Mauricio Tornay

Mauricio Tornay
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Nacimiento31 de agosto de 1910
La Rosière Bandera de Suiza Suiza
Fallecimiento11 de agosto de 1949
Lhassa Bandera de la República Popular China China
Causa de la muerteMartirio
TítuloBeato de la Religión Católica

Mauricio Tornay , nació en Rosiere (comuna de Orsieres, cantón de Valais, Suiza) el 31 de agosto de 1910, séptimo hijo de una familia de ocho en la aldea de La Rosière, suspendida a 1.200 metros de altitud en el flanco abrupto de una montaña, en Valais.

Datos Biográficos

Estudia en la escuela de la localidad; al regresar, ayuda a sus padres en el establo y la huerta. Estuvo internado durante seis años en el colegio de la abadía de San Mauricio, donde destacó por ser fervoroso; después de sus estudios secundarios, ingresó al noviciado de los canónigos Regulares de San Bernardo, donde expresó: "Cumplir con mi vocación de abandonar el mundo y dedicarme por completo al servicio de las almas para conducirlas a Dios, y salvarme yo mismo" .Su voluntad de ser misionero era férrea.

Su vida como misionero

Su actividad se interrumpe cuando en 1934 fue sometido a una intervención quirúrgica, momento en el cual sus dolores los ofrece a Dios. Pronunció sus votos solemnes en 1935 y fue enviado a misionar en Weishi, Yun-nan (suroeste de China), en la frontera con el Tíbet, actual territorio de China. Ahí continuó estudiando y aprendió el idioma chino. Vivió entregado a la oración, la Misa y la reflexión. Recibió la ordenación sacerdotal en 1938, ejerció su ministerio y estuvo a cargo del seminario. Un año después estalló la guerra: China fue invadida por Japón y las fronteras tibetanas fueron dominadas por el ejército. El padre Mauricio necesitó pedir limosnas para alimentar a los seminaristas. Antes de terminar el conflicto bélico (1945), fue nombrado párroco de Yerkalo (al suroeste del Tíbet), donde el lama Gun-Akhio era soberano en todos los aspectos y odiaba a los misioneros; por lo que, en enero de 1946, fue conducido al exilio en Pamé, Yunnan, China, donde se dedicó a hacer oración, visitar a los lugareños y cuidar enfermos.

Fallecimiento

En julio de 1949, disfrazado con hábito tibetano y afeitado, se dirigió a Lhasa, capital del Tíbet, para obtener del Dalai-Lama la libertad religiosa para los cristianos de Yerkalo; aun siendo reconocido continuó. Cuando llegó a Tothong, varios guardias disparan sobre él, por lo que cayó muerto. Su sacrificio no fue inútil, ya que en la actualidad la fe católica predomina en Yerkalo. Así se hizo realidad uno de sus pensamientos de adolescente: "El día de la muerte es el más feliz de nuestra vida. Ante todo, hay que alegrarse, pues significa la llegada a la verdadera patria". Beatificado por san Juan Pablo II en 1992.

Fuentes