La preparación de la familia para garantizar el autodesarrollo de la socialización del niño con espectro autista

Preparación de la familia para garantizar el autodesarrollo de la socialización del niño con espectro autista
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Preparación de la familia para garantizar el autodesarrollo de la socialización del niño con espectro autista. La familia constituye la institución social en la que transcurre una gran parte de la vida. Es transmisora de las primeras experiencias y su adecuada preparación contribuye a un mejor funcionamiento para garantizar la seguridad y estabilidad necesarias en el desarrollo de los niños desde las primeras edades. Los padres se consideran los primeros maestros y mediatizan las relaciones con el entorno social, con el legado histórico y cultural de la humanidad, de conjunto con los demás miembros de la familia y otras agencias educativas.

La familia

Resulta importante apuntar que el papel de la familia es de gran trascendencia en cuanto al desarrollo de sus miembros más jóvenes, del compromiso con la época en que cada cual viva. Al ser ella la representación más pequeña a escala social, donde el papel de los padres en la sociedad se manifiesta de manera más nítida. Los estímulos que los niños reciben y los ejemplos que observan en el seno familiar, tendrán una influencia muy importante en la formación de hábitos, actitudes y en su conducta fuera del hogar. Las relaciones intersubjetivas que en su seno se establecen, el carácter y contenido de la comunicación, el sistema de influencias educativas espontáneas o propositivas, adquieren en las familias de niños con necesidades educativas especiales un sello particular. Sin embargo, cuando la familia tiene un hijo con espectro autista, la situación adquiere una singularidad especial.

El espectro autista

El espectro autista es considerado uno de los síndromes más discapacitantes desde el punto de vista comunicativo, cognitivo y de interacción social. Es por tanto la socialización uno de los aspectos de la personalidad más dañados en personas con este diagnóstico. Para la intervención de la familia en el proceso de formación de hábitos de la vida diaria, en el conocimiento social, en la elaboración personal del sistema de valores y en la inclusión de los niños en la actividad creadora, se requiere poseer un profundo conocimiento de la entidad diagnosticada al hijo y sus potencialidades, de las fortalezas y debilidades como agencia educativa, del dominio de estrategias especiales para estimular el desarrollo de la personalidad en presencia de la discapacidad, de un alto nivel de implicación emocional en las acciones educativas y de habilidades para la autorregulación permanente. De ahí la importancia que la familia esté preparada para enfrentar este proceso. En la educación familiar desde un enfoque de autodesarrollo, se potencian las condiciones que favorecen la preparación de este contexto educativo para estimular la socialización de los niños con diagnóstico de espectro espectro autista. Respecto de la influencia de las infecciones víricas causantes de alteraciones cerebrales muy específicas que pueden, posteriormente, condicionar el desarrollo del espectro autista, se ha sugerido que la inmunorrespuesta alterada que muchos niños espectro autista muestran con títulos no detestables de anticuerpos a la inhibición-hemoaglutinación, a pesar de la previa vacunación contra la rubéola frente a títulos detestables en los niños control y el defecto posiblemente genético en la función de las células T (linfocitos procedentes del timo), podrían hacer al feto más susceptible a los ataques víricos y, consiguientemente, a la instauración de una disfunción o daño cerebral.

La socialización

La socialización, es un conjunto de procesos sociológicos, pedagógicos y psíquicos, mediante los que el individuo realiza la asimilación de la experiencia social, se incorpora a diferentes actividades, participa con otros, se implica en su ejecución, establece relaciones intersubjetivas y se comunica, debe ocupar un lugar destacado en las investigaciones que se realicen sobre personas con espectro espectro autista y ser abordado desde una concepción dialéctico materialista. La intervención de la familia en el proceso de formación de hábitos de la vida diaria, en el conocimiento social, en la elaboración personal del sistema de valores y en la inclusión de los niños en la actividad creadora, así como el desarrollo de habilidades básicas de socialización, comunicación y autovalidismo para mejorar su vida útil e independiente, justifican la necesidad de investigar qué preparación posee este contexto educativo para enfrentar y dirigir de manera intencional estos aprendizajes. La socialización de los niños con espectro autista puede mejorar mucho a lo largo de su desarrollo, pero les resulta mucho más difícil aprender a comportarse adecuadamente durante la interacción con los “otros”. Se ha comprobado que con frecuencia, son los padres y/o personas que viven con estos menores, los que sin premeditarlo, limitan la interrelación con la comunidad por temor a que se comporte de manera “anormal”, que agreda a otras personas, o no sea comprendido y reciba el rechazo de estos por tan marcadas diferencias. La familia para preservar al niño, cuidarlo, no avergonzarse ante otras personas, no demostrar su incapacidad para comprender lo que desea o no, optan frecuentemente por dejarlo en casa, bajo el cuidado de personas adultas o reducir al máximo los lugares que frecuenta (escuela, consultorio), lo que trae como consecuencia un alejamiento social involuntario. La posición social que en estas condiciones ocupan estos, puede aportarle poco a su socialización, al ser el medio infraestimulante y poco desarrollador.

La delimitación de contradicciones en la familia, relacionadas con la socialización de los niños con espectro autista

La sistematización teórica realizada para la profundización en el estudio de este tema, los intercambios científico-metodológicos desarrollados con profesionales de la educación y de las instituciones médicas, así como la valoración de los resultados de la práctica pedagógica, posibilita la delimitación de contradicciones en la familia, relacionadas con la socialización de los niños con espectro autista, entre las cuales se encuentran las siguientes: • La familia es considerada la agencia socializadora primaria, pero los cambios en su dinámica por el impacto del diagnóstico de espectro autista del niño, provocan generalmente estados emocionales que frenan la socialización. • La familia necesita conocimientos sobre el espectro autista, pero existe escasa bibliografía, el tratamiento del tema es pobre en los medios de divulgación masiva y las instituciones no generan suficientes acciones educativas que la preparen para potenciar el desarrollo del niño. • A los niños con espectro autista les caracteriza una limitación severa para interactuar con los “otros” y la familia (de manera involuntaria) acentúa ese aislamiento, porque carece de la preparación necesaria para estimular la socialización. • La familia ejecuta tareas educativas, pero éstas se realizan desconociendo la zona de desarrollo actual y próximo, lo que limita la dosificación de los niveles de ayuda y el éxito en las acciones de socialización del niño. • Los padres asumen solos la socialización del hijo con espectro autista; en la mayoría de los casos otros miembros de la familia desean participar, pero desconocen sus potencialidades y recursos para involucrarse oportunamente en este proceso. • La familia crea una dependencia de la ayuda profesional para enfrentar el espectro autista; sin embargo, no aprovecha sus potencialidades para generar espacios de reflexión y debate que provoquen cambios en la situación social de desarrollo del niño, a partir de acciones educativas que promuevan su autodesarrollo, incrementen su autoestima y capacidad de autorregulación como principal agencia socializadora.

El impacto de un niño con espectro autista en la dinámica de la vida familiar

La familia es una entidad funcional, un sistema intermediario entre la sociedad y el individuo y tiene entre sus funciones la socialización de su descendencia. La forma en que conciba ese proceso ejercerá una influencia significativa en el desarrollo de personas preparadas para la convivencia en la sociedad y época en que viven. El proceso de socialización en los niños con espectro autista tiene características especiales; recibe la influencia de los rasgos espectro autista y especialmente de la dinámica que se origina en el interior de la familia cuando uno de sus miembros recibe el diagnóstico de espectro autista. En general podemos decir que los preescolares con espectro autista requieren un alto grado de dedicación y trabajo, que debe proveerse. Además sus familias pasan por un periodo muy crítico de asimilación del trastorno de su hijo que requiere de ayuda profesional y un firme apoyo. Es característico que se reduzca la comunicación intrafamiliar; surgen actitudes culpabilizantes; se produce un abandono de espacios para la satisfacción de sus necesidades como seres humanos; se origina una sobrecarga de roles. Hay mayores gastos económicos, menos recursos disponibles; se reduce el tiempo libre, el círculo de amistades y los intercambios sociales. Los estados de opinión social abruman a la familia, pues al no ser una institución encerrada en sí misma recibe de manera casi permanente el influjo de un matiz amplio de prejuicios y opiniones del medio social. Desde la concepción materialista dialéctica del desarrollo, se puede afirmar que las condiciones externas que actúan sobre el niño con espectro autista, por la compleja situación que surge en la dinámica familiar posterior al diagnóstico, limitan su socialización y acentúan los rasgos de espectro autista. La atención educativa a los menores con espectro autista incluye el trabajo con la familia. El trabajo y la orientación constante a estos por parte del profesional de la educación especial y otros especialistas que atienden al niño, constituyen claves esenciales para asegurar que el proceso educativo tenga una mayor coherencia y para tener una retroalimentación de las manifestaciones, progresos y/o retrocesos en uno y otro contexto. Corresponde a la escuela orientarlos en la búsqueda de vías que propicien la estimulación oportuna de las potencialidades del niño, para favorecer una adecuada socialización. Es importante que la familia aprenda a generar sistemáticamente acciones que contribuyan a su preparación para enfrentar el espectro autista del niño, que impliquen una mejor autorregulación, menos dependencia de los profesionales, implicación consciente, participación activa y comprometida con la socialización del menor, por lo que resulta necesario asumir un cambio de enfoque en su educación.

La educación familiar desde un enfoque de autodesarrollo

Las instituciones educativas emplean diferentes vías para la educación de la familia. Independientemente de que propician el intercambio, se caracterizan por la orientación de estrategias pre-concebidas por el profesional, dirigidas principalmente a los padres, lo que no favorece el desarrollo del potencial educativo y las posibilidades de autodesarrollo de las figuras parentales. Resulta necesario asumir en el trabajo de educación familiar un enfoque que implique la creación de espacios de reflexión para crecer en función de la solución de conflictos, en la búsqueda de alternativas a los problemas, conjugando la inteligencia colectiva, la iniciativa y el saber del grupo. Una mayor capacidad para la autorregulación familiar está estrechamente relacionada con un concepto relativamente nuevo en las ciencias sociales y pedagógicas: el autodesarrollo. La herencia social, debe ser comprendida como las formas y recursos a través de los cuales el sujeto hace suyos los conocimientos, los valores, así como los mecanismos mediante los cuales logra su autodesarrollo: es decir, convierte en cualidades personales la cultura que caracteriza la sociedad en que vive. En el rol que desempeña el ambiente educativo en la motivación de cada persona por su autodesarrollo. Un ambiente culto, un clima de apoyo, confianza, creatividad y la ponderación de personas responsables y cultas, son condiciones que estimulan al sujeto por su autodesarrollo. Estas ideas conducen al reconocimiento del autodesarrollo como una necesidad de la sociedad actual, de que sus miembros asuman su cotidianidad con mayor autonomía, autodeterminación, responsabilidad por su presente y futuro. Ello precisa de conocimientos, capacidad para la comunicación, para participar en la reflexión y delimitar las causas de sus problemas, con flexibilidad y creatividad. De manera especial, estas cualidades deben lograrse en la familia de un niño con diagnóstico de espectro autista. Una eficiente educación de la familia debe preparar a los padres para su autodesarrollo, de forma que se autoeduquen y autorregulen en el desempeño de la función formativa de la personalidad de sus hijos, lo que indica que el autodesarrollo familiar no solo es necesario, sino también posible. Este exige a la familia la capacidad para tomar decisiones, una mayor autorregulación hacia el niño y hacia múltiples aspectos de su vida cotidiana. El mejoramiento de su calidad de vida implica más bienestar, satisfacción, mejor funcionamiento. Ello significa una familia más saludable, independiente, creadora, con claridad en sus metas, expectativas, con capacidad para canalizar sus inquietudes y resolver sus problemas. Una familia que se autodesarrolle crea mejores condiciones para compartir saberes y enriquecer sus conocimientos. La comunicación adquiere un valor incalculable, a través de vías alternativas que contribuyan a la apropiación de la experiencia histórico - cultural. La participación consciente de todos sus miembros es condición y consecuencia del autodesarrollo; ellos asumen roles desarrolladores en la socialización del menor, con una implicación afectiva en acciones que transcurren en un ambiente solidario, de comprensión y apoyo. Según la autora de esta Tesis, por autodesarrollo familiar se define el proceso de autotransformación consciente que genera un crecimiento en la calidad de vida de la familia, mediante la comunicación, el conocimiento y la participación de todos sus miembros en la socialización del niño con espectro autista. En la operacionalización de la variable autodesarrollo familiar en función de la socialización del niño con espectro autista se delimitan como dimensiones las siguientes: socioeconómica, comunicativa, cognitiva y participativa. La intervención del profesional de la educación es fundamental en la educación de la familia desde un enfoque de autodesarrollo. Él mediatiza los procesos y brinda herramientas para generar sostenidamente un proceso de reflexión crítica sobre la cotidianidad, delimitar sus problemas, sus causas, accionar cooperadamente y evaluar sistemáticamente su proceder. Las familias reciben el diagnóstico de espectro autista en sus hijos. Siguen el criterio intencional, estas familias que han recibido limitada orientación profesional y han expresado (de manera implícita o explícita) la necesidad de ayuda especializada. Se emplea el estudio de casos, que se convierte en un método esencial e insustituible para profundizar en las particularidades de esta problemática. La información obtenida por su aplicación permite delimitar un grupo de regularidades en las familias. Se precisan como potencialidades: • Existe determinado grado de conocimiento de las funciones que adquiere la familia con su descendencia, referidas al aspecto afectivo, económico, educativo, socializador. • El nivel cultural de los miembros de la familia, que oscila entre el nivel medio y medio superior, favorece el acceso y comprensión de la información científica de diversas fuentes, que puede ser empleada en acciones de socialización. • Existe disposición para adquirir información especializada sobre espectro autista, que les permita comprender mejor al niño, conocer procedimientos especiales para estimular su socialización a partir del empleo de vías alternativas de comunicación. • La mayoría de las familias posee bienes y recursos de primera necesidad que aseguran el bienestar físico, el enriquecimiento cultural y el crecimiento espiritual, condiciones importantes para la salud de sus miembros y la socialización del niño. • El entorno comunitario ofrece recursos para la socialización del niño con espectro autista: las familias viven en una zona, donde se facilita el acceso a parques, áreas verdes, casas de cultura, centros educacionales, comerciales, instituciones deportivas, recreativas. • Generalmente se establecen relaciones entre los niños con espectro autista y otros miembros de la familia: abuelos, tíos, hermanos. • Se expresa el interés por mantener intercambio con otras familias de niños con igual diagnóstico, especialmente sobre educación sexual. • La familia nuclear no se ha desmembrado, los niños conviven con la madre y el padre lo que es un factor protector de contingencias. Los principales problemas que limitan a la familia para la socialización del niño con espectro autista se originan en la dinámica peculiar del ambiente familiar en que crece cada uno, la que determina representaciones sociales negativas, pesimistas, que se manifiestan en un rechazo velado al niño y falta de implicación afectiva para crear situaciones intencionales desarrolladoras. El insuficiente conocimiento acerca del espectro autista trasciende lo meramente cognitivo y matiza con fuerza lo afectivo, lo que implica: desconocimiento de las potencialidades y necesidades del niño para su socialización y de la propia familia para estimular ese proceso; no empleo de vías alternativas de comunicación; insuficiente creación de situaciones comunicativas intencionales; limitados contactos con el entorno comunitario. Al intervenir en la familia se asume la investigación educativa la que se caracteriza por ser participativa, colaboradora; estimular el análisis crítico de la realidad, la creatividad, la flexibilidad y la capacidad para emprender cambios. En ella resulta decisiva la comunicación interpersonal, el diálogo abierto, franco y sincero. Se diseña y se aplica el Modelo de educación familiar desde un enfoque de autodesarrollo para la socialización del niño con espectro autista. -Modelo de educación familiar desde un enfoque de autodesarrollo para la socialización del niño con espectro autista. Fases: El Modelo se fundamenta en las concepciones sobre el desarrollo psíquico en general y en particular en niños con discapacidades brindadas en los postulados pedagógicos, psicológicos y sociológicos más avanzados de cuba y el mundo, que conducen a concebir como condición fundamental del proceso de culturalización humana, los intercambios sociales con sus semejantes y con los productos de su actividad; el contacto social debe ser enriquecedor, amplio y sistemático y propiciar la asimilación de hábitos de la actividad práctica mediante la cual el niño puede interiorizar roles en su condición de hijo, alumno y niño en función de su socialización. Estos se derivan de la sistematización realizada en esta investigación de los elementos teóricos que la explican desde la visión de los autores consultados y constituyen componentes importantes de la educación familiar desde un enfoque de autodesarrollo para la socialización del niño con espectro autista. El proceso de autodesarrollo en la familia se caracteriza por la participación y cooperación de todos en la elección consciente de acciones a partir de su autoconocimiento como agencia educativa con potencialidades para ejercer una mayor influencia en el niño; por la creación de un clima adecuado para la comunicación, que propicie la concientización y expresión de las contradicciones, en el que se confíe en la capacidad humana de cada miembro para enfrentar y buscar solución a los conflictos. La labor socializadora de la familia hacia un niño con espectro autista es multicondicionada y compleja, por lo que las acciones de educación familiar deben contribuir a que pueda asumir actitudes positivas frente al diagnóstico, poseer conocimientos sobre la entidad diagnosticada, estimular el desarrollo desde las edades más tempranas y movilizar a todos los agentes educativos en función de la socialización. El Modelo de educación familiar desde un enfoque de autodesarrollo debe concretarse en la realización de acciones dirigidas a la solución de los problemas de la familia, como resultado de una mejor preparación. Estas acciones conforman un proyecto singular, contextualizado, flexible, que se denomina proyecto de la familia. La elaboración del proyecto de la familia debe transitar por varias fases: creación de espacios para la autorreflexión, delimitación de problemas y sus condicionantes, elaboración del proyecto de la familia y ejecución de acciones y la evaluación. Sólo se separan en su concepción teórica, pues en la práctica se complementan dialécticamente. Las acciones que lo conforman son el resultado de un consenso en cada sesión autorreflexiva de la cotidianidad familiar; su ejecución será un proceso continuo, autotransformador de sus realidades. Sistemáticamente en espacios de aprendizajes formativos mutuos, se evalúan los logros e insatisfacciones. El trabajo con las familias, se inicia poco tiempo después de recibido el diagnóstico de espectro autista de uno de sus miembros, por lo que atravesaban un momento de gran conmoción por la noticia. Se convoca a reunirse para conversar sobre la nueva situación que vivencian. La familia decide: los temas a tratar, la fecha y el lugar de inicio de los talleres (que se realizan en el propio hogar), la fecha y hora de realización, el tiempo de duración (que oscila entre dos y dos horas y media), el orden en que los temas serán tratados, los especialistas a invitar. Se realizan entre cuatro y siete talleres de manera individual con cada familia y dos talleres colectivos. Se logra la participación de abuelos, tíos, primos y además, de vecinos y amigos que se interesan por el tema. Se estimula la participación activa y vivencial de los asistentes mediante el empleo de técnicas participativas. Se propicia que los miembros de la familia asuman el rol de coordinadores del taller, lo que otorga valor a sus conocimientos y capacidad para liderar acciones de educación familiar. Se desempeña como relatora una maestra en formación. En el transcurso de las sesiones surgen propuestas de acciones para solucionar sus problemas, las que se incorporan al proyecto de la familia (donde se concreta el Modelo), el cual se va construyendo en el curso de la experiencia con cada familia. La elaboración y ejecución del proyecto ocurren de manera simultánea. La evaluación se realiza sistemáticamente con la activa participación de los miembros de la familia, a través de expresiones de los participantes y el empleo de técnicas seleccionadas.

Generalizaciones de los tipos de familias

Dimensión socioeconómica

Se aprecia un mejoramiento de las relaciones emocionales entre los miembros de cada familia, disminuyen las tensiones, hay mayor apoyo. Se comprende mejor a los niños porque poseen más conocimiento sobre el espectro autista; sin embargo, el avance es muy discreto. Varía el grado de participación social de los miembros de la pareja: los padres reinician su vida laboral, por lo que aumentan los ingresos monetarios y mejora la situación económica. En la distribución de tareas en el hogar no se aprecian cambios significativos. Se presenta mejor situación en las familias, que asumen tareas disímiles sin distinción sexista de roles. Las transformaciones en la estructura de autoridad familiar son pocas; aunque se aprecia mayor autoridad para proponer y decidir cuestiones relacionadas con el hogar y el niño. Se introducen lentamente cambios en los métodos educativos en relación con los utilizados tradicionalmente, continúan empleando la tutela y la imposición fundamentalmente en las familias. En algunas de estas se manifiesta indiferencia en el padre y escasos logros en la madre, pero perfeccionan su acción transformadora en este indicador. Se originan vivencias positivas en las relaciones con el entorno en las familias.

Dimensión cognitiva

Se aprecia un incremento en el conocimiento de sus funciones, mayor concientización de que todos deben y pueden intervenir en el proceso de socialización. En algunas familias no se aprecian cambios favorables en el padre del niño, quien asegura actualizarse a través de la esposa. Es más adecuado el conocimiento sobre el diagnóstico de espectro autista, afirman sentirse más preparados para ser más eficientes en la socialización. Las madres muestran un cambio radical: declaran gran interés por conocer más sobre espectro autista y recibir orientación individual. En la actualidad las familias están mejor preparadas para apreciar las potencialidades y necesidades de los niños relacionadas con su socialización. Aunque en estas las familias se evidencian actitudes sobreprotectoras. Es más adecuado el conocimiento de sus necesidades y potencialidades familiares para la socialización de los niños. Ahora pueden orientar mejor sus acciones, saben con qué cuentan y qué necesitan. Se emprenden acciones dirigidas al estudio sobre espectro autista, pero se evidencian barreras subjetivas en algunos miembros de familias, pero se proyectan hacerlo para socializar al niño. Disminuye la dependencia de los profesionales y en algunas familias se acometen acciones independientes del coordinador. Necesitan una acción educativa más individualizada. El conocimiento de alternativas para la comunicación es adecuado. Se familiarizan con nuevas vías, construyen pictogramas. Solicitan orientación de especialistas en Lengua de Señas y en Logopedia. Aportan su saber para “construir” señas convencionales a emplear con los niños, lo que resulta novedoso, motivador y potencia el desarrollo de su autoestima.

Dimensión comunicativa

En las familias se incrementa la comprensión, la simpatía y la tolerancia hacia los niños. Ya se expresan en términos que no son acusatorios, al conocer que el comportamiento de los niños no es mejor, porque no poseen los recursos psicológicos para autorregular su conducta. Se contribuye al crecimiento de las relaciones empáticas, de aprecio, aprobación, aceptación entre los miembros de las familias. En algunas familias, se aprecian relaciones tensas con el padre del niño, que no cumple adecuadamente las funciones culturales, afectivas y socializadoras. Se aprecian intentos de dirigirse al niño intencionalmente, mayor interés en crear situaciones comunicativas, se apoyan en gestos, señas. Expresan que no emplean pictogramas y viñetas porque el niño no les presta atención. Las familias crean situaciones comunicativas, que aún resultan insuficientes. Se demuestra que el proceso interactivo con otras familias de niños con igual diagnóstico es ámbito ideal para el intercambio de experiencias y estados emocionales comunes. Se crea un ambiente propicio para plantear dudas, preocupaciones y posibles soluciones, pero se aprecia temor en los miembros de la familia para exponer sus vivencias. Las familias esquivan la comunicación de lo que sienten y piensan. A medida que aumenta la cultura sobre espectro autista, crece la seguridad, la autoestima personal y la unidad, son más capaces de ejercer la autorregulación de su vida cotidiana. La capacidad para el debate y la reflexión crece en las familias, se evidencia respeto a los criterios, capacidad para escuchar, participar en acciones sociales colectivas. Se crean nuevos espacios de socialización y se establecen vínculos más amplios con el entorno, pero son aún poco adecuados porque utilizan poco los existentes.

Dimensión participativa

La participación de las familias en los talleres de educación familiar, adquiere una implicación ética positiva, en la medida en que familia, vecinos y amigos se sienten sujetos activos del proceso. Es significativo el aporte de esta experiencia para asumir una actitud más positiva ante el diagnóstico, la madre expresa su disposición de adoptar una actitud desarrolladora del niño, pero la frustración por tan marcadas diferencias frena sus acciones; en ocasiones no se modifica la actitud del padre, el que continúa evadiendo la realidad y se refugia en el alcohol. Se incrementa la capacidad decisora de las familias, fundamentalmente referidas al empleo laboral de la madre, de nuevas acciones para la socialización en todos los hogares. Predomina la flexibilidad ante el cambio. Los avances en la educación les permite a los miembros de las familias emprender nuevas acciones socializadoras; hay mayor conciencia de que pueden ser organizadores activos en el proceso de educación familiar. Coordinan algunas acciones en los talleres. Se aprecian acciones emprendidas quienes paulatinamente emergen como líderes en sus respectivas familias. Acción participativa de las familias es superada gradualmente. El nivel de implicación de los miembros de la familia en las acciones de socialización transita a un nivel superior, condicionado por un mayor conocimiento y una actitud más positiva ante el espectro autista. Como se puede apreciar, la experiencia de intervención en la educación familiar sobre la base del Modelo desde un enfoque de autodesarrollo, condiciona un movimiento de autotransformación que favorece la autorregulación en la función socializadora en la mayoría de las familias. A pesar de que la existencia de barreras obstaculiza el avance óptimo en algunos indicadores, las familias alcanzan un movimiento ascendente que demuestra que el autodesarrollo es posible.

Fuentes

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