Kashinawá

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Kashinawá
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Localización
País(es)Bandera de Brasil Brasil Bandera de Perú Perú
Datos generales
IdiomaKashinawá
Etnias relacionadasYaminahuas, Noke Koi

Kashinawá, Kaxinawá o Huní Kuin. Etnia que pertenecen a la familia lingüística Pano que habita la floresta tropical en el este peruano, desde el pie de los Andes hasta la frontera con Brasil, en el estado del Acre y sur del Amazonas, que abarca respectivamente el área del Alto Juruá y Purus y el valle del Javari.

Identificación

Otros nombres: Cashinauá, Caxinauá,Huni Kuin
Origen: AC Perú
Família linguística: Pano
Los grupos Pano designados como nawa forman un subgrupo de esta familia por tener lenguas y culturas muy próximas y por haber sido vecinos durante un largo tiempo. Cada uno de ellos se denomina huni kuin, hombres verdaderos, o gente con costumbres conocidas.

Una de las características que distinguen a los huni kuin del resto de los hombres es el sistema de transmisión de nombres. Este sistema existe tanto entre los Kaxinawá cuanto entre los Sharawana, los Mastanawa, los Yaminawa y otros nawa.

En los primeros relatos de los viajeros en el área aparece una confusión de nombres de etnias que persiste hasta hoy. Lo cual se debe a que los nombres no reflejaban un consenso entre los denominadores y los denominados. El denominador Pano llama a casi todos los otros como nawa, y a sí mismo y a sus parientes como huni kuin. Así, los Kulina eran llamados de pisinawa (“los que apestan”) por los Kaxinawá, mientras que los Paranawa llamaban a los propios Kaxinawá de pisinawa. El propio nombre Kaxinawá parece haber sido originariamente un insulto. Kaxi significa murciélago, caníbal, pero puede significar también gente con hábito de andar por la noche.

Hoy en día los Kaxinawá llaman a todos aquellos grupos emparentados como “Yaminawa”; tanto aquellos que mantienen contacto con los blancos como los grupos Pano que viven en las cabeceras de los ríos entre el Alto Juruá y el Purus y continúan alejados y escondidos, sin contacto “pacífico” con la sociedad nacional.

Localización

Los Kaxinawá habitan la frontera Brasil-Perú en la Amazonia occidental.

Las aldeas Kaxinawá en el Perú se encuentran en los ríos Purus y Curanja. Las aldeas en Brasil en el estado del Acre se extienden por los ríos Tarauacá, Jordão, Breu, Muru, Envira, Humaitá y Purus.

La investigación de campo en las aldeas Cana Recreio, Moema y Nova Aliança, en el río Purus, próximo a la frontera con el Perú. Los Kaxinawá peruanos y brasileños fueron separados a comienzos del siglo XX cuando un grupo que había sido concentrado en un cauchal en el río Envira se mudó hacia las cabeceras del río Purus, en el Perú, después de una rebelión contra un cauchero (McCallum 1989a: 57-58; Aquino 1977; Montag 1998).

Los grupos oriundos del Perú se vincularon por casamiento, aunque pueden observarse diferencias en el estilo de vida entre los dos grupos.

Hay grupos Kaxinawá que migraron del río Envira, donde estaban enrolados en la explotación del caucho, hacia el Purus. La mayoría de estos Kaxinawá del Envira se establecieron en la aldea de Frontera y en varios núcleos (centros, colocaciones) próximos.

Durante estas dos décadas el movimiento migratorio no cesó; otros Kaxinawá provenientes del Perú, del Envira y del Jordão llegaron a establecerse en las aldeas del Purus.

En la TI (Tierra Indígena) del Alto Purus, los Kaxinawá también cohabitan con sus vecinos tradicionales, los Kulina, para los cuales esta reserva fue originalmente creada.

Organización Social

La división entre los sexos es fundadora de la sociedad Kaxinawá y marca la vida cotidiana más que cualquier otra división en mitades, secciones o edades.

La diferencia entre las generaciones es medida a partir de una división básica según la cual los niños y las personas ancianas se aproximan por el menor compromiso que ellos tienen con los papeles relacionados con la construcción de su identidad en términos de género, y grupos de hombres y de mujeres se diferencian en cuanto implicados en actividades productivas sexuadas.

La división de la sociedad en mitades rituales y matrimoniales, y en secciones de transmisión del nombre propio no atraviesa todas las actividades, ya que la mayor parte de las actividades es hecha en el grupo de las mujeres de un lado y en el de los hombres del otro.

Durante los rituales, no obstante, la división de la sociedad en mitades es importante, así como en algunas pocas actividades colectivas de los hombres, como la apertura de las rozas.

La socialización de los niños en términos de género comienza desde muy temprano. A partir del momento en que saben andar solos, aprenden las tareas más fáciles de su género. Los niños reciben un nombre enseguida luego del nacimiento, pero es preciso el tiempo de la infancia para vincularlo a los pocos al cuerpo del nuevo portador. Esto acontece en los primeros años de vida, por el uso repetido del nombre por los padres y después también por el aprendizaje por parte del niño del uso correcto de los términos de parentesco. A medida que va dominando estos términos de referencia y vocativos, sus parientes van a dejar de llamarlo por el nombre propio para llamarlo solamente en términos de parentesco.

Rituales

El conjunto de rituales que acontecen cada tres o cuatro años en el xekitian, tiempo del maíz verde (diciembre y enero), es llamado nixpupimá, “bautismo” kaxinawá. El nixpupimá es un rito de iniciación. A partir del momento en que “conmemoran” por primera vez nixpu, los bakebu (criaturas) se tornan txipax y bedunan, niños y niñas. Ellos vienen a ser diferenciados por el sexo y aptos a ser iniciados en las tareas y en los papeles específicos de su sexo. El nixpu es una planta de la floresta cuyo tallo quebrado es golpeteado repetidamente contra los dientes, tiñéndolos de un negro brillante. Este efecto es bello, estético para los Kaxinawá. En la mitología Isa hana (pájaro de siete colores) es llamado nixpupia hawendua (lindo porque comió nixpu): tiene el pico negro. Isa hana es un pájaro muy preocupado por la belleza. Su propio plumaje ya es bonito: azul con la cauda roja. Isa hana vio que Bixku txamini teníael cuerpo cubierto de sarna tan maloliente que su esposa lo abandono.

Ixmi (el gallinazo rey) llegó para comerlo, pero Bixku se defendió e ixmi perdió un montón de sus plumas blancas. Entonces llegó Isa hana, que curó a Bixku con plantas medicinales a cambio de las plumas blancas que ixmi perdió. Con las plumas blancas Isa hana se hizo un lindo cocar [corona de plumas] para usar nixpupima.

Los dientes ennegrecidos hacen parte del make-up para fiestas y rituales, así como diseñar el cuerpo con jenipapo [fruto de la Genipa americana] y pintarse el cuerpo con la pasta roja de achiote (maxe), con aceite de maní (tama xeni) o de pupunha [Bactris gasipaes] (bani xeni), mezclado con perfume (ininti), un hábito que se tornó, por el uso de ropa, más raro hoy en día. El nixpu es considerado crucial para la salud de los dientes; los Kaxinawá dicen que su zumo los protege y fortalece.

Txidin

El txidin acontece anualmente en el xekitian, tiempo del maíz verde, o después del rito funerario que sigue a una muerte importante (un jefe o chamán). El duelo y la tristeza provocadas por la pérdida pueden amenazar la vitalidad y el bienestar de la comunidad, y el txidin sirve para reforzar la fe en la vida y levantar el ánimo: su finalidad es proteger a los vivos.

El txidin se caracteriza por los cantos dewe (que cuentan la creación del mundo), por la danza del líder del canto (txana xanen ibu) y su acompañante, aprendiz, zapateando de espaldas con conchas en las canillas y por el vestuario del líder del canto.

Es la única ocasión en que se usa el cushima, un vestido largo, todo keneya (con diseño), una cocar (maite) de plumas blancas y rojas de la cauda del papagayo, el hawe (adorno colgado en las espaldas), con plumas de gavilán y caudas hechas de las plumas de varios pájaros (kuxu dani, hana dani, etc.) y con la cauda del coatipuru (kapa hina).

El líder de canto, así adornado, representa al Inca y sus aliados: el gavilán (tete), el gallinazo rey (ixmin), el txana. El Inca es vinculado a la mitad de los inubakebu (hijos del jaguar) y hay todo un conjunto de asociaciones simbólicas que giran a su alrededor: el maíz, el frío, la vida eterna, el jenipapo y el sol.

Katxanawá

El Katxanawá, ritual de la fertilidad, existe en varias versiones y puede iniciar el “festival” del nixpupimá. Normalmente el Katxanawá acontece varias veces al año. Visualmente el ritual se caracteriza por la danza de los yuxin de la floresta (cubiertos de la cabeza a los pies con la paja de la jarina y pintados, en las partes que aparecen por debajo de la paja del achiote) alrededor del tronco hueco de la paxiúba (tau pustu, katxa). El tronco fue cortado, descortezado y vaciado dentro de la floresta, por los hombres de la mitad que quedó con el papel ritual del invasor.

Antes de la campaña de los misioneros contra el uso de la bebida alcohólica, la caiçuma [especie de masato] era guardada durante seis días en el tronco de la paxiúba (tapada con hojas del platanero) para fermentar. La aldea danzaba durante cinco días alrededor del katxa y al sexto día llegaban los convidados de las otras aldeas para tomar juntos la bebida fermentada (muxetan). Solamente una persona me dijo que la fermentación era acelerada escupiendo en el preparado (costumbre todavía en uso entre los Katuquina y Yaminawa).

Fiesta del Fuego

Esta fiesta acontecía con el Katxanawá más de una vez por año, y consistía en apagar el fuego viejo y encender el fuego nuevo de forma ritualizada, precedido de una caza colectiva, que proveía de carne ahumada suficiente para varios días de fiesta. Se botaban los restos del fuego viejo y en el día de encender el nuevo todo mundo tomaba baño en la madrugada. Hoy en día la fiesta perdió ya su razón de ser. Como los antepasados, los Kaxinawá hacen ahora un fuego nuevo todos los días.

Nixpupima

Por la noche, los niños son llamados a reunirse en la casa del líder. Solamente los niños que perdieron los dientes de infancia y cuyos dientes definitivos ya crecieron están listos para la iniciación. Sus hamacas son colgadas en un canto de la casa y cercadas de esteras para que no vean nada.

Las madres se sientan al lado de las hamacas de sus hijos y comienzan a balancearlas, cantando “kawa, kawa”. Los niños tienen que permanecer estirados y no se pueden mover. Si alguno de ellos tuviera que salir de la hamaca, sólo puede mirar hacia los pies. Si mirase hacia el cielo o los árboles, una cobra o una hormiga con picada tan fuerte como la de una cobra, podrían picarle. Los padres de los niños danzan alrededor del fuego y cantan pakadim, rezos específicos para que sus hijos “se vuelvan fuertes y aprendan rápidamente”.

Temprano de mañana, los niños toman baños medicinales para que crezcan, sean trabajadores (dayadau), y las niñas reciben un baño especial para aprender el diseño (kenedau). Además de eso, todos los niños cortan el cabello en esa ocasión.

Después del baño, los niños son pintados de negro con jenipapo, Se lavan también los dientes con piedritas chatas y arena para limpiar las impurezas. Después del lavado, los niños pueden tomar caiçuma (mabex) de maíz.

Casamiento

A partir de la primera menstruación el interés de los hombres de la aldea por la joven es legítimo. Los pretendientes comienzan a aparecer y, tarde o temprano, ella se debe casar. Para el primer casamiento, los padres de la joven consideran sus relaciones de parentesco con los hombres jóvenes y solteros de la comunidad. Es importante que el marido sea una primo cruzado próximo, de preferencia de la misma aldea.

Antes del casamiento, la madre consulta a la hija, el pretendiente consulta a la madre, ella habla con el marido, después con la madre del pretendiente y finalmente el pretendiente pide la mano de la joven delante de los padres. El paso del enamoramiento al casamiento se da a partir del momento en que la joven deja la casa de los padres y va a dormir en la casa de los suegros. Si él ya tiene otra mujer, el hombre construye una casa para sí, cerca de la casa del suegro, donde va a vivir con sus mujeres.

En la mañana que sigue a la primera noche, la nueva pareja y los respectivos padres van a la casa del líder. Éste habla al novio sobre sus deberes de buen marido: tiene que hacer una roza para su mujer, plantar mucho plátano, yuca y maíz, ser buen cazador, cuidar bien de los hijos, dar cariño a la mujer. A la novia el líder le dice que tiene que cuidar bien al marido, hacer comida para él, ofrecer comida a sus visitas, tejer su hamaca, lavar su ropa, darle cariño, cuidar bien de los hijos. Después del sermón, y después de haber tomado la chicha que la mujer del líder les ofrece, la pareja vuelve a la casa con los padres de la novia; los padres del novio van a su casa.

Casamiento no es razón para fiesta ni para una ceremonia mayor que la descrita. Desde el momento en que un hombre y una mujer viven en la misma casa, la expectativa es que ella quede pronto embarazada. Solamente después de tener el primer hijo, el casamiento es considerado consumado (infertilidad entre la pareja es razón suficiente para deshacer la unión). A partir del momento en que es madre – y no a partir del casamiento – es que la joven deja de ser adolescente (txipax) y se torna mujer.

Arte

El Kene Kuin, diseño verdadero, es una marca importante de la identidad Kaxinawá.

Los pueblos vecinos (Kulina, Yaminawa, Kampa) no tienen un estilo de diseño comparable al Kene Kuin. Para los Kaxinawá, el diseño es un elemento crucial en la belleza de las personas y de las cosas.

El cuerpo y el rostro son pintados con jenipapo en ocasión de las fiestas, cuando hay visitas o por el simple placer de adornarse. Infantes muy pequeños no reciben diseño, pero son ennegrecidos de la cabeza a los pies con jenipapo. Niños y niñas tienen sólo una parte del rostro cubierto con diseño y los adultos tienen todo el rostro pintado.

La pintura con jenipapo es una actividad exclusivamente femenina. En días sin fiesta muchos andan sin diseño, pero cuando uno de los hombres de la casa trae jenipapo del bosque, siempre hay alguien que se anima a preparar tinta y llamar a los otros para pintarlos. Las personas que más andan pintadas son las mujeres jóvenes; los hombres, menos, a no ser que sean huéspedes.

El estilo del Kene Kuin contiene una variedad de motivos que tienen nombres. Cuando un motivo tiene dos o más nombres, esto se debe por lo general a la ambigüedad, típica del estilo kaxinawá, entre fondo y figura. Los mismos motivos, los diseños básicos, usados en la pintura facial, son encontrados en la pintura corporal, en la cerámica, en el tejido, en la cestería y en la pintura de los banquitos.

Actividades productivas

Trabajo femenino

La culinaria kaxinawá es bastante diversificada. Una papilla (mani mutsa) es hecha por las mujeres amasando grandes cantidades de plátano maduro y dulce; se prepara la yuca, a veces amasada con la misma hoja verde de la yuca o con nawanti o xiwan, hojas del bosque con gusto parecido a la achicoria, un poco ácido, o incluso con maní tostado y molido, o también sin condimento. Se cocina también plátano verde y, si hubiera maíz, se hace caiçuma (mabex) de maíz tostado y molido, con o sin maní.

Cuando uno de los hombres de la casa llega de la caza, las mujeres queman las cerdas del animal y lo cortan enseguida. Algunas partes son asadas, otras hervidas. En el caldo son mezcladas varias hierbas, un tipo de culantro, un tipo de azafrán, un tipo de jengibre (xawaxuanti, xiada), pimienta (yutxi), a veces achiote (maxe), más otras no identificadas y sal. El pescado puede ser asado cuando es grande, pero generalmente es preparado en caldo, y cuando es pequeño, asado en una hoja de plátano con hongos. Otro plato de la culinaria Kaxinawá es beten, una pasta hecha de harina (dudu) de maíz, yuca y plátano asados y molidos, misturados con el caldo y la carne de cazas pequeñas y, si hubiera, palmito.

La cocina Kaxinawá es laboriosa y exige varias horas de trabajo por día. Las niñas entre ocho y diez años participan de las tareas menores de la cocina, como pelar la yuca o cuidar del fuego, quedándose los bebés al cuidado de las hermanas menores. Otra tarea común para las niñas de esta edad es traer agua del pozo.

Además de preparar, durante el día, la refacción para el final de la tarde, la mujer va diaramente al igarapé, con sus hijos, su madre y una o dos de sus hermanas con sus respectivos hijos (niños solamente hasta la edad de siete años, después de esta edad ellos toman baño con los hombres en el río). Las mujeres lavan las ropas, mientras que los niños juegan en el agua.

Cada dos o tres días la mujer va junto con otras mujeres que tienen rozas vecinas a la suya a recoger plátano y yuca. La mujer derriba el platanero con algunos cortes de su hacha, para después retirar los plátanos del cacho. Para recoger la yuca, corta la planta, suelta la tierra alrededor de la raíz con el hacha, y jala el tubérculo con la mano, cuidando de no quebrarlo por la mitad. Después de quitar las raíces, ella corta dos pedazos de 15 centímetros del tallo de la planta y los entierra (este tipo de plantación no se llama bana, ya que es plantar de nuevo, kaban); las hojas son llevadas ala casa para servir de condimento. Otros vegetales, como la papa, el ñame y otros tubérculos dependen de la estación y no hacen parte de la alimentación básica.

El cultivo del maní es el único hecho por los hombres y las mujeres juntos. Normalmente la plantación es llevada a cabo por los hombres y la cosecha por las mujeres. Otras excepciones a esta regla son el algodón, el achiote y el frijol, que son plantados por las mujeres. La plantación del maní en la playa es una fiesta. La mitad de la aldea asiste; niños, hombres y mujeres. Después de limpiar el terreno, los hombres, en línea recta, introducen un maní en cada cavidad. Durante el trabajo se cantan los pakadin para el maní. Además de la roza, de la ropa y de la cocina, la mujer trabaja el algodón. Llegué cuando el algodón ya había sido recogido y asistí a los procesos de secar al sol, abrir, batir, hilar, teñir y tejer. En las semanas del trabajo femenino colectivo, todas (o casi todas) las mujeres de la aldea aparecen de madrugada en la casa de la mujer cuyo algodón será hilado en ese día. El tratamiento preparatorio del algodón es hecho anteladamente por cada mujer individualmente o con las mujeres de la casa. En un día es hilado todo el algodón de una casa. En estas semanas otras actividades quedan casi paralizadas, dependiendo del desempeño de las chicas. Las mujeres me explicaron que este ritmo apresurado no era óptimo, que era para la venta y que, si no, lo harían con más calma.

Las txipax (adolescentes iniciadas) participan de la actividad colectiva solamente después de haber aprendido en casa el arte de hilar. “Si no las otras se ríen”. Kensinger (antropólogo que trabajó junto a los Kaxinawá en las décadas de 1950 y 1960) dice que las txipax, en el tiempo en que aprenden a hilar, no comen raya (Kensinger 1981).

Otra actividad femenina es la fabricación de cestos (txuxan), abanicos (paiati) y esteras (pixin). Se trata de cestos de uso doméstico: unos para guardar y servir comida, otros, grandes y abiertos, para colocar el algodón, y otros más para guardar utensilios personales: agujas, hilos, aretes, pasta de achiote, perfumes, etc. Los motivos aplicados a estos cestos tienen el mismo nombre de algunos de los motivos usados en las hamacas y en la pintura facial y corporal.

Hace unos veinte años, la cerámica todavía hacía parte de las tareas frecuentes de la mujer y del aprendizaje de las niñas. Actualmente, las ollas de barro han sido sustituidas por las de aluminio. “Olla de aluminio es más leve y no se quiebra”, es el argumento, “pero son más caras y nunca tan grandes como las ollas que nosotros usábamos antiguamente para hacer caiçuma. No son buenas para fiesta las ollas así, tan pequeñas” (María D.)

Trabajos masculinos

La principal actividad aprendida por los niños es la caza. En 1955, Kensinger (1975: 28) encontró a los Kaxinawá usando solamente arco y flecha. En 1963 todo mundo ya estaba usando escopeta, pero siempre con el arco al lado. Era común ver niños a partir de los dos años de edad, ejercitándose con arco y flecha, hechos a su tamaño por el padre o txai (abuelo materno). Vi pocos niños con arco. Pero los viejos continúan llevando arco y flecha en sus paseos por el bosque y cada casa tiene sus arcos y los tres tipos de flechas. En muchas casas, los hombres comparten una escopeta. Vi un caso donde tres hombres usaban la misma escopeta, porque uno de ellos había cambiado la suya por un toca-discos.

Cuando un niño llega a la edad de ocho o nueve años, comienza a acompañar al padre en la caza. Solamente después de la iniciación, el betunan (adolescente iniciado) se puede aventurar a cazar solo o en compañía de un hermano o cuñado. La caza tiene más secretos que la puntería o la agudeza de la visión. El muchacho aprende a observar los hábitos de cada tipo de animal, a reconocer sus rastros (kene), a imitar sus gritos y silbidos.

Cuando el muchacho aprende a cazar cierto tipo de animal, dejará de comerlo durante el período de esta iniciación específica. El cazador también debe evitar comer la carne de la parte inferior del animal: la cabeza es lo mejor, pero uno no come la cabeza del animal que mato, sino sólo la cabeza que el txai le ofrece. El aprendiz no come de la primera caza que mató, pues de lo contario quedará panema; es solamente después de haber matado un animal grande, anta, venado o pecarí, que él es considerado un cazador de verdad. En esta ocasión él es asperjado con la sangre del animal que mató (Kensinger 1975: 29).

La suerte en la caza es crucial para el prestigio, y las causas de la falta de suerte no son siempre claras. Por eso, existen muchos remedios (dau) y prácticas ritualizadas para conseguir la condición de marupiara (buen cazador). El arco (kanu) es tratado con cierta reverencia: “sólo mujer feliz puede tocar en el arco”. Después de haber cazado una presa grande, el cazador acostumbra pasar la sangre del animal por el arco; “con escopeta nosotros no hacemos eso”.

Antes de la plantación la tierra es desbrozada (talada la vegetación) y quemada, actividades ambas que son hechas en grupo. La tala es una confrontación directa con los espíritus de la floresta, por eso en este proceso son proferidos gritos de guerra, los hombres se pintan con achiote (rojo es el color de los yuxin de la floresta), e inhalan rapé para tornarse más fuertes y corajudos. Mientras que los hombres tocan fuego y gritan con los rostros pintados de rojo, unos cien metros más allá las mujeres cantan para los yuxin, pidiendo de ellos fuegos fuertes y rozas abundantes. Después es ofrecida una abundante comida colectiva.

La mayor parte de las técnicas de pesca pertenece igualmente al dominio del hombre. Los Kaxinawá usan dos tipos de timbó (barbasco): la hoja puikama y la raíz sika. El más usado es el puikama, un arbusto plantado cuyas hojas y flores son recogidas por las mujeres y amasadas por los hombres en un mortero que sirve solamente a ese fin. De esta pasta son hechas bolas (tunku) de un kilo, que son guardadas en bolsas impermeabilizadas con caucho, o en cestos cubiertos con hojas de plátano.

Este tipo de pesca es también practicado por las mujeres. Cuando las mujeres y los abuelos de la casa preparan una expedición con sus hijos, ellas amasan una cantidad para dos o tes bolas en el mortero y van hasta un igarapé pequeño. Las bolas son diluidas (mutsa) en el agua y el veneno tiene un efecto casi instantáneo sobre los peces que, intoxicados, comienzan a saltar y salen a la superficie. Niños, ancianos y mujeres andan en el agua con los frutos del puçaceiro, golpean con fuerza en el agua (kuxawe!, golpea) y prenden los peces mayores con la mano, lo que demanda cierta agilidad.

La pesca en el lago es más arriesgada y es hecha solamente por grupos de hombres; en ella es utilizada la sika, una raíz altamente venenosa capaz de matar. El lago es el hábitat de muchos animales y yuxin poderosos: el jacaré (kape), la anaconda (dunuan), la piraña (make), el yuxin kudu, monstruo del agua y el kuxuka, el bufeo, “que llora como gente, tiene cara de gente y es gente, yuxin”.

La pesca con anzuelo era tradicionalmente practicada por los Kaxinawá. Incluso antes del contacto con los no indios, el anzuelo era obtenido cortando la juntura del cúbito y del radio del tatú, mientras que el hilo de pesca era de envira.

En el tiempo en que los Kaxinawá habitaban las tierras más altas y alejadas de los ríos, la pesca era una actividad secundaria en comparación a la caza. Hoy en día, en cambio, la pesca es tan importante como la caza e igualmente apreciada. El jacaré (kape), cazado de canoa en el río durante la noche (de luna nueva o menguante, ya que la luna llena – uxe badi : luna sol – ilumina demasiado) con bim (linterna de caucho) y, cuando hay pilas con nawan bin (linterna), es una carne muy apreciada así como la carne suave y oleosa de la raya.

La recolección de frutos silvestres puede ser hecha por las mujeres o, si fuera preciso cortar o subir a un árbol, por el hombre, su mujer y algunos hijos. Es lo que acontece en la colecta del azaí (pana), patoá (isa), sapota (itxibin), jaci (kuti), aricuri (xebum), bacaba (pedi isan) y palmito. Otros frutos son comidos cuando son encontrados en el camino: xena y xakapei: tipos de frijol silvestre que crecen en bejucos, con una pulpa blanca y dulce alrededor de las simientes. Comí también una fruta de color naranja (bumpe) y la fruta del murmuru (panikwa), además de las cuales existen otros frutos y hongos diversos que son recolectados. Generalmente los hombres traen frutas a casa cuando no consiguen cazar nada. El cacao es una fruta muy apreciada. No se usa semilla, solamente la pulpa blanca y dulce de su alrededor. Los hombres también traen jenipapo, que las mujeres precisan para preparar la tinta para la pintura corporal.

En cuanto a la producción de caucho, los Kaxinawá producen mucho menos que los caucheros que viven del caucho con dedicación exclusiva. Para los Kaxinawá del Purus (lo que es diferente en el Jordão y en el Envira) el caucho sólo sirve como pequeña fuente de renta para, de vez en cuando, poder comprar munición o sal al pasar un comerciante ambulante (lo que no es muy frecuente). La mayor fuente de renta en Cana Recreio y en Moema es la tejeduría de las mujeres. Es con la venta de las hamacas y los bolsos en Río Branco, que los líderes abastecen la despensa de la comunidad.

Fuente