Cueva de Waitomo


Cueva del Waitomo
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Es un complejo de cavernas subterráneas que se extienden por kilómetros a hilo, en las entrañas de la isla del Norte en Nueva Zelanda.
UbicaciónWaikato, Nueva Zelanda.
Fecha de descubrimientoTane Tinorau

Cueva del Waitomo : Son unas cuevas de roca calcárea que forman grutas que tienen como mayor particularidad la existencia de un gusano luminoso en el techo de las cuevas. El gusano luminoso es la larva del insecto Arachnocampa luminosa, el cuál emite una luz brillante con la que atrae su presa acercándola a un hilo mucoso en el que el insecto atraído queda pegado con lo que el gusano retira el hilo y coge a su presa.

El espectáculo natural al que se asiste una vez dentro es difícil de contar y ni aún las fotografías pueden hacerle justicia. Es de esos lugares que sólo se entienden si se los ve con los propios ojos.

Historia

La cueva se creó por un movimiento de tierra, la roca se expuso al aire, se separaron y crearon grietas y debilidades que permitió el flujo de agua a través de ellas. Con el paso de los siglos, el agua fue disolviendo la piedra caliza formando la cueva. El interior registra una humedad ideal para que se multipliquen los Glowworm.

La primera exploración de la cueva de los gusanos (cueva de Aranui) se realizó en 1887 por Tane Tinorau, jefe maorí local y Fred Mace, topógrafo inglés. En 1888 la gruta fue abierta al público por Tinorau. En 1906 la gruta fue adquirida por el gobierno que la devolvió a sus antiguos dueños en 1989.

Descubridor

La cueva Waitomo era conocida por todos los locales desde siempre pero recién cuando fue explorada por Tane Tinorau, un jefe maorí, en el año 1887, se descubrieron las demás cavernas subterráneas. La primera en encontrar fue la Glowworm Grotto.

Al principio, y hasta que sus ojos se ajustaron a la oscuridad reinante, no entendió ni el jefe maorí ni Fred Mace, el inglés que lo acompañaba, ante qué se encontraban. Las lucen que se reflejaban en el agua eran emanadas por centenares de gusanos luminosos. En sucesivas exploraciones, Tinorau descubrió otro nivel de cuevas y un acceso más fácil de transitar.

Descripción

Son unas cuevas de roca calcárea que forman grutas que tienen como mayor particularidad la existencia de un gusano luminoso que se ubica en el techo de las mismas. Este gusano bioluminiscente es el estado larvario de un insecto autóctono de Nueva Zelanda similar al mosquito, el Arachnocampa luminosa que emite una luz brillante con la que atrae su presa. Las larvas son semitransparentes y miden unos 3 o 4 cm de longitud. Tejen un hilo mucoso que queda colgando del techo de la cueva, en el que disponen unas gotas pegajosas. Estos hilos pegajosos son una trampa para obtener alimento, ya que los pequeños insectos atraídos por la luz quedan atrapados en los hilos de las larvas. Cuando esto ocurre, la larva desciende hasta el insecto para devorarlo. Al final de su ciclo vital el gusano hace una crisálida y cuando sale con su forma de mosquito sólamente vive unos días en los que pone huevos en los techos de las cuevas. Curiosamente muchos de estos mosquitos acaban sus días adheridos a los hilos pegajosos de otras larvas que se alimentarán de ellos. Hay grutas con suelo seco y otras parcialmente inundadas. En estas últimas hay un embarcadero con unas barcas que los turistas utilizan para visitar las cuevas. Estas barcas no llevan motor ni remos, se desplazan al ir tirando manualmente de una cuerda que traza el camino a seguir. De esta manera el silencio y la oscuridad hacen más impresionante la peculiaridad de las cuevas y sus larvas luminosas.

Estructura

La cueva está formada por tres diferentes niveles, vinculados por un eje vertical de 16 metros de piedra caliza. En el segundo nivel es mucho mas pequeño y cuando hay muchos visitantes, se suele cerrar por la acumulación de monóxido de carbono por lo que puede ser insalubre. Sin embargo, hay que llegar al tercer nivel para disfrutar del verdadero espectáculo. Se le llama "La Catedral” y es un área cerrada con paredes de roca de unos 18 metros de altura con una gran acústica. En mitad de la oscuridad (al visitar la cueva, te dan un casco con una pequeña luz) descubrirás estas maravillosas hileras luminosas de larvas.

Por supuesto, está absolutamente prohibido tocar ninguna. También se pueden hacer recorridos en barca por un pequeño río subterráneo dentro de la cueva Witomo. Bajo las verdes colinas de Waitomo, yace un laberinto de cuevas, simas y ríos subterráneos. El nombre de la zona proviene de las palabras maoríes "wai" (agua) y "tomo" (hoyo). Las cuevas se originaron por la presión que ejercieron las corrientes subterráneas sobre la piedra caliza blanda durante miles de años. En muchas de ellas, desde el cielo y el suelo, se asoman impresionantes estalactitas y estalagmitas, puntiagudos conos de rocas estratificadas, formadas por el goteo del agua durante siglos. Las paredes de estas cuevas están decoradas con una galaxia de luciérnagas nativas.

Fuentes