Carlos Loveira Chirino

Carlos Loveira Chirino
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Intelectual e independentista cubano
Nacimiento1882
Encrucijada, Villa Clara Bandera de Cuba Cuba
Fallecimiento1928
La Habana, Cuba
Obras destacadasGenerales y doctores, Los Ciegos, Juan Criollo

Carlos Loveira Chirino. Uno de los escritores más relevantes de principios del siglo XX en Cuba. Narrador y periodista. Se vinculó a las guerras por la independencia de Cuba.

Síntesis biográfica

Primeros años

Nació en Las Villas. De origen humilde. Su padre murió cuando él contaba apenas con tres años. Con su madre se trasladó a Matanzas, donde ella trabajó de cocinera, hasta que enfermó y murió cuando Loveira tenía nueve años.

Con la familia de la cual su madre era criada emigró a Nueva York en 1895, al anunciarse la llegada a Cuba del capitán general español Valeriano Weyler. Allí trabajó como mozo de hotel y vendedor ambulante de frutas y dulces. Llegó a dominar el idioma inglés.

Relacionado con los emigrados revolucionarios, a los dieciséis años se enroló en la expedición comandada por el general Lacret que partió desde Tampa rumbo a Camagüey.

Labor independentista

Ya en la manigua, prestó sus servicios en un hospital de sangre. Al terminar la guerra, con el grado de subteniente, perteneció a las tropas del general Javier de la Vega y Basulto, que luchaban en Camagüey.

Durante la primera intervención norteamericana sirvió como intérprete a las tropas yanquis. Hacia 1903 comenzó a trabajar como obrero ferroviario (retranquero, guardaequipajes, conductor de trenes de cañas, maquinista, jefe de trabajos de construcción).

Estos oficios los desempeñó también en el canal de Panamá, en Ecuador y en Costa Rica, lugar en donde residió algún tiempo. Ya en Cuba (1908), obtuvo empleo en los ferrocarriles de Camagüey.

Como dirigente obrero organizó, en 1910, la Liga Cubana de Empleados de Ferrocarriles y funda el periódico El Ferrocarrilero (1909-1911). Fracazada la Liga, Loveira se trasladó a Sagua la Grande (Las Villas), en donde reinició sus labores sindicalistas.

Fundó el efímero periódico Gente Nueva y, posteriormente, la revista anticlerical Cauterios, esta última en unión del periodista catalán Baltasar Pagés.

Nuevos reveses lo hicieron trasladarse ocasionalmente a La Habana. Acusado de la explosión de unas bombas, al regreso de uno de sus viajes, fue detenido, pero salió absuelto en el juicio que le hicieron.

Trabajó en la agencia sagüera de la Secretaría de Hacienda, hasta que un incidente con dos curas lo decidió a marcharse a Yucatán, lugar a donde habían emigrado muchos de sus compañeros de luchas. Llegó a Mérida en febrero de 1913.

En México, fue colaborador cercano de Venustiano Carranza, que le encargó organizar técnicamente el Departamento del Trabajo del estado de Yucatán.

A partir de 1915 realizó numerosos viajes entre México, Cuba y los Estados Unidos, así como por Centro y Suramérica (Perú, Chile, Argentina, Uruguay y Brasil), en labores de propaganda y agitación. En Yucatán perteneció a la redacción de La Voz de la Revolución.

También colaboró en Heraldo de Cuba, El Imparcial de San José|El Imparcial de San José, (Costa Rica) y, en inglés, en The Federationist, órgano de la American Federation of Labor, a cuyo congreso, celebrado en Washington en 1916, asiste representando a los obreros yucatecos.

En dicha ciudad estadounidense laboró en el Comité Pro-conferencias Panamericanas de Trabajadores. Participó en la primera conferencia internacional del trabajo de la Liga de las Naciones como consejero técnico de la delegación de Cuba, en 1919.

Nombrado funcionario de la Sección de Inmigración, Colonización y Trabajo, un decreto oficial en 1922, dispuso que dedicara toda su atención a la organización internacional del trabajo y se pusiera en comunicación con la Oficina Internacional de Trabajo en Ginebra, para que Cuba cumpliera sus obligaciones en esta materia, adquiridas en el Tratado de Versalles.

Entre 1921 y 1926 participó en siete conferencias internacionales del trabajo, celebradas en Ginebra, Suiza, sobre las cuales publica folletos informativos en 1922, 1925 y 1927.

También viajó por Francia, Bélgica, Alemania, Austria, España, Italia. Aparte de las ya mencionadas, tuvo colaboraciones en las publicaciones El Simún y El Camagüeyano, de Camagüey; Ondina, de Sagua la Grande, y en las habaneras Cuba Contemporánea, El Fígaro, Social, Chic, Smart, Mensual.

Obra literaria

Fue miembro de la Academia Nacional de Artes y Letras y miembro fundador de la Academia Cubana de la Lengua. Publicó su comedia "El hombre es el hombre" en Cuba Contemporánea (La Habana, 1920).

Obtuvo el tercer premio en el certamen de obras de ambiente cubano, organizado por la actriz argentina Camila Quiroga, con El mundo anda revuelto, en 1928. Trazó los lineamientos generales y redactó los capítulos primero y último de la novela colectiva Fantoches, publicada en la Revista Social.

Novelas

Las novelas de Loveira pertenecen al realismo naturalista y psicológico. Cultiva un naturalismo crudo, pero atractivo, con un estilo muy personal: claro, directo y cortado, apropiado a lo que cuenta, siempre en defensa de sus fines ideológicos, muy claramente orientados hacia tendencias socialistas. Así, en sus obras, la humanidad más castigada se mezcla con el rencor y con la angustia.

Bibliografía activa

  • Los inmorales, 1910
  • Lecciones de la experiencia en la lucha obrera (1908-1917), 1917
  • Generales y doctores, 1920
  • Los ciegos, 1922
  • La última lección, 1924
  • Juan Criollo 1927, su mejor obra y una de las mejores novelas en clave de Hispanoamérica.
  • Generales y doctores (traducción al inglés), New York, Oxford University Press,1965


Enlace externo

  • Leyva, Armando. Una entrevista con Loveira, publicada al aparecer Juan Criollo. [1] Librísula. [Consultado: 5 de junio de 2013]
  • Vitier, Medardo. Carlos Loveira: A ochenta años de su muerte. [2] Librínsula. [Consultado: 5 de junio de 2013]

Fuente

  • Sitio Web de la Cultura de Cifuentes.Personalidades. Síntesis biográfica[[3]]
  • La Jiribilla, Memorias:Carlos Loveira: Literatos y editores[[4]]
  • La Jiribilla, artículo: Carlos Loveira: aquel joven desconocido. Por Leonardo Depestre[[5]]
  • Academia Cubana de la Lengua, Historia[[6]]