Las enseñanzas del zen.
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Las enseñanzas del zen.
El budismo zen surgió en China hace quince siglos aproximadamente, y acabó convirtiéndose en uno de los movimientos espirituales más dinámicos de Asia durante más de mil años. Después de experimentar el budismo a través de generaciones, los maestros zen descubrieron que la Iluminación no podía alcanzarse simplemente a través de un dogma, o llevando a cabo mecánicamente unos sistemas de prácticas fijos.
Al volver a la fuente del budismo experimentando la Iluminación personalmente, las enseñanzas zen enfatizaron la liberación de las sutiles capacidades mentales frente a la esclavitud de los condicionados hábitos mentales y las burdas tendencias psicológicas. La presentación religiosa convencional ha exteriorizado las enseñanzas budistas en forma de mitos, doctrina y ritual. Los maestros zen interiorizaron las enseñanzas budistas en forma de alegorías de percepciones, prácticas y experiencias de principios metafísicos, actitudes mentales, procesos psicológicos, estados psíquicos y capacidades espirituales.
El monarca de la mente.
Observa al vacío monarca de la mente; misterioso, sutil, insondable, carente de forma y de sustancia y, sin embargo, con gran poder espiritual, capaz de extinguir mil problemas y de perfeccionar diez mil virtudes. Aunque vacío en esencia, puede ser un guía. Si lo observas no tiene forma; si lo llamas, tiene una voz. Actúa como un gran líder espiritual; como una disciplina mental que transmite las escrituras.
De manera parecida a la sal en el agua, como la sustancia adhesiva del color, no cabe duda de que está allí, aunque no puedas ver su forma; así es el monarca de la mente; morando en el interior del cuerpo y saliendo y entrando a través de los sentidos responde libremente a los seres según sus diferentes estados, sin nada que se lo impida, triunfando en todo cuanto lleva a cabo.
Cuando comprendes lo fundamental, percibes la mente; cuando percibes la mente, ves a Buda. La mente es Buda y Buda es la mente. Al ser consciente de la mente búdica, la mente búdica es consciente de Buda. Si quieres realizarte pronto, disciplina tu mente, regúlate a ti mismo. Una vez purificados los hábitos y la mente, la mente misma es Buda; no existe otro Buda que el monarca de la mente.
Cinco diferentes métodos de meditación.
Debes conocer la esencia de la mente. Su intrínseca esencia es la pura claridad. Esencialmente es la misma que un buda. Debes conocer las funciones de la mente. Sus funciones producen el tesoro de las enseñanzas. Cuando su actividad es siempre silenciosa, las miríadas de ilusiones se convierten en vacuidad.
Constantemente sé consciente, sin cesar. Cuando la mente es consciente, percibe la vacuidad de las cosas. Constantemente considera tu cuerpo como vacío y sereno, tanto en el interior como en el exterior. Sumerge el cuerpo en el reino de la realidad, allí donde nunca ha existido obstrucción alguna.
Mantén la unidad, sin alterarla. Si el estudiante permanece en este estado, en la actividad o en la quietud, será capaz de percibir la naturaleza búdica con toda claridad.
Fuente
Varios autores. Las enseñanzas del zen. http://www.librodot.com