Historia del municipio Media Luna (provincia Granma)


Historia del municipio Media Luna (provincia Granma)
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Media luna.jpg
Cronología
Comunidades aborígenes
Etapa Colonial
La explotación de los indios y sus rebeliones
El comercio de contrabando
La fundación del partido de Vicana
Guerras de independencia
Período de la República Neocolonial
El parque de Media Luna
La masacre del 34 en Media Luna
La Guerra de Liberación Nacional
Revolución en el poder
Las primeras leyes de la Revolución
La Ley de Reforma Agraria
La Revolución en la Educación
Las Milicias Nacionales Revolucionarias
Comités de Defensa de la Revolución (CDR)
La Federación de Mujeres Cubanas
Otras transformaciones revolucionarias en Media Luna

Historia del municipio Media Luna (provincia Granma). Es uno de los trece municipios de la provincia de Granma, caracterizada por sus relevantes sitios históricos, sus identidades y tradiciones. Territorio que fue poblado por aborígenes, cuyas huellas aún son visibles. Durante la colonización se estableció la capitanía del partido pedáneo de Vicana, desde donde se dirigía política y administrativamente una extensa región. Es asiento de la hacienda comunera de La Caridad de Macaca que perteneció a la familia de los Céspedes y que jugaría un papel distinguido en la historia relacionada a los hechos del 10 de octubre de 1868. Cuna de la heroína de la Revolución Celia Sánchez Manduley, donde forjó su espíritu de rebeldía. Tierra del encuentro memorable de Fidel y Raúl en Cinco Palma, después de la dispersión de Alegría de Pío, el 18 de diciembre de 1956. Obreros y campesinos de Media Luna protagonizaron una lucha abierta contra la burguesía industrial y los latifundistas, durante el período neocolonial. Sus hijos nutrieron las filas de la lucha clandestina y el Ejército Rebelde. Una vez alcanzado el Triunfo de la Revolución, los medialuneros se han dedicado a consolidar la obra revolucionaria.

Comunidades aborígenes

Provenientes de la costa norte de Sudamérica, específicamente de Venezuela y Colombia, a través de una larga migración por Centroamérica y de allí, siguiendo un conjunto de islas que por entonces existía, llegó en el siglo V después de Cristo un grupo humano conocidos como preagroalfareros con tradiciones mesolíticas tempranas. Sus asentamientos fueron por todo el sur de Cuba desde Pinar del Río hasta el golfo de Guacanayabo. De este grupo se han encontrado sitios arqueológicos en el actual municipio de Media Luna. Eran pescadores–recolectores y cazadores que no conocían la agricultura ni la alfarería, que vivían en pequeños grupos con tradiciones fuertes en el terreno cultural y espiritual, especialmente en el trabajo con las conchas de los caracoles que consumían como parte de su dieta. Estos hombres no pulían la piedra y vivían en rústicas casas construidas con yaguas y pencas de palma real y palma cana y con un esqueleto de cujes y varas cortadas del bosque. Explotaron la recolección litoral de caracoles y otras especies, la pesca en los mares y ríos y la caza de mamíferos como la jutía.[1]

Sus asentamientos en estas tierras se calculan en algo más de 3 000 años y dejaron sus huellas en los conchales localizados en la Loma de García, El Bucio, Guarajabo, La Pesquera y Demajagua.

Borde de vasija protoagrícola encontrada en Media Luna

Unidos a través de La Florida y de la isla de Andros en Las Bahamas llega a Cuba otra oleada humana que toca nuestra tierra por el norte de la provincia de Holguín. Se dispersaron posteriormente por todo el norte de Cuba hasta la provincia Habana y algunos de ellos atraviesan la llanura del Cauto para llegar al Guacanayabo. Su presencia en Cuba data de 2 500 años y en Media Luna, según un fechado realizado hace algunos años por el método de cuantificación lipídica, probablemente hace unos 2 000 años. Este etnos también se dedica a la caza, a la recolección litoral y a la pesca, pero como elemento distintivo puede señalársele que dominan las técnicas alfareras, construyen vasijas de barro, aún muy rústicas, además de practicar una incipiente agricultura. Obviamente son más desarrollados que los grupos anteriores. Confeccionan hachas, algunas de considerable tamaño.

Son grupos con tradiciones mesolíticas tardías conocidos en la literatura científica como protoagricultores.[2]

Hasta el momento estos grupos sólo han sido detectados en media presencia en Media Luna son los sitios de El Palenque de Gorito y el potrero de Los Indios en Bagazal. Estos aborígenes fueron los encontrados en esta zona por las huestes hispanas mandadas por el colonizador Diego Velázquez de Cuéllar, cuando llegan a Cuba en la primavera de 1510. En nuestra zona, desde las orillas del Tana hasta Cabo Cruz, se agrupan de tal manera que los españoles denominaron la misma como “provincia india de macaca”, la cual estaba densamente habitada. La población aborigen en todo el país ha sido calculada por los especialistas, en el momento del contacto indohispánico, en unos 20 0000 habitantes.

Etapa Colonial

El primer contacto indohispánico que se produjo en la zona de Media Luna ocurrió en 1503, durante el cuarto viaje del almirante Cristóbal Colón, quien navegó por las costas del Guacanayabo. En el trayecto una tormenta lo sorprendió y sus tres naves estuvieron a punto de zozobrar. El fuerte temporal prácticamente hizo pedazos las embarcaciones, afectando la proa y la popa, rompiendo los cables. Para reparar las naves llegaron al pueblo indio Macaca, adonde tomaron refrescos ofrecidos por los indios.[3]

El conquistador Hernán Cortés, escapado de la villa de Santiago de Cuba, con parte de la expedición con la que viajaría a México, por temor a que Diego Velázquez le quitara el mando de la armada, llegó en 1519 a tierras de la región aborigen de Macaca. En sus memorias escribió Rodrigo de Tamayo, regidor de la villa de Bayamo:[4]

«Sea lo que fuere, lo que sabemos es que Cortés por haber salido con pocos bastimentos, arribó al punto de Macaca […] Allí había una hacienda del Rey; y deteniéndose en ella ocho días, se proveyó de trescientas cargas de casabe, puercos, aves y todo el bastimento que pudo […]»

Explotación de los indios y sus rebeliones

La población aborigen en nuestro territorio fue tal que en la zona de La Maguana se establecieron dos encomiendas de indios, dentro de la llamada por Diego Velázquez “provincia de Macaca”, y una tercera en la zona de Cabo Cruz.

En las encomiendas se agrupaban los pueblos indios, a cargo de un conquistador español, para dedicarlas a la búsqueda de oro en los yacimientos de placer de los ríos, el cultivo de la tierra y con el ánimo de adoctrinarlos en relación con la religión y otros hábitos hispanos. De esta manera se comenzó una despiadada explotación de los nativos, con lo que sobrevino el gran exterminio, la esclavitud y el abuso sin límites a que fueron sometidos por el colonizador europeo nuestros primeros pobladores.

En Media Luna se entregó la primera encomienda casi de inmediato, probablemente en 1516, al conquistador Rodrigo de Tamayo, la cual fue ubicada en La Maguana. En 1524 la corona autorizó que todo indio o negro alzado que fuera apresado y sea capturado. Las órdenes al respecto fueron drásticas:[5]

«[…] los hayan y tengan por esclavos las personas que los tomaren que se sirvan de ellos como esclavos propios …»

En esta actividad se desató la ambición de muchos españoles que se convirtieron en cazadores de indios alzados con la intención de tomarlos para sí como esclavos.

Con el debilitamiento del poder colonial como consecuencia de las expediciones para conquistar otras tierras americanas, muchos indígenas aprovechaban para huir y en ocasiones llegaban al extremo de atacar las propias encomiendas y poblados dando muerte a los españoles y a los llamados “indios mansos”, es decir, los que convivían pacíficamente con los colonizadores.

En 1824 las propiedades de Rodrigo de Tamayo fueron atacadas por indios rebeldes. En un documento oficial el regidor de la villa de Bayamo formulaba sus quejas del modo siguiente:[6]

«[…] A causa de andar yo conquistando y prendiendo los dichos indios alzados tomaron enemistad y fueron a una hacienda mía y a mí cacique, que era en el Cabo Cruz, y me quemaron un barco que me daban por él 200 pesos de oro, y me mataron dos españoles y en otra estancia que tenía yo, que se dice La Maguana, me quemaron los bohíos y muchos puercos en el corral y me llevaron veinte personas de mí cacique.»

De modo que, en La Maguana, en el actual territorio de Media Luna, surgió un primer conglomerado humano posterior a la conquista, el primero del que se tiene noticia. Este es el primer acto de rebeldía en la historia de Media Luna.

Esta primera etapa de las encomiendas, extendidas hasta noviembre de 1555, pues los encomenderos no quisieron que se aplicara en Cuba las Leyes Nuevas de 1542, los indios protagonizaron varias rebeliones desde el Golfo del Guacanabayo hasta las orillas del río Zaza, en Las Villas.

La encomienda de La Maguana evolucionó a núcleo poblacional: Pueblo Viejo de los Indios de Macaca. Ese poblado existió hasta el siglo XIX y dio lugar al surgimiento de un cementerio aborigen al aire libre en un lugar conocido como el Palenque de Gorito. Es la base de lo que hoy es el barrio Gorito.

Comercio de contrabando

Desde la segunda mitad del siglo XVI, los vecinos de la región de Bayamo desplegaron un activo comercio de contrabando con franceses e ingleses que llegaban con el propósito de intercambiar y rescatar productos. Como eran más baratos que los importados desde España y algunos de ellos bastante deficitarios, pronto este comercio clandestino se convirtió en un negocio rentable para todos. Servía para el trueque las áreas del Golfo del Guacanayabo y el río Cauto.

Pero debido a la obstrucción del río Cauto en 1616 por un formidable ciclón que acumuló en su boca palos y lodo, el contrabando se trasladó definitivamente hacia el Guacanayabo, desde Manzanillo hasta Cabo Cruz, incluida la ensenada de Media Luna. En el litoral medialunero se contrabandeaba con maderas preciosas como caobas, cedros y fustete, así como reses en pie, cueros y cebos. Además de comprar madera, en ocasiones los ingleses las cortaban por sí mismos, e incluso se apoderaban de ganado vacuno en las haciendas costeras.[7]

Por estas costas navegaron embarcaciones holandesas, portuguesas, francesas. Estas tranquilas aguas y playas eran frecuentadas por piratas, corsarios, contrabandistas, bucaneros. En relación con uno de los piratas, John Hawkins, escribía el doctor Antonio Núñez Jiménez:[8]

«Sus clientes de la jurisdicción de Manzanillo, el litoral de Cabo Cruz y la desembocadura del Cauto le llaman El Escocés, aunque también se le conoce como Juan Haquines, Aquinés o Aclés.»

No resulta extraño que en este comercio de rescate también tomara parte don Francisco Javier Infante, propietario de la hacienda Vicana. Algunas irregularidades allí acaecidas provocaron el inicio de un proceso judicial donde se pedía:

«Averiguar e inquirir, si por Don Francisco Javier Infante el dueño, u otra persona alguna ya sea español o extranjero, se han embarcado por estas inmediaciones algunas maderas…»

En el proceso seguido contra esta autoridad judicial quedó esclarecido que:

  1. Francisco Javier Infante solo ha hecho embarques de fustete;
  2. que el mismo ha derribado maderas para la construcción de bajeles;
  3. que los embarques son con registro a la isla de Jamaica;
  4. que con lo producido le trajeron nueve negros, seis varones y tres hembras.[9]

Fundación del partido de Vicana

Desde la abolición de las encomiendas hasta 1820 se extiende una etapa bastante oscura en la historia de Media Luna, por la carencia de fuentes de información en archivos.

En Vicana Abajo se construyó una iglesia en 1820, construida de tabla y tejas y una pequeña capilla de guano en Tres Canas, atendida esta última por el sacerdote Ramón Subirát. Uno de los primeros matrimonios oficiados en resta iglesia fue el de Baltasar del Socorro Yero, natural de Bayamo y Juana Guerra, oriunda de Vicana.[10]

En 1820 se fundó en el actual Vicana Abajo una la Capitanía Pedáneo, dependiente de la jurisdicción de Bayamo. Abarcaba desde Altos de Jó y Dos Bocas de Tana hasta Cabo Cruz. La cabecera del de Vicana radicaba en Vicana Abajo, la que contaba con una especie de plaza central y dos calles con los nombres como La Covadonga o la Caridad. Además, tenía la capitanía pedánea, una iglesia, dos tiendas, y una escuela.

De Vicana salía camino para la villa de Bayamo, otro para el inmediato embarcadero de Sibanicú en la ensenada de Media Luna y otro para el puerto de Portillo, en la costa sur, a través de Vicana Arriba y El Purial. Había un cuarto camino, el más antiguo, que avanzaba hacia el puerto de Cabo Cruz.

Por entonces también florecían algunas haciendas entre las cuales estaba la hacienda comunera de La Caridad de Macaca que pertenecía a Francisco José de Céspedes y más tarde a Pedro María de Céspedes y que vendrá a jugar un relevante papel en nuestra historia.

La población del poblado de Vicana Abajo era numerosa, alrededor de 2 000 personas y en su mayoría pardos y españoles, sólo el 1 % eran esclavos y casi todos dedicados a labores domésticas. Por entonces no existía lo que hoy conocemos como Media Luna.

En 1839 se creó la jurisdicción de Manzanillo, desprendida de la de Bayamo, estructurada en cuatro partidos pedáneos: Yaribacoa, Yara, Guá y Vicana.

Plano de Media Luna en el siglo XIX

Debido a su crecimiento el caserío de Vicana aumentó a seis calles largas y anchas de norte a sur y cinco de este a oeste y albergaba antes de la Guerra de Independencia un millar de habitantes. Los nombres de sus calles reflejaban el origen español de sus habitantes: La Caridad, La Covadonga, Calle Real, Montserrat, San Francisco, Las Mercedes y San Pedro. Los cuartones del partido de Vicana eran ocho denominados: Jo, Dos Bocas de Tana, Vicana Abajo, Macaca, Vicana Arriba, Niquero, Belic y Platanito.

De acuerdo con un padrón del año 1823 los habitantes de la pedanía de Vicana sumaban un total de 937, desglosados de la siguiente manera: 472 blancos, 408 pardos libres y 57 morenos libres.

Según censo de 1841 la cantidad de personas que habitaban el poblado de Vicana era de 1734, desglosado del modo siguiente: 694 blancos, 900 libres de color y 140 esclavos.

Guerras de independencia

Una importante parte de la historia cubana se desarrolló en tierras de Media Luna, tanto en los preparativos como en desenconamiento de la Guerra de Independencia. Una vez organizado el Comité Revolucionario de Bayamo con los propósitos de lucha por la independencia de Cuba y crear un Estado republicano y democrático, el patricio Carlos Manuel de Céspedes se encargó de extender la llamaba patriótica por toda la zona del Golfo del Guacanayabo.

En la zona de Vicana venía actuando Pedro María de Céspedes, hermano del hombre de La Demajagua, dueño de la hacienda caridad de Macaca y de una tienda, el que comenzó a luchar a todos los dispuestos a emprender la lucha liberadora los partidos de Vicana y Portillo.

Después de muchas reuniones en distintos territorios, incluyendo varias en la jurisdicción de Manzanillo, los revolucionarios acordaron alzarse en armas el 14 de octubre de 1868. Sin embargo, muchos de los comprometidos se inclinaban por la idea de realizar el alzamiento después de terminada la zafra y que sólo los manzanilleros, capitaneados por Carlos Manuel de Céspedes, y los tuneros se manifestaban impacientes. Fueron ellos quienes forzaron los acontecimientos.

Los preparativos en La Caridad habían adquirido tal organización que más de 400 hombres estaban localizados y parcialmente armados. Todo estaba listo y hasta una bandera estaba confeccionada por Adolfina de Céspedes, cuyo diseño se discutió el 6 de octubre en el ingenio Rosario de Calix, cercano a Manzanillo.

El mando español conoció de los panes subversivos en Bayamo, Jiguaní y Manzanillo por lo que el 8 de octubre de 1868, el capitán general Francisco Lersundi, ordenó por telégrafo al teniente gobernador de Bayamo, el teniente coronel Julián Udaeta, mediante un telegrama cifrado detener a Carlos Manuel de Céspedes, Francisco Vicente Aguilera, Pedro Figueredo, Francisco Maceo Osorio, Bartolomé Masó, Francisco Javier de Céspedes y añadía otros nombres de conocidos conspiradores. Pero ese día el telegrafista que recibió el mensaje fue Ismael de Céspedes, sobrino de Carlos Manuel. Ismael advirtió a Perucho Figueredo antes de entregar el mensaje y esto permitió que se dispusiera del tiempo justo y suficiente para que no abortara la Revolución. Se dispararon los acontecimientos.

Sin saber esto ya en Macaca la actividad se había vuelto febril. Una bandera ya estaba confeccionada. Al enterarse Carlos Manuel de Céspedes, en la noche del 8 de octubre de las noticias llegadas desde Bayamo decidió adelantar el alzamiento.

Alzamiento de Caridad de Macaca

Esa misma noche encomienda a Francisco Estrada y Céspedes, su sobrino, la tarea de avisarle a Pedro en hacienda La Caridad para que este se lanzara a la manigua.

Pancho Estrada llegó a caballo a caridad de Macaca el día 9 de octubre de 1868, en horas de la mañana y allí Pedro María de Céspedes acordó con sus hombres realizar el alzamiento ese mismo día y poner en práctica el plan de Carlos Manuel. Pedro puso a disposición de los más de cuatrocientos hombres las provisiones de su tienda.

En horas del mediodía ante aquella masa de hombres, Pedro María de Céspedes dio el primer grito de independencia, fue enarbolada la bandera y a galope salieron para atacar la capitanía pedánea de Vicana. Alrededor de las doce y media de la tarde se dispararon los primeros tiros de la contienda de la cruzada por la libertad.[11]

Si apenas la pequeña guarnición española opuso resistencia a los patriotas. Allí se obtuvieron las primeras armas y municiones.

Estas son tres razones poderosas para tomar como referencia, al hablar del inicio de la guerra, el alzamiento del 9 de octubre en La Caridad de Macaca. Vicana y Macaca ocupan una posición privilegiada en la historia de Cuba.

Pedro María de Céspedes condujo a sus hombres hasta el hato comunero de Callahacas, en el partido pedáneo de Guá, donde expropiaron las propiedades de Carlos Cancino, un acólito del gobierno español, al que le confiscaron el ganado y productos de su tienda.

El 10 de octubre, Carlos Manuel de Céspedes protagonizó el gigantesco alzamiento de La Demajagua, al frente de unos seiscientos patriotas. Pedro maría de Céspedes con sus hombres formó la División de Vicana, la que a los pocos días contaba con ochocientos efectivos. Entonces recibió la orden del mando revolucionario, encabezado por su hermano Carlos Manuel, de avanzar hasta la Sierra de Nagua, donde se produjo el 14 de octubre la fusión con los hombres de la División de Manzanillo.

En los primeros meses de la guerra de la División de Vicana participó en el asedio a la villa y puerto de Manzanillo y en evitar el envío de refuerzos hacia la ciudad de Bayamo.

Guerra entre 1868 y 1876

A raíz del inicio de la guerra el gobierno español desarrolló la iniciativa de agrupar a los campesinos de la zona con el pretexto de protegerlos de las acciones bélicas. En realidad, el propósito era otro, el de reducir las posibilidades de abastecimiento de las fuerzas insurgentes.

Desde marzo de 1869, las tropas españolas comenzaron a concentrar a los campesinos de esta zona en Managuano, un lugar situado entre los actuales Media Luna y Niquero. El campamento era dirigido por el comandante retirado español don Manuel Reitor. Pero resulta que estaba muy cerca de una ciénaga del mismo nombre y hacía muy nocivo el clima y el ambiente para vivir. Así las cosas, el 1 de mayo de 1869 la pequeña comunidad se mudó ensenada de Media Luna, junto a la orilla del río Vicana, en la costa del Guacanayabo, que tenía este nombre por su forma de media luna.

Muchas familias eran desalojadas de los campos por las tropas españolas y llevadas a Media Luna. Pero en 1870, el año más difícil de la lucha, el mando español abrió otros dos campamentos: el de Vicana Abajo, como comandancia militar de la zona y el de Campechuela.

El 4 de marzo de 1869 fuerzas del Ejército Libertador combatieron en Macaca a un regimiento hispano, al que causaron cuatro muertos y catorce heridos, mientras los patriotas tuvieron nueve muertos.

El comandante Higinio Vázquez, del batallón del coronel Flor Crombet, el 11 de marzo de 1876, preparó una emboscada en el camino de El Cedrón a una columna española. Por su parte, el comandante José Infanzón y el capitán Francisco Leyte Vida, el 10 de agosto de ese mismo año, pelearon en las cercanías de El Cedrón un batallón de infantería, causando al enemigo tres muertos, capturaron armas y municiones, en tanto los patriotas tuvieron cuatro heridos, entre ellos, el comandante Infanzón.

Surgimiento del poblado de Media Luna

El incremento de los núcleos poblacionales del Guacanayabo motivó a que en septiembre de 1876 fuera solicitado al Gobierno español elevar a condición de pueblo con el título de “valeroso y fiel" a Vicana, Campechuela y Niquero y caserío a Belic, Media Luna y Macaca.[12]

Esta petición fue denegada por el momento con la alegación de una vez terminada la guerra estas familias regresarían a sus antiguas estancias y vegas en que vivían antes del estallido de la insurrección y, en consecuencias, desaparecerían los citados asentamientos.

En el caso del caserío de Media Luna, una vez concluida la Guerra Grande, los habitantes se mantuvieron en este sitio, por lo que junio de 1878 el Gobierno español reconoció su estatus de poblado. A esa parte del pueblo durante mucho tiempo se le conoció como Pueblo Viejo y aún subsisten partes del antiguo cementerio en donde fueron enterrados los fallecidos hasta 1926.

En 1884 en Media Luna Baltasar Otamendi estableció un pequeño ingenio azucarero al que bautizó con el nombre de El Carmen en el barrio que hoy lleva el mismo nombre. La vida de este centralito fue breve, pero arrastró a muchas personas en busca de trabajo.

En 1885 llegaron a Cuba los hermanos Ricardo Arturo y Tomás Beattie, de origen inglés, los que buscaban realizar inversiones en la industria azucarera. Al año siguiente, los hermanos Beattie Brooks establecieron el ingenio ISABEL B. Los hermanos Beattie absorbieron a todos sus competidores en la zona, procediendo comprar 220 caballerías que pertenecían a varios propietarios, entre ellos, los hermanos Ferrer y Baltasar Otamendi. Las primeras colonias que pasaron a formar parte de las tierras del central Isabel fueron El Almiquí y Los Guayos.[13]

En 1887 el nuevo central realizó su primera zafra con una producción de unos 25 mil sacos de azúcar. En 1895 el central Isabel se había convertido ya en el principal de la costa del Guacanayabo.[14] Así surgió lo que más adelante recibió el nombre de Vicana Sugar Company, que arrasó con el ingenio de Otamendi y extendió sus tentáculos a una buena parte de la provincia de Oriente. Allí Ricardo realizaba cruzamientos entre las variedades de caña POJ 28-78 y la Santa Cruz 4-12 y distribuyendo 80 plantas en los cuatro canteros comenzó a cosechar resultados.

De este modo, puede decirse que Media Luna como tal surgió alrededor del central azucarero. Este constituyó la base económica principal de la vida del territorio. Desde entonces fue una tierra cañera y la vida giraba alrededor de los trabajos de esta industria.

Guerra de 1895

Una vez llegada la orden de alzamiento al general Bartolomé Masó, como principal jefe conspirativo en las regiones de Manzanillo, Bayamo, Holguín y Las Tunas, el 22 de febrero de 1895, el líder independentista envió emisarios a todas las poblaciones. Todo debía estar listo para provocar la insurrección dentro de dos días.

Por eso, el 24 de febrero de 1895, alzaron en armas en Niquero, Ceiba Hueca y Dos Bocas de Tana, punto cercanos a Media Luna más de sesenta hombres, bajo el mando del teniente del 68 Dominador de la Guardia.

El 29 de mayo de 1895, el coronel Salvador Hernández Ríos, quien actuaba por las cercanías de Media Luna, celebró un combate con una columna española que llegaba desde Vicana. La acción se prolongó por unas tres, haciendo retroceder al enemigo hacia Campechuela.

El 24 de agosto de 1895, tropas cubanas al mando del coronel Salvador Hernández Ríos, alrededor de las diez de la mañana, atacó una fuerza española acantonada en el batey del central “Isabel” y en Pueblo Nuevo. De nuevo, el día 29 de ese mes, los patriotas tirotearon el poblado, causando tres heridos al enemigo.

En la zona de Dos Bocas de Tana murió el 7 de septiembre de 1895 el general de brigada Federico Augusto Icháustegui Cabrera, natural de La Habana, quien gravemente herido, se refugió en las lomas de Mogote, y allí falleció a consecuencia de las heridas recibidas. El 22 de octubre de 1896, tropas mambisas procedieron a atacar Media Luna. Durante el tiroteo prendieron fuego a los sectores de Pueblo Viejo y La Marina.

A comienzos de enero de 1897, los patriotas quemaron el poblado de Vicana Abajo, causando su casi desaparición. El día 3 de febrero, se produjo un combate en Caney Abajo en 1896, donde nueve libertadores hicieron huir hacia Media Luna una patrulla española. El 14 de marzo de 1897 se libró otro combate en las cercanías de Media Luna, casando a los contrarios tres muertos; el 17 de marzo, los libertadores contendieron contra la guerrilla local del capitán de voluntarios Florentino Gutiérrez García, conocido por Gutierrillo, al que causaron la muerte, a otros miembros de la feroz guerrilla.

Desde comienzo de 1898, el general de división Salvador Hernández Ríos comenzó a operar por el suroeste de Manzanillo. El 2 enero libró un combate en Dos Bocas de Tana contra una columna española, a la que hizo numerosas bajas; el 4 de marzo, una tropa mambisa mandada por el teniente Justo Guerra hostilizó una columna colonialista en Los Manantiales, mientras el teniente coronel Eligio Ricardo combatía a otra agrupación enemiga la zona de Pablo; y el 6 de marzo, el teniente Milán con unos treinta hombres, hostigó una columna española que había del campamento de El Chino, en las montañas de Campechuela, en el camino de Vicana Arriba a Media Luna.

Por otra parte, el 7 de julio, cuando los españoles evacuaban un campamento de Niquero, los emboscó en El Bongo. Esta fue la última acción combativa en el sector de Media Luna, porque el 12 de agosto de 1898 se firmó el cese de las hostilidades todas las guarniciones españolas de la costa se concentraron en el puerto de Manzanillo.

Período de la República Neocolonial

La conclusión de la Guerra de Independencia dejó el territorio de Media Luna en total ruina, al desaparecer sus pequeños ingenios y trapiches azucareros y ser destruidas sus haciendas y estancias. Prácticamente no había ganado vacuno ni de cerda. Las masas campesinas, sin tierras, prefirieron quedarse en el poblado de Media Luna, por lo que surgen nuevos repartos como Tronco Mulo, Vista Alegre, El Molino, La Jagua, El Carmen y La Marina, atraídos por la posibilidad de emplearse en la naciente industria azucarera.

Ricardo Beattie Brooks se instaló en Media Luna y comenzó en el año 1900 la construcción de la casa de viviendas, hoy Palacio de Pioneros; su construcción concluyó alrededor de 1912 aunque todavía se le añadieron detalles hasta 1920. También de los años 1910 a 1920 datan las otras casas del batey del central en las que vivían parientes y la aristocracia obrera, el jefe de la planta, el jefe de oficinas, etc.

Casa de vivienda de la familia Beattie Brooks, hoy Palacio de Pioneros.

Un acontecimiento de carácter científico acaecido en Media Luna tiene estrecha relación con el ingenio Isabel B y con don Ricardo Hudson Beattie Brooks. Don Ricardo, como todos le conocían, era un destacado investigador en la rama de la biología animal y vegetal. En la parte que se encuentra detrás de la casa donde radica la Logia Caballeros de la Luz don Ricardo mandó construir un grupo de canteros experimentales para buscar variedades más productivas de caña de azúcar. Construyó en total 4 canteros. Allí comenzó a realizar sus experimentos.

En 1930, en el cantero 4 la planta número 17 y en el cantero 3 la planta número 18 fueron las más favorecidas genéticamente. Así surgen las variedades de caña Media Luna 4-17 y Media Luna 3-18. Esta última fue la primera variedad de caña sembrada en Cuba que no fue importada sino obtenida en el país. Llegaron a sembrarse 377.83 caballerías de esta variedad y fue la segunda en toda Cuba en cuanto al área de dispersión. Pero la Media Luna 3-18 también se sembró en Puerto Rico, en Nicaragua, en Brasil, en La India, en Java y hasta en Paquistán. Clasifica como el resultado científico más importante de la historia de Media Luna. Don Ricardo murió en Media Luna en 1938, a los 81 años a edad.

En 1912 se produjo una huelga convocada por el Partido Socialista de Manzanillo encabezado por Agustín Martín Veloz y que allí se enarboló un reclamo por la jornada de 8 horas de trabajo y por el aumento del pago por el corte y tiro de la caña. En 1918 se refieren otras manifestaciones importantes que exigían una jornada laboral más corta. Esto demuestra que desde muy temprano el movimiento obrero de Media Luna estuvo muy activo en sus reclamos frente a los dueños de la Vicana Sugar Company.

Fundación del central Isabel B, hoy Juan Manuel Márquez

En 1920 se produjo un suceso que marcará definitivamente la historia de Media Luna. El domingo 9 de mayo nació en horas del mediodía, en una casona del barrio de Pueblo Nuevo, Celia Esther de los Desamparados Sánchez Manduley. Era la hija del doctor Manuel Sánchez, médico del pueblo, historiador, arqueólogo y patriota destacado. Celia se convertiría en el futuro en la legendaria luchadora clandestina y guerrillera intachable, en la más cercana colaboradora de Fidel.

Casa natal de Celia Sánchez en Media Luna

No es Celia la única figura de relieve internacional nacida en Media Luna. El 27 de enero de 1925, en la zona de Purial de Vicana nace Juan Vitalio Acuña, destacado guerrillero que se incorporó a la lucha desde muy temprano, que tuvo su bautismo de fuego en el combate del Uvero y que con los años acompañaría al Che Guevara a Bolivia como segundo jefe de la guerrilla, cayendo en combate en el Vado de Puerto Mauricio, el 31 de agosto de 1967

Juan Vitalio Acuña Nuñez

El 11 de agosto de 1925 se constituyó la Agrupación Comunista de Media Luna, en el barrio del Rincón, en la casa de Julio Fonseca. El acta de constitución la formaron Luis Kanín (presidente provisional), Daniel Sanz (quién es sustituido posteriormente), Eugenio Alarcón, Albano Rivero Borrero, Antonio Acuña, Ciro Leyva y José Carbonell. Esta fue una de las primeras en constituirse en Cuba junto a las de Guanabacoa, Guantánamo, Manzanillo y San Antonio de los Baños.

También se fundó la primera sección del Sindicato de Trabajadores Portuarios, dependiente del Sindicato Marítimo Manzanillo. Estas fuerzas obreras jugaron un papel importante en la derrota de la dictadura del general Gerardo Machado, obligado a huir del país el 12 de agosto de 1933.

El parque de Media Luna

El parque central de Media Luna fue construido entre 1927 y 1928 y bautizado con el nombre de Ricardo Hudson Beattie. Tuvo inicialmente una glorieta de madera, la cual fue sustituida por la actual en 1930. Para construir el parque fue necesario mudar el terreno de béisbol y el 11 de octubre de 1927 se inauguró un nuevo estadio en el lugar donde hoy se encuentra con un doble juego de pelota contra un equipo de Niquero, Media Luna ganó los dos juegos.[15]

Al recién construido parque (hoy Parque de los Mártires) asistieron importantes orquestas de la época para participar en bailables que se desarrollaban en un área cercada alrededor de la glorieta de modo que para pasar a bailar había que pagar. El parque se convirtió rápidamente en centro de reunión y socialización, algo así como el centro del poblado.

Durante el Gobierno de los Cien Días, entre septiembre de 1933 y enero de 1934, donde actuaba como ministro de Gobernación Antonio Guiteras, hubo un mejoramiento considerable de las condiciones de vida y de trabajo de los obreros medialuneros.

Masacre del 34 en Media Luna

Pero el 15 de enero de 1934 se estableció el gobierno reaccionario conocido en la historia de Cuba como Batista–Caffery–Mendieta. Todas las conquistas obreras se fueron perdiendo aceleradamente hasta llegar a una situación explosiva. El 15 de julio en el lugar conocido como La Guásima de Tronco Mulo se organizó una pacífica concentración de obreros del sector agroindustrial azucarero a la que se unió un grupo de personas que pasaban por allí. Reclamaban las ocho horas de trabajo, el pago en moneda de curso legal, los tres turnos de trabajo, más empleos, el derecho a la huelga, en fin, una enorme cantidad de conquistas perdidas bajo el gobierno de turno. Apoyaban la concentración la dirección del Partido Comunista y la Liga Juvenil Comunista, ambos en condiciones de clandestinidad.

Aunque se había autorizado la concentración, la reacción burguesa y latifundista preparaba las condiciones para su represión. El teniente Becker, jefe del cuartel de la guardia rural, hombre recto y respetuoso de las leyes, fue removido por el teniente Camping, procedente del cuartel de Campechuela y que tenía fama de matón. El administrador del ingenio, Delio Núñez Mesa, salió del poblado para evitar las posibles represalias obreras y hacer ver que no estaba comprometido con la acción.

Una tropa, compuesta de siete guardias, con el teniente Camping al frente, salió del cuartel hacia el punto de concentración obrera. Llegaron disparando primeramente al aire para asustar a los concentrados y de inmediato, sin dar tiempo a nada, abrieron fuego contra la multitud provocando ocho heridos y asesinando a Adrián Peral, a Emilio Labrada y a Antonio Ballesteros. Este suceso pasó a la historia como La masacre del 34.

El 12 de junio de 1943 visitó Media Luna el líder azucarero y comunista Jesús Menéndez Larrondo, quien se reunió con los obreros y pueblos en general a orillas del río Vicana, donde había un corpulento algarrobo. Allí trazó planes para el pago del diferencial azucarero y la sistemática lucha de los trabajadores por la jornada de ocho horas y el jornal mínimo.

Guerra de Liberación Nacional

Después de todo un desfile de gobiernos corruptos, de abuso, de explotación y de olvido de las más mínimas necesidades de la población, Media Luna se había convertido en un poblado muy pobre donde se disponía de trabajo sólo para una parte de la gente en el ingenio y solamente durante tres meses a lo sumo, que era el tiempo que duraba la zafra azucarera, después venía el tiempo muerto.

La miseria en la zona del campo y en los barrios marginales de la zona urbana era evidente. Las esperanzas de todo el pueblo cubano estaban aferradas al Partido Ortodoxo, pero con la trágica muerte de Eduardo Chibás esas esperanzas se disolvieron, no obstante, quedaba un proceso electoral en el que dicho partido, por el prestigio acumulado, aún tenía algunas opciones.

Pero el 10 de marzo de 1952, el ex general y senador Fulgencio Batista, con los propósitos de apoderarse del gobierno y evitar el triunfo previsible del Partido Ortodoxo dio un Golpe de Estado que sumergió a todo el país en la violencia, la inconstitucionalidad y la ilegalidad del partido Comunista, la ley mordaza y el abuso del pueblo.

La juventud cubana, agrupara en la Generación del Centenario, dirigida por el joven abogado Fidel Castro, asaltó el 26 de julio de 1953, los cuarteles Guillermo Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, en las ciudades de Santiago de Cuba y Bayamo, respectivamente. Era la señal de la lucha armada para derrotar la dictadura.

Los moncadistas fueron sancionados a largos años de prisión, por lo que los revolucionarios ingresaron en organizaciones promovidas por el Partido Auténtico para luchar contra la dictadura batistiana. En Media Luna y Pilón, donde radicaba, la joven Celia Sánchez se involucró con varias de estas organizaciones de perfil insurreccional, pero todas carecían de líderes verdaderamente capaces de llevar a cabo el proyecto liberador y no pasaron de ser demagógicas y oportunista.

Creación del Movimiento 26 de julio

Entonces el pueblo comenzó la lucha por su excarcelación de Fidel Castro y los moncadistas presos, obligando al dictador a incluirlos en una Ley de Amnistía firmada en mayo de 1955. A raíz de este trascendental hecho, el héroe del Moncada creó el Movimiento Revolucionario 26 de Julio (MR–26–7), el que prontamente se extendió por todo el país. Los objetivos principales eran desencadenar la lucha armada y lograr una patria libre y soberana.

La creación del MR–26–7 en los municipios de Manzanillo, Campechuela y Niquero estuvo a cargo del joven manzanillero Manuel Echevarría Martínez, quien viajó a Media Luna y Pilón, donde puso al tanto del proyecto revolucionario a Celia Sánchez. Esta valiosa mujer coordinó las acciones en Pilón y visitaba frecuentemente Media Luna, donde alentaba la lucha revolucionaria. En Media Luna, en específico, su fundación se realizó en el Parque de los Mártires, en un momento posterior al mes de junio de 1955. Rolando Alarcón fungió como su primer jefe de acción y sabotaje que era quien impartía las orientaciones al grupo de jóvenes revolucionarios.

Celia Sánchez atendió las visitas de Pedro Miret y Frank País a Pilón, siendo designada para preparar los campesinos de la zona del Guacanayabo para decepcionar la expedición militar que Fidel Castro traía desde México, país en que se vio obligado a exiliar. En coordinación de esta relevante tarea estuvo en contacto con los hermanos Crescencio y Ramón Pérez Montano, vecinos de Ojo de agua de Jerez y Purial de Vicana, respectivamente, en las geografías de Pilón y Media Luna.

Para el despliegue más efectivo de sus actividades Celia Sánchez logró que Randol Cossío, natural de Media Luna, llegara a ser piloto del coronel Alberto del Río Chaviano, jefe del cuartel Guillermo Moncada, en Santiago de Cuba. A través del agente infiltrado, llegaron a manos de Celia planos e itinerarios de los guardacostas y que fuera suprimido el patrullaje aéreo por la costa sur en los días próximos al desembarco, planificado para el 30 de noviembre de 1956.[16]

Por orden de Celia, trasmitida desde el 29 de noviembre de 1956, los miembros del MR–26–7 de Media, se acuartelaron para esperar la expedición armada de Fidel Castro la que debía llegar al día siguiente por la costa sur de Oriente. El plan era tomar los cuarteles de Niquero y Media Luna y con las armas capturadas internarse en la Sierra maestra. Los puntos de concentración fueron en una casa cercana a la playa de Media Luna. Sin embargo, la expedición del yate Granma arribó por la por la rada de Niquero días después, el 2 de diciembre de 1956, cuando el personal movilizado en Campechuela, San Ramón, Media Luna, Niquero y Pilón se habían desmovilizado y Celia Sánchez tuvo que refugiarse en la ciudad de Manzanillo, perseguida por los sicarios del régimen batistiano.

Por tanto, la expedición fidelista no pudo desembarcar por la zona prevista, sino Los Cayuelos, pantanosa y rodeada de manglares. Los expedicionarios buscaban llegar a la Sierra Maestra a cualquier precio. La inexperiencia los hace cometer errores que conducen al conocido desastre de Alegría de Pío. Después comienza toda una pesadilla. Varios de los revolucionarios perdidos son capturados y masacrados cruelmente, algunos logran escapar y otros pequeños grupos, perseguidos y atacados por el hambre y la sed, se empeñan en llegar a la Sierra, pero sin buenos prácticos en vez de dirigirse a Niquero lo hicieron hacia los montes de El Toro, cercano al litoral entre Cabo Cruz y Pilón .

Alejada del escenario del desembarco, Celia no pudo coordinar una pronta ayuda a los expedicionarios, los que el 5 de diciembre libraron el combate de Alegría de Pío. En la acción fueron dispersados y en los días siguientes la tiranía asesinó a veintiún hombres del Granma. Con mucha astucia, valor y cooperación de los campesinos grupos de expedicionarios, bajo el mando de Fidel Castro, Juan Almeida y Raúl Castro avanzaron hacia el interior de la Sierra Maestra.

En tanto, en Media Luna, el 6 de diciembre de 1956 fue capturado el luchador clandestino Fructuoso Pérez, apodado Niño, y conducido a los calabozos del cuartel de Media Luna. Hasta allí llegó el capitán Caridad Fernández, uno de los más crueles asesinos de la dictadura, quien utilizó métodos violentos para interrogarlo. Sin embargo, el sargento Luis Ignacio Díaz logró que fuera liberado una semana después, evitando que fuera asesinado. El joven pasó a la clandestinidad y posteriormente se incorporó a la guerrilla en la Sierra Maestra.[17]

Hechos de Cinco Palma

El grupo de Fidel estuvo integrado por Universo Sánchez y Faustino Pérez, los que a partir de El Plátano contó con la ayuda de los campesinos Guillermo García Frías, Ignacio Pérez Zamora y Baurel Pérez, quien los guió hasta la finca El Salvador, en la zona de Purial de Vicana. Era propiedad de Ramón Pérez Montano, donde fueron atendidos y escondidos en un cañaveral cercano a la casa y a la tienda de Mongo Pérez.

Por su parte, el 18 de diciembre, en horas de la madrugada, arribó a Purial el grupo encabezados por Raúl Castro, donde marchaban Ciro Redondo, Efigenio Ameijeiras, René Rodríguez, Armando Rodríguez y César Gómez. Allí contactaron con Hermes Cardero, quien desconocía la presencia de Fidel Castro en la zona, debido a la discreción de Mongo Pérez.

Entonces Hermes salió a indagar si habían pasado algunos rebeldes hacia la Sierra Maestra por aquella zona. En su pesquisa llegó hasta la tienda de Ramón Pérez Montano, con quien pasó a conversar del asunto en la trastienda. Exasperado por el mutismo del comerciante, Hermes Cordero le dijo:[18]

«Así que tú no sabes nada de los expedicionarios que desembarcaron por Niquero .

— No, esa gente debió ser capturada por el ejército. El cerco no lo pasa nadie– manifestó Mongo Pérez.

— ¿Y no cabe la posibilidad de que algunos hallan llegado hasta por acá? – insistió Hermes.

— Yo no lo creo- repitió Ramón con aire contenido.

— Yo tengo un problema Mongo y tú me tienes que ayudar.

— Bueno habla hombre.

— Mongo... yo tengo a Raúl Castro en mi casa.

— ¿Tú sabes los que estás diciendo?

— Sí, yo tengo en mi casa a Raúl... insistió Hermes. Mongo Pérez sin dejar de mirarlo con una tremenda alegría reflejada en el rostro le respondió:

— ¡Y yo tengo a Fidel!

A partir de ese momento se contactó con el campesino Primitivo Pérez para que en la noche del e del 18 de diciembre, sirviera de guía a Raúl Castro y sus hombres hasta el cañaveral donde estaba Fidel Castro. En la noche clara se produjo la fusión de los dos grupos, escoltados por cinco palmas.

–¿Cuántos fusiles traes? –pregunta Fidel a Raúl.

–Cinco.

–¡Y dos que tengo yo, siete! ¡Ahora sí ganamos la guerra!»

En tanto, el grupo de Juan Almeida, compuesto por el médico Ernesto Che Guevara, Ramiro Valdés Menéndez, Reynaldo Benítez Nápoles, Rafael Chao, Camilo Cienfuegos Gorriarán, y Francisco González, en la en la madrugada del 21 de diciembre, bajó por la loma de la Nigua hasta el cafetal de Mongo Pérez, donde Fidel los estaba esperando.

Rememoración treinta años después del Encuentro en Cinco Palma

Los expedicionarios reagrupados en la finca El Salvador, la que pronto tomó el nombre de Cinco Palma, en recuerdo de la estancia de Fidel Castro y sus hombres allí, fueron atendidos con esmero por los campesinos de la zona aún a riesgo de sus propias vidas y las de sus familiares. Eterno será el agradecimiento del núcleo guerrillero a los humildes por pobladores de la zona. De allí no se escapó la más mínima información, allí se recibieron mensajes, provisiones, armas, balas.

El 23 Faustino Pérez recibió la misión de dirigirse a Manzanillo para establecer contacto con el MR-26-7 en esa ciudad. Llegó Calixto Morales a Purial de Vicana. En total quedaron allí quince expedicionarios y se incorporaron los primeros tres campesinos a la naciente guerrilla, Crecencio Pérez, Manuel Acuña, Sergio Pérez Zamora.

Ernesto Guevara, reflexionando sobre aquellos momentos, relató:[19]

«Unos quince hombres destruidos físicamente y hasta moralmente, nos juntamos y solo pudimos seguir adelante por la enorme confianza que tuvo en esos momentos decisivos Fidel Castro, por su recia figura de caudillo revolucionario y su fe inquebrantable en el pueblo.»

El 25 de diciembre Fidel decidió, incorporados internarse más en las montañas y comenzar la guerra contra la dictadura de Batista.

Incremento de las filas del Ejército Rebelde

Desde Manzanillo Celia Sánchez, una vez conocida la existencia del núcleo guerrillero, mandó los primeros recursos. En el propio diciembre de 1956 ya subía el primer refuerzo coordinado por ella. En ese grupo iba ya un medialunero de la zona urbana conocido en su pueblo por el nombre de Hermilio Rey, conocido por Nango. La guerrilla contaba con la presencia de otro medialunero en los primeros difíciles meses del naciente Ejército Rebelde. Poco después otros dos medialuneros se sumaron a la lucha guerrilla: Hermes Cardero y Juan Vitalio Acuña.

Estas fuerzas libraron los combates de La Plata, Llanos del Infierno y El Uvero. Este último se llevó a cabo el 28 de mayo de 1957, donde por vez primera pelearon todos los hijos de Media Luna juntos: Celia Sánchez, Manuel Acuña, Juan Vitalio Acuña, Hermes Cardero, Anselmo Vega, Miguel Ángel Manals. En esta acción murió Anselmo Vega y fueron heridos Manuel Acuña en una mano y Miguel Ángel Manals a quien una bala le atravesó un pulmón.

Celia Sánchez, la eterna guerrillera

De esta manera Celia Sánchez se convertía en la primera guerrillera en participar en un combate y en integrar el Estado mayor del Ejército Rebelde, bajo la conducción directa del Comandante Fidel Castro.

En julio de 1957 se produjo un suceso de mucha trascendencia en Media Luna. Un grupo de mujeres participaron en una manifestación popular en su pueblo en recordación de los sucesos de Moncada. La guardia rural rompió la manifestación a planazos y apresó a varias de ellas, siendo trasladadas al cuartel Moncada en Santiago de Cuba. Francisco Aleaga Sariol, miembro de Partido Socialista Popular (PSP), fue comisionado para conseguir la liberación de las valientes mujeres por cualquier vía.

Estando en Santiago de Cuba, el 30 de noviembre de 1957, Francisco Aleaga lo sorprendió el asesinato de Frank País, en plena calle. Entonces el PSP y el MR–26–7 orientaron organizar huelgas, sabotajes y manifestaciones en la zona de la costa del Guacanayabo como represalia por el asesinato del joven revolucionario. A través de Aleaga se conocieron de estas orientaciones en Media Luna. Por eso, a través las coordinaciones del MR–26–7, los sindicatos y el PSP el 2 de agosto de 1957 se inició una huelga que recorrió el poblado. Los huelguistas avanzaron por La Marina, donde se iba nutriendo en la medida en que avanza hacia el barrio de El Carmen. En esta manifestación se incorporaron muchos revolucionarios, entre ellos Nango Rey, que había estado en la guerrilla de la Sierra Maestra.

La multitud gritaba las consignas de ¡Abajo Batista! ¡Viva Fidel! Pero de pronto Nango Rey empezó a decir: ¡Viva el Che Guevara! ¡Viva el médico argentino!, pues había sido compañero de Ernesto Che Guevara en las montañas y conocía de sus rectas convicciones revolucionarias.[20]

Una foto de la época muestra Gilma Reyes, con camisa de cuadros, y a su izquierda, Guillermina Acuña, Milagros Aguilera y Lidia Acuña. El hombre que aparece al frente, con camisa blanca, era Nango Rey.

La huelga de agosto de 1957 en Media Luna

Nadie podía imaginar entonces que el nombre de Ernesto Che Guevara sería conocido por el mundo como uno de los más grandes revolucionarios de todos los tiempos. Sin embargo, cabe a Media Luna el privilegio de haber pronunciado su nombre y deseado una larga existencia en su lucha en bien de los cubanos.

Coincidentemente, ese día los guardias estaban reunidos en Niquero, la cabecera municipal en aquellos tiempos, saliendo de allí con la orden de acabar con las huelgas organizadas en varios puntos de Oriente por la muerte del líder revolucionario Frank País.

Lucha guerrillera en Media Luna

El territorio de Media Luna fue escenario de combates, varias escaramuzas y tiroteos a medida que la lucha armada se extendía por toda la provincia de Oriente. Entre los combates deben mencionarse los de Pimental y Cisneros. El pelotón guerrillero del capitán Fernando Basante recibió la misión de sabotear el tiro de caña, el que era protegido por los militares del régimen. Entonces Basante en febrero de 1958 preparó la emboscada de Cisneros a una compañía del enemigo, transportadas en tres camiones. Dos de los camiones se adelantaron y la tropa de Basante abrió fuego. En medio del combate llegó el tercer camión con varios refuerzos. Se dio la orden de retirada.

En la refriega fue herido Manuel Dieppa y sus compañeros trataron de ocultarlo para dejarlo en manos amigas hasta que se repusiera. A Israel Licea le correspondía la tarea de proteger la retaguardia. Un guardia bien ubicado en posición de francotirador cazó literalmente a Licea y le dio un tiro en la frente matándolo de inmediato. Después encontraron a Dieppa, al que arrastraron hasta el lugar del combate, lo recostaron herido sobre el tronco de una palma caída y lo remataron cobardemente. Ambos cuerpos fueron subidos a una camioneta y trasladados hasta Jíbaro donde los enterraron.

Con la ofensiva revolucionaria del segundo semestre de 1958, a las fuerzas de la tiranía se le iba cerrando toda posibilidad de maniobra ofensiva. Apenas si salían de los poblados por temor a caer en una emboscada. Esta situación la aprovechaban las fuerzas rebeldes para penetrar en Vicana Abajo como si fuera su propia casa y en varias oportunidades entraron al pueblo provocando tiroteos y encontronazos.

Los guerrilleros en noviembre de 1958 bloquearon la carretera de Media Luna a San Ramón. Por allí no se podía circular si las tropas rebeldes no lo autorizaban. En diciembre, los hombres del comandante Crescencio Pérez tenían prácticamente cercado el cuartel de Media Luna.

Muerte del capitán Raúl Podio Saborit

El 26 de diciembre de 1958, en Rejondón de Báguanos, en horas de la mañana, cayó gravemente herido el joven capitán medialunero Raúl Podio Saborit, uno de los más valientes oficiales del Ejército Rebelde. Contaba con un envidiable aval combatiente en su haber. Al frente de una escuadra participó en la Batalla de El Jigüe, en la Sierra Maestra, junto a los entonces capitanes Guillermo García, Ignacio Pérez y Juan Vitalio Acuña. Luego, tomó parte en la Batalla de Guisa, como segundo al mando del pelotón del capitán Ignacio Pérez. Y, en diciembre, al frente de un pelotón pasó a reforzar las tropas que peleaban en Báguanos.

Era un joven de veintidós años de edad y ya ostentaba las estrellas de capitán. Ese 26 de diciembre haciendo gala de su temerario comportamiento, Raúl Podio se acercó peligrosamente a una tanqueta enemiga. Sus compañeros le habían advertido del peligro que aquello representaba, pero él, como siempre, actuaba arriesgando su propia vida. Desde la tanqueta le dispararon con una ametralladora calibre 30, recibiendo varias heridas, pero aún en estas condiciones continuó el combate.

Algunos de sus compañeros de lucha lograron llegar hasta él y trataron de alejarlo de las balas enemigas, pero durante el rescate la ametralladora volvió a impactarlo. Recibió seis impactos de balas. No pudo ser atendido de inmediato, pues el jeep con que contaban tenía algunos desperfectos técnicos. No obstante, lograron levarlos con vida hasta el poblado de Tacajó, pero estaba prácticamente desangrado. Ya sobre la mesa de operaciones, falleció en horas de la tarde. Sin dudas, Media Luna perdía a uno de sus hijos más valientes, quien es eternamente recordado por su pueblo.

Liberación de Media Luna

El 26 de diciembre, la jefatura del Ejército batistiano en Oriente, ordenó el traslado de todas las unidades de la costa del Guacanayabo hacia el puerto de Manzanillo. En los alrededores de Media Luna se encontraban los pelotones rebeldes de los capitanes Ramón Fiallo, Rafael González y Horacio Rodríguez y el MR–26–7 local trabajaba para desestabilizar internamente la vida en el poblado.

Las tropas de la tiranía habían decidido defender aquellas plazas que tuvieran posibilidades de detener la ofensiva rebelde. Su dirección en Oriente orientó la concentración de las tropas en Manzanillo como última esperanza en la zona del Guacanayabo. Así las cosas, el 26 de diciembre, en horas de la mañana, unos por la vía férrea del tren y otros a pie fueron concentrándose los guardias en La Marina, junto a la costa, para tomar un transporte marítimo que los trasladara a Manzanillo.

A las diez y media de la mañana, cado el pueblo vio que los militares batistianos eran evacuados en un barco, procedente de Niquero, se tiró a las calles a festejar la victoria. Después de más siete años de la más cruel dictadura, de asesinatos, de vejaciones y de lucha, la despreciable representación del tirano escapaba huyendo del empuje rebelde. La victoria definitiva estaba cerca. Todos los días se escuchaban los partes de Radio Rebelde que informaba la verdad sobre los combates que se libraban y sobre el avance de las columnas invasoras. El triunfo era irreversible y el pueblo lo festejaba en grande.

En horas tempranas de la noche comenzaron a llegar las tropas rebeldes. El pueblo en la calle, los abrazos, los vítores, las lágrimas de emoción, la alegría infinita de un pueblo, era las estampas más emocionantes. Todos se concentraron el parque central de Media Luna en una gran manifestación popular. Allí estaban los rebeldes, allí estaba Horacio Rodríguez al frente de toda la tropa. Ese 26 de diciembre marcó un hito en la historia de Media Luna.

Revolución en el poder

Primeras leyes de la Revolución

Entre enero 1959 y octubre de 1960 se produjeron cambios significativos en la dirección del proceso revolucionario motivados por la necesidad de la aplicación del programa del Moncada. El Ejército Rebelde en Media Luna capturó a los asesinos y torturadores del pueblo para ser juzgados en los tribunales revolucionarios; brindó asistencia a las víctimas de la guerra y sus familiares; organizó cooperativas agrícolas; construyó viviendas; y trabajó en la repoblación forestal, entre otras tareas.

Los tribunales revolucionarios de los pueblos del Guacanayabo sesionaron en la ciudad de Manzanillo. Estos tuvieron carácter público y se dictaron sentencias contra los reos, en no pocos casos fue aplicada la pena de muerte por fusilamiento. De los asesinos del régimen en Media fueron capturados y juzgados una docena, entre ellos, Ramón Turró.

En abril de 1959 fue creado en Media Luna el Departamento de Asistencia Técnica, Material y Cultural al Campesinado, fue dirigido por Isabel Tamayo Ríos, desde una oficina ubicada en la tienda Los Precios Fijos, en el barrio El Carmen. En esta labor trabajaban Esmirna García Torres, Wilfredo Núñez Pérez y María Luisa (Wicha) Alarcón Martínez. Desde allí coordinaron el censo de maestros y analfabetos de un territorio que abarcaba desde la Sierra Maestra hasta la zona de El Jíbaro y una buena parte del sur del Guacanayabo. Los maestros voluntarios que ubicaron en las pocas escuelas que existían, crearon aulas, y comenzaron los estudios para llevar a cabo la campaña de alfabetización. Además, este departamento puso a trabajar a los maestros hogaristas desempleados y distribuyeron el personal médico de servicios voluntarios en zonas rurales.

Fue creado el Ministerio de Recuperación de Bienes Malversados y se confiscaron todas las adquisiciones ilegales cometidas a partir del golpe de estado del 10 de marzo de 1952. Al alcalde del antiguo régimen, Salvador Hernández, le fue confiscada una finca que tenía en la zona de El Almiquí.

También fueron nacionalizados varios centrales azucareros para investigar el origen de sus capitales, así como la Cuban Telephone Company. Los dueños del central Isabel B se habían marchado al extranjero dejando un representante. Muchos miembros de la familia Núñez perdieron sus fraudulentos ingresos.

Asimismo, se produjo la rebaja de los alquileres de las viviendas, algo que agradeció la parte más humilde del pueblo. Poco a poco va desapareciendo la mendicidad, el espectáculo de los niños abandonados, los indigentes que dormían en los portales de las tiendas, los limosneros harapientos y descalzos. Los servicios médicos comienzan a prestarse de forma gratuita, aunque se respetan las consultas particulares.

Ley de Reforma Agraria

El 17 de mayo de 1959, en Comandancia general de La Plata, Sierra Maestra, fue firmada la Ley de Reforma Agraria que anulaba el derecho de compañías y ciudadanos extranjeros a adquirir tierras en Cuba, excepto en el caso de ciudadanos que fuesen pequeños agricultores. En su articulado limitó a treinta caballerías el máximo de tierras que se podían poseer.

Para coordinar todas las tareas de la reforma agraria surgió Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA), atendido directamente por el Primer Ministro Fidel Castro.

El INRA fue dirigido en Media Luna por Félix Pérez Meilán, en un vasto sector que iba desde la costa del Guacanayabo y el litoral de Pilón hasta Jibacoa, en la Sierra Maestra. La dirección importante organismo radicaba en la Sociedad Maceo (hoy Casa de Cultura).[21]

En diciembre se firman los primeros 541 títulos de propiedad para los que trabajaban la tierra. De este modo se cumplía uno de los aspectos reflejados en el alegato de autodefensa de “La Historia me Absolverá”.

Desarrollo en la Educación

En diciembre de 1959 fue aprobada la Ley de Reforma Integral de la Enseñanza y en junio de 1960 otra ley garantizó la nacionalización general y gratuidad de la enseñanza. Desde el 23 de diciembre de 1959, surgió la Enseñanza Secundaria Básica para los estudiantes de 7º hasta el 9º grado, despareciendo las llamadas Escuelas Primarias Superiores. En Media Luna se instaló en la segunda planta del centro escolar la secundaria básica Carlos Manuel de Céspedes, siendo su primera directora la profesora Aida Mestre Esturo, quien había fungido como directora de la primaria superior local durante varios años. En tanto, la planta baja se convirtió en la escuela primaria Rafael María de Mendive. El 2 de mayo de 1960 la escuela Santos Ángeles Custodios, el colegio de monjas medialunero pasó a ser propiedad del Estado cubano, donde poco después se fundó una escuela primaria con el nombre de Capitán Raúl Podios Saborit.

Las instalaciones deportivas de los antiguos clubes aristocráticos fueron puestas al servicio del pueblo y convertidas en círculos sociales. El club “Media Luna” se convierte en Círculo Social, el cual tuvo acceso libre. En el local de la Colonia Española se estableció el Consejo de la Alfabetización, el que poco después pasó a ser un Sub-Consejo, regido desde Niquero por Isabel Tamayo y Esmirna García. El local medialunero llegó desde Manzanillero a dirigirlo Juvencio Guerrero, un reconocido profesor de historia.

Desde 1960 se crearon los contingentes de maestros voluntarios, donde ingresaron muchos medialuneros como Walfrido (Chin) Núñez Pérez, Eugenio Borrell, Raúl Rodés, Gilma Reyes, y Julio Hernández. Los seminarios preparatorios los recibieron en varios campamentos en la Sierra Maestra, entre ellos, Minas del Frío, San Lorenzo y La Magdalena. Una vez graduados, regresaron a alfabetizar donde la revolución dispusiera.[22]

Milicias Nacionales Revolucionarias

El 26 de octubre de 1959, ante un millón de cubanos concentrados frente al Palacio presidencial, hoy museo de la Revolución, el Comandante en Jefe Fidel Castro anunció la creación de las Milicias Nacionales Revolucionarias (MNR). El enemigo saboteaba el proyecto revolucionario y necesitaba la integración del pueblo a las tareas de la defensa de la Revolución. Los obreros, campesinos, estudiantes y mujeres dieron el paso al frente y crearon las milicias a lo largo y ancho del país. Estas pronto alcanzaron una adecuada preparación militar y el pueblo fue armado.

Las milicias en Media Luna se habían organizado desde octubre de 1959. Fue creado un batallón estructurado en cinco compañías. La jefatura radicaba en la casa de vivienda de los antiguos dueños del central Isabel B. En el propio 1959 las tropas de milicianos medialuneros estuvieron atrincheradas en las costas del territorio hasta finales de enero de 1960 durante el proceso eleccionario en Estados Unidos.

Las primeras armas soviéticas que llegaron a la zona del Guacanayabo fueron llevadas para Media Luna y guardadas en el sótano de una vivienda, hoy el Palacio de Pioneros, donde los milicianos estaban acuartelados. La selección del lugar no fue fortuita, había confianza en el espíritu revolucionario de los medialuneros para proteger aquí todo ese armamento. Las armas se probaron en las costas de Media Luna.[23]

Comités de Defensa de la Revolución (CDR)

El 28 de septiembre de 1960, surgieron los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) como fuerza fundamental de vigilancia contra las actividades contrarrevolucionarias que tomaban cuerpo en el país. Desde ese momento los medialuneros se fueron organizando en comités por calles y barrios. En Niquero se eligió un comité municipal el que fue fundando los CDR en cada barrio, entre ellos, los de Media Luna.

Una vez creado el municipio de Media Luna en 1966 salió electo como primer coordinador municipal Fidel Arias Reyes. Inicialmente utilizaron un pequeño local en la avenida Capitán Raúl Podio, cerca de la Casa Natal de Celia. Después se mudaron al local de una de las antiguas farmacias de Pueblo Nuevo.

Federación de Mujeres Cubanas

El 23 de agosto de 1960, en una amplia asamblea nacional de mujeres, presidida por el Primer Ministro Fidel Castro y Vilma Espín Guillois se creó la Federación de Mujeres Cubanas (FMC). En Media Luna las mujeres comienzan a organizarse desde los primeros momentos gracias al activismo revolucionario de Herminia Pérez Meilán y Carmen Landrove. El 23 de octubre de 1960, dos meses después de constituida la FMC a nivel nacional, fue constituida en Media Luna. El primer ejecutivo quedo integrado del modo siguiente: Irma Garcés, presidenta; Silvia López, vice-presidenta; y Ángela Socarrás Pompa, secretaria de actas.[24]

En junio de 1961, Irma Garcés abandonó el cargo y fue sustituida por Silvia López. En 1963 la dirección de la Federación pasó a manos de Herminia Pérez Meilán.

Desde este momento constitutivo las federas medialuneras realizaron importantes actividades, entre ellas, protagonizar mítines relámpagos en apoyo a las medidas revolucionarias; alojar en sus casas a brigadistas y maestros voluntarios en sus casas durante la batalla por la alfabetización del pueblo; crear escuelas-talleres de corte y costura; trabajar siembra de caña de azúcar, en el trasiego de azúcar y en la recogida de algodón, de maní, de guayaba; arreglar caminos en las zonas rurales; laborar en la limpieza de calles y en la construcción.

Las federadas realizaron una recogida de dinero para comprar un vehículo Pisicorre, el que se convirtió en la primera ambulancia en la historia de Media Luna.

Otras trasformaciones revolucionarias en Media Luna

Media Luna adquirió categoría de municipio, dependiente de la Región de Manzanillo, en 1966.

Desde el 18 de mayo de 1970 un ciclón afectó el territorio medialunero, durante tres días. Por entonces no se había construido la presa Vicana y las lluvias intensas generaron crecidas significativas que inundan varios barrios de Media Luna. Muchas personas perdieron todas sus pertenencias. Milagrosamente en la zona urbana no hubo fallecidos; solo murieron los miembros de una humilde familia de Cinco Palmas, sorprendidos por la rápida crecida en la zona montañosa y el arrastre de una casa.

A los dos días Fidel Castro visitó Media Luna, procediendo a entregar avituallamientos a los damnificados. Fue creó un barrio emergente, el “21 de mayo”, en puntos alejados del río Vicana. Así surgió posteriormente el barrio Nuevo Media Luna. De igual manera se apuró el o proyecto para construir la presa Vicana, en áreas del barrio de Pons, para evitar definitivamente catástrofes de esta naturaleza.

Al crease la provincia Granma el 7 de noviembre de 1976, se amplió la extensión del municipio de Media Luna.

El 18 de diciembre 1986, el Comandante en Jefe Fidel Castro visitó el municipio Media Luna durante la conmemoración del Aniversario 30 del reencuentro rebelde de Cinco Palmas. Para la ocasión se preparó una cantata con artistas de talla nacional y se inauguró el campamento de Pioneros de Cinco Palmas.

Durante esa visita Fidel también inauguró en poblado de Media Luna un círculo infantil, dirigido por Cristina Núñez Atencio; el policlínico Capitán Raúl Podio Saborit, que venía funcionando desde 1985; y el Palacio de Pioneros Juan Vitalio (Vilo) Acuña. Luego el jefe de la Revolución visitó el museo municipal y desde allí se dirigió al pueblo que se había reunido en toda la calle frente a la institución. En este recorrido la directora del museo Maritza Acuña Núñez le sugirió la posibilidad de dedicar el museo por completo a la vida y obra de Celia, y crear otra institución para historia y la cultura del municipio, sugerencias que fueron aceptadas por Fidel.

En 1987 se culminó la construcción de la presa “Vicana”, con una capacidad de 42,6 millones de metros cúbicos; se construyeron los edificios de Punto Nuevo y La Guanábana para atender a los afectados por las aguas de la presa; comenzó a prestar servicios una secundaria básica en el campo, la ESBEC. “18 de diciembre”, dirigida inicialmente por Francisco Escalona; se inauguró el cine “Cinco Palmas”.

En 1990, como homenaje al Aniversario 70 del natalicio de Celia Sánchez Manduley, se construyó un complejo monumentario en el “Parque de los Mártires” que incluyó una escultura de Celia, obra del escultor Enrique Angulo.

Monumento a Celia Sánchez, parque de Media Luna

En el acto nacional se inauguró el monumento y el museo Casa Natal de Celia Sánchez, con la cooperación de la Oficina der Asuntos Históricos del Consejo de Estado, dirigido por el doctor el apoyo de Pedro Álvarez Tabío. Poco después se abrió el Museo Municipal de Media Luna con el nombre de Doctor Manuel Sánchez Silveira.

En el mes septiembre comenzó a funcionar el primer centro de enseñanza media superior en la historia de Media Luna: el preuniversitario “Pedro de Céspedes del Castillo”, en el edificio de la secundaria básica del mismo nombre, siendo su primer director Orlando Figueredo Rodés.

El 9 de mayo del 2000, Media Luna fue sede del acto nacional para conmemorar el Aniversario 80 del natalicio de Celia Sánchez, presidido por los altos dirigentes de la Revolución Armando Hart y Vilma Espín.

Referencias

Fuentes

  • Autor: Agustín Ricardo Vázquez Mestre, historiador, físico y profesor. Labora en la sede universitaria de Media Luna de la Universidad de Granma. Forma parte del equipo que redacta la Síntesis histórica municipal de Media Luna. Miembro de la Unión de Historiadores de Cuba.
  • Ramiro Guerra Sánchez: Guerra de los diez años. Editorial Pueblo y Educación, La Habana, 1986, 2t.
  • Carlos Manuel de Céspedes y del Castillo: Escritos. (comp. de Fernando Portuondo y Hortensia Pichardo). Editorial de ciencias sociales, La Habana. 1982, 3t.
  • Francisco Estrada Céspedes: Cartas familiares (comp. Olga Portuondo Zuñiga), Editorial Oriente, Santiago, Santiago de Cuba, 1980.
  • Eugenio Suárez Pérez y Acela A. Caner Román: Fidel: De Birán a Cinco Palma, Casa Editorial Verde Olivo, La Habana, 2009.
  • Angelina Rojas Blaquier: Primer Partido Comunista de Cuba, Editorial Oriente, Santiago de Cuba, 2005.
  • Dickie Vázquez Mestre: Media Luna: historia, personajes y leyendas, Ediciones Orto, ciudad de Manzanillo, 2011.
  • Pedro Álvarez Tabío: Celia, ensayo para una biografía, Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado, La Habana, 2006.
  • Ludín B. Fonseca García y José Eloy Rodríguez Romás: Crecencio Pérez Montano y la guerra de liberación nacional, Ediciones Bayamo, ciudad de Bayamo, 2011.
  • Colectivo de autores: Fidel entre nosotros. Testimonios de la presencia del Máximo Líder de la Revolución en Granma, Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado, La Habana, 2007.
  • Ludín Fonseca García: Fidel Castro Ruz: Itinerarios por la provincia Granma, Ediciones Bayamo, 2006.
  • Colectivo de autores: Catalogo sitios arqueológicos aborígenes de Granma, Ediciones Bayamo, 2004.
  • República de Cuba: Censo de población y vivienda de 1981, Instituto Nacional de la Vivienda, Provincia Granma, 1981, v. 12.
  • Guarch Delmonte, José Manuel: Estructura para las comunidades aborígenes de Cuba, Ediciones Holguín, 1990.
  • Lago Vieito, Ángel: “Consideraciones acerca del proceso de surgimiento de Niquero y Media Luna” (Inédito).
  • Adolfina Cossío Esturo: El alzamiento del 9 de octubre en Macaca, Instituto Cubano del Libro, Santiago de Cuba, 1875.
  • Nelson Oliva Rodríguez y Ángel Velázquez Callejas: Campechuela, origen y desarrollo hasta 1899, impreso en la fábrica José Joaquín Palma, Bayamo, 1989.
  • Arias Armas, Zaida: “Las guerras de Independencia en Media Luna”, trabajo presentado en el evento “Media Luna: Cultura e Identidad”, museo municipal “Dr. Manuel Sánchez Silveira”, Media Luna, 2012 (Inédito).
  • Esturo Izaguirre, Elvira: “Diario personal”.
  • Heinz Dieterich y Paco Ignacio Taibo II: La Conquista de la Esperanza, Casa Editora Abril, La Habana, 1996.
  • Roberto Alarcón Mariño: Historia de Media Luna, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2005, p.12.