Gilberto López Bosch

Gilberto López Bosch
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Mártir revolucionario cubano
Nacimiento27 de octubre de 1915
Artemisa, Artemisa, Bandera de Cuba Cuba
Fallecimiento21 de octubre de 1957
Bayamo, Granma, Bandera de Cuba Cuba
Causa de la muerteAsesinato
Nacionalidadcubana
PadresJosé López López y Carmela Bosch Rodríguez

Gilberto López Bosch. Víctima de los Sucesos del 21 de octubre, día en que se cometió uno de los tantos horrendos crímenes de la dictadura que imperaba, que marcó muy hondo en la historia del pueblo bayamés.

Síntesis biográfica

Primeros años

Nació el 27 de octubre de 1915 en Artemisa, en un humilde hogar, quinto de los seis hijos del matrimonio José López López y Carmela Bosch Rodríguez. De sus progenitores heredó su carácter enérgico, que le convirtió en un hombre valiente, dispuesto a enfrentar las situaciones socio-políticas existentes en Cuba.

Comenzó sus estudios primarios en la escuela #1 que hoy lleva el nombre del educador Juan Bautista Quintana en la calle Martí No. 2109 en Artemisa, Artemisa.

Trayectoria laboral

Su acervo cultural fue aumentando de forma autodidacta, era apasionado a la lectura. Junto a uno de sus compañeros intentó un editorial revolucionario con la publicación de la revista “La voz de Baraguá”, y al carecer de recursos económicos, hubo de suspender su salida apenas después de haber publicado dos o tres números, en la misma se dejaba constancia de la repulse al régimen.

Aprendió el oficio de platero, joyero llegando a establecerse en La Habana. Antes había pretendido ejercer el comercio estableciendo una bodeguita en su pueblo natal.

Contra el golpe artero del 10 de marzo de 1952, se manifiesta participando en la insurrección que trataba de derrocar al tirano. Cuando se produce el asalto al Palacio Presidencial relata Carmela, Gilberto llegó a su casa en Obra de Pía 406 rápidamente se marchó.

Vicente Quesada (Jefe del Movimiento 26 de Julio en Bayamo) envió un recado a su íntimo y fiel compañero José M. Carbonell:

Cuídate, van a realizar un atentado, yo no lo he ordenado.

La cadena de los crímenes que en octubre de 1957 llevó a efectos la tiranía, lleno de dolor y luto los hogares, pero también fortaleció la decisión de pelear para derrocar a la dictadura hasta lograr el triunfo de la revolución.

Muerte

Fue asesinado el 21 de octubre de 1957 en Bayamo, Granma.

Testimonio acerca de la muerte

  • Testimonio de Leopoldo Cedeño Corría (Polo).

En la madrugada del 21 de octubre de 1957 oímos cuando detuvieron los carros y dijeron a Gilberto que se fuera porque estaba libre. Parece que ellos esperaban que tocara en la casa de Antonio Villarreal para balearlo allí mismo. Pero Gilberto siguió y dobló rápido por el callejón del Chino Chévere. Entonces el Jeep aceleró y le cayó atrás. El revolucionario se metió por el patio de Rosa, pero al enfrentar a la otra callejuela, en el patio de Vicente Maceo, le dispararon a mansalva. Los esbirros dejaron el cadáver allí tirado hasta bien entrada la mañana.

Testimonios de familiares y personas allegadas al revolucionario

  • Testimonio de Guido Antonio Villarreal Mendoza.

El día 11 de octubre de 1957, los militares Roberto Ríos, Alberico Torres, Cárdena Muro y Rojas invadieron la casa en la calle Milanés, cogieron preso a Gilberto López, mi tío Guillermo Villarreal Figueredo y a un compañero de Jiguaní conocido por Frank. Esto, sin dudas, fue consecuencia de una cobarde delación. Gilberto era jefe de un campamento rebelde en la zona de Mabay y andaba gestionando recursos, fundamentalmente con el hacendado Pepe Castro. Llevaba escondido en la casa como cuatro días. Guillermo recolectaba armas y vendía bonos al igual que Frank. Los esbirros registraron todos los rincones buscando armas, incluso levantaron parte del piso de losetas, pero no encontraron nada. A Guillermo lo soltaron a los dos días porque el tío Amancio Villarreal habló con Héctor Lacalle que peleaba gallo con el capitán Morejón y, bueno, estas relaciones daban resultados alentadores si la cosa no era tan grave. Por las mismas gestiones y otras dejaron libre a Frank aunque un poco más tarde. Donde Morejón fue inflexible fue con el caso de Gilberto.

  • Testimonio de Rubén Castillo Ramos.

Los maltratos físicos llovían sobre los presos. El ensañamiento del capitán Pedro Morejón, jefe de la Guardia Rural, y sus hienas fue mayor contra Gilberto, que había llegado a Bayamo herido en una pierna a raíz del frustrado asalto al Palacio Presidencial y al que, sin duda alguna, habían logrado identificar por una delación. Todas las noches lo sacaban y le daban “un paseo” y cuando volvían a internarlo en la celda del cuartel iba más destrozado, le habían fracturado un brazo, una clavícula y algunas costillas. Sus compañeros de prisión tenían que sujetarlo para darle los alimentos. A pesar de su estado una y otra noche volvían a sacarlo. Cuando se presentaban los verdugos, Gilberto se erguía y les decía:

“Mátenme ya, acaben de una vez. Cobardes. Asesinos.”

El que más se ensañaba con él era Roberto Ríos, un soldado conocido por Campeón. No pudiendo soportar más aquella agonía Gilberto López logró enviar a sus hombres en Mabay un mensaje escrito en una caja de cigarros:

“Maten a Campeón.”

La noticia corrió como reguero de pólvora por los centros clandestinos de Bayamo.

Ver también

Fuentes

  • Archivo Histórico de la ciudad de Bayamo
  • Software Educativo Sucesos del 21 de octubre en Bayamo. Joven Club de Computación Bayamo. 2009