Jean-Baptiste Say

Jean-Baptiste Say
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Economista francés, uno de los fundadores de la Economía política burguesa vulgar.
NombreJean-Baptiste Say
Nacimiento5 de enero de 1767
Bandera de Francia Francia
Fallecimiento15 de noviembre de 1832
ResidenciaFrancesa
OcupaciónEconomista
Obras destacadas“Tratado de Economía política”

Jean-Baptiste Say. Economista francés, uno de los fundadores de la Economía política burguesa vulgar. Es uno de los principales exponentes de la Escuela Clásica de economistas. Admirador de la obra de Adam Smith, e influenciado por otros economistas franceses como Turgot, Say ganó reconocimiento en toda Europa con su “Tratado de Economía Política”, cuya primera edición data de 1804.

Tratado de Economía política

En su “Tratado de economía política”, Say desechó por completo la teoría de Smith sobre el valor por el trabajo. Identificaba el valor con la utilidad (es decir, con el valor de uso), que es fruto de tres factores: el trabajo, el capital y la naturaleza (la tierra). A estos tres factores corresponden tres formas independientes de ingresos: el salario, la ganancia y la renta, que son la retribución por los servicios de cada uno de los que participan en la creación de la utilidad del producto.

Los factores aparecen en la producción armónicamente, no existe contradicción alguna de intereses, no hay ninguna explotación de los obreros por los capitalistas. En última instancia, Say reduce la ganancia al ingreso del empresario como salario del capitalista, y al interés como resultado del servicio que presta el capital, que él concibe simplemente como una cosa.

División de la Economía política

Say dividió la Economía política en tres partes: producción, distribución y consumo. Toda la Economía política burguesa posterior hace suya esta división, con la particularidad que ve la producción como un proceso puramente técnico subordinado a eternas “leyes naturales”, ve la distribución y el consumo como independientes de las relaciones de producción y como procesos que el hombre puede modificar a su antojo.

Say no aceptaba la inevitabilidad de las crisis económicas de superproducción, estimaba que en el mercado cada vendedor es, al mismo tiempo, comprador. Exhortaba a la burguesía a ampliar sin limite alguno la producción y era partidario de la libertad de comercio Franco apologista del capitalismo, el “trivial Say’’, como le llamaba Marx, presentaba los complejos problemas económicos bajo una forma trivial, simplista, en consonancia con el carácter superficial del pensamiento burgués, lo que le granjeó extraordinaria popularidad entre la burguesía. Las huellas de su influencia son perceptibles en todas las subsiguientes escuelas da la Economía política burguesa vulgar; en particular su “teoría de los tres factores” es ampliamente utilizada por los economistas burgueses de su tiempo.

Oposición a la Teoría del valor trabajo

Contrariamente a Smith y a los economistas clásicos ingleses como David Ricardo, Say se oponía firmemente a la teoría del valor trabajo (que consideraba, sucintamente, que la forma objetiva de medir el valor era mediante horas de trabajo), considerando que el fundamento del valor está en la utilidad que los distintos bienes reporten a las personas.

Esta utilidad puede variar en función de la persona, del tiempo y del lugar. La concepción de Say es, por lo tanto, que el valor es subjetivo, lo que influye en otros economistas continentales, y, en Inglaterra después de su muerte, en Jevons y el nacimiento del marginalismo.

Otro aspecto importante en el que difiere de la escuela inglesa es en la crítica a las teorías ricardianas de la distribución de la renta, que tienen un sesgo marcadamente pesimista, con predicciones de un estado estacionario de estancamiento. Say, además de tomar una postura mucho más optimista, considera que estas teorías no tienen carácter científico, y que su rigor lógico se ve contrapesado por su dependencia de una cadena de supuestos poco realistas o muy discutibles (como el valor trabajo), así como por que la evidencia empírica no jugaba a su favor.

Esta discrepancia profunda con Ricardo se debe también a una concepción del método de la ciencia económica, en la que los razonamientos deductivos han de vigilar su dependencia de los supuestos, tratando de no alejarse en exceso de la realidad, y no abusar de los ejemplos numéricos o algebraicos para no perder claridad.

Fuentes