Luis Ramírez Perdigón

Luis Ramírez Perdigón
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Combatiente revolucionario cubano
NombreLuis Ramírez Perdigón
Nacimiento24 de junio de 1946
San Juan y Martínez, Bandera de Cuba Cuba
Fallecimiento3 de julio de 1971
La Habana, Bandera de Cuba Cuba
Causa de la muerteHerido en enfrentamiento a prófugos
NacionalidadCubana
CiudadaníaCubana
OcupaciónMilitar

Luis Ramírez Perdigón. Joven combatiente revolucionario quien prestaba servicio como centinela en la Prisión de La Habana y resultó asesinado por tres reclusos que se evadieron de este establecimiento penitenciario.

Síntesis biográfica

Nació el 24 de junio de 1946, en la finca Lagunilla, municipio de San Juan y Martínez, en el seno de una humilde familia de campesinos integrada por Inocencio y Margarita. Comenzó sus estudios en una escuelita rural de su zona natal donde alcanzó el quinto grado.

No continuó sus estudios para trabajar en labores agrícolas y así ayudar al sostén de la familia. En esta actividad se mantuvo hasta el 1 de enero de 1959.

Trayectoria Revolucionaria

Con el Triunfo de la Revolución se incorporó a los Comités de Defensa de la Revolución (CDR).

Luis Ramírez Perdigón se caracterizó por su seriedad al enfrentar las tareas que le asignaban, así como por su sencillez y humildad. La imagen de este joven de nuestro tiempo, se enriqueció con la actitud mantenida ante la defensa, al acudir al sexto llamado del Servicio Militar Obligatorio. Por sus condiciones revolucionarias fue ubicado en la guarnición de La Habana, donde mantuvo una actitud ejemplar.

Su Muerte

El 3 de julio de 1971 se produjo la fuga de la prisión de tres delincuentes, que llegaron armados a la posta cubierta por Luís y trataron de confundirlo haciéndose pasar por combatientes, pero al no permitirles la salida se le enfrentaron. Uno de ellos extrajo amenazante una pistola, a la vez que le decían que eran prófugos y que abriera la puerta, a lo cual Luís no accedió; por el contrario actuó rápidamente contra los malhechores y a cambio recibió varias heridas de arma blanca y disparo de pistola.

Sin embargo, a pesar de su estado, forcejeó y logró asestarle un golpe certero en la cara a uno de los adversarios, lo que facilitaría después su identificación. Este delincuente se acudió al Hospital Calixto García, próximo a la prisión, vestido con el uniforme que le había quitado a uno de los combatientes asesinados. En el hospital fue detectado y capturado.

Por el coraje demostrado y el valor con que defendió el puesto a él asignado, le fue conferida, post mortem, la militancia en las filas de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC).

Los asesinos durante la fuga también asesinaron a los combatientes Claudio Figueredo Ravelo y Gervasio Hernández Silva.

Antes de las 72 horas los delincuentes fueron apresados y condenados ejemplarmente por la justicia revolucionaria.

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