El Diablo Ilustrado

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El Diablo Ilustrado
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Ensayo que promueve los valores humanos y nos ayudará a meditar en cada momento de la vida, sobre la familia, el amor, y los hijos.
Título originalEl Diablo Ilustrado
Autor(a)(es)(as)Fidel Díaz Castro
Editorial:Casa Editora Abril
Géneroensayo, ficción
ImprentaPrado n.º 553
entre Dragones y Teniente Rey,
distrito de La Habana Vieja,
La Habana
EdiciónMargarita Mosquera Argüelles
Diseño de cubiertaRafael López Viera
IlustracionesJosé Luis Fariñas
Primera edición2003
ISBN959-210-275-9
PaísRepública de Cuba Bandera de Cuba

El Diablo Ilustrado es un libro de 2003 escrito por el periodista, intelectual y trovador cubano Fidel Díaz Castro (La Habana, 1961), director de la revista cultural El Caimán Barbudo.[1]

Promueve los valores humanos, ayuda a meditar en cada momento de nuestras vidas en el amor a la familia, el hogar, la amistad, los hijos, etc.

El título se refiere al seudónimo de José Martí (1853-1995) en su primera juventud: El Diablo Ilustrado.

Dedicatoria

A dos héroes que me empinan desde su cristalina mirada de mañana: José Martí y Abel Santamaría.
Fidelito Díaz Castro

Sinopsis

Los textos que conforman este libro vieron la luz en abril de 1998 en la revista Somos Jóvenes, de la Casa Editora Abril.

El autor, Fidel Díaz Castro, quería permanecer anónimo y firmó la sección como El Diablo Ilustrado, en honor al seudónimo que utilizó el joven José Martí, quien a los 15 años escribió un texto vigoroso, lleno de humor, contra el gobierno colonialista.

Primeramente Díaz Castro firmó bajo el seudónimo de El Diablo Cojuelo. Cinco años después, esta sección de la revista se convirtió en un libro sin otro nombre que aquel seudónimo de El Diablo Ilustrado, ahora con un universo mucho más espiritual a través de las ilustraciones de José Luis Fariñas (La Habana, 1972). Muchas ediciones se han llevado a cabo en Cuba con grandes tiradas, las cuales han hecho crecer los sueños, que ahora son compartidos por millones de seguidores. Este libro ha ido creando amigos y hasta leyendas.

Como ser bueno es el único modo de ser dichoso, muy feliz has de ser, de diablura en diablura, con tu fe en el mejoramiento humano y en la utilidad de la virtud.
El agua de tus páginas míticas esta sed de otro posible en la infinidad ante las paradojas que prenuncian, entre prodigios y mutaciones, más espanto que milagros a nuestros espíritus chamuscados; aunque te confieso, la bebo temerosa de mermar con mi aridez tus manantiales, tan necesarios a las floraciones de la bondad.
Soy tu lector anónimo con mi ala izquierda entablillada y releyéndote, agradecida, quien te escribe desde lo más profundo de este jardín donde también se nos caen los ángeles, pero se levantan, convalecen y aun vuelven a volar.
Fidel Díaz Castro,
El Cerro,
verano del año II, siglo I, milenio III

Presentación

Como amanecer infantil con juguete nuevo, me entusiasmó la idea de hacer este libro. Siempre hay una dosis de ego latiendo en el que escribe, pero mi regocijo mayor, al no ser plenamente autor de estas glosas, era hacerle un regalo a quienes nunca contesté personalmente. Puedo tener ahora, al menos un gesto, hacia la amistad nacida de la relación cristalizada ―como dijo Stendhal que sucede con los amores cuando los separa la distancia― entre mis textos en “El diablo ilustrado” y la “carta del lector”.
Aprovecho entonces para agradecerle a los compañeros(as) de diabluras, esa pureza e imaginación que es, a fin de cuentas, quien me crea y moldea a su antojo. No se trata de una broma poética cada día, la juventud que escribe a la Revista Somos Jóvenes me demuestra que existo como uno más, encargado de dejar testimonio entre un cosmos de señales bienhechoras que, de la herencia de los siglos y ―a pesar de sus densas oscuridades― hace emerger un tiempo espiritual mucho más humano, solidario, enamorado.
Si acaso algún mérito me puede adjudicar es el de haber creído un día en la existencia de los soñadores y que, dándoles un nombre y una silueta multicultural, se confabularían todos a su alrededor para humanizarlo. De manera que el autor del libro es nosotros. No todas las citas señaladas en negritas tienen el nombre de su creador ―lo cual no quiere decir que me pertenezcan―, la necesidad de expresar me tensa la memoria, brotan entonces frases que no recuerdo en qué lectura o fragmento de vida me fueron sopladas ―o acaso las inventé―, y esas van sin crédito. Quizás me robo alguna que otra paternidad más, renunciando a todas, evito ser injusto con nuestros fantasmas.
Este libro no es simplemente una recopilación, en sus páginas me han llovido muchas voces y he procurado, además, atenuar reiteraciones que abundaron en los artículos publicados. De todos modos, se me escaparán obsesiones inefables pero, al menos, serán mitigadas. Antes de dar paso a las diabluras agradezco al colectivo de la revista y a sus directores Félix López, Fidel Díaz y Ernesto Pérez, la enamorada osadía de publicarle a un amigo anónimo o, digamos que de nombre tan extraño como El Diablo Ilustrado.[2]

Capítulos

Después del prefacio aparecen los capítulos siguientes:

  • Yo vivo para amar / 9
  • Donde hay alma no hay fantasmas / 17
  • Quien pida amor ha de inspirar respeto / 25
  • Hay locuras que son poesías / 33
  • Las respuestas no tienen fin / 43
  • Lo bueno es siempre bello / 53
  • La vida se nos da y la merecemos dándola / 63
  • Converso con el hombre que siempre va conmigo / 73
  • No se fue ningún día de tus manos / 85
  • Cuando el infierno son los demás, el paraíso no es uno mismo / 95
  • Es que la satisfacción del amor mata el amor? / 103
  • Supe que lo sencillo no es lo necio / 113
  • Hijo soy de mi hijo / 123
  • El primer deber de un hombre es pensar por sí mismo / 135
  • De la ausencia y de ti / 147
  • No hay mejor almohada que la propia conciencia / 159
  • No es tu cuerpo ―mi amor― lo que apuestas / 171
  • Guarda a tu amigo bajo la llave de tu propia vida / 183
  • Quien tiene mucho adentro necesita poco afuera / 195
  • Ellos son dos por error que la noche corrige / 207
  • La memoria es la dueña del tiempo / 217
  • Puedes venir desnuda a mi fiesta de amor / 229
  • Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio / 243
  • La angustia es el precio de ser uno mismo / 253
  • Alma con alas / 265
  • Soy el destino del mar / 275
  • Vida, muerte, amor. Ahí quedan escritos sobre sus labios / 289
  • A fe de diablo honrado / 303
  • Sobre autores citados / 307

Fuentes