Cueva de los Tayos

Cueva de los Tayos
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El acceso principal a la cueva consiste de un túnel vertical llamado la Chimenea
UbicaciónEcuador
Fecha de descubrimiento1860
Clasificación espeleológicaOrigen natural

La Cueva de los Tayos se encuentra en la región amazónica ecuatoriana llamada Morona Santiago, esta caverna es muy profunda y se encuentra a una altura de 800 metros sobre el nivel del mar, su nombre se debe al característicos pájaros semiciegos que viven en sus profundidades. Los indígenas Shuar o Jíbaros (que tenían la costumbre de reducir el cráneo de los enemigos muertos en batalla), que viven en las cercanías de la gruta, solían alimentarse de esas aves.

Particularidades

La Cueva de los Tayos es un sitio lleno de leyendas, mitología e historias increíbles. Dicen que por ella se puede cruzar el continente bajo tierra, que en alguno de sus rincones yace, tallada en láminas de oro, la historia de una civilización desaparecida y que por sus pasillos inmensos algún indígena malicioso pudo ver a hombres gigantes dejándoles como cebo un viejo billete de sucres, la desaparecida moneda ecuatoriana. La cueva está dividida en galerías claramente separados por aperturas con formas de arco, casi tan perfectas como algunas piedras gigantes con formas geométricas: cubos o esferas que parecen talladas. Cada lugar de la cueva tiene una historia. La primera que vimos hablaba de los hombres gigantes. La segunda, “La Sala”, era el lugar del “saqueo” y la tercera, a la que íbamos en ese momento, era el lugar de las ceremonias religiosas de los antiguos. Se llama “Salón de la luz”. El lugar se abre majestuoso. En un extremo una entrada de luz, semicubierta por los pájaros que aletean constantemente, deja ver una boca amplia, pero inalcanzable. La altura en un cálculo somero es de más de 100 metros.Es el único sitio conocido de la cueva con su propia salida al exterior diferente al lugar de ingreso. Un cálculo que ratifica Fernando Meza, el arquitecto quien conoce los detales arqueológicos misteriosos de la sala. Él afirma que su altura es de más de 100 metros hasta la abertura y de 30 metros hasta el techo en la parte baja. En los contornos de este salón existen graderías que fueron hechas por seres humanos para espectar algún tipo de ceremonia especial, cuenta el arquitecto, quien agrega, que la geología de las paredes es muy diferente a la geología de las gradas lo cual hace pensar que fueron hechas por seres humanos que trajeron las piedras de otro lado, pero no sólo ocurre en las graderías, sino en otros ciertos sitios que tapan algunos pasadizosl. Acceso principal a la cueva El acceso principal a la cueva consiste de un túnel vertical llamado la Chimenea. La boca o entrada es de 2 m de ancho y 15,6 m de largo en la abertura, y tiene aproximadamente 63 m de profundidad. La bajada desde el punto donde se inicia el descenso es de 90 grados en vertical, y tiene 48,9 m. El descenso solo se puede realizar utilizando un cuerda para escalar, arnés y descendedores (cada persona deberá llevarlos por su propia seguridad). Una vez que se ha descendido por la chimenea, uno se encuentra en un espacio gigante de 7,8 metros de ancho y 68 metros de largo. Luego de avanzar 20 metros hacia el Este, se presenta otra pequeña bajada de 5,6 m de altura, para definitivamente entrar a los diversos túneles que miden un total de 17,9 km, de cuales 4,9 han sido explorados hasta la fecha.

Geología

La cueva es una formación geológica que data sus inicios a aproximadamente 200 millones de años. Las formaciones de piedra que por sus capas recuerdan a terrazas, contienen ángulos rectos y acabados con formas simétricas y perfectamente pulidos, lo que a simple vista da la impresión de que hubiese sido creado por el hombre. La formación de la cueva se debe en gran parte a la acción del agua, y posiblemente por la presencia de petroleo encontrado en la cueva. En la Cueva de los Tayos hay impresionantes formaciones de estalactitas, estalagmitas y estalagnatos que confirman la antigüedad de esta cueva.

Historia

Allí es dónde se halla la importantísima entrada, o bien, la única entrada de la cual se tiene noción en la actualidad, ya que para todos nosotros, en general es un asombroso enigma que deja a muchos sin sueño. Se conoce mundialmente este hallazgo desde el año 1969, pues en este un húngaro de nacionalidad argentina, motivado por su pasión hacia los mitos y las leyendas y para demostrar sus conocimientos en espeleología aún siendo sólo una afición para él, Juan Moricz se arrojó a la aventura, internándose imperturbable en la zona selvático-montañosa ecuatoriana. Leyendo tan sólo el acta notarial de su descubrimiento, fechada el 21 de julio de 1969 en la ciudad costeña de Guayaquil, a cualquiera se le encrespan los cabellos frente a sus detonantes afirmaciones:

...he descubierto valiosos objetos de gran valor cultural e histórico para la humanidad. Los objetos consisten especialmente en láminas metálicas que contienen probablemente el resumen de la historia de una civilización extinguida, de la cual no tenemos hasta la fecha el menor indicio...

Esta afirmación extraordinaria ponía en segundo plano la propia existencia de los túneles que, de acuerdo a la opinión de Moricz, eran artificiales: supuestas construcciones de una civilización ignorada que vivía en las entrañas de la Tierra. Lo que resaltaba en su acta de descubrimiento no era la naturaleza artificial de esos túneles, sus dinteles, techos pulidos o pasillos cortados como por un láser, sino la presunta Biblioteca Metálica.

Plancha Metálica









Fuentes