Jaume Serra Hunter

Jaume Serra Hunter
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Eminente profesor, escritor y sabio catalán
NombreJaume Serra Hunter
Nacimientoaño 1878
Manresa, Barcelona, Bandera de España España
Fallecimientoaño 1943
Cuernavaca, México, Bandera de los Estados Unidos Mexicanos
Otros nombresJaime Serra Hunter
Alma materUniversidad de Barcelona
OcupaciónFilósofo y político
Obras destacadasEnsayo de una teoría psicológica del juicio (1912); Alguns aspectes de la vida universitària del Dr. Llorens i Barba (1920); Idealitat, metafísica i espiritualisme (1923); entre otras.

Jaume Serra Hunter. Eminente profesor, filósofo, escritor y publicista español, maestro de maestros y apóstol de la cultura. Autor de Les tendències filosòfiques a Catalunya durant el segle XIX, 1925 (Las tendencias filosóficas en Cataluña durante el siglo XIX.). Se le considera discípulo y continuador de Fracisco Javier LLorens y Barba y un enlace entre dos generaciones filosóficas barcelonesas.

Síntesis biográfica

Nacido en Manresa, (Barcelona), en 1878. Hijo de padre catalán y madre irlandesa. Pertenecía, pues a aquella gran generación catalana, volcada sobre las inquietudes políticas, nacionales, culturales y artísticas de su pueblo, que florecían en un renacimiento augural, en todas las manifestaciones de su vida, al producirse la guerra asoladora.

Trayectoria profesional

Estudió simultáneamente Derecho y Filosofía y Letras en la Universidad de Barcelona. Licenciado en ambas facultades, hizo el curso del Doctorado en la Universidad Central de Madrid, pasando inmediatamente a ocupar la Cátedra de Psicología Superior.

En 1913, sin hacer oposición, por elección unánime del Claustro, ocupó la de Historia de la Filosofía, disciplina en la que era una de las primeras figuras de Europa. En 1914, fundó el Seminario de Estudios Filosóficos de Barcelona, donde se formó una pléyade brillantísima de maestros y estudiosos. Proclamada la República y aprobado el Estatuto de Cataluña, al ser reconocida la autonomía de la Universidad de Barcelona, de cuya Facultad de Filosofía era Decano, fue designado, su Rector, por unanimidad.

La Generalitat lo designó también Presidente del Consejo de Cultura de Cataluña. Aun cuando no militaba activamente en política, los intelectuales democráticos proclamaron su candidatura a diputado al Parlamento catalán: fue elegido y ocupó la Vicepresidencia de la Corporación rodeado de todos los respetos y admiraciones. Seguía atendiendo, con preferencia a todo, sus tareas universitarias, y docentes aún durante toda la guerra, debiendo, muchas veces, interrumpir sus doctas lecciones, por las alarmas y los bombardeos aéreos.

Escribió libros notables sobre sus especialidades científicas en catalán y en castellano, muchos de los cuales están traducidos a varios idiomas extranjeros.

Como continuador de las enseñanzas de Fracisco Javier LLorens y Barba y en particular, de la escuela filosófica conocida como Escuela de Barcelona, Jaume Serra afirmó que la filosofía debe partir de una exploración de carácter psicológico que determine las bases y condiciones del conocimiento, seguida de un análisis o "exploración dialéctica" de los usos de la razón. Una vez cumplidas estas dos tareas previas, puede pasarse a articular un sistema de filosofía sobre tres principales problemas: el inicial o gnoseológico, el central o metafísico y el final o ético. La concepción filosófica que Serra mantuvo a lo largo de su vida se acerca a un idealismo espiritualista muy ligado a la filosofía tradicional del sentido común e interesado en hacer compatibles los presupuestos científicos con las creencias religiosas.

Al servicio del pueblo

Aparte de su gran labor universitaria, hay otra magnífica, que acrecienta aún más la recia personalidad del llamado apóstol de la Cultura, que fue el doctor Serra Hunter, su devoción al pueblo, a cuyo servicio dedicó grandes esfuerzos. Efectivamente, adscrito a diversas instituciones de Cultura Popular, se dedicó a dar cursos extrauniversitarios, con sorprendente éxito entre las cultas masas obreras industriales de la capital catalana.

Los famosos ateneos “Politechnicum” y “Enciclopédico Popular”, que contaban en sus registros con miles de asociados, lo tenían como profesor y organizador de los cursos. Explicaba lógica, metafísica, etiología, teleología y filosofía del Derecho, ante auditorios de obreros y empleados, jóvenes, de cuya atención, observaciones y aprovechamiento, estaba asombrado y maravillado el propio profesor en primer lugar.

La fama de sus clases populares, se extendió a otras ciudades y villas de Cataluña, donde se multiplicaron los ateneos y centros de estudiosos, reclamando sus lecciones. Por allá se anduvo el sabio, en los últimos tiempos, ya rodeado de aventajados discípulos, convertidos, a su vez, en maestros.

“La Universidad y sus enseñanzas de cara al pueblo, abiertas al pueblo”.

Era el lema del sabio maestro, que trabajaba sobre un material humano, aptísimo y predispuesto; porque, en los últimos años anteriores a 1936, el pueblo obrero de Cataluña, estaba a la cabeza, por su Cultura, su curiosidad y su afán de saber, de las más cultas clases obreras europeas y su nivel de vida material e intelectual aún las superaba.

Los catalanes y los españoles democráticos, y amantes de la Cultura, tienen, pues motivo para tener por irreparable la pérdida del insigne Maestro, muerto en el exilio, lanzado por el huracán terrible, que parece ensañarse, singularmente, con los valores más excelsos del espíritu humano y de la Civilización.

En el exilio

Como otros millares de compatriotas suyos, formó parte del gigantesco éxodo que cruzó la frontera francesa en febrero de 1939. Anciano, enfermo del cuerpo y del alma, ante la ingente catástrofe, fue acogido y protegido por la Universidad francesa de Montepellier, de la que era “Doctor Honoris Causa”; pero, la caída de Francia y la consiguiente ocupación nazi pusieron en grave riesgo la tranquilidad y la vida del sabio profesor.

Diversas Universidades americanas entre ellas la Argentina de Cuyo- intervinieron en su favor, ofreciéndole cátedras y realizando toda clase de gestiones para sacarlo de la Francia ocupada. Tales gestiones dieron resultados hace apenas un año, y el doctor Serra Hunter pudo llegar, entonces, a México, gravemente enfermo.

El gobierno mexicano, sus universitarios, así como los núcleos exilados españoles allí residentes, realizaron ingentes esfuerzos para restaurar el organismo deshecho, del ilustre desterrado. Nada valió. La tierra mexicana sólo pudo ofrecerle los siete palmos para un reposo transitorio, mientras las circunstancias permitieran trasladar su cuerpo, con los honores que eran debidos, a la Cataluña natal de sus desvelos y de sus amores, para que tuviera allí definitivo descanso.

Muerte

El doctor Serra Hunter fallece en México en 1943, en el exilio, después de una penosa odisea, sufrida al terminarse la Guerra Civil.

Obra destacadas

  • Ensayo de una teoría psicológica del juicio (1912)
  • Alguns aspectes de la vida universitària del Dr. Llorens i Barba (1920)
  • Balmes i la filosofia a Catalunya (1925)
  • Idealitat, Metafísica, Espiritualisme (1923)
  • Filosofía i Cultura (1930-1932), Spinoza (1933)
  • Sentit i valor de la nova filosofia (1934)
  • Figures i perspectives de la història del pensament (1935)
  • El pensament i la vida. Estímuls per a filosofar (1945), publicada esta última con carácter póstumo.

Fuentes