Catedral de Beauvais

Catedral de Beauvais
Información sobre la plantilla
Obra Arquitectónica  |  (edificio)
Catedral Beauvais1 .jpg
Beauvais alberga actualmente el museo departamental de Oise, dedicado a la arqueología y al arte
Descripción
Tipo:edificio
Estilo:Gótica
Localización:Beauvais, Picardía Flag Francia
Uso inicial:Catedral
Uso actual:Museo
Datos de su construcción
Inicio:1272


Catedral de Beauvais es la sede del obispado de Beauvais, Noyon y Senlis. Es, en algunos aspectos, el logro más audaz de la arquitectura gótica. Construida sobre un templo carolingio del siglo IX, la catedral está incompleta, ya que solo se terminaron el crucero, el coro y el ábside, formado por siete capillas absidiales y girola.


Ubicación

Es un templo católico situado en la localidad de Beauvais, al norte de Francia, en el valle de Thérain de Picardie, en la intersección de las carreteras que conducen a Amiens, Soissons y París.

Historia

La construcción de la catedral de Beauvais coincidió con el ascenso al trono de Luis IX de Francia, y constituye el comienzo del gótico radiante (en francés, rayonnant). El temperamento del promotor, Milón de Nanteuil, no pudo soportar con indiferencia las grandes catedrales que se levantaban en lugares como París, Amiens o Reims y en él 1225 decidió comenzar a erigir una catedral que fuese más alta que las que se estaban construyendo. Los herederos de Milón, Renato y Thibaut de Nanteuil prosiguieron con la construcción de la obra, pero cuando se acabó su dinastía las labores fueron paralizadas y todo el esfuerzo se dedicó a consolidar aquello que los Nanteuil habían construido. A finales del siglo XIII, dos contrafuertes del ábside se rompieron y cayeron varias bóvedas del coro, pero casi cuarenta años más tarde, “Reducida a un simple coro-ábside de elevación prodigiosa”, la iglesia fue reforzada por completo. A fines del siglo XV, el arquitecto más famoso de la época, Martín Chambiges, continuó la construcción de la obra y sólo a mediados del XVI decidieron levantar una flecha-torre en el crucero, una vez más demasiado alta para su completa estabilidad (153 metros), desplomándose en 1573. Beauvais era una de las ciudades más florecientes del norte de Francia y cuando se emprendió la construcción de la catedral los planteamientos arquitectónicos fueron muy superiores a los de todas las catedrales anteriores y contemporáneas; como veremos más adelante, se persigue una altura de 48 metros, una cifra impresionante para la época, que incluso hoy en día puede parecer asombrosa. Como novedad, el muro exterior del triforio es calado por lo que la nave central se ilumina también mediante el piso intermedio. Las arquerías se elevan mediante arcos extremadamente apuntados y el claristorio se hace enormemente alto, con lo que la altura total de la bóveda roza los 50 metros en el caso de Beauvais. En Beauvais, además, podemos apreciar elementos del Gótico pleno (las bóvedas sexpartitas), del Gótico radiante (grandes vidrieras y rosetones con tracería en forma de rueda), y del Gótico flamígero (la portada sur del crucero, donde las líneas ornamentales adquieren perfil de llama). Es por tanto una síntesis de las distintas etapas del Gótico, aunque predomina el estilo radiante: en esta fase, la luz adquiere el total protagonismo ya que se desmaterializa el muro en detrimento de la altura para colocar vidrieras, mediante rosetones o grandes vanos con tracerías. San Pedro de Beauvais se eleva sobre el suelo hasta los 48 metros, muy por encima de las casas que la rodean. El edificio es imponente pese a su estado inconcluso. En efecto, a esta catedral se la ha comparado con uno de los torsos descabezados pertenecientes a la escultura clásica, y esto es debido a que tan sólo se trata de un coro con ábside y un transepto. Falta la nave que debía completar la obra hacia al oeste. Pese a su estado inacabado, la catedral de Beauvais no desmerece, pues sus proporciones la convierten en una construcción espectacular. La bóveda del coro alcanza los 48 metros de altura, el transepto mide 58 de un extremo a otro y la distancia desde el fondo del ábside hasta la fachada que cierra el espacio en el que debería arrancar la nave mide aproximadamente 58 metros. La bóveda descarga sobre una serie de colosales contrafuertes al más puro estilo gótico: esbeltos, rematados con agujas y decorados con gárgolas que representan a criaturas infernales. Aunque la catedral pertenece en esencia al gótico radiante, las agujas que rematan los contrafuertes son más propias del gótico flamígero, como también lo son las fachadas del transepto, de las que hablaremos más tarde. El espacio que debería llenar la nave está ocupado por una obra anterior: la Basse Oeuvre, una iglesia anterior al inicio de la construcción de la catedral que en principio debía ser sustituida por ésta. Sin embargo, al abandonarse su construcción, la catedral quedó unida a esta antigua iglesia románica y ahora ambas construcciones forman un todo. La construcción tardía del crucero supuso uno de esos cambios de estilo tan comunes en este tipo de construcciones: San Pedro de Beauvais había inaugurado el Gótico radiante, pero en el momento de la construcción de las fachadas triunfaba el Gótico flamígero. En este estilo, las formas ya de por sí barrocas del Gótico radiante se complican aún más. La piedra se retuerce creando formas caprichosas que recuerdan las llamas, con un auge de lo estético sobre lo estructural. Uno de los elementos que sufrió un mayor cambio es el rosetón. En el flamígero, aumentan de tamaño y adquieren formas mucho más complicadas. La primera consecuencia de este cambio es estructural: los rosetones no son elementos de sustento efectivos, por lo que el aumento de su tamaño implica una mayor inestabilidad. En este estilo se enmarcan las fachadas del transepto. Dichas fachadas fueron construidas por Martín Chambiges en el siglo XVI. Desde entonces, la fachada sur ha servido de pórtico principal a la catedral. Las puertas de madera de este pórtico muestran escenas de la vida de san Pedro y san Pablo y se enmarcan ya en el Renacimiento. En 1605 fue construida una pared que cerraba la catedral en el espacio donde debería arrancar la nave. Este muro, en inicio provisional, ha sido el cerramiento de la catedral hasta el día de hoy. Sin embargo, la catedral de Beauvais no siempre ha tenido su aspecto actual: una gran flecha fue construida sobre el crucero. Esta torre se alzaba hasta los 153 metros, la misma altura que la Gran Pirámide, convirtiéndose en el momento de ser terminada 1567 en la segunda estructura más alta del mundo. Sin embargo, se desplomó el día de la Ascensión de 1573, pocos minutos después de que los fieles y los clérigos abandonasen el templo en procesión. Había sido diseñada por el arquitecto Jean Vast y su construcción se inició en 1566. Ciento cinco metros medía desde la bóveda del crucero hasta la cruz que la coronaba. Un primer tramo, apoyado sobre los cuatro arcos del crucero y con ventanas caladas, inaugura los primeros 15 metros de la flecha; el segundo piso, de 20 metros de altura, era de planta octogonal; un tercer tramo de 16 metros, también octogonal, se elevaba sobre el segundo piso; finalmente, un remate de madera cubierta de plomo cerraba la torre, que fue terminada en 1569, cuatro años antes de su desplome. En este estilo radiante se da una gran importancia a la iluminación interior del edificio, por lo que los muros se cubren con extensas vidrieras que dejan entrar la luz a raudales. La teoría dice que la inclusión de estas vidrieras entra en conflicto con la altura del edificio, ya que esos grandes ventanales reducen la capacidad de carga de los muros y por tanto la altura que pueden alcanzar; sin embargo, esto no se cumple en Beauvais, que tiene, de hecho, la bóveda más alta construida hasta la fecha. Los edificios góticos se caracterizan por una gran esbeltez y la catedral de Beauvais es uno de los máximos exponentes de esta característica dada su imponente altura. Las esbeltas columnas y pilares de la estructura sostienen los altos muros que se ven rematados por bóvedas de crucería. En el coro observamos otra de las características propias del Gótico: la hipertrofia de esta zona hasta el crucero, debida al aumento del número de canónigos en las catedrales. La disposición de los elementos en los muros sigue el esquema clásico del Gótico: inmediatamente sobre la arcada del coro se sitúa el triforio y sobre éste el claristorio. El triforio consta de series de ventanas geminadas rematadas por una roseta, mientras que las ventanas del claristorio se disponen en grupos de tres vanos de mayor altura (lo que les da un aspecto más estilizado) y también coronadas por una roseta. Las imponentes vidrieras que tapan los vanos se elevan desde el suelo de la catedral hasta la bóveda generando una iluminación que hace justicia al término radiante que da nombre al estilo. En estas vidrieras, que datan del siglo XVI, se representan diversos motivos, desde los geométricos hasta aquellos relacionados con hitos de la cristiandad. En el centro del rosetón sur se halla una imagen de Dios Padre. Otra serie de vidrieras representa a diez profetas, diez apóstoles y diez sibilas. Son numerosas las vidrieras que ilustran escenas de la vida de Jesucristo: Nacimiento, Huida a Egipto, Adoración de los Magos, Presentación en el Templo, la Matanza de los Inocentes, Jesús caminando sobre las aguas o la Crucifixión. Las siete capillas absidiales del deambulatorio están dedicadas a sendas figuras importantes del cristianismo. Comenzado por la capilla sur y avanzando hacia el norte, las capillas están consagradas a san Vicente, san Antonio, san José, la Virgen (capilla central), santa Ana, san Luciano y santa Juana de Arco. Existen otra serie de capillas en la catedral: en la zona sur del transepto se sitúa la capilla de los Muertos y en la zona norte la capilla del Sagrado Corazón; en el muro sur del coro encontramos la capilla de las Fuentes Bautismales y la de Santa Agadréme, mientras que en el muro norte hay una figura de santa Teresa. Aparte de las capillas, en el interior encontramos una serie de elementos interesantes. En el muro norte del coro se sitúa el reloj astronómico; este mecanismo está compuesto por 90.000 piezas y 52 esferas y fue instalado entre 1865 y 1868 por Louis-Auguste Vérité; el reloj indica el paso de las estaciones, la duración de los días y las noches, etc. Existe cerca del reloj astronómico otro reloj, esta vez de época medieval, que posee una escalera para acceder a su mecanismo. La catedral de Beauvais fue concebida para convertirse en todo un hito arquitectónico de su época. La intención de elevar las bóvedas hasta alturas nunca antes alcanzadas originó una serie de problemas en la estructura que hicieron que partes de la catedral llegasen al derrumbe. Aún hoy la estructura del edificio peligra; ésta ha sido reforzada mediante soluciones de urgencia provisionales hasta que se decida una solución definitiva satisfactoria. La ambición por llegar más alto fue la razón principal por la que el edificio quedó inconcluso. El primer derrumbe en la catedral tuvo lugar en 1284, doce años después de que concluyese la primera etapa de su construcción: dos contrafuertes del ábside cedieron, cayendo con ellos parte de la bóveda del coro. Las razones del colapso se desconocen, la catedral se había mantenido en buenas condiciones durante esos doce años y no se tiene evidencia de ningún terremoto ni tormenta que pudiera haberla afectado; es por esto por lo que la cuestión es aún objeto de debate. El segundo derrumbe tuvo lugar en 1573. Durante este año se derrumbó la torre erigida sobre el crucero, sostenida por las bóvedas del transepto. Esta torre debía alcanzar una altura de 153 metros, pero cayó y nunca volvió a acometerse su construcción. Tras este derrumbe, además, se abandonó el proyecto de la nave que debía completar la obra. La ausencia de la nave resta estabilidad a la estructura. En algún momento desconocido de su construcción, los problemas estructurales de la catedral motivaron la inclusión de una serie de abrazaderas de hierro que unían los contrafuertes. Estas abrazaderas fueron eliminadas en la década de 1960 al considerarse superfluas. Sin embargo, al retirar las abrazaderas, los problemas ocasionados por las oscilaciones originadas por el viento se incrementaron, llegando a separar parcialmente el coro del transepto. Las abrazaderas fueron recolocadas, esta vez fabricadas en acero, lo que ha ocasionado un nuevo problema: la mayor rigidez del acero sobre el hierro ha restado elasticidad a la estructura, lo que ha motivado la aparición de grietas en la misma. Otro problema estructural sobrevino en el transepto: para prevenir el inminente colapso del mismo hubo que colocar en la década de 1990 una serie de vigas de madera y acero. Además de estas vigas, una gran estructura ubicada también en el transepto sirve de apoyo a las columnas que sostienen la bóveda. Como ya se ha mencionado, estas soluciones son provisionales hasta que los estudios concluyan una solución definitiva.

Restauración

Es probable que el peso económico soportado por la ciudad, debido a las múltiples reestructuraciones y restauraciones que siguieron a los desplomes y a los subsiguientes problemas estructurales, incidiera decisivamente en la pérdida de su antiguo auge y consecuentemente implica el punto final de la experimentación que lleva implícita el Gótico. Amiens y Beauvais suponen el último peldaño de la gran arquitectura gótica francesa, donde la verticalidad y la luz -grandes anhelos del gótico- alcanzan su máximo esplendor.

Fuentes