La non erótica; antología

La non erótica; antología
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Selección de poesías de Carilda Oliver Labra
Título originalLa non erótica; antología
Autor(a)(es)(as)Carilda Oliver Labra
Editorial: Cauce
ColecciónLa Fijeza
GéneroPoesía
ImprentaImprenta Alejo Carpentier
EdiciónPrimera reimpresión
Diseño de cubiertaRubén Siles
IlustracionesPável Lominchar
ISBN959-7150-06-9
PaísBandera de Cuba Cuba


La non erótica; antología. Libro de poesía escrito por la autora Carilda Oliver Labra, (Matanzas, 1922), una de las más importantes poetisas cubanas contemporáneas, reconocida internacionalmente. Le fue dedicada la XIII Feria Internacional del Libro de La Habana, en la cual fueron presentados varios de sus libros, entre ellos la referida antología. Contiene, además del prólogo que le da inicio, tres partes: La ciega y sus espejos (primera), Lo de estoico ejercicio (segunda) y De crepúsculos dóciles que habito (tercera).

Argumento

La non erótica; antología es el libro de Carilda Oliver Labra, publicado por la Cauce, editorial de la provincia de Pinar del Río, como parte de su colección La Fijeza.

En el libro, cuya selección y prólogo fueron realizados por Bertha Caluff Pagés, filóloga y poetisa villaclareña de la generación de los 80, con ilustración de portada de Pável Lominchar, Carilda mezcla diversos matices, como le es costumbre: neorromántica, postmoderna y vanguardista, pero sin dejarse atrapar por ninguna de estas reglas, como pez se escurre pícaramente. Lo mismo se aviene al verso blanco que al rimado. Lo mismo andar serenamente que exaltar el ánimo y correr intempestiva. Es suplicante, indagadora, negante y afirmante. Cuestiona con irreverencia a Dios para luego, aceptadora y humilde, mostrarse ante su voluntad.

Ejemplos de algunos de sus poemas vertidos en este libro, ilustran lo anteriormente expresado:

  • No me canso, mi amor ya de quererte (En su La ciega y sus espejos, p. 38)

"No me mueve, mi Dios para quererte"

No me canso, mi amor, ya de quererte
ni me pesa tampoco lo perdido;
solo importa de veras que has vivido
y ese tiempo que falta para verte.

No fue gloria pasada el conocerte
porque sigo teniendo lo tenido;
tú no eres la noche ni el olvido,
en mi pecho renaces sin tu muerte.

Sé que es larga y monótona la espera,
y si acaso tu rostro se borrara
Algún sueño mañana pareciera.

Pero siempre será lo que antes era.
Aunque verte de nuevo no esperara
lo mismo que te quiero te quisiera.

  • Ovillejo (En su De crepúsculos dóciles que habito, p. 92)

¿Qué pido para vivir?
Morir.
¿De qué muero sin dolor?
De amor.
¿Y qué es amor para el ser?
Nacer.
Lo jura aquí una mujer
que con mucha vida está;
de amor murió, pero ya
morir de amor es nacer.

Crítica

…Detengámonos ante esta voz que, sin apartarse de los sentidos, ha develado en sus trazos la sabiduría y la madurez de su privilegiada naturaleza femenina. A través de la observación y la reflexión de cuanto le rodea, ella muestra las puertas de la entrada a ese tan relegado -cada día más- Mundo interior o Espiritualidad del hombre. Independientemente de su sexo, hombre o mujer forman una sola unidad ante "lo innominado". Su mirada es una, su sensibilidad, una.

Como si desconociéramos todo, cual si las viésemos por vez primera, volvamos a estas páginas lavando al fin aquella imagen, olvidando ecos de falsos cantos, dejando atrás la ansiedad y las mal llamadas pasiones que a superficiales improntas nos empujaron. Entrar por estas puertas nos deslumbrará, y así podremos divisar mejor nuestros propios hastíos y oscuridades. La huella vanguardista es fuerte en esa poética. El desorden tropológico, producto de la experimentación, la disparatada desmesura le tiñen visiblemente la pluma. La ironía, el prosaísmo, el deliberado descuido, el desenfado de aquellos aires que desciñeron a la poesía del bello mármol modernista, le han inspirado a escribir verdaderos poemas "malditos". La abierta línea, vanguardista y postmoderna, de esta poética, colinda y engrana felizmente con el coloquialismo de su generación (la de los años 50). Ella forma parte indiscutible de la misma, pero su voz es bien particular.

He aquí a la que, a pesar del anquilosamiento y el polvo de los mitos, permanece. A la que aún pisa su alfombra, irresistible.[1]
  1. Caluff Pagés, Bertha. Prólogo. En Oliver Labra, Carilda. La non erótica; antología. Primera reimpresión. Pinar del Río, Editorial Cauce, 2010, [9-11].

Fuente

  • Caluff Pagés, Bertha. Prólogo. En La non erótica; antología. Primera reimpresión. Pinar del Río, Editorial Cauce, 2010, [p. 9-11]. 92p. (Colección La Fijeza).
  • Carilda Oliver Labra

[Disponible desde http://es.wikipedia.org/wiki/Carilda_Oliver_Labra] [Visitado 23/10//2014. 3:39 PM]

  • Oliver Labra, Carilda. La non erótica; antología. Primera reimpresión. Selección y prólogo de Bertha Caluff Pagés. Pinar del Río, Editorial Cauce, 2010. 92p. (Colección La Fijeza).
  • Pateman, John. Maravilloso encuentro de cultura y amor. Librínsula; la isla de los libros. Publicación Semanal. Año 1, Nro.9, Viernes, 5 de marzo del 2004.

[Disponible desde http://librinsula.bnjm.cu/1-205/2004/marzo/09/lapuntilla/puntilla18.htm] [Visitado 24/09//2014 8:33 am]