El guardabrisa

Guardabrisa
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El Guardabrisa. Es un fanal de vidrio abierto por arriba y por abajo, para resguardar la luz contra el viento. Dícese también del material transparente que sirve como cubierta en el frente de los automóviles para contrarrestar el viento y la lluvia en la velocidad.

Breve historia de su material

Estas piezas de Arte Decorativas siempre se hacen de vidrio. El vidrio es el material por excelencia que provee a los objetos de transparencia. La historia explica que, curiosamente, el vidrio se descubrió por casualidad. Según cuenta el historiador romano Plinio el Viejo en su Historia Natural, el alumbramiento de este material transparente aconteció en Siria cuando unos mercaderes fenicios de natrón, compuesto de sal natural, que preparaban su comida, al no encontrar piedras donde colocar sus ollas al fuego, echaron parte del natrón que portaban. Al día siguiente, vieron como las piedras de natrón se habían fundido y su reacción con la arena había producido un material brillante.

A partir de entonces los fenicios, pueblo comerciante, trasladaron este descubrimiento a toda la cuenca del Mediterráneo, aunque realmente fueron los egipcios del período predinástico los primeros en fabricar el vidrio en forma de esmaltes vitrificados, la fayenza. Para los egipcios el vidrio tenía un uso puramente decorativo: se coloreaba el objeto traslúcido para imitar la textura de los metales preciosos como el lapislázuli.

Pero la transparencia del vidrio se impuso siglos después con la introducción por parte de los romanos del soplado que hizo posible su producción a gran escala. Durante el Imperio Romano se desarrollaron la mayor parte de las técnicas decorativas sobre vidrio que conocemos hoy en día.

Como es bien sabido, la Edad Media supuso un oscurecimiento general en la vida de Europa y el vidrio no fue ajeno a ello. Su textura adquirió una coloración verdosa, resultado de su fabricación con plantas marinas traídas del Mediterráneo y la técnica de los romanos apenas varió en siglos.

No fue hasta el desarrollo del cristal más famoso del mundo, el cristal de Venecia, en pleno Renacimiento. Gracias a su excelente calidad, su fragilidad característica y su incorruptible transparencia, el cristallo veneciano, cuya producción se concentraba en la isla Murano, dominó el mercado hasta bien entrado el siglo XVIII.

Fue entonces cuando el vidrio vivió una segunda juventud con el descubrimiento en Alemania de nuevas técnicas para tratar este material. Precisamente una región del Imperio Alemán en concreto, Bohemia en la actual República Checa, se ha convertido desde entonces en signo de distinción en materia vidria y ejemplo de refinamiento traslúcido.

Hoy en día el vidrio nos acompaña en todo momento y sus múltiples usos lo han convertido en un objeto cotidiano infravalorado si obviamos el raro fenómeno Swarovski. Ha pasado de ser un objeto de lujo emparentado con las piedras preciosas a mero recipiente donde sorber agua. Pero al fin y al cabo, el cristal no deja de ser una extraña aleación de arena, sal y fuego, con un resultado aún más incoherente, la transparencia.

Guardabrisas en Santiago de Cuba

Dentro del Museo de Ambiente Histórico Cubano de Santiago de Cuba, hay que destacar que se encuentra una encomiable colección de guardabrisas de vidrios que han sido objetos decorativos utilitarios de uso cotidiano de las casas criollas coloniales de los pasados siglos; son piezas simples algunos de vastas decoraciones talladas en el vidrio, también se le conocen como fanales, término que se le puede considerar sinónimo por responder al mismo uso aunque muchos fanales penden de los techos interiores de las casas coloniales, se les emplea para proteger la luz de las llamas de las velas del viento, de ahí proviene la sencillez de su denominación.

Fuentes

  • Colectivo de Autores. Breve historia del vidrio. 2001.
  • Diccionario de la RAE. 2010.