutero aparece otra vez en pequeñito sobre la arena, a la derecha del rostro esta vez con unas cuantas peras caídas por el suelo.

Si uno sigue mirando la multitud de figurillas y objetos repartidos por el lienzo, encontrará muchas más cosas, como el charco en forma de sardina, una tercera cara femenina (a la derecha de un hombre medio desnudo de color marrón), el mantel sobre el que está colocado el frutero grande… Y el que se anime, puede aplicar el método de observación paranoico-crítico para observar el cuadro y seguir buscando formas hasta el infinito y más allá (aunque se corre el riesgo de acabar tan sonado como Dalí).

Fuentes