Historia del municipio Niquero (provincia Granma)


Historia del municipio Niquero (provincia Granma)
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Cronología
Comunidades primitivas
Periodo colonial
Fundación
El segundo viaje de Cristóbal Colón
Presencia de los españoles en el cacicazgo de Macaca
Las sublevaciones aborígenes en Niquero
La estructura agraria
Contrabando, corso y piratería
Creación de la Capitanía de Partido de Vicana
Guerra de Independencia
República neocolonial
Economía y población
Combatiendo la dictadura de Fulgencio Batista
La lucha insurreccional
La liberación de Niquero
Revolución en el poder
Consolidación del poder revolucionario
Enfrentando la contrarrevolución
Las Organizaciones Revolucionarias Integradas
Los órganos del Poder Popular en Niquero
Los sectores claves del territorio
Curiosidades históricas

Historia del municipio Niquero (provincia Granma). Junto a la costa del Golfo del Guacanabayo, el pueblo de Niquero tuvo un crecimiento vertiginoso en la segunda mitad del siglo XIX. Escenario de varias comunidades aborígenes, todavía quedan huellas materiales y espirituales de su vida y costumbres. Los sitios arqueológicos preservan parte de su legado. Desde la extensa hacienda de Macaca hasta el grito de independencia de 1868, fue centro del comercio de contrabando, enfrentamientos a corsarios y piratas y despegue de renglones económicos como la ganadería y los cultivos varios. Con el fomento de la industria azucarera en su demarcación, surgió el latifundio y la explotación de obreros y campesinos. Desde entonces fue un importante centro de luchas obreras por sus reivindicaciones económicas y sociales.

El pueblo niquereño apoyó desde los primeros momentos la lucha insurreccional y una cantera importante de sus hijos se incorporaron a la contienda liberadora. Por sus costas arribó el yate Granma, el 2 de diciembre de 1956, por lo que Niquero es conocido como La Portada de la Libertad.

Con el triunfo de Revolución Niquero sufrió significativas trasformaciones económicas, sociales y culturales. Sus principales renglones productivos son la industria azucarera, la pesca y la ganadería.

Comunidades primitivas

Los primeros pobladores de estos territorios, fueron las comunidades aborígenes en sus diferentes grados de desarrollo, significando que, en el último proceso de emigración de estas comunidades, arribaron aquí procedentes del norte de Venezuela, que, navegando de una forma o de otra, fueron poblando estos territorios dejando huellas inequívocas que hoy constituyen evidencias importantes que influyen en el estudio de este período.

Estos grupos humanos debieron utilizar la red fluvial existente pues la mayoría de los sitios se encuentran cercanos a ríos, arroyos y lagunas, en el caso de los situados en la Meseta de Cabo Cruz debieron hacer uso de las aguas subterráneas afloradas en las cuevas y en forma de manantiales en la costa. Sobre esta variante cultural se realizaron dos fechamientos absolutos con Carbono 14 en el sitio del Guafe I, uno arroja una antigüedad de 690 años antes del presente. O sea que esta comunidad existía antes de la llegada de los europeos y coincidieron en el tiempo con dicha llegada.

A los aborígenes se le fueron sumando los conquistadores españoles, que tuvieron aquí su primer contacto el 3 de mayo de 1494, cuando el gran almirante de la mar oceánica Cristóbal Colón arribó en su segundo viaje a un cabo nombrándolo Cabo de la Santa Cruz, en honor a la liturgia religiosa católica del advenimiento de la Santa Cruz que se estaba efectuando en España. Hoy este sitio de la geografía niquereña se conoce como Cabo Cruz, único nombre como se puede observar, puesto por Colón que aún se conserva en la toponimia costera cubana. Con la llegada de los españoles se inicia una mezcla de razas donde una absorbió a la otra produciéndose un proceso de mestizaje.

Periodo colonial

Fundación

Su fecha de fundación data de 1873 y a consideración de la Asamblea Municipal del Poder Popular, efectuada el 30 de noviembre de 2001, se acordó que se escogiera el 7 de febrero de ese año como día y mes de la fundación de Niquero, en honor al coronel de la Guerra de 1868 Ricardo Rogelio de Céspedes, quien donó parte de los territorios que hoy componen a Niquero para que se creara en él un poblado. Es por ello que se conocía a Niquero como la Villa de San Ricardo.[1]

El segundo viaje de Cristóbal Colón

Debido a los éxitos obtenidos en su primer viaje, con el descubrimiento de América, el almirante Cristóbal Colón organizó su segunda expedición. Esta flota, compuesta de diecisiete navíos, salió del puerto de Cádiz a finales de septiembre de 1493 y entró al mar Caribe por el suroeste llegando primero a las Antillas Menores y luego a Puerto Rico. Una vez en La Española Colón comenzó a gobernar las nuevas tierras descubiertas con el título de Virrey de acuerdo a las Capitulaciones de Santa Fe firmada con los Reyes Católicos Fernando de Aragón e Isabel de Castilla.

En la primavera de 1494, el virrey Colón zarpó desde La España al mando de tres carabelas. Recorriendo la costa sur de Cuba de este a oeste llegó a su extremo occidental el 3 de mayo de 1494. Era un cabo de entrada al Golfo del Guacanayabo, por lo que le nombró Cabo Cruz, en honor a la liturgia religiosa católica del advenimiento de la Santa Cruz.[2]

Entre los aborígenes se había difundido ya la noticia sobre la existencia de los recién llegados por lo que fueron acogidos con expresiva hospitalidad. Preguntó Colón "si Cuba era una isla o tierra firme," y le respondieron que era una isla, pero de tales proporciones que no conocían sus límites.[3]

Navegó el Almirante por todo el Guacanayabo hasta el puerto de Casilda, desde donde regresó a Cabo Cruz, más de dos semanas después, el 18 de mayo. Al día siguiente, desde este punto navegó hacia el sur en busca de la Isla de Jamaica. El topónimo de Cabo Cruz puestos por Colón aún se mantiene y forma parte de las tradiciones culturales de la región.

Presencia de los españoles en el cacicazgo de Macaca

Durante el bojeo de la isla, llevado a cabo por el experto marino Sebastián de Ocampo en 1508, con el propósito de comprobar si Cuba era Isla o formaba parte de un continente, sus dos naves llegaron a Cabo Cruz y luego a la costa de Macana, en el actual municipio de Niquero. Los aborígenes der estos contornos los acogieron amistosamente. El cacique de Macana queriendo semejarse a los hombres blancos y sus creencias solicitó ser bautizado. A tal efecto inquirió por el nombre del máximo jefe de la vecina isla de la Española, a lo que le respondieron que tenía el título de Comendador, desempeñado en esos momentos por Nicolás de Ovando. Entonces el líder nativo adoptó el nombre Comendador.[4]

Uno de los marinos para el mejor cuidado de su enfermedad quedó en el poblado de Macana, a cargo del cacique, siendo tratado con mucho respeto. El español agradecido por el esmerado cuidado que recibió, en gratitud comenzó a instruirlos en la religión católica y apostólica. En consecuencias colocó una imagen de la Virgen María en un bohío cercano al del cacique, construido a modo de iglesia y adornado para tal fin y logró que se le rindiera veneración.[5]

En 1510 llegó a Cabo Cruz el viejo marino y conquistador de Urabá, Alonso de Ojeda, batido por un huracán en la zona próxima a el puerto de Jagua. Avanzaron costeando toda la costa sur hasta este punto. Ojeda venía seriamente herido y entre sus hombres se encontraba Francisco de Pizarro. Meses después llegó una nave, capitaneada por Bernardino de Talavera, por lo que Ojeda decidió viajar a La Española para curarse bien y buscar ayuda. Por eso, dejó a Francisco de Pizarro al frente de los que se quedaron y semanas después llegaron a recoger a los náufragos.

De nuevo las costas de Macana recibió a otros españoles de un naufragio cuando navegaban del Darién a La Española. Entre ellos estaba el letrado Joaquín Fernández de Enciso, siendo recibido amistosamente por el cacique Comendador. A Fernández de Enciso se debe la descripción sobre la circunstancia de la ermita en el cacicazgo de Macaca. Este explorador escribió la primera Geografía que incluiría noticias sobre las nuevas tierras.

De lo narrado anteriormente se desprende que los principios de la religión católica habían sido propagados en algunas regiones de Cuba antes de la conquista de la isla y se habían erigido dos sencillos templos, uno en Macaca y otros en Cueyba (hoy Las Tunas) para la veneración de la Virgen María.

Sublevaciones aborígenes en Niquero

En la etapa previa a la llegada de Velázquez, durante los contados encuentros entre los europeos y los indios llegados al cacicazgo de Macaca, por encima de todo primó la cordialidad y solidaridad de los nativos, como correspondía al carácter pacífico de los de los primitivos habitantes de estas tierras. Ellos, incluso, habían aceptado la catequización, expresión de su voluntad de civilización y adelantamiento espiritual.

Sin embargo, durante el periodo de conquista y colonización de Cuba por el capitán y adelantado Diego Velázquez de Cuéllar, se pusieron en práctica los crueles métodos de los conquistadores. No puede pasarse por alto que numerosas fuentes bibliográficas indican a Macaca como la zona donde fue capturado el cacique rebelde Hatuey, el primero que enfrentó la llegada de las huestes de Velázquez a la zona de Maisí, en el extremo más oriental de Cuba, en la primavera de 1510. Este indio fue quemado vivo en la hoguera, unos días después, el 2 de febrero de 1512, en la margen del río Yara.

Una vez creada la villa de San salvador de Bayamo, el 5 de noviembre de 1513, el cacique de Macaca fue in vitado por Velázquez a cooperar en el acto fundacional. Posteriormente, las masas indias fueron repartidas en encomiendas a los principales conquistadores que se quedaron en la región. Los indios fueron empleados de manera despiadada en la búsqueda de oro y otros en las granjerías, sobre todo en la siembra de yuca, boniato, maíz, y la preparación de casabe, una pasta obtenida de la yuca agria.

La explotación de los indios, quienes morían de hambre y cansancio en las minas de oro, provocó diversas revueltas. En el plano local desde 1520 se reportaban los primeros alzamientos de los nativos. La zona de Macaca era dominada por el conquistador y encomendero Rodrigo de Tamayo y Cabrera. [6]

Ante la despoblación de la isla por parte de los vecinos españoles, muchos de ellos de la villa de San Salvador de Bayamo, que preferían marcharse en expediciones a la conquista de México y otros territorios continentales, donde obtendrían mayores riquezas, los indígenas atacaron abiertamente varias haciendas, entre ellas, las de Macaca. En 1523 Velázquez reportaba que varios españoles habían perecido a manos de los indios cayos, es decir, los que se refugiaban en los cayos e isletas del archipiélago de Jardines de la Reyna, extendida desde el Golfo del Guacanayabo hasta el puerto de Casilda.

El 19 de julio de 1523, el gobernador Diego Velázquez comisionaba al capitán Rodrigo de Tamayo, regidor de la villa de Bayamo y principal encomendero de Macaca, quien había sufrido los efectos de los ataques de los indios contra sus haciendas, para reprimir a los indios cayos. Le otorgó licencia “para que pase a hacer cierta guerra contra los indios cayos y poner fin a las sublevaciones de los nativos y dominara a los agresivos indios que estaban robando y matando por la Isla. Autoriza a matarlos y los que fueran capturados vivos podía repartirlos como esclavos entre sus hombres o venderlos a los vecinos, después de marcarlos con hierro”.[7]

En la campaña no solamente tuvieron que enfrentar a los indios cayos, sino a muchos de la isla, donde cayeron varios españoles. No obstante, los nativos lograron destruir estancias y llevarse otros indios con ellos. Por eso, Velázquez, en nombre de Su Majestad, autorizó a Rodrigo de Tamayo a hacerle una guerra de exterminio y a los capturados vivos someterlos la esclavitud y le reiteraba que debía marcarlos con hierros calientes. Los conquistadores acudían a extremos realmente crueles en su intento de aplastarla, matando y prendiendo muchos indios, a los que presentó en el Cabildo de Bayamo.

A pesar de la represión, la resistencia se mantenía. El 27 de febrero de 1525, el nuevo gobernador interino Manuel de Rojas, instaba al capitán Rodrigo de la lucha sin cuartel contra los indios cayos y contra otros indios que anduvieran alzados y rebeldes. Esta vez Rojas aumentó el rango de los castigos que podían ser aplicados a los prisioneros. El alzamiento se extendió por toda el área del Guacanayabo y por el oeste hasta el río Zaza.

Estas rebeliones que se sucedían en números crecientes, cuya descripción echan por tierra la tradicional imagen de los indocubanos como una comunidad sometida resignadamente ante los conquistadores y que sólo acudían al suicidio como medio de evasión. Por el contrario, tras el impacto inicial de la conquista, en que fueron abrumados por la superioridad bélica del adversario, los indígenas presentaron una feroz resistencia.

En realidad, los levantamientos no cesarían, siendo algunos de carácter esporádicos. En marzo de 1542 fueron promulgadas las llamadas Leyes Nuevas, las que otorgaban la libertad jurídica a los indios, pero contemplándolos siempre como vasallos libres del rey. Sin embargo, su aplicación encontró una fuerte resistencia por parte de los encomenderos, como parte de las oligarquías regionales. Ninguno de los gobernadores que sucesivamente estuvieron en la Isla tuvieron suficiente valor para ponerlas en práctica, Para evitar revueltas de los colonos como sucedía en otras partes de América.

No fue hasta el 8 de agosto de 1553, que el gobernador Gonzálo Pérez de Ángulo aplicó en Cuba las Leyes Nuevas, con total oposición de las oligarquías regionales. Mediante ellas se declararon abolidas las encomiendas y se dispuso que los indios, incluso los sublevados, fueron considerados vasallos libres de la corona.[8]

Estructura agraria

La zona de Macaca después de extinguidas las encomiendas se fraccionó con el reparto del Cabildo de Bayamo, del cual dependía política y administrativamente, de hatos, corrales, estancias y sitios de labor, todos vinculados a la crianza de ganado vacuno, caballar, lanar y de cerda y la siembra de diversos cultivos como yuca, boniato, maíz, plátano, frijoles y calabazas, entre otros muchos. Estas propiedades eran mercedadas por la administración regional, no podían ser desagregadas con el pago correspondiente de las rentas a la real hacienda y los diezmos a la Iglesia.

Más tarde, entró en escenario el término de hacienda comunera para designar las propiedades originarias y que se disfrutaba en las sucesiones generacionales de modo común por miembros de la familia. Estas haciendas correspondían, por tanto, a varios poseedores, sin ser ninguno dueño en absoluto y en particular de una porción determinada de terreno. El ganado podía estar libremente de uno a otro lugar, aprovechando los pastos y aguas.

En esta zona se formaron dos grandes haciendas comuneras: Macaca y Vicana, de cuyas matrices principales se fueron desprendiendo lotes para estancias, sitios de labor y vegas de tabaco. Los documentos consultados reflejan numerosas ventas de parte de los hateros desde el siglo XVII. Llama la atención que en 1733 indios naturales se encontraban entre los poseedores de lotes de terrenos. De igual manera, los escritos reflejan la existencia de tierras realengas en la cuenca del río Limones y Cabo Cruz.

Las tierras de la antigua provincia india de Macaca pasaron a través de la compra y venta de los antecesores de Anton García, radicado en la villa de Bayamo en 1619, su hijo Domingo García. Ese año el alcalde ordinario de Bayamo Manuel Estrada Tobar preparó una escritura de venta a nombre de Don Domingo García: [9]

«[...] Su padre Anton. García y sus antecesores, han tenido y poseídos de más de setenta y ochenta, noventa y cien años a esta parte y de tiempo inmemorial, desde que esta isla se descubrió unos hatos y sitios de ganado vacunos y cerdas, y montería de dicho ganado, que se llama el Pueblo Viejo de Macaca y Niquero, y aguas, y el Caney y Ríos de Sevilla y Limones de la costa del sur en las partes referidas hasta Cabo Cruz y de la mar a la sierra, como consta por dos escrituras de ventas otorgadas a favor de dicho Anton. García, su padre.»

Anton García reparte sus propiedades entre sus hijos que incluía unos hatos, sitios de ganado vacuno, cerdos y montería de dicho ganado en las tierras de Pueblo Viejo de Macaca, Niquero, Jagua, el Caney y los ríos de Sevilla y Limones, y toda la costa Sur, a partir de dichos ríos hasta Cabo Cruz y de este hasta la Sierra, lo que constituía un latifundio. Esta hacienda comunera también comprendía propiedades en el hato de Vicana perteneciente a los herederos de Juan Gutiérrez Prieto y un hato nombrado Macaca, cuyo dueño era Don José Márquez.

En 1643 don Anton García y sus herederos vendieron los hatos de las zonas de Cabo Cruz, Limones, Niquero y Sevilla a don Pedro de Brizuela, con todo el ganado vacuno y porcino. El 1 de junio de 1714 doña Jerónima Velásquez, viuda de José Márquez, vendió el hato de Macaca a don Juan Riveras, quien en el 29 de diciembre de 1722 compró los bienes de doña Paula López, viuda de don Pedro de Brizuela. De esta manera don Juan Riveras pasó a ser dueño de un extenso territorio que se extendía desde Vicana por toda la costa sur hasta Cabo Cruz y la Sierra Maestra en su extremo occidental.

De forma sucesiva y durante todo el siglo XVIII estas propiedades fueron pasando de manos de los herederos de Juan de Riveras a sus nietos, quienes a finales del siglo XVIII lo vendieron a doña Juana de Nogueras Sarmientos, siendo sus herederos los Castillos de Aguilar y los Céspedes Luque.

Contrabando, corso y piratería

Alrededor de 1560 toca por primera vez el litoral cubano John Hawkins "El Escocés", también se le conoce como Juan Haquines, Aquinés o Acles. Se dedicaba a la actividad de cambiar esclavos por oro, perlas, tabaco, cueros y cualquier otra mercadería. Sus principales clientes se distribuyen hacia Cabo Cruz y la desembocadura del río Cauto. A lo que parece los cueros y esclavos que robaba en una parte, lo vende en la otra. El caso de John Hawkins se multiplicó durante los primeros tiempos coloniales. Los piratas temidos en algunas plazas, en otras eran esperados como ángeles de salvación. De manos de los piratas recibían los colonos de esta zona las telas con que cubrirse, y hasta las armas con que en otras ocasiones podían hacerles frente. Estos contrabandistas piratas le solucionaban la posibilidad de salir de los cueros que llenaba sus almacenes.

En 1609 entre Cabo Cruz y Punta de Maisí merodeaban dos naves piratas en cuyo poder habían caído algunas presas.

En 1686 Williams Dampier, apresó un fuerte barco español que navegaba cerca de Cabo Cruz, lo rebautizó con el nombre "El Desquite", y con él se aventuró a distintos asaltos y ataques por estas mismas costas meridionales de Cuba.

En las correspondencias de los Capitanes Generales en que se trata asuntos relacionados con el contrabando 1757 y en un informe sobre un recorrido por las costas para evitar el "trato ilícito" de 1758 manifiesta que Manuel del Valle, soldado del destacamento español de Manzanillo aprehendió en el puerto de Niquero una lancha, y en ella ocho hombres que llevo presos a Manzanillo, los más franceses con algunas de las provisiones de contrabando; de igual modo el soldado Francisco Esparce apresó otra lancha armada en goleta, con algunos lienzos de limitada cantidad de ilícita introducción.

En de junio de 1772, el corsario Sebastián Fornaris, encontró evidencias de este comercio con los ingleses procedentes de Jamaica que cortaban y compraban valiosas maderas preciosas que trasladaban hasta la vecina isla y en ocasiones se apoderaban de ganado vacuno en las haciendas de la costa. También hacían actos de presencia navíos holandeses procedentes de Curazao y otras posesiones neerlandesas con el fin de realizar el trato ilícito.

Tras la barrera formada en 1616 en la boca del río Cauto como consecuencias de un temporal, que impidió la entrada de buques de gran calado, creció la importancia del surgidero de Manzanillo para el tráfico de contrabandistas. Este puerto presentaba favorables condiciones para el intercambio entre los contrabandistas extranjeros y los hacendados de la jurisdicción de Bayamo. Durante los siglos mencionados no existió allí ni en las regiones costeras aledañas al Golfo de Guacanayabo, un establecimiento poblacional, por el peligro que representaban corsarios y piratas.

Creación de la Capitanía de Partido de Vicana

El primer núcleo poblacional del territorio fue el caserío situado en Vicana erigido en el 1820 donde comenzó a radicar la capitanía del partido que llevaría el mismo nombre de Vicana. La cabecera de dicho partido estaba conformada por tres tiendas, la casa del cura, la del capitán pedáneo y tres más agrupadas alrededor de la iglesia, que era de tablas y tejas.

Desde allí partían varios caminos: uno para Bayamo, otro para el inmediato embarcadero de Sibanicú en la ensenada de Media Luna, un tercero para el puerto de Portillo a través de Vicana Arriba y el Plurial y otro para Cabo Cruz por Pueblo Viejo.

Los cuartones del partido de Vicana eran ocho denominados: Jo, Dos Bocas de Tana, Vicana Abajo, Macaca, Vicana Arriba, Niquero, Belic y Platanito. De acuerdo con un padrón del año 1823 los habitantes de la pedanía de Vicana sumaban un total de 937, desglosados de la siguiente manera: 472 blancos, 408 pardos libres y 57morenos libres.

Al establecerse en el 1839 la Tenencia de Gobierno de Manzanillo, el partido de Vicana pasó a ser dependiente de ella. Según censo de 1841 la cantidad de personas que habitaban el poblado de Vicana era de 1734, desglosado del modo siguiente: 694 blancos, 900 libres de color y 140 esclavos.

En 1867 existió una fábrica de azúcar bajo la denominación de ingenio en la finca Naranjo, propiedad de Manuel Codina y veintidós haciendas o sitios de crianzas. Aparecían crianzas de ganado de toda especie: 2 193 vacuno, 50 caballar y 3 151 cerdos. Esta última cantidad era con creces, la mayor de toda la jurisdicción.

Ya en el 1868 el trapiche San Joaquín, en Niquero, aparece como ingenio, propiedad de don Joaquín Saborit, con una elaboración diaria de 50 hormas, o sea moldes para hacer el pan de azúcar.

Guerra de Independencia

Surgimiento del poblado de Niquero

La contienda independentista iniciada por Carlos Manuel de Céspedes el 10 de octubre de 1868, alcanzó gran crudeza en el partido de Vicana, donde se produjeron numerosas acciones por parte de los insurrectos de toda la zona del Guacanayabo.

A los pocos días del alzamiento se organizó en Vicana la contrarrevolución organizada por el comandante retirado don Luis Rovieral y el jefe de los voluntarios locales don Manuel Reytor. Para un mejor dominio militar de la zona fundaron el campamento de Managuano, con total apoyo en armas de las autoridades coloniales de Manzanillo. En los primeros meses de la guerra fueron trasladas a este campamento algunas familias de los insurrectos, unas a la fuerza y otras acogidas a los indultos del enemigo.

La presencia de muchas familias en los campamentos españoles se debió al clima de inseguridad y de represión colonialista que imperaba en los campos, así como las vicisitudes y necesidades que atravesaban los mambises en la manigua, situación que hacía insostenible la presencia de mujeres, niños y ancianos.

El poblado de Niquero

Por ser insalubre la zona de Managuano, en el sector de Niquero, las autoridades militares españolas decidieron su traslado a la ensenada de Media Luna el 1º de mayo de 1869. Sin embargo, durante la dura campaña militar del primer semestre de 1873, el mando español instaló otro campamento en Niquero, adonde fueron llevadas otras familias. Poco a poco allí iba surgiendo una población. El mismo proceso vivía la zona de Belic también aumenta el número de pobladores.

El crecimiento de los núcleos poblacionales del Guacanayabo motivó a que en septiembre de 1876 fuera solicitado al Gobierno español elevar a condición de pueblo con el título de “valeroso y fiel" a Vicana, Campechuela y Niquero y caserío a Belic, Media Luna y Macaca.[10] Esta petición fue denegada por el momento con la alegación de una vez terminada la guerra estas familias regresarían a sus antiguas estancias y vegas en que vivían antes del estallido de la insurrección y, en consecuencias, desaparecerían los citados asentamientos.

Final de la Guerra Grande

En el caso de Niquero, la población se mantuvo en el lugar tras la conclusión de la contienda, por lo que en junio de 1878 el Gobierno español reconoció su estatus de poblado, situando su fecha de fundación desde la petición de 1876.[11]

Al año siguiente, el pueblo de Niquero registraba 1 161 habitantes distribuidos del modo siguiente: 685 blancos y 476 de color libres.

Tomado en consideración la compleja evolución de la población en Niquero, el 30 de noviembre del 2001, la Asamblea Municipal de Poder Popular, en nombre de su pueblo, acordó celebrar el 7 de febrero como día y mes de su fundación, en reconocimiento a los méritos del coronel del Ejército Libertador Ricardo Rogelio de Céspedes y Céspedes, natural de Bayamo, quien donó parte de los terrenos de su propiedad para que se mantuviera el pueblo allí.

Con la división política–administrativa del 9 de junio de 1878 surgieron seis provincias, mientras las jurisdicciones se convirtieron en municipios y los partidos pedáneos en barrios. Por eso, Niquero y Belic se convirtieron en barrios dependientes del municipio de Manzanillo, dentro de la provincia de Oriente.

Guerra de 1895 en Niquero

La conspiración para la Guerra Necesaria, preparada por José Martí, se había propagado desde La Habana y Santiago de Cuba hasta el municipio de Manzanillo, donde actuaba como dirigente conspirativo el general Bartolomé Masó. Este patriota extendió la conjura los poblados de Campechuela, Vicana, Media Luna y Niquero. En esta última población estaba a cargo de la subversión el coronel del 68 Ricardo de Céspedes y Céspedes y el joven Dominador de la Guardia Diéguez.

El día 22 de febrero de 1895 sobre las cuatro de la tarde Bartolomé Masó recibió un telegrama que confirmaba el levantamiento para el venidero domingo 24 de febrero. Desde este instante cursó mensajes a los principales núcleos patrióticos para amanecer sobre las armas el día señalado. Desde que llegó la noticia los conspiradores niquereños organizaron la sublevación.

El 24 de febrero Dominador de la Guardia organizó a sus parciales y proclamó el reinicio de la lucha por la independencia, de acuerdo a las instrucciones recibidas. Fueron respetados los grados otorgados en la Guerra de los Diez Años y la Guerra Chiquita, al tiempo que Dominador de la Guardia Diéguez fue premiado con el grado de teniente.[12]

En toda la comarca de Manzanillo se produjeron alzamientos simultáneos, dirigidos por el general Bartolomé Masó, el coronel Celedonio Rodríguez y los capitanes Dimas Zamora y Amador Acosta Monzón.

El general Bartolomé Masó a los pocos días estableció su cuartel general en el campamento de El Chino, donde agrupó a los veteranos y jóvenes para formar la 1º Brigada de Manzanillo. Allí, el capitán Amador Guerra organizó el escuadrón de caballería de Guá, con los hombres de Vicana, Campechuela y Niquero, donde sentaron plaza el teniente Dominador de la Guardia y el capitán Enrique Céspedes. La primera y segunda compañía de Vicana, perteneciente al escuadrón de Guá, tenía su cuartel en Piloncito, a dos kilómetros de la costa sur.

En la zona de Ojo de Agua, cercana a Piloncito, se creó una prefectura mambisa, la cual sirvió de refugio a muchas de las familias campesinas que huían de la represión española y se dedicaron a la siembra de viandas y maíz para el avituallamiento de las tropas mambisas. Las mujeres se dedicaban a la confección de ropas para los insurrectos.

El mando español estableció tres cuarteles en el poblado de Niquero: la oficialidad en el batey del central San Luis, la guarnición dentro del poblado y el de la guerrilla, al mando de Marcelo O’Ryán, a la salida para Vicana. Al mismo tiempo construyó cuatro torreones, rodeados de sólidas empalizadas. Además, en la vigilancia de las costas entre Niquero, Cabo Cruz, Portillo y El Macho participaban las cañoneras denominadas “Pozón” y “Gaviota”, reforzada con los guerrilleros de O'Ryán.

El 22 de febrero de 1896, fuerzas cubanas de caballería, al mando del general Francisco Estrada Estrada, libraron el combate de San Antonio, a un kilómetro del poblado. Los escuadrones mambises los mandaban los tenientes coroneles Guillermo Hidalgo y José Alonso Rivero (Chongo), y a cargo de las compañías los capitanes Vicente Mecías Miguel Escalona.

La primera fuerza enemiga en recibir la carga al machete la guerrilla de O'Ryán al que le causaron muertos y heridos. Los guerrilleros se internaron en uno de los cañaverales cercanos, perseguidos de cerca por los insurgentes, que a la vez eran hostigados desde torreones del poblado. En la acción los patriotas capturaron diez armas de fuego, ochocientas cápsulas, cuatro machetes y cinco caballos con monturas, mientras cayeron el teniente Romualdo Aguilera y el soldado Félix González.

Desde esta fecha fue destacado como jefe de la zona de Niquero el ya comandante Dominador de la Guardia, a cargo del segundo batallón del Regimiento de Caballería de Guá, con la misión de proteger la salida de algunas familias hacia la manigua redentora.

El 20 de abril de 1896, la guerrilla de O'Ryán fue atacada en Santa Isabel por un pelotón insurrecto a cargo del teniente Víctor Manuel Labrada. En la pendencia fue herido el soldado Otilio Fuentes, mientras el enemigo tuvo dos muertos y cuatro heridos.

De nuevo, en marzo de 1897, la guerrilla de O'Ryán fue tiroteada en La Jagua, a unos cuatro kilómetros del poblado, por un grupo de exploradores mambises. En la escaramuza murió uno apodado Totí, al tiempo que fue herido Francisco Frías, Paco, rescatado por Ricardo Hernández. En el caso del explorador Mártir Escalona le mataron el caballo y al caer el jinete sufrió fracturas en la pierna derecha. Llegó hasta él un guerrillero quien de un machetazo lo hirió en la mano izquierda, pero el mambí se defendía valientemente con su machete y gritaba oprobios a los asesinos del bando contrario.

En el momento que se juntaban para caer todos contra el bravo insurrecto, llegó al escenario el mismo capitán Marcelo O'Ryán, el que gritó a los suyos:

«Carajo, ningún hombre valiente se mata en esas circunstancias

Detuvo la ejecución y dio órdenes para que lo trasladasen al cuartel en una hamaca. Manifestó si oían algún disparo contra el prisionero, igual surte correría el ejecutante. En el cuartel curaron a Mártir Escalona y trataron de captarlo para la guerrilla, pero Mártir en la primera oportunidad se fugó hacia el monte.[13]

La guerrilla O’Ryán, compuesta de unos trecientos efectivos, cometió en nombre del Gobierno los más espeluznantes crímenes y atropellos contar los pobladores de este sector del Golfo del Guacanayabo. El 14 de octubre de 1897, los hombres de O’Ryán asaltaron el campamento insurrecto Ranchos de Yaguas, en el cuartón Montero, donde hicieron siete prisioneros y quemaron el lugar. Los presos fueron llevados a Niquero, entre ellos un adolescente de catorce años, siendo paseados por las calles. Condenados a muerte, los llevaron al día siguientes a orillas del arroyo Corcobao. Los sentenciados rogaron a O'Ryán que el niño José Verdecia no fuera ejecutado. Sin embargos, todos fueron macheteados por ser considerados insurgentes.

El 25 de julio de 1898, las tropas españolas y la guerrilla de O’Ryán partieron de Niquero en barcos reforzar la guarnición de Manzanillo, asediada por tripas mambisas al mando de los generales Jesús Rabí, Ramón Hernández Ríos y Saturnino Lora. El mando mambí en la zona ordenó al capitán Antonio Reyes la entrada al poblado de Niquero y consolidar el poder del Ejército Libertador.[14]

Unos días después, el 12 de agosto, fue firmada la suspensión de las hostilidades, con lo que cesó la guerra hispano-cubana-norteamericana.

República neocolonial

Economía y población

La independencia de los cubanos fue saboteada por la intervención militar de los Estados Unidos, con lo que la isla pasó de hecho a ser una Neocolonia del coloso del norte, interesado en las riquezas del país, sobre todo de sus ricos minerales, sus maderas preciosas, la producción azucarera y el cultivo del tabaco.

El gobierno interventor, aunque promovió la disolución de las haciendas comuneras y que cada dueño tuviera legalmente los límites de sus terrenos, no suscitó una reforma agraria ni repartió lotes del Estado a las familias más necesitadas. Por tanto, volvió a enseñorearse el latifundio y los desalojos de los campesinos de tierras que paulatinamente fueron ocupando los geófagos. En lugar de mantener el Ejército Libertador como la fuerza armada del país, trabajaron para su pronta desmovilización, con un sueldo exiguo a sus miembros. En su lugar, nació la Guardia Rural que se convirtió e instrumento de dominación en manos de los políticos y latifundistas.

El gobierno interventor norteamericano, el 24 de febrero de 1899 creó el Ayuntamiento municipal de Niquero, siendo nombrado alcalde municipal coronel mambí Dominador de la Guardia Diéguez y ocho concejales. Su primer presupuesto fue de $4 250,00. Los límites del municipio comprendían desde la boca del río Las Puercas, aguas arribas hasta la Maestra y de ésta, por el Río Sevilla hasta su desembocadura. La extensión territorial era de 1 835 kilómetros cuadrados.

Los herederos de Carlos Manuel de Céspedes y del Castillo, el Padre de la Patria, recuperaron la hacienda La Junta, compuesta de 270 caballerías tierras; la finca Jagua, 185 caballerías, estaba regida por Carlos del Castillo; Catalinas, propiedad de Luis Sánchez, de 66 caballerías; la hacienda Niquero, con 279 caballerías, propiedad de Ricardo Rogelio de Céspedes; y la finca Santa Rita de Belic, propiedad de la Beattie y Cía, con una extensión de 168 caballerías.

El censo norteamericano de 1899 recogía que Niquero contaba con 2 718 habitantes, de los cuales eran 2 649 cubanos, 56 españoles y 13 de otras nacionalidades. Esto necesariamente provocó el proceso de urbanización del poblado que se organizaba en manzanas separadas por sus correspondientes calles trazadas de norte a sur y de este a oeste.

El principal propietario de los terrenos del poblado lo era Ricardo de Céspedes y Céspedes. El poblado quedó estructurado en dos barrios, Norte y Sur, comprendiendo a partir de la división de la calle línea (hoy 2 de diciembre).

Por orden número 211 del Gobierno interventor, fechada el 2 de octubre de 1901, fue suprimido el término municipal de Niquero, quedando agregado nuevamente a Manzanillo, debido al déficit presupuestario y al mal manejo de los fondos públicos.[15] Entonces Dominador de la Guardia hizo entrega de la alcaldía a Francisco Etayo, quién fungiría como alcalde de barrio.

Por ley no. 11 de julio de 1916 fue restituido el ayuntamiento de Niquero y estructurado en siete barrios: Sur, Norte, Belic, Platanito, Sevilla Arriba, Jagua y Gorito. Las elecciones municipales efectuadas en noviembre de ese año llevaron a la silla ejecutiva del municipio al comandante del Ejército Libertador Víctor Manuel Labrada Fonseca, líder local del Partido Conservador. Su toma de posesión fue el 1º de diciembre de 1916 por un período de mandato de cuatro años. La riqueza del municipio le permitió contar con un presupuesto de menos de 200 004 pesos.

La ganadería vacuna, aunque no era el centro de la actividad económica en el municipio, tenía cierta importancia. En 1919 existían en el término 10 755 reses.

El comercio en Niquero se realizaba por los puertos de Niquero y Belic, sobre todo de maderas, azúcar y las mieles. En Belic fue creada una sucursal de la compañía petrolera inglesa Sinclair con la construcción de inmensos tanques para el depósito de combustible, y después comercializarlos con los centrales azucareros de la costa, fábricas de Cienfuegos y con algunos países vecinos y de otras regiones del país.

Central de Niquero

En el censo de 1907 reportaba en Niquero 6 387 habitantes, con una densidad de población de 7,1 habitantes por kilómetros cuadrados. En 1916 con la restauración del municipio, la población había ascendido a 8 131 habitantes. Ya para el censo de 1919 se había una población de 14 186 habitantes, siendo de ella 3 434 en la zona urbana. De acuerdo a los grupos étnicos estaba dividida del modo siguiente: 371 blancos extranjeros, 17 amarillos y 580 de otros países, lo que eleva la cifra a 968 extranjeros; de ellos 351 españoles, 11 chinos y un africano, el resto de otros países.[16]

Combatiendo la dictadura de Fulgencio Batista

Encabezado por el ex general y senador Fulgencio Batista, el 10 de marzo de 1952 se produjo un Golpe de Estado contra el gobierno constitucional de Carlos Prío Socarrás. La acción golpista desató la repulsa de los partidos progresistas, entre ellos, el ortodoxo y comunista y las fuerzas vivas de Niquero. Alrededor de las diez de la mañana el pueblo acudió al ayuntamiento municipal, donde se hallaban el alcalde del término José Reyes y el médico Juan Cardellá, jefe local de sanidad, organizando la condena al batistato. Por el movimiento obrero acudió César Naranjo y por la logia Macaca Olegario Lastre, entre otros dirigentes de las organizaciones sociales y cívicas.

Estos ciudadanos se dirigieron al cuartel de la Guardia Rural, a cargo del teniente Adolfo Aguirre. El uniformado manifestó que aquella unidad desconocía que hubiera llevado a cabo un Golpe de Estado y señalando un gigantesco cuadro de Carlos Prío que presidía la sala central del cuartel, dijo:

«Este es el presidente constitucional que nosotros representamos y reconocemos

Los allí reunidos advirtieron al oficial que de ser cierto lo que se rumoraba, iban a efectuar un acto multitudinario de protesta contra el zarpazo.

Sin embargo, el teniente Adolfo Aguirre no cumplió con la palabra empeñada de defender el orden constitucional. Ganado por los golpistas, mandó un soldado al ayuntamiento con el aviso de que no permitiría el desarrollo de ningún acto que pudiera alterar el orden público.[17]

Una vez consolidado el Golpe de Estado, la tiranía batistiana implantó los llamados Estatutos Constitucionales, las libertades burguesas fueron eliminadas, las elecciones convocadas para junio fueron suspendidas y se aplicó la ley mordaza. De igual manera, se suspendió el derecho de huelgas, se disolvieron los partidos políticos de oposición, el sindicato de obreros azucareros fue minado por dirigentes patronales, oportunistas obligando a los dirigentes electo por los obreros a renunciar.

Desde finales de 1953 hasta 1955 varios miembros del Partido Ortodoxo visitaron a Niquero, con el objetivo de reorganizar las filas de dicho Partido. Los resultados a sus gestiones fueron negativos ya que los antiguos militantes y la juventud de este partido manifestaron que los cambios en Cuba debían de hacerse mediante la lucha armada. En este contexto, llegó a Niquero el joven manzanillero Manuel Echevarría Martínez, con la finalidad de captar jóvenes dispuestos a la lucha insurreccional. A su disposición se pusieron Rafael Fonseca Raga, presidente del Partido Ortodoxo, y Eddy Reytor, presidente de Juventud Ortodoxa. Entre los acuerdos estuvieron fundar el Movimiento 26 de Julio en Niquero.

Durante el proceso de gestación revolucionaria, en Niquero se captaron muchos jóvenes profesionales, obreros, campesinos y estudiantes. Por eso, a mediados de noviembre de 1955, llegaron a este pueblo, procedentes de Manzanillo, Antonio López Fernández (Ñico), Armando Cubría Rolando Robleyet, Luis López y Manuel Echevarría para constituir oficialmente el Movimiento 26 de Julio. La reunión constitutiva fue en la casa de Israel Rodríguez, la cual comenzó con la grabación del último discurso de Eduardo Chibás. La Jefatura del Movimiento en Niquero quedó constituida de la forma siguiente: coordinador municipal, Eisler Leyva Reyes; jefe de acción y sabotaje, Eddy Reytor Fonseca; propaganda, Rafael Fonseca (Ferrón); y finanzas, Israel Rodríguez.

En enero de 1956 Frank País , Pedro Miret, Manuel Echevarría y Pedro Sotto Alba, visitaron Niquero, con el propósito de contactar con los directivos del MR-26-7 y orientar la realización de prácticas militares. En el encuentro se entregó un fusil M-1 y se planearon acciones tan pronto Fidel Castro llegara con una expedición armada desde México. De allí, los dirigentes revolucionarios siguieron hasta Pilón, donde trazaron con Celia Sánchez Manduley los detalles de la recepción de la expedición de Fidel Castro.

El 29 de noviembre, llegó a Niquero Adalberto Pesant (Beto), jefe del MR-26-7 en Manzanillo, con la información con la orden trasmitida por Frank país de acuartelar a los hombres para el día siguiente. En horas de la tarde llegaron desde Manzanillo Eudaldo Vázquez (Lalo) y Víctor Boronat (Vitico) para coordinar todo lo referente a la movilización de los revolucionarios niquereños. Estos se acuartelaron en la fábrica de hielo propiedad de la familia Reytor.[18]

Durante la espera se fabrican gran cantidad de cocteles Molotov para la acción. Se contaba como único armamento las escopetas de caza y un revolver calibre 32. El 30 de noviembre se produjo el levantamiento armado en Santiago de Cuba, pero no hubo noticias sobre el desembarco de Fidel Castro. Por eso, el 1º de diciembre, se decidió suspender el acuartelamiento en Niquero.

Lucha insurreccional

El 2 de diciembre de 1956, se produjo el desembarco de la expedición del yate Granma, por el lugar conocido como Los Cayuelos, cerca de playa Las Coloradas, por el municipio de Niquero.

En el yate Granma llegó la libertad

Está compuesta por 82 hombres, al mando del Comandante Jefe Fidel Castro, estructurados en tres pelotones a cargo de los capitanes José Smith, Juan Almeida Bosque y Raúl Castro Ruz.

Monumento en Las Coloradas, memoria venerable al desembarco del yate Granma

Después de tres días de duro andar entre el monte y el diente de perro, la tropa expedicionaria acampó en un lugar conocido por Alegría de Pío, donde el 5 de julio se produjo el bautismo de fuego del naciente Ejército Rebelde.

Monumento en Alegría de Pío, el primer combate del destacamento expedicionario

Fidel que en vano intentó reagrupar a los expedicionarios, junto a él sólo quedaron Universo Sánchez y Faustino Pérez, que salieron del cañaveral donde se encontraban y se dirigieron a un pequeño monte internándose en la maleza.

Al producirse la dispersión comienza la labor del campesinado, los cuales establecieron vínculos con las células del MR-26-7 sin importarle los riesgos que corrían, con el convencimiento de que ayudaban a una causa justa.

Los hombres que sobrevivieron al desastre de Alegría de Pío y que tras incontables vicisitudes lograron evadir el cerco enemigo y reunirse en Purial de Vicana, mantuvieron una fe ilimitada en la vía escogida para iniciar la lucha armada y en la victoria final. Esa fe tenía como fundamento una absoluta confianza en el pueblo cubano y se había visto materializada en la inapreciable ayuda que personas humildes prestaron a los combatientes del Granma en los días críticos que seguirían al desembarco.

El núcleo rebelde, en coordinación con el MR-26-7 de Niquero determinó la incorporación en la guerrilla de los hombres perseguidos por los órganos represivos siendo un requisito que cada uno llevara su arma.

Los grupos de escopeteros que operaban en el territorio niquereño en febrero de 1958 contendieron contra las fuerzas de la dictadura: el día 7 en Las Coloradas; el 14 ultimaron dos guardias; el 15 emboscaron en la Carmen una tropa y le causaron dos muertos y poco después libraron otro encuentro en los Chorros; y el 18 tuvieron una escaramuza, provocando otras bajas al enemigo.

Los éxitos obtenidos por el Ejército Rebelde en la Sierra Maestra posibilitaron extender la lucha por los llanos de Manzanillo, Campechuela, Media Luna, Niquero y Pilón, con la creación en marzo de 1958 de la columna no. 7 “Regimiento caracas”, al mando del comandante Crescencio Pérez Montano, de mucho prestigio en este sector del Golfo del Guacanayabo.

Desde este momento la lucha insurreccional en Niquero entró en una segunda fase: a fines de marzo se libró un combate en El Chicharrón del Macho; el 9 de abril se apoyó el desarrollo de la huelga general revolucionaria; el 15 de abril se contendió en Yuraguana, donde cayó el guerrillero Guillermo Fonseca Zayas; el 23 de abril los guardias sufrieron una emboscada en la loma del río Victoria; 1º de mayo, una patrulla enemiga cayó en la emboscada preparada en Jagua; el 24 de mayo volvió a pelarse en Belic; el 1º de junio, una patrulla batistiana atacó el campamento rebelde en la Loma de la Placa; el 3 de julio tuvo lugar un combate en Alegría de Pío; y el 25 de agosto se combatió en la finca de Sacristía y en el Cedrón.

Durante la ofensiva revolucionaria hacia los llanos de Oriente en Niquero se libraron otras acciones combativas, entre ellas, el ataque al cuartel de la Marina de Guerra en Cabo Cruz, el 28 de octubre, siendo ocupado por los rebeldes; el ataque a la posta del Hato, a la entrada del pueblo de Niquero, el 30 de octubre en la acción, donde murió el guerrillero Ángel Fonseca Llorente; y el combate de Sevilla, del 19 de noviembre.[19]

Liberación de Niquero

El 23 de diciembre de 1958, las fuerzas de la tiranía acantonadas en Niquero recibieron la orden de estar preparadas para la pronta evacuación hacia la ciudad de Manzanillo. Por eso el 26 de este mes, a las tres de la tarde el batallón del Ejército y los efectivos de la guardia rural fueron montadas en un barco de guerra y trasladas al puerto de Manzanillo.

Tan pronto esta notica llegó a los cercanos campamentos rebeldes, oficiales y soldados se dirigieron al poblado. Una hora después de marchase el enemigo, llegaron desde el sur los hombres del pelotón del capitán José López (Pepe Tamayo), procediendo a ocupar el cuartel; mientras por el norte lo hizo el grupo dirigido por Ricardo Reytor, ocupando la Policía y el ayuntamiento municipal.

Los dirigentes revolucionarios promovieron como alcalde municipal a Miguel Fernández del Castillo, asesorado por los directivos del MR-26-7.

Revolución en el poder

Consolidación del poder revolucionario

Materializado el triunfo revolucionario en Niquero, fue designado como alcalde municipal Miguel Fernández del Castillo como secretario Olegario Lastre, los procedieron a organizar la vida económica y social del término municipal.

A consecuencia de los cambios revolucionarios, el 15 de enero de 1959 se puso en vigencia una nueva estructura política con la creación de los comisionados municipales: Miguel Fernández continúo al frente del Gobierno municipal como comisionado principal; José Ángel Calaña, secretario; Vicente Prieto, tesorero; Rafael Fonseca (Ferrón), al frete de las industrias y comercios; Inocencio Escalona, la esfera deportiva; y Juan Cardellá, la salud pública.

En la esfera política el MR-26-7 tuvo a su cargo la dirección del proceso organizativo, siendo designado como coordinador Ricardo Reytor. A comienzos de 1960 llegaron a Niquero desde Manzanillo Francisco Monserrat, como representante enviado por el Partido Socialista Popular y a Rafael Palma como representante del MR-26-7, con los objetivos de fortalecer el proceso de unidad entre todos los factores políticos de mucha importancia para llevar adelante las transformaciones revolucionarias.

En febrero de 1959 quedó definitivamente organizada la Polícia Nacional Revolucionaria, dirigida por el primer teniente Ricardo Reytor, con puestos en Niquero, Media Luna y Pilón.

Las mujeres de Niquero se sumaron a la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), creada desde el 23 de agosto de 1960. Con mucho entusiasmo las niquereñas, organizaron su reunión constitutiva con la presencia de Electra Fernández, presidenta de la organización femenina en Santiago de Cuba, y Rita Díaz, organizadora de la FMC en la provincia de Oriente.

La primera dirección municipal de la FMC estuvo formada del modo siguiente: Edelmira Rodríguez, Secretaria General; Genoveva Naranjo, segunda secretaria; Asela Díaz Guerra, organizadora; Esther Delgado, Asistencia Social; Julia Villegas, financiera; Justina Alarcón, propaganda; y Juana Hernández, educación.

Por iniciativa del Comandante en Jefe Fidel Castro y con el objetivo de contrarrestar la contrarrevolución interna en el país, surgen el 28 de septiembre de 1960 los Comité de Defensa de la Revolución (CDR).

Enfrentando la contrarrevolución

Desde noviembre de 1959, Niquero contó con dos compañías de las Milicias Nacionales Revolucionarias (MNR), las que se dedicaron a custodiar las costas de Cabo Cruz, el espigón de Belic, vigilar el central azucarero, los campos de caña y otros objetivos económicos y sociales. Además, se fomentaron las milicias campesinas para contrarrestar la actividad contrarrevolucionaria en el campo e impedir los sabotajes a almacenes, tiendas del pueblo y campos de caña.

Ante los cambios revolucionarios, encaminados a satisfacer las necesidades del pueblo trabajador, la burguesía cubana y el imperialismo yanqui alimentaron la reacción a la libertad. En Niquero se formaron diferentes grupos contrarrevolucionarios como La Rosa Blanca, El 30-11 y Frente Integrado Obrero Militar (FIOM). Este último operaba en la zona de Belic. A partir de 1961 hubo planes de alzamiento en la zona rural de Soledad, Casimba y Yuraguana, planes que fueron frustrados por las fuerzas armadas y los Órganos de la Seguridad del Estado. Varios fueron los intentos para sabotear las actividades azucareras dentro de la industria con la introducción de hierros en los basculadores y carros de caña. En la zona de Pozo Redondo, elementos pertenecientes al 30-11 apoyaron un alzamiento para proceder a quemar caña y realizar sabotajes a motores dedicados a los regadíos en los planes agrícolas.

Sin embargo, todas estas organizaciones, desde un principio, estuvieron penetradas y controladas por los Órganos de la Seguridad del Estado, lo que permitió su rápida neutralización.

Organizaciones Revolucionarias Integradas

A mediados de 1961 se creó en el municipio las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI) teniendo como meta la cohesión interna de las fuerzas revolucionarias con vistas a la formación de un solo partido dirigente de la Revolución. El pleno municipal eligió como secretario de las ORI a Francisco Monserrat y como organizador a Rafael Palma Espronceda. Unos meses después se comenzó el trabajo de creación de núcleos Revolucionarios Activos, en el Central, Hospital, Construcción y en diferentes barrios como Yuraguana, Rio Nuevo, La Ricardo, Belic, Hondón, Sevilla Abajo. Además, se crearon dos comités seccionales, uno en Media Luna y otro en Pilón dirigidos por desde Niquero.

En febrero de 1961 se crearon las Juntas de Coordinación, Ejecución e Inspección (JUCEI), siendo electo su presidente Rafael Palma y como secretario Roberto Rodríguez Baños. En el barrio de Media Luna se creó también la UJC dirigida por Gilberto Ballestero, mientras en Pilón lo era Juan Rodríguez.

Hotel de Niquero

En 1964 se inició un proceso asambleario al nivel de base, creándose las condiciones para la formación del Partido Comunista de Cuba en 1965.

La asamblea municipal del PCC en Niquero eligió como Primer Secretario a Eliades Rodríguez; organizador, Mario Hernández Borrero; y secretario de Educación a Ramón Rodríguez Peña.

El 12 de julio de 1975 fue celebrada en Niquero una asamblea de balance de renovación y/o ratificación, presidida por el Comandante de la Revolución Guillermo García Frías. Salieron electos como primer secretario Joaquín Fonseca Saavedra y como y segundo secretario Maximiliano Guerra Velázquez. Además, se eligió un comité municipal integrado por treinta miembros y un buró ejecutivo.

Órganos del Poder Popular en Niquero

Con la puesta en práctica de la nueva división política-administrativa de 1976 se creó la provincia de Granma con trece municipios, uno de los cuales lo constituyó Niquero, con una extensión territorial de 584,9 kilómetros cuadrados, una población de 36 404 habitantes y una densidad de población de 62,1 habitantes por kilómetros cuadrados.[20]

El 10 de octubre de 1976, pueblo de Niquero acudió a las urnas para a los delegados al Poder Popular en las cincuenta y cinco circunscripciones del municipio. Se tuvo que convocar a una segunda vuelta para elegir el delegado de la circunscripción número 7.

El 31 de octubre se constituyó la Asamblea del Poder Popular en Niquero, procediéndose a elegir el Comité Ejecutivo, siendo presidido por Maximiliano Guerra Velázquez; Vicepresidente, Martín González Milanés; y Secretario, Julio César Zabala Vega.

Este primer período de mandatos se extendió hasta abril de 1979, con un arduo trabajo en mejorar las condiciones de vida de los habitantes. En total en este mandato se hicieron 2 694 planteamientos, solucionándose 1 318 para el 48,9 % de solución.[21]

El segundo período de mandatos que comprendió de abril de 1979 a octubre de 1981 fue electo presidente de la Asamblea Municipal del Poder Popular Vidal de la Guardia Morales y como Vicepresidente Israel Ávila, continuó en su cargo de Secretario Julio César Zabala Vega.

Desde octubre de 1981 hasta abril de 1984 se efectuó el tercer período de mandatos, siendo elegido como Presidente Victoriano Castillo Téllez, como Vice-Presidente Roberto Chávez Araujo. El número de circunscripciones se elevó a sesenta y una comprendiendo una especial con sus respectivos delegados. Además, fueron seleccionados dos diputados a la Asamblea Nacional y cinco delegados a la Asamblea Provincial. En este período el candidato Pedro Luis Sánchez, en la circunscripción de Las Coloradas, fue el primer delegado electo en el país.

El cuarto período de mandatos se inició en abril de 1984 hasta octubre de 1986, siendo reelegido como Presidente Victoriano Castillo Téllez y elegido Vice-Presidente Javier Alarcón, continúa de secreta¬rio Julio César Zabala Vega. El número de circunscripciones creció a sesenta y tres con cuatro especiales.

Sectores claves del territorio

Educación

La Revolución se dio a la tarea de solucionar los problemas heredados, se crea un plan de aumentar el número de aulas y al efecto se construyen en la zona rural, a un costo de $20 000 cada un 4 centro con características especiales que incluía además de las aulas la vivienda del maestro; éstos fueron ubicados en Coloraditas, Palizón, Juan Pérez y La Ricardo. En el sector urbano se crearon las escuelas "Hermanos Pérez Espronceda" y la "René Fraga Moreno". La erradicación del analfabetismo, fue una de las principales tareas priorizadas por la Revolución. Por tal motivo se desarrolló durante el año 1961, la Campaña de la Alfabetización.

Para realizar los preparativos que dieran inicio a la campaña, se designó a la Dra. Manfugás para orientar la propaganda, desarrollándose una reunión en el mes de enero con los maestros explicándole los objetivos de las medidas tomadas por el Gobierno Revolucionario y de cómo se iba a realizar; así como se llevaría a efecto el trabajo divulgativo para lo que se creó un frente que debía divulgar, qué era el año de la Educación y las medidas que debían tomarse para el triunfo de la campaña de alfabetización. De esta forma el día 23 de enero se daba inicio a la campaña en Niquero.

En el mes de febrero, la Dra. Manfugás, fue sustituida por Carmen Rosa Mols, poco tiempo después se reestructuró de nuevo el Consejo ocupando el cargo de coordinador municipal Orlando Hechavarría Friol; responsable de brigada Raúl Ordeñana Izquierdo; subresponsable de estadística, Isabel Tamayo; responsable de propaganda, René Suárez; responsable técnica Maria Moreno Oro; responsable del subconsejo en Media Luna, María Martínez.

El Consejo Municipal además estaba compuesto por secciones; como la de tesorería, de correspondencia, estadísticas, de ubicación urbana y la técnica. Al frente de esta última estaba María Moreno Oro, y la integraban además Celeste Pi Matos, Pratria Dellundé, Rosalía Bazán, bajo esta dirección trabajaban los maestros que a su vez orientaban a los brigadistas.

Cada maestro urbano, además de trabajar en el Consejo, alfabetizaban y asesoraban técnicamente a los alfabetizadores populares. El maestro rural tenía el control del Conrado Benítez en su zona. Los alumnos de la secundaria básica, recibían sus clases normales por el día, incorporándose a las actividades de la alfabetización por la noche. El curso escolar fue adelantado, incorporándose estos alumnos en el mes de abril a las brigadas Conrado Benítez que tenían su preparación en Varadero.

La recepción del primer grupo de alfabetizadores, se produce el 8 de mayo. Para la ubicación de los brigadistas, se crearon diferentes cuartones: Niquero, Sur, Norte, Platanito, Belic, Jagua, Media Luna, Pilón, Vicana, Sevilla y Gorito, cada uno de ellos tenía su responsable, con la función de chequear el trabajo, dar orientaciones y asesoramiento.

El paso de la juventud fue decisivo, continuaron llegando grupos de brigadistas en los sucesivos días hasta completar un número de 2 463 alfabetizadores, que llegaron a los más apartados lugares del término municipal, lejos de sus hogares a enseñar al que nada sabía y conocieran la vida de los campesinos, sus faenas y luchas, sus ansias de aprender para aportar más a la revolución.

Para darle el impulso final a la campaña se lanzó la consigna ARA (Acción Rápida de Alfabetizar) que fue acogida con entusiasmo por las masas, esto permitió que para el 6 de noviembre se efectuara en la ciudad de Niquero el primer acto de graduación donde se entregaron 1 600 diplomas con la asistencia de más de 5 000 personas. También se celebraron actos en: día 14 de noviembre en San Agustín, con 51 alfabetizados, Marea de Limones con 59 alfabetizados y el día 17 en Palizón con 38 alfabetizados.

El 17 de diciembre culminó victoriosa la campaña de alfabetización, 23 000 analfabetos del término municipal aprendieron a leer y a escribir.

En los años de 1976 a 1986 se incrementaron los niveles de enseñanza coincidiendo con el inicio del perfeccionamiento en la educación. En 1986 se habían incrementado los siguientes niveles de enseñanzas: Prescolar, Primaria, Media, con dos Secundarias Básicas, un Pre–Universitario Urbano, 2 ESBEC y 2 IPUEC, Técnica y Profesional con un Centro Politécnico Industrial y un Instituto de Economía, formación de personal docente en media en nivel superior, Enseñanza especial, Enseñanza Juvenil, Idioma y Adultos en EOC, SOC y FOC. El municipio en 1986 tenía una matrícula de 10 926 alumnos decreciendo fundamentalmente en la matrícula de la Enseñanza Primaria y aumentando en la Enseñanza Media a más de 5 000 alumnos.

El número de escuelas también creció tanto en el sector urbano y en el rural. Total, de 73 escuelas, desglosadas en: Primaria, con 59 escuelas entre las que se encontraban un seminternado y una escuela de doble sesión, 10 escuelas en la Enseñanza Media, 1 en la Especial y 2 en Adultos. Comienza a prestar servicio un Círculo Infantil con capacidad para 180 niños, siendo su matrícula de 201 alumnos.

Deporte

En la esfera deportiva, también se inician cambios. En 1959 en el local del sindicato de obreros, se reunieron los deportistas de Niquero y dejaron constituido el Patronato Deportivo, que funcionó hasta el 23 de febrero de 1961 cuando fue creado el Instituto Nacional de Deportes Educación Física y Recreación (INDER). Dirige el INDER Rosendo Bello Milanés.

El balance del decenio presenta resultados positivos en la cultura física y el deporte demostrándose en la fuerza técnica que permitió competir en 19 disciplinas a nivel provincial. Al concluir el decenio se contaba con 6 instalaciones, aumentando la práctica de especialidades como la esgrima, tenis de mesa, remos, gimnasia rítmica, etc.

En el último quinquenio en las competencias provinciales se alcanzó uno de los primeros lugares y 8 eventos clasificaron para las nacionales. Se hizo un trabajo intenso por los organismos del municipio y la zona en la construcción de los complejos rústicos deportivos y la creación de los consejos voluntarios deportivos.

Salud Pública

En cuanto a la salud, en el año 1959 la municipalidad asumió el pago de las medicinas del sector de la población más necesitada y se mantuvo la asistencia gratuita en la Casa de Socorro. Se hizo masiva la vacunación, fundamentalmente en el sector rural y en la población escolar. Las consultas médicas seguían siendo de carácter particular, ejercidas por tres médicos, a los que se le exigía el cobro moderado por la atención al enfermo, esto posibilitó una mayor atención a los necesitados.

Las inversiones del Estado en la esfera de la salud permitieron incrementar los servicios, para 1986 la cifra de médicos llegaba a 45, se inician las consultas especializadas con 4 en medicina y cirugía interna. En enero de 1983 el hospital se convierte en docente con la llegada del primer contingente "Piti Fajardo" graduando por primera vez 5 internos, manteniéndose esta actividad en los subsiguientes años.

Se inicia también los cursos para enfermería lo que permite crecer en cantidad y calidad, pues de una enfermera que existía en 1976 ya para 1986 existían 139. Los auxiliares y técnicos aumentaron de 12 a 83 en 1985. Todo esto ha permitido disminuir el número de habitantes por médicos de 3 787 a 1 683.

El número de camas en el hospital aumentó 92. También se remoza la Casa Materna con 17 camas y se crea el Hogar de Ancianos con 12 camas. En 1983 se construyó un salón de operaciones en el que hasta 1986 se habían efectuado 874 operaciones de cirugía mayor y menor.

En octubre de 1984 se dio inicio al plan del médico de las 120 familias con 2 consultorios, este plan fue creciendo y en 1986 existían ya 16 consultorios, 9 en áreas urbanas y 7 en las rurales. Una nueva unidad es construida, el Policlínico Comunitario dotado de todas las especialidades y condiciones para brindar una mejor atención a nuestro pueblo, el policlínico era atendido por 16 médicos, 45 enfermeras y 30 técnicos en general. Cuenta además con una clínica dental de 12 estomatólogos y 13 asistentes dentales. Se construye además un centro de Higiene y Epidemiología y un taller municipal de electromedicina. La mortalidad infantil descendió en relación al año 1976 ya que de 20 fallecidos sólo se produjeron 10 al final del decenio para una tasa de 14,3 por cada mil nacidos vivos.

Cultura

La cultura y el arte en el quinquenio 19811986 experimentó un alto desarrollo, la fuerza técnica aumentó de 10 técnicos a 18 al concluir éste. Esto permitió el auge de la cultura y el arte y la atención directa a centros laborales y estudiantiles. El movimiento de aficionados creció de 156 grupos a 202 en el 84.

De 1982 a 1983 se crearon las 10 instituciones culturales básicas que aumentaron a 15 en 1984. La Literatura tiene gran desarrollo en esta etapa con la creación de dos talleres literarios infantiles y uno de adultos que existía. En 1986 se alcanza el Premio Nacional en este evento. Se crea la Asociación Hermanos Saíz que agrupaba a un gran grupo de escritores y técnicos de la cultura. En las artes plásticas se alcanza una mención de honor en caricatura en Japón otorgada a Eusebio Gutiérrez, Chevo.

En el municipio se alcanzan resultados positivos en otras obras sociales. La electrificación con la red nacional alcanzó los poblados de Cabo Cruz, Marea de Belic, Piloncito, Guanito, Las Coloradas, Los Trozos, Vivienda Juan Manuel Márquez, Río Nuevo, etc. Se construyen obras importantes como un parque infantil, tres escuelas, un mercado estatal, una nave para los taxis, una fábrica de block.

La recreación crece con el acondicionamiento de locales para este esfuerzo, la carretera de Carenero se le echa penetración invertida y comienza a funcionar la cafetería de la playa. Se concluyen 10 cabañas más en la Playa Las Coloradas, se construye la Plaza del Pueblo, así como la base de campismo en los Chorros y la Radio Base.

Curiosidades históricas

Niquero atesora lugares de marcado interés histórico entre los que se encuentran el Monumento Nacional en homenaje al Desembarco del Granma y la ruta seguida por los mismos, el sitio donde se produjo el combate de Alegría de Pío, bautismo de fuego del naciente Ejército Rebelde; y un cementerio donde fueron sepultados expedicionarios del Granma asesinados por la tiranía de Fulgencio Batista.

También se destacan Monte Macagual, Pozo Empalao y Boca del Río Toro, sitios donde fueron asesinados varios revolucionarios cubanos; y un obelisco erigido en honor a los mambises caídos el 15 de octubre de 1897.

Referencias

Fuentes

  • Alberto Debs Cardellá, historiador y profesor. Es reconocido socialmente como el Historiador de Niquero. Es jefe del equipo que prepara la Síntesis histórica municipal de Niquero.
  • Jacobo de la Pezuela: Diccionario geográfico, estadístico, histórico de la isla de Cuba. Imprenta del Banco Industrial y Mercantil, Madrid, 1863, 5t.
  • Ramiro Guerra: Guerra de los diez años. Editorial Pueblo y Educación, La Habana, 1986, 2t.
  • Cuba. Censo de Cuba: 1862. Imprenta del Gobierno, La Habana, 1863.
  • Carlos Manuel de Céspedes: Escritos. (comp. de Fernando Portuondo y Hortensia Pichardo). Editorial de ciencias sociales, La Habana. 1982, 3t.
  • Cuba. Informe sobre el Censo de Cuba 1899. Washington, 1900.
  • Mario Riera: Cuba política 1899-1955, Impresora Modelo, S.A, La Habana, 1955.
  • Angelina Rojas Blaquier: Primer Partido Comunista de Cuba, Editorial Oriente, Santiago de Cuba, 2005.
  • Pedro Álvarez Tabío: Celia, ensayo para una biografía, Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado, La Habana, 2006.
  • Ludín B. Fonseca García y José Eloy Rodríguez Romás: Crecencio Pérez Montano y la guerra de liberación nacional, Ediciones Bayamo, ciudad de Bayamo, 2011.
  • Ernesto Che Guevara: Diario de un combatiente. De la Sierra Maestra a Santa Clara 1956-1958, Editorial Ciencias Sociales, La Habana, 2011.
  • Colectivo de autores: Fidel entre nosotros. Testimonios de la presencia del Máximo Líder de la Revolución en Granma, Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado, La Habana, 2007.
  • Ludín Fonseca García: Fidel Castro Ruz: Itinerarios por la provincia Granma, Ediciones Bayamo, 2006.
  • República de Cuba: Censo de población y vivienda de 1981, Instituto Nacional de la Vivienda, Provincia Granma, 1981, v. 12.
  • Colectivo de autores: Catalogo sitios arqueológicos aborígenes de Granma, Ediciones Bayamo, 2004.