Las primeras leyes revolucionarias después del 1959.

Las primeras leyes revolucionarias después del 1959.
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Las primeras leyes revolucionarias después del 1959.

En esta primera etapa de la Revolución, desde los días iníciales de enero de 1959 hasta fines de 1960 y principios de 1961, se toman numerosas medidas indispensables para convertir en realidad el viejo sueño de independencia económica, soberanía política, democracia real y justicia social que movió y guió a Fidel Castro y al grupo de dirigentes revolucionarios que encabezaron la lucha contra la tiranía de Batista.

El Congreso de la República.

Es disuelto oficialmente el Congreso de la República, que ya no funcionaba en la práctica, y sus atribuciones pasan al Consejo de Ministros. Se ordena el cese de los presidentes del Banco Nacional de Cuba y el banco de Fomento Agrícola e Industria. También se modifica la Ley de Gobiernos Provinciales y Municipales y, bajo la dirección de la Comisión del 26 de Julio a esas instancias, se procede a sustituiré a los gobernadores y alcaldes: ocupan esos cargos conocidos combatientes revolucionarios, a fin de establecer el poder del pueblo en provincias y municipios. De sta forma, se destruye el aparato que sirvió de instrumento de dominación y sustento administrativo a la tiranía, cuyos integrantes (senadores, representantes, gobernadores, alcaldes, concejales) habían llagado a esos cargos por medios fraudulentos, como resultado de la farsa electoral de noviembre de [[1958.

Ley No. 13, enero de 1959.

Se dicta la Ley No. 13, que sienta bases para la total reorganización de las fuerzas armadas. Asume las funciones de dicha institución el Ejército Rebelde, es decir, “el pueblo uniformado”, como lo llamo el Comandante Camilo Cienfuegos. El Ejército Rebelde fue el alma de la Revolución. En los días en que aún no existía una integración de todas las fuerzas revolucionarias ni el partido que nacería después, el Ejército Rebelde fue el factor de cohesión de todo el pueblo, garantizó el poder de los trabajadores y la existencia de la revolución.

Los cuerpos represivos de la oligarquía.

Junto con el viejo ejército represivo se suprimen los odiados Tribunales de Urgencia y la Sala Segunda de lo criminal del Tribunal Supremo, órgano utilizados por la Dictadura para condenar a los revolucionarios y para legalizar los crímenes del gobierno, sus arbitrariedades y abusos contra el pueblo. Pocos días después, desaparecen a la Policía Nacional, la Policía Secreta, el servicio Secreto del Palacio Presidencial, el Servicio de Inteligencia Militar (SIM), el buró de Represión de Actividades Comunistas (BRAC) y demás cuerpos represivos de la oligarquía. Son sustituidos por la Policía Nacional Revolucionaria, el departamento de Investigación del Ejército Rebelde (DIER) y otros órganos capaces de garantizar el orden y seguridad del país y defensa de la revolución. Al DIER se le confió la tarea de investigar los crímenes testaferros de la tiranía, labor en la que aportó muchas páginas gloriosas a la historia combativa de nuestro pueblo al convertirse en el aparato público de la naciente Seguridad del Estado, bautizada entonces por el pueblo como G – 2.

Ley Fundamental de la República.

El 7 de febrero de 1959 se proclama la Ley Fundamental de la República, que mantiene vigentes los postulados básicos de la Constitución de 1940, con las modificaciones que corresponden a las nuevas condiciones históricas. Garantiza plenamente los derechos del pueblo trabajador y reconoce la vigencia de todas las disposiciones legales y reglamentarias dictadas por el alto mando del Ejército Rebelde durante el desarrollo de la lucha contra la tiranía, entre ellas la Ley No. 3, del 10 de octubre de 1958, “Sobre el derecho e los campesinos a la tierra”.

Tribunal de Cuentas.

El Gobierno Revolucionario reorganiza el Tribunal de Cuentas y separa de éste a numerosos funcionarios corruptos. Empieza a confiscar los bienes mal adquiridos desde el golpe militar del 10 de marzo de 1952, cosa que tampoco había ocurrido antes con los malversadores en el país. Se modifica el Código de Defensa Social para endurecer las sanciones contra los malversadores, y se crea el Ministerio de Recuperación de Bienes Malversados, organismo que ya aparece en el primer Consejo de Ministros que se presenta al pueblo.

Renta de la Lotería.

Se suprime la Renta de la Lotería, una de las instituciones más representativas de la corrupción política y social imperantes, y en su lugar se crea el Instituto Nacional de Ahorro y Viviendas, cuyos objetivos principales son: ahorrar para la pueblo lo que se destina al juego; invertir los fondos que puedan allegarse por este concepto para construir casas de vivienda en todo el país; hacer que las capas medias y humildes de la población alcance también los beneficios de la actividad crediticia, y proponer las inversiones de beneficio social a medida que este organismo logre el cumplimiento de sus fines. Sin embargo, con posterioridad se eliminará también esta forma e recaudación basada en el juego al azar.

Sectores priorizados por la Revolución Cubana.

Entre los sectores priorizados por la Revolución estuvo siempre la salud del pueblo. Apenas instaurando el nuevo poder, comienza la construcción de hospitales, policlínicos y dispensarios, sobre todo en lo más apartado de los campos. Se aumenta considerablemente las partidas de presupuesto estatal dedicadas a la salud, y se acelera la formación de médicos, estomatólogos, enfermeras y otros profesionales del ramo. Los servicios médicos empiezan a presentarse gratuitamente en los consultorios, así como en los casos de ingreso y atención en los hospitales y demás instituciones médicas del Estado. Se presentan las consultas privadas, pero los nuevos médicos renuncian masivamente a ellas. Los trasplantes de órganos, los largos tratamientos contra el cáncer y otras enfermedades (leucemia, trastornos, los largos tratamientos mentales, etc.); las operaciones quirúrgicas, incluso las más costosas, comienza a realizarse gratuitamente. Se sientan las bases para el extraordinario desarrollo que alcanzará la salud pública en Cuba.

Fuente

Cantón Navarro. José C., Silva León. Arnaldo, Historia de Cuba 1959 – 1999. Liberación nacional y socialismo. Editorial Pueblo y Educación.