Maurits Cornelius Escher

Maurits Cornelius Escher
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M C Escher.jpg
Datos personales
Nacimiento17 de junio de 1898,
Leeuwarden, Bandera de los Países Bajos Países Bajos
Fallecimiento27 de marzo de 1972
Laren, North Holland, Bandera de los Países Bajos Países Bajos
OcupaciónDibujante
Datos artísticos
ÁreaDibujo
PeríodoArte moderno

Maurits Cornelius Escher. Dibujante y, en general, artista holandés. Más conocido como M. C. Escher, reconocido por sus grabados xilográficos,sus grabados al mezzotinto y sus dibujos, que consisten en figuras imposibles, teselados y mundos imaginarios.

Síntesis biográfica

Nace en Leeuwarden el 17 de junio de 1898, en la familia del reputado ingeniero G. A. Escher.

En 1903, la familia de G. A. Escher se trasladó a Arnhem, donde su hijo Maurits pudo seguir estudios secundarios; más tarde, marcharon a Oosterbeek y luego a Haarlem. Tras estudiar en la Escuela Técnica de Delft entre 1918 y 1919, quien ya era un dibujante con notable habilidad para ese oficio pasó a la Escuela de Arquitectura y Artes Decorativas de Haarlem, donde estuvo entre 1919 y 1922 para aprender distintas técnicas, como el grabado a fibra, la xilografía o la litografía.

En 1922 se trasladó a Italia (país que había visitado por vez primera junto a sus padres en 1921); allí, en 1923, conoció a Jetta, con la que pronto se casaría; en 1924, se instaló en Roma, en la que vivió hasta 1933; en 1926, nació su primer hijo, George; en 1928, el segundo, Auther; en 1935, abandonaba Italia para instalarse en Suiza y, posteriormente, en Bélgica; en 1938, nacía Jan, su tercer hijo; por fin, en 1941 Escher regresó a Holanda, más concretamente a Baarn, donde pasó el resto de su vida.

A esas alturas, la fama del artista no sólo recorría Europa sino todo el mundo; por ello, cuando en 1954 decidió exponer sus trabajos más recientes en Washington, logró vender los más de cien grabados que había seleccionado para la ocasión, algo casi imposible de conseguir en el caso de artistas que apuestan por obra gráfica. Su progreso en todos los órdenes culminó con la creación de la Fundación Escher hacia el final de su vida, justamente en 1968. Por desgracia, esta institución, nacida para salvaguardar la obra del artista holandés, no fue capaz de evitar la adquisición de la mayor parte de sus fondos por un galerista norteamericano en 1981; posteriormente, ese fondo fue vendido a distintos clientes, lo que supuso la dispersión inevitable de la obra de Escher por diversas colecciones públicas y privadas.

Etapas artísticas y poética escheriana

En un principio, Escher se mostró como un heredero directo de la escuela holandesa, con una obra primeriza en la que abundan los paisajes y escenas de las ciudades de ese país y de Italia. En esta época inicial, el holandés era un artista con tendencia abiertamente clasicista o academicista, en consonancia con el momento; sin embargo, su arte comenzó a interiorizarse a lo largo de su prolongada estancia en Italia. Para estos años, había cuajado su particular poética, con figuras de animales que se entrelazan caprichosamente para formar bellos, fantásticos y hasta fascinantes conjuntos, en los que se echa de ver un innegable onirismo; del mismo modo, Escher se dio a la creación de bellos patrones geométricos, en línea con artistas del pasado y otros contemporáneos que habían apostado por ese tipo de arte y su aplicación al diseño industrial (como William Morris o los Delaunay, Robert y Sonia).

Por esos años, Escher comenzó a trabajar en sus ilusiones espaciales, con edificios en los que las escaleras ascienden a la parte baja y descienden hacia la alta en un impresionante juego de perspectivas; del mismo modo, las leyes físicas parecen derrotadas en sus corrientes de agua, que descienden en su subida para caer en sorprendente cascada hasta la que es su propia fuente. En estos y otros exponentes de su arte, la ilusión creada sólo es posible sobre el papel; por el contrario, si hubiese que desarrollarlas en tres dimensiones, sus propuestas resultarían imposible de todo punto.

Los biógrafos de este artista recuerdan la profunda impresión que en él causo su primera visita a España en 1925 y, muy en particular, su contacto directo con La Alhambra granadina; en ella, su decoración geométrica y su característico entrelazamiento presentan no pocos puntos de contacto con la poética escheriana. Todavía en 1936 Escher volvió a Granada y, fascinado como estaba por el arte musulmán, copió muchos de sus motivos para incorporarlos a su propio universo. El influjo hispano-árabe se percibe particularmente en la segunda etapa de su obra geométrica, correspondiente a los años que vivió en Suiza; para estos años, Escher es un maestro consumado en la técnica de composición a modo de teselas, como el llamaba a sus originales ensamblajes de piezas en sorprendente simetría o asimetría.

En su particular apuesta estética, Escher se sumó a dibujantes técnicos, arquitectos y teóricos de las matemáticas, como él mismo gustaba de recordar a menudo. Con ellos, reconocía tener mayores puntos de contacto que con la práctica totalidad de los artistas plásticos; con ellos, de hecho, mantuvo una relación fluida que se plasma en su correspondencia privada. Por todo ello, no puede sorprender que, en 1958, Escher llegase a plasmar por escritos algunos de sus principios teóricos.

Los dibujos de Escher subyugaron de inmediato al gran público y fueron objeto de análisis para psicoanalistas, médicos y estudiosos de la mente humana y de la capacidad sensorial del individuo; en ese interés suscitado por su obra en la comunidad académica, Escher recibió la admiración unánime de los especialistas en disciplinas como la cristalografía (de hecho, en 1960 dio una ponencia en el Congreso de la Unión Internacional de Cristalografía).

Alguien ha dicho, y con razón, que el arte de Escher es una suma magistral de lógica y de humor, de una precisión plástica que casa, en abierta paradoja, con la técnica del engaño a los ojos o trampantojo.

Muerte

Fallece en Baarn el 27 de marzo de 1972.

Obra

A lo largo de su carrera realizó más de 400 litografías y grabados en madera, y también unos 2.000 dibujos y borradores. De muchos existen decenas de reproducciones, cientos e incluso miles de otros. Al final de su carrera destruyó algunas de las planchas para que no se realizaran más reproducciones de originales. También existen estudios y borradores de muchas de sus obras, en ocasiones también varias versiones de algunas de ellas. Muchas de su obras se vendieron masivamente poco después de su muerte y están esparcidas por el mundo. Un grupo importante está expuesto de forma permanente en el Museo Escher en La Haya, Holanda.

Fuente