Melioidosis


Melioidosis
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Enfermedad infecciosa específica del hombre que se parece al muermo equino en el espectro de sus manifestaciones clínicas.

Melioidosis. Es una enfermedad infecciosa específica del hombre que se parece al muermo equino en el espectro de sus manifestaciones clínicas, o sea, complicación focal de los pulmones con un amplio proceso superativo agudo o crónico.

Características

Las bacterias que provocan el muermo (Pseudomonas mallei) y la Melioidosis ( P. pseudomallei) forman conjuntamente el grupo pseudomallei de las pseudomonas. Son aerobios obligados gramnegativos no esporulantes. De las dos, solamente la P. seudomallei es móvil. Ninguna bacteria produce pigmento.

El grupo pseudomallei puede distinguirse de otras pseudomonas de acuerdo con los antígenos específicos y la susceptibilidad al bacteriófago pseudomallei. Ambos microorganismos pueden cultivarse fácilmente en sangre y en agar nutriente con glicerol, y dan colonias opacas de color blanco característico.

Los individuos infestados pueden adquirir la P. pseudomallei directamente de un medio contaminado a través de heridas o pequeñas rasgaduras en la piel. La ingestión o inhalación constituyen otra vía de infección. Ello va seguido por un amplio espectro de interacción entre huéspedes no humanos y humanos que va desde una infección inaparente (el resultado normal) hasta una enfermedad completamente desarrollada e incluso desbordante (una escasa minoría de los casos infectados).

La formación de abscesos múltiples en muchos órganos es el resultado de una diseminación hematógena masiva de las bacterias. Una forma neumónica primaria de la Melioidosis sin septicemia puede producir una enfermedad cavitaria crónica con calcificación, que recuerda a la tuberculosis.

Epidemiología

Desde hace mucho tiempo se han documentado casos esporádicos de muermo humano, provocado por la P mallei, asociado al contacto con caballos enfermos. Sin embargo la erradicación del muermo animal ha hecho que la enfermedad humana sea rara.

Aunque generalmente se cree que esta limitada a climas tropicales y subtropicales, también se han descrito casos esporádicos. El descubrimiento de la infección provocada por el P. pseudomallei en roedores salvajes y en animales domésticos condujo a la creencia de que las ratas podrían actuar como reservatorio natural de la infección.

Recientemente se ha concluido que :

  • No existe reserva animal natural.
  • El microorganismo puede aislarse directamente de la tierra y del agua en regiones donde se han documentado casos.
  • El hombre y muchas especies de animales domésticos y salvajes que habitan en estas regiones, pueden presentar solo evidencia sexológica de infección sin que tengan la enfermedad declarada.

En resumen, la P. pseudomallei es un habitante normal de la tierra y el agua, particularmente en regiones bajas y de cultivo de arroz. Por otra parte, a pesar de que la Melioidosis no puede considerarse ya como una verdadera zoonosis, no se conocen casos de transmisión hombre a hombre.

Signos y síntomas

Ademas de la rara, aunque frecuentemente mortal forma septicémica, la Melioidosis también puede manifestarse como una neumonitis aguda o subaguda o neumonía. El dolor tarácico, la tos productiva con esputo purulento, y la hemoptisis, son frecuentes y pueden aparecer signos de shock que han sido atribuidos, por lo menos en parte, a las endotoxinas liberadas por la P. pseudomallei.

Los pacientes que previamente gozaban de buena salud generalmente no desarrollan septicemia y, con una adecuada quimioterapia, la recuperación es normal. Los pacientes que albergan una infección latente pueden sufrir una reactivación y una recaída clínica incitada por la debilitación derivada de cualquier causa, ya sea malnutrición, cirugía mayor, quemaduras extensas o heridas sufridas en acción militar.

En la mayoría de las personas que contraen Melioidosis, la infección inicial pasa inadvertida y solo se desarrolla evidencia serológica del contacto con la P. seudomallei.

Tratamiento

La P. pseudomallei, en general, es susceptible a los antibióticos y sulfamidas de amplio espectro. Aunque existe quien apoya el uso de la tetraciclina suplementada con una sulfamida, ambas a dosis total, o sea, tetraciclina, 50-60mg/kg de peso corporal, por la vía oral, cada 24 horas, en 4 partes iguales, una cada 6 horas y suficiente cantidad de sulfamida ( sulfapirimidinas triples), bien por vía intravenosa o por vía oral, para mantener una concentración sanguínea de 10-12 mg/100 ml.

En los casos de enfermedad grave, debería añadirse cloramfenicol en la misma dosis que la tetraciclina. Una vez instituida la terapéutica antimicrobiana hay que drenar quirúrgicamente los abscesos.

El efecto de la terapéutica debe juzgarse a través de la mejoría de los signos y síntomas clínicos; debe continuarse hasta la resolución de las lesiones demostrables por radiología, lo cual puede implicar muchas semanas de tratamiento.

Por otra parte, mucho después de la desaparición de las manifestaciones agudas o clínicas puede persistir una evidencia serológica de infección. Hay que tener siempre presente el peligro de una recaída.

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