Guerra subterránea

Guerra subterránea
Información sobre la plantilla
Vn.jpg
Fecha:Años 60 y 70 del siglo XX
Lugar:Vietnam del Sur
Resultado:
Aporte a la victoria de los patriotas vietnamitas sobre los norteamericanos
País(es) involucrado(s)
Bandera de Vietnam Vietnam y Bandera de los Estados Unidos de América Estados Unidos

Guerra subterránea. Experiencia vietnamita en su guerra asimétrica y de todo el pueblo para mediante la excavación de complejos de túneles, esconderse, protegerse y maniobrar sin ser detectado por los invasores.

Antecedentes

Ya desde los albores de la civilización el hombre vinculó su vida a las oquedades de la tierra, primero la necesidad lo obligó a utilizar cuevas como refugio contra las inclemencias del tiempo y las fieras; pero más tarde, con el surgimiento de la sociedad esclavista, estos albergues naturales le brindaron protección contra los cazadores de hombres. Han pasado miles de años y las cavernas utilizadas por los primitivos guerreros se han convertido hoy día en depósitos, hangares y puestos de mando soterrados. Igualmente el hombre cuando careció de accidentes naturales por sus propias fuerzas adaptó el medio y cavó refugios, vías de comunicación y rutas de enlace o escape bajo tierra, los cuales utilizó tanto en la defensa como en el ataque a determinados lugares. Desde los túneles que abrían en la edad media los sitiadores de castillos para acceder de forma oculta a los mismos y tomar a los defensores por sorpresa o evadir las defensas de las fortificaciones, hasta las mismas vías utilizadas por los sitiados para enlazar con el exterior tras las líneas de los agresores o atacar aquellos por la espalda. A lo largo de la historia sobran ejemplos de estos trabajos ingenieros en función de la defensa, incluso nuestros mambises lo utilizaron para que los laborantes entraran y salieran de poblados fortificados. Pero es durante la guerra de liberación de Vietnam del Sur donde los patriotas del FNLV hicieron verdaderos aportes a esta técnica.

Aferrarse al terreno

Según las doctrinas vietnamitas, la base guerrillera y las aldeas de combate son a su vez la retaguardia y bastión de la guerrilla. Por este motivo no se concebía el despliegue de un destacamento guerrillero si no se vinculaba orgánicamente con una aldea. El concepto de guerra de todo el pueblo llevaba implícito la movilización de las masas en función de una guerra prolongada así como aprovechar las características del terreno y recursos naturales locales, erigiendo un sistema defensivo rústico, pero sólido, compuesto por escondites, trampas subterráneas, campos de minas, etc., solo así era posible resistir las operaciones de limpieza enemiga manteniendo las bases y aldeas de combate.

Combatientes del Vietcong salen de un túnel, observese lo angosto del mismo

De allí que la aplicación consecuente de estos preceptos unido a la necesidad de protegerse de los incesantes bombardeos aéreos norteamericanos y la laboriosidad innata de ese pueblo, llevó a los patriotas vietnamitas a excavar un increíble complejo de galerías, escondrijos y recintos subterráneos. En estos reductos bajo tierra los combatientes del pueblo organizaron un nuevo tipo de vida; allí dormían, comían, almacenaban sus provisiones, curaban a sus heridos y se protegían de los bombardeos.

De los subterráneos partían los destacamentos guerrilleros para golpear al enemigo y allí regresaban una vez cumplida la misión. En no pocas ocasiones los agresores pensaron que tenían cercado a un grupo de guerrilleros, estos se escabullían por pasadizos para luego reaparecer en su retaguardia o sencillamente burlar el cerco. Igualmente cuando pensaban habían limpiado una zona pues no habían quedado rastros del vietcong, al marcharse las patrullas sencillamente los combatientes salían de sus escondites y reocupaban la zona liquidando los puntos de vigilancia que hubiesen dejado los norteamericanos.

Así desde las entrañas de su tierra con sudor y sangre derramada los combatientes vietnamitas llevaron a cabo la más audaz guerra subterránea que haya conocido la historia.

Fortalezas bajo tierra

Las obras más sencillas eran escondrijos cuya capacidad oscilaba entre cuatro y cinco hombres, o su equivalente en pertrechos, y para dificultar su localización las entradas y salidas eran sumamente angostas, enmascarándose cuidadosamente. Como los norteamericanos acostumbraban a sondear el terreno con varillas las vías de acceso se cerraban con tapas de madera cuyos bordes ajustaban perfectamente en el marco de entrada mientras las rendijas se rellenaban con pasta de papel y posteriormente toda la tapa se cubría con una capa de arroz y otra de tierra evitándose la posibilidad de cualquier resonancia.

Esquema de un complejo de túneles

Para resolver el problema de la ventilación se utilizaban tallos de bambú huecos entre el túnel y la superficie o se tomaban conejos o ardillas colocadas en jaula con la parte superior abierta pegada al techo del túnel para que estos taladraran agujeros hasta la superficie. Excelentes en el enmascaramiento, los patriotas vietnamitas hicieron verdaderos aportes en la ubicación de las vías de acceso a las obras, haciendo que estos coincidieran con lugares y objetos locales de forma que no resaltaran: Entre las raíces de un árbol, debajo de un fogón, en las orillas de los ríos y hasta bajo el agua de los mismos, en forma de sifón.

El máximo escalafón de la guerra subterránea tomó cuerpo en las bases guerrilleras soterradas, donde los complejos más perfectos incluían locales destinados a hospitales, aulas, almacenes y hasta armerías y en algunos casos los túneles estaban excavados en dos y hasta tres niveles de profundidad extendiéndose varios kilómetros bajo la selva. El agua potable se almacenaba en cisternas o cantaros y la iluminación se lograba mediante lámparas de keroseno, para evitar desprendimientos las galerías se recubrían con bambú o concreto donde se pudiera, además se realizaban numerosas entradas y salidas, laberintos en zigzag, trampas y puestos de guardia lo cual convertía a los túneles en verdaderas fortalezas inexpugnables. Los enemigos nunca sabían con certeza si pisaban terreno firme o bajo ellos estaban siendo acechados por los guerrilleros para entrar en acción en el momento preciso.

Los complejos más famosos fueron excavados en el distrito de Cu-Chi a unos cuarenta kilómetros al sur de la antigua Saigón, tenían alrededor de 20 kilometr0s de pasadizos. Tal fue la efectividad de estas construcciones que pese a los masivos bombardeos de los B-52 y las sistemáticas operaciones de limpieza, la población y los guerrilleros en este distrito mantuvieron firmemente sus posiciones hasta el fin de la guerra. De hecho la operación “Trap” lanzada en enero de 1966 contra ese distrito donde participaron la 1º División de Infantería y la 173º Brigada de paracaidistas para un total de 12.000 efectivos apoyados por 200 aviones y helicópteros y 600 carros terminó en un rotundo fracaso, perdiendo los yanquis más de 3.000 hombres y un gran número de equipos.

Galería con salida bajo el agua, utilizando el efecto sifón

Respuesta norteamericana

Los norteamericanos en una etapa de la guerra convirtieron la exploración y destrucción de túneles en una misión priorizada, y para ellos emplearon numerosos métodos, desde volar las entradas hasta inyectarles sustancias tóxicas (ortoclorabenzalmalonitrilo), sin embargo estas acciones no dieron los resultados esperados; en primer lugar porque al tener los complejos múltiples vías de acceso quedaba siempre parte del mismo disponible siguiendo estando en lugares ocultos para los invasores y por tanto disponible para nuevas sorpresas y emboscadas. No siempre era posible la exploración detallada de a superficie del terreno cada vez que se descubría una entrada pues los túneles a veces como ya se dijo poseían kilómetros de extensión ramificada, entradas subacuáticas y además el enemigo por lo general actuaba en composición de patrullas, cuenta con poco tiempo y sobre todo tenía miedo, donde aparecía un acceso las posibilidades de emboscadas y francotiradores eran altísimas; y el efecto de grandes cargas de TNT tampoco aportaba mucho por las construcciones estar realizadas en zigzag lo cual atenúa mucho el efecto de las ondas expansivas que igual sucedía con las sustancias toxicas, sencillamente los patriotas clausuraban las galerías infectadas.

Un soldado norteamericano explora una galería, como se aprecia facilmente le resulta muy dificultuoso trasladarse por la misma, la oscuridad, estrechez, trampas y hasta serpientes colocadas por los patriotas provocaban terror a los norteamericanos destinados a estas misiones, para las cuales muchos oficiales solían encargar a los negros

Con el tiempo los norteamericanos se dieron cuenta que estaban perdiendo las posibilidades de capturar documentos, provisiones y hasta de reconocer totalmente el complejo y comenzaron a entrenar grupos especializados para la exploración de los túneles. Estos fueron conocidos como “ratas de túneles” y por lo que se sabe operaban generalmente en composición de cuatro hombres armados con pistolas de pequeño calibre para evitar que el ruido de la detonación si tenían que abrir fuego les rompiera los tímpanos, guantes, rodilleras para poder arrastrarse, linternas, bombas de humo, etc., y mantenían comunicación con el exterior por un cable. Lo angosto de los túneles de comunicación diseñados para que por él se trasladara un menudo combatiente en short y sandalias hacía estos no aptos normalmente para la corpulencia de los norteamericanos más todo el equipamiento de apoyo, por lo que muy pocas veces lograron explorar complejos completamente.

También se probó la utilización de perros pero los vietnamitas neutralizaron a los mismos con pimienta, polvo de tabaco y otros compuestos locales lo cual anulaba el olfato de los mismos. La experiencia que más prometió fue la construcción en 1970 de un sistema de túneles similar a los vietnamitas, ordenado por el USAF en la localidad de Bonito de Cabo Rojo en Puerto Rico, el cual comenzó a ser utilizado para ensayos y en experimentos de detección de personas o desarrollos de técnicas de exploración, no obstante al parecer no obtuvieron tampoco resultados significativos o no tuvieron tiempo de aplicar las conclusiones pues tuvieron que retirarse de la guerra en 1973 y sus títeres definitivamente derrotados el 30 de abril de 1975.

Fuentes

  • Fernández Martí, Cptan Mario. La guerra subterránea, apuntes de una experiencia vietnamita. Revista “El oficial”. 2/82
  • Hoan Vong-Thai. Algunos aspectos de la guerra de guerrillas en Vietnam. Hanoi, 1966.