Martí y las Ciencias

Martí y las Ciencias
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Testigo excepcional de la Revolución Industrial en Norteamérica.
NombreJosé Julián Martí Pérez
Nacimiento28 de enero de 1853
La Habana,Bandera de Cuba Cuba
Fallecimiento19 de mayo de 1895
Dos Ríos, Contramaestre, Bandera de Cuba
Causa de la muerteCaída en combate
NacionalidadCubana
OcupaciónPolítico, escritor, ensayista.
TítuloMayor General del Ejército Libertador
Partido políticoPartido Revolucionario Cubano
CónyugeCarmen Zayas Bazán
PadresMariano de los Santos Martí y Navarro
Leonor Antonia de la Concepción Micaela Pérez y Cabrera
Obras destacadasIsmaelillo, La Edad de Oro.

Martí y las Ciencias. Los estudios contemporáneos sobre Ciencia Tecnología y Sociedad muestran un creciente interés por concebir al hombre como centro de estas actividades, haciendo evidentes los valores culturales que le subyacen, como lo hizo José Martí en su época y lo legó para todos los tiempos. Su advertencia sobre la "inutilidad de la ciencia sin el espíritu" rechaza cualquier maniobra encaminada a disminuir la perspectiva ideológica y la actitud moral con que se asuma el hecho científico.

Sinopsis

"Y así se va, por la ciencia verdadera, a la equidad humana: mientras que lo otro es ir, por la ciencia superficial, a la justificación de la desigualdad, que en el gobierno de los hombres, es la de la tiranía."

La vigencia del pensamiento Martiano en el contexto actual, cuando los límites que distinguen la ciencia y la tecnología se vuelven borrosos y permiten hablar de tecnociencia, que se despliega a pasos agigantados por todo el planeta Tierra y un poco más allá. Los estudios contemporáneos sobre Ciencia Tecnología y Sociedad muestra un creciente interés por concebir al hombre como centro de estas actividades, haciendo evidentes los valores culturales que le subyacen, como lo hizo José Martí en su época y lo legó para todos los tiempos. Su advertencia sobre la "inutilidad de la ciencia sin el espíritu" rechaza cualquier maniobra encaminada a disminuir la perspectiva ideológica y la actitud moral con que se asuma el hecho científico.

Criterios

Se ilustra mucho sobre la obra de José Martí en su quehacer literario, en su pensamiento político, en las ideas expuestas por él en diferentes textos sobre la educación, la música, la plástica, la religión, entre muchas otras temáticas. Sin embargo, la ciencia, la técnica y la tecnología no escaparon al pensamiento martiano con su visión política, humanística y ética. En su multifacética vida también hubo espacio para el estudio de las teorías científicas de avanzada, de las cuales no solo dejó constancia periodística, sino que las enjuició con la misma profundidad y conocimiento del que hizo gala en sus trabajos políticos o artísticos. José Martí fue un hombre de letras y de ciencia a la vez, soldado, poeta, revolucionario y mucho más, fue un hombre excepcional, capaz de tratar los más disímiles temas científico-técnico de su tiempo con tal dominio y profundidad que casi se podría decir que era un especialista en medio una disertación, al decir de amigos.

El intenso ejercicio periodístico que desarrolló, unido a la actualización insaciable y luego la divulgación orientadora y crítica, lo convierten en uno de los más completos voceros de los avances de la ciencia y la técnica de finales del Siglo XIX, con una clara visión de estos fenómenos sociales, vinculados a las condiciones históricas concretas y estrechamente ligado al servicio revolucionario. De forma tal que Martí ejerce una alerta constante a los pueblos de América sobre las intenciones del imperio respecto al vertiginoso desarrollo tecnológico. Hasta finales del pasado Siglo XX esta temática fue considerada como un tema menor dentro de la obra de José Martí, tal vez porque discurría dentro de otras tantas posibles lecturas más comúnmente aceptadas como la naturaleza, lo histórico y lo cultural.

La ciencia y la técnica han venido a estudiarse con carácter científico en el ideario martiano a partir de la obra "La ciencia y la técnica en Martí" de la autora Josefina Toledo Benedit, quien se dedicó a la seria labor de investigación en esta arista del pensamiento del Maestro y; ha sido una fuente primaria de consulta para cumplir el objetivo de esta ponencia: Aproximación a la cultura científico – técnica en el pensamiento martiano. Imposible entender la excepcional capacidad de análisis y la agudeza de Martí al tratar aspectos del desarrollo científico técnico de su época, sin un acercamiento al contexto socio histórico de la segunda mitad del siglo XIX, que origina sus juicios sobre estos temas y la concepción científica del mundo que profesaba. La gestión organizativa del Maestro para encauzar la lucha por la independencia de Cuba sobre bases bien cohesionadas, lo obliga a vivir de forma permanente en Nueva York desde 1881 hasta los días anteriores a su caída en combate contra el colonialismo español, en Dos Ríos el 19 de mayo de1895.

De esta forma se convierte en testigo excepcional del proceso de surgimiento y consolidación de los monopolios como uno de los rasgos definitorios del capitalismo y el consecuente ascenso imperialista entre 1880 y 1895 y por ende de la revolución industrial en Norteamérica. Dicho proceso que parte de una base económica tiene su repercusión en todas las superestructuras sociales, políticas, ideológicas, jurídicas, éticas y estéticas. Se propone justificar el modo de producción capitalista para mantener la estabilidad del sistema y trata de alentar el modo de vida norteamericano. Por tanto los ideólogos de esta sociedad naciente se adscriben al positivismo, que aporta una imagen apologética de la sociedad burguesa.

Positivismo en Martí

El positivismo surge como tendencia filosófica en la primera mitad del Siglo XIX en Europa y pretendía explicar el desbordante auge económico de esta sociedad burguesa a partir del desarrollo que estaban experimentando las ciencias naturales aplicadas, la tecnología y la industria. La sociedad cubana de este período histórico sumida en el atraso científico –técnico que le impuso España asimiló algunos postulados de esta corriente pero con un enfoque diferente al europeo y al americano, que sirvieron para estimular las ansias de progreso y conocimiento científico de la burguesía criolla. Martí se adscribe al positivismo, haciendo valoración crítica de sus aristas válidas: la observación y el experimento como métodos científicos y su estímulo a la investigación científica, muy útil para impulsar el desarrollo de los pueblos de nuestra América en tiempos en que la escolástica frenaba todo desarrollo.

Esto se evidencia claramente en el siguiente juicio respecto a esta tendencia filosófica: "¡Novedad el positivismo¡ pues sí, lo ha habido en toda la Filosofía, aun en las más remotas, como sana reacción de la inteligencia libre del hombre contra las imposturas o soberbias sacerdotales. Es un método permanente en la historia del hombre. Lo único que varía, y le da aire de novedad cada vez que aparece es el mayor saber acumulado con el tiempo". (O.C., t.19, p.368).

En la cosmovisión martiana, el positivismo no es un bloque consistente, le reconoce sus beneficios y lo incorpora como incentivo de la legítima aspiración de conocimiento científico y lo pone en función de la emancipación de Cuba y, sustrae los postulados reaccionarios de esta tendencia positivista tales como: la negación de la existencia de la realidad objetiva y la negación del principio de cognoscibilidad del mundo, que rechaza rotundamente. Esto se expresa cuando dice: "El mundo es bello, la humanidad adelanta. Comandante ha dicho la verdad. Le es lícito al hombre esperarlo todo; pero creer solo en los demostrable le es lícito. Yo no digo que no existe el cielo; pero no sé si existe". Y más adelante su punto de vista para entender la sociedad "Los hombres que no creen en la inmortalidad creen en la historia" (O.C., t.13, p.350).

Ciencias

El genio científico y el talento creador de Martí aceptan la utilidad del positivismo pero se aparta de la finalidad de esta tendencia al fomentar el culto ciego por las ciencias naturales y oponerse a cualquier intento de lucha social. No se deja cegar ante el potencial tecnológico que crece en los Estados Unidos de estos años y valora siempre los resultados que dichos logros pueden acarrarle a los pueblos de América. Según Josefina Toledo Benedit, Martí tuvo identificación con las ideas de Krause y sus postulados democráticos revolucionarios, que le permiten sustraerse de los supuestos reaccionarios del positivismo. En la medida en que se pertrecha del saber científico de su época se acerca cada vez más a la comprensión dialéctica del proceso del desarrollo social, para ello considera el desarrollo científico - técnico en función de las necesidades de los pueblos, y no para satisfacer las ansias de poder de los explotadores, lo que le permite acceder a una visión muy avanzada de la relación hombre, naturaleza y sociedad. Ubicado José Martí en el contexto de las ideas en su época, se puede mostrar su pensamiento de avanzada como proyecto de hombre de ciencia.

La génesis de esta labor martiana se encuentra en España en su período de estudiante ávido de conocimientos que no pueden saciar los programas de estudio para culminar el bachiller y diplomarse en las licenciaturas de Derecho Civil y Canónico y Filosofía y Letras. También, allí realiza estudios sistemáticos y trabajos de campo arqueológico junto a su hermano espiritual Fermín Valdés Domínguez y al decir de este, comenzó a escribir artículos donde dejaba los juicios que le merecían los monumentos antiguos, lo cual se convirtió en costumbre a lo largo de su vida. Pero el punto más alto del periodismo científico de Martí se desarrolló en la década del 80 del Siglo XIX, destacándose como uno de los cronistas más lúcidos de la Revolución Industrial. Su voluntad permanente de cultivarse, de tratar de entender al mundo y no sólo de vivirlo, también de razonarlo, fue el motor principal que llevaría a Martí a hacerse de una cultura científica y técnica poco común entre los hombres de su época.

El objetivo que Martí se trazó con el trabajo periodístico fue humanizar y popularizar la ciencia y la técnica mundial en beneficio de nuestros pueblos. Y con ello tratar de cumplir lo que considera su deber: "poner la ciencia en lengua diaria", aspiraba a que las personas comunes pudieran utilizar la ciencia como el "único medio que tiene el hombre de explicarse las leyes de la vida". Los comentarios periodísticos de divulgación científica de Martí permiten construir una memoria histórica de muchos estudios e investigaciones realizados por profesionales de la ciencias y las tecnologías muy conocidos en su época, que parecen no haber alcanzado el grado de trascendencia que justificara su inclusión en las enciclopedias especializadas. El ejercicio periodístico como forma de manifestarse el interés martiano por el devenir científico - técnico no tiene límites en cuanto a: recurso literario, ni esferas del conocimiento. Así realizó valoraciones de estudios, exámenes de testimonios, relaciones de patentes y marcas, divulgaciones de productos agrícolas o industriales, observaciones de inventos, reconocimiento a personalidades de la ciencia en prosa, versos y relatos para niños, entre otras.

Las ansias periodísticas de Martí se consolidan con la revista La América, que comienza a publicarse en Nueva York en abril de 1882, editada en español y dirigida esencialmente para un lector hispanoamericano. Asume su dirección y escritura en su totalidad, lo cual le impone una tarea descomunal, ya que exige conocimientos científicos de diversas esferas del saber. Desde esta posición se convierte en observador atento de la revolución industrial en marcha en Estados Unidos. Es importante señalar que la labor periodística de Martí al servicio de la Patria en su sentido particular de decir "Patria es humanidad" se muestra cuando al divulgar la calidad alcanzada por cada adelanto científico, alerta a nuestros pueblos de América sobre las intenciones norteñas y sugiere en cada caso cuales son los aportes científicos-técnicos cuya incorporación redundaría en beneficios inmediato para la economía de los países del sur del Río Grande.

Un ejemplo conocido es la denuncia de maniobras imperialistas encubiertas bajo el ropaje del panamericanismo, al referirse en 1892 a un Congreso Panamericano de Medicina que sesionaría en Washington, cuando iniciaba así su artículo: "En la política de América es riesgosa la idea de política del continente, porque con dos corceles de diferentes genio y hábitos, va mal el carruaje". Y continuaba: "Pero la ciencia es todo una, y conviene todo lo que junte a los pueblos, si la amistad no llega a la funesta e imposible unión de caracteres de una obra que solo en lo final de la libertad puede ser común, y en lo real contemporáneo no lo es". Con esa clarividencia el Héroe Nacional cubano aprehendió el saber científico de su época y lo divulgó para bien de los pueblos latinoamericanos con una notable intensidad, diversidad de miras y excepcional altura literaria. Las valoraciones martianas sobre diversas temáticas científicas están presididas por una permanente vocación humanística, al igual que la practica social y por ello deviene paradigma armónico de la integralidad cultural que caracteriza al hombre nuevo. Ellas aluden a tópicos tan disímiles como: la relación hombre-naturaleza, la ecología, las ciencias aplicadas como la física y la química, las ciencias médicas, entre otras.

Valoraciones

A continuación se presentan algunas muestras de los juicios filosóficos y las valoraciones expuestas por Martí referidos a estas temáticas.  En torno a la relación hombre naturaleza: Este aspecto es premisa metodológica para entender todas sus reflexiones respecto a la ciencia, pues en la concepción martiana de naturaleza confluyen todos los elementos de la realidad objetiva incluido el hombre con un análisis dialéctico, lo cual se advierte en el siguiente fragmento de sus juicios filosóficos.

Naturaleza

"¿Qué es la Naturaleza? El pino agreste, […] el bravo mar, los ríos que van al mar como a la Eternidad vamos los hombres: la Naturaleza es el rayo de luz que penetra en las nubes y se hace arcoiris; el espíritu humano que se acerca y se eleva […] y se hace bienaventurado. La Naturaleza es todo lo que existe, en toda forma, - espíritus y cuerpos…" (O.C., t. 19, p. 364).

Se percibe la tendencia a aproximar la realidad objetiva a los supuestamente divido propio de las influencias panteístas, sin embargo no basa su creencia en la contraposición espíritu y materia, a diferencia de los idealistas clásicos considera que el alma humana esta también implícita en la naturaleza.

Amplió ese entendimiento al aseverar que la palabra Universo explicaba: "el Universo: Versus unir lo vario en lo uno", y que "el Universo con ser múltiple, es uno", palabras que muestran su concepción sistémica e incluso dialéctica del mundo. Sostuvo que para valorar correctamente un objeto de estudio era necesario "desnudarlo de lo que tiene de accidental, para ver lo que hay en él de permanente", fundamento que estuvo presente en la sabiduría con la cual reconoció también en la política una ciencia. En la cosmovisión martiana de la naturaleza caben tantos aspectos como juicios ofreció: la voluntad integradora del todo con las partes, la armónica unión entre el hombre y el medio, como elemento importante de la naturaleza y principio de su equilibrio, rectoradas todas por su concepción dialéctica donde considera dentro del ecosistema los elementos socio-económicos.

Además, como en toda su obra no faltan la ética y la estética martiana para adornar la ciencia, lo cual se manifiesta de esta manera: "... ser útil al mundo, enseñándole que la naturaleza es hermosa, que la vida es un deber, que la muerte no es fea, que nadie debe estar triste ni acobardarse mientras haya libros en las librerías, y luz en el cielo, y amigos, y madres". (O.C., t. 18, p. 349). " – Y admiré en el batey,… la calma elocuente de la noche encendida, y un grupo de palmeras, [...] y las estrellas, que brillaban sobre sus penachos. Era como un aseo perfecto y súbito, y la revelación de la naturaleza universal del hombre". (O.C., t. 19, p. 192). Se destaca la valoración realizada sobre la obra de Charles Darwin al desarrollo de las ciencias naturales, de gran vigencia en nuestros días.

En el artículo "Darwin ha muerto", escrito por el héroe nacional y publicado en "La Opinión Nacional" de Caracas, en 1883, a raíz de la muerte del célebre científico, se resume de manera magistral estas opiniones, de manera respetable, pero dejando clara su aceptación parcial de la teoría de la evolución que considera incompleta y su posición clasista alejada del vínculo sociocultural que define al hombre como ser superior en la escala biológica. Por supuesto en esta arista no pueden faltar los valiosos aportes sobre la ecología, que reafirman la profunda fe del Maestro en las potencialidades del hombre para salvar la vida de nuestro planeta tan necesario en este momento, asumiendo el reto de hacer compatible el desarrollo con la conservación del equilibrio que el Maestro lleva a: "... confiar en la armonía de nuestra naturaleza y en esa constante relación de la naturaleza y el hombre, cuyo conocimiento da a la vida un nuevo sabor, y priva la tristeza de buena parte de su veneno y su amargura". (O.C., t. 23, p. 328).

Física

Son escasas, pero profundas las referencias martianas sobre la física y ponen de manifiesto su amplitud cultural a partir del desarrollo de esta ciencia en esa época y su capacidad de análisis teórico-científico y de reducción lógica.

Química

Se percibe en las observaciones de Martí sobre los procesos químicos no solo su nivel adecuado de información y su conocido desarrollo del pensamiento analítico, sino su afirmación de la importancia y vastedad de esta ciencia que se manifiesta en casi todos los conocimientos de la realidad objetiva. Un ejemplo claro está en su expresión: "...la naturaleza no es más que un inmenso laboratorio en le cual nada se pierde, en donde los cuerpos se descomponen, y libres sus elementos vuelven a mezclarse, confundirse y componerse" (O.C., t. 8, p. 447). También en esta temática vincula su la poesía y la ciencia con un profundo sentido dialéctico cuando en una cuarteta de sus "Versos Sencillos" dice:

Todo es hermoso y constante,
Todo es música y razón,
Y todo, como el diamante,
Antes que luz es carbón. (O.C., t. 16, p. 65).

Ciencias de la Tierra y Antropología

En estas ramas del saber Martí demuestra dominio general de los conocimientos científicos más avanzados de su época, obtenido no solo por lecturas especializadas sino por práctica propia en su juventud como antes se ha reseñado. Y estos temas constituyen poderosas armas ideológicas en defensa de la identidad cultural de nuestras tierras, donde se hace evidente en cada frase la unión del interés científico y su proyecto revolucionario, particularmente cuando se trata de defender la autonomía del hombre y por tanto de la cultura en América, de defender el legado dejado por nuestros antepasados de las agresiones de los procesos de culturalización eurocentristas, tan vigentes en la actual globalización del Siglo XXI. También, muestra nociones sobre geografía y geología, sin faltar sus expresiones de amor por el paisaje no solo físico sino constructivo que pueden entenderse desde lo literario pero que muestran un bello entendimiento de la naturaleza. Y hace alusiones antirracistas como por ejemplo: "... el hombre es el mismo en todas partes, y aparece y crece de la misma manera, y hace y piensa las mismas cosas, sin más diferencia que la tierra en que vive". (O.C., t. 18, p. 357).

Ciencias aplicadas. Ciencias agropecuarias

En este punto Martí refleja insistentemente el primerísimo lugar que ocupa la agricultura en nuestros países de América de infraestructura agraria y la necesidad de la diversificación agrícola en lugar del monocultivo porque "...Tierra, cuanta haya debe cultivarse. Y con varios cultivos, jamás con uno solo". (O.C., t. 10, p. 197). Además, se refiere a que la tierra debe ser patrimonio común, divida en pequeñas parcelas para su trabajo y los métodos para su explotación, con la esgrimida y constante necesidad de instruir a los trabajadores del campo como base de esperanza y para el bienestar y el crecimiento de los pueblos a través del desarrollo agrario.

Estas frases resumen su pensamiento en esta área del saber: "Los hombres siempre necesitarán de los productos de la naturaleza. Y como en cada región solo se dan determinados productos, siempre se mantendrá su cambio activo, que asegura a todos los pueblos la comodidad y la riqueza". (O.C., t. 8, p. 289). "Se está cometiendo en el sistema de educación en la América Latina un error gravísimo: en pueblos que viven casi por completo de los productos del campo, se educa exclusivamente a los hombres para la vida urbana, y no se les prepara para la vida campesina". (O.C., t. 18, p. 357).

Las construcciones

En el tema de las construcciones se muestra la evolución del pensamiento político hacia posiciones cada vez más radicales, en tanto va dirigiendo su percepción hacia la verdadera causa de las ciudad dual, con construcciones lujosas por una parte y casuchas miserables por otra. Al respecto dice: "...acumulando los palacios de una parte y las factorías, y de otra la miserable muchedumbre, revela a las claras la iniquidad del sistema, que castiga al más laborioso con el hambre,..." (O.C., t. 11, p. 336).

La electricidad

Las referencias a este tema evidencian que Martí está informado las más importantes aplicaciones de esta técnica en su época y ayuda con su quehacer periodístico a su divulgación. No solo trasmite información sobre útil de de cada invento, sino que indaga en el principio técnico que sustenta la novedad, describe los componentes del aparato, analiza sus procedimientos, siempre desde posiciones dialécticas que lo llevan a formular vaticinios comprobados con el de cursar del tiempo como por ejemplo: "Día llegará en que pueda llevar consigo el hombre, como hoy el tiempo en un reloj, la luz, el calor y la fuerza en algún aparato diminuto..." (O.C., t. 8, p. 416).

Mecánica y maquinarias

Los criterios de Martí sobre esta esfera de las maquinarias y los implementos se remiten a la reseña de su utilidad para nuestros pueblos, especialmente la incorporación de de aquellas tecnologías que coadyuven al desarrollo como el ferrocarril.

Ciencias médicas

La vigencia del pensamiento martiano en los principios de la salud pública cubana hacen que de esta área del saber se conozca y aplique mucho en la práctica diaria del pueblo de Cuba. Martí asumió este saber desde diversos ángulos: el hombre-paciente, el desarrollo de la medicina en el Siglo XIX, criterios sobre el ejercicio y la ética médica y el conocimiento e interés en la aplicación de las plantas medicinales. La más relevante de estas frases es: "... el arte de curar consiste más en evitar la enfermedad y precaverse de ella pro medios naturales que en combatirla por medios violentos, e inevitablemente dañoso para el resto del sistema, […]. La higiene va siendo ya la verdadera medicina, y con tanto de atención, y con tanto de atención, cada cual puede ser un poco médico en sí mismo". (O.C., t. 23, p. 286).

En el Maestro sorprenden alusiones de la teoría del reflejo condicionado a partir de su interpretación de los hábitos adquiridos, la necesidad de la orientación sexual en los jóvenes. Además, entiende la morbilidad y el ejercicio médico insertado en el entorno social e íntimamente relacionados con las condiciones de vida de los explotados. De esta forma da una visión de la salid publica como un problema social para sus lectores de Latinoamérica. Se considera a José Martí, ejemplo singular de hombre de formación esencialmente humanística, quien percibió a plenitud la necesidad de poseer una cultura integral a la altura de su tiempo. La más exacta valoración de su interés en esta dirección del conocimiento humano, la ofrece él mismo, cuando en carta a María Mantilla, el 9 de abril de 1895 escribe: "Donde yo encuentro poesía mayor es en los libros de ciencia, en la vida del mundo, en el orden del mundo, en el fondo del mar, en la verdad y música del árbol, y su fuerza y amores, en lo alto del cielo, con sus familias de estrellas— y en la unidad del universo, que encierra tantas cosas diferentes, y es todo uno...". (O.C., t. 20, p. 218).

Consideraciones

Para Martí la cultura universal tiene dos vertientes de similar jerarquía: La artística-literaria y la científica-tecnológica, el hecho de haber vivido durante la mayor parte de los últimos quince años de su vida en los Estados Unidos de Norteamérica, donde se desarrollaba a toda máquina la revolución técnica e industrial de fines del siglo XIX, desempeñó un papel muy importante en la formación de la cultura científica y técnica de José Martí, así como las preocupaciones y orgánica lucidez con respecto a los caminos del desarrollo tecnológico de su tiempo y entorno, la capacidad para desentrañar verdades, para hacerse del sentido de las cosas, en todos los dominios del saber que trató, permiten asegurar que José Martí fue un hombre de ciencia. Por todo antes expuesto vemos la vigencia del pensamiento científico martiano es cada vez mayor en nuestros tiempos.

Fuentes

  • http://www.granma.cubaweb.cu/
  • Crespo P, O. Martí, un hombre de ciencia. 4 de enero del 2003 Diario Granma Órgano Oficial del Comité Central del Partido Comunista de Cuba. Versión digital http://www.granma.cubaweb.cu/
  • Gallardo L, T. Martí y la ciencia: Visión martiana sobre Darwin. Internet.
  • Schlachter, A. Profetas de la ciencia. Corresponsal del Servicio Informativo Iberoamericano de la OEI, La Habana, Cuba.
  • Toledo B, J. La ciencia y la técnica e José Martí. Editorial científico-técnica. Segunda edición. La Habana. 2003.