Muerte de Enrique Villegas

{{Fichan Hecho Hecho Histórico = Muerte de Enrique Villegas |imagen = |pie = |fecha= 25 de enero de 1958 |resumen= |resultado= |consecuencias= |paises = Cuba |lugar= Guinía de Miranda, Villa Clara |lÃderes = |ejecutores = |organizaciones=}} La muerte de Enrique Villegas fue un hecho lamentable cometido por las tropas del ejército batistiano en su afán de detener el triunfo de la Revolución Cubana.

Sucesos

En enero de 1958, en el pueblo se notó un movimiento agitado: las tropas del ejército batistiano en grandes caballos se movían inquietos. Entonces se conoció que un grupo de revolucionarios había penetrado en las montañas de la zona, sufriendo una constante persecución de los guardias, sin poder avanzar con rapidez por los torrenciales aguaceros. El 24 de enero, al llegar a la zona de Seibabo, los revolucionarios se encontraron con el río crecido, y al tratar de cruzarlo perdieron un caballo.

Inmediatamente se dirigieron a la finca El Naranjo situada en la parte posterior de la loma Los Canarreos. Al amanecer del 25 de enero, mientras exploraban el terreno, fueron sorprendidos por el enemigo que los seguía de cerca. Enrique Villegas cayó asesinado pero el resto de los hombres logró escapar internándose en el monte.

Sepelio

En horas de la mañana el cadáver es trasladado a Güinía, en una camioneta, cubierto con gajos de bienvestido. Al conocerse la noticia un grupo de revolucionarios del pueblo siguen el trayecto del vehículo hasta el cementerio, donde los guardias tiraron el cuerpo en una capilla, ordenándole al sepulturero que lo enterrara y se retiraron al cuartel a festejar la hazaña. El cuerpo sin vida que vestía uniforme verde olivo bañado en sangre y del que no se conocía siquiera su nombre, conmovió a los presentes. El señor Francisco Herrera (fallecido), dueño de una tienda de ropa, ofreció $ 5.00 para comprar una caja. Rápidamente un grupo de 15 hombres salió a realizar una colecta y a medida que se iban acercando al cuartel el número se reducía, hasta que solo quedaron 4, los que al tener el dinero necesario, encargaron la construcción del ataúd a un viejo carpintero llamado Víctor Gándara, quien tenía una carpintería en la iglesia en construcción. Enésimo López y Ubaldo Martínez eran los encargados de las coronas y Carmelo Sarmiento y Cleofé Puig de llevar la caja al cementerio, para lo cual se utilizó el pisicorre de alquiler que este último manejaba. En el cementerio lavaron el cuerpo del rebelde y con el mismo uniforme manchado de sangre lo enterraron, en horas de la noche le fueron puestas las coronas. Ese día se conoció en Güinía quien era el occiso, y solo después del triunfo de la revolución supieron aquellos hombres que entre los compañeros que se encontraban reconociendo el cadáver, estaba su compañero de lucha Ramón Pando Ferrer, coordinador provincial del Directorio Revolucionario 13 de marzo.

Traslado

El cuerpo de Villegas permaneció sepultado en el cementerio de Güinía hasta después del triunfo de la Revolución, en que sus restos fueron trasladados a su natal Sanctis Spiritus, quedando inscrito en la historia como el primer mártir de la Revolución en el Escambray.

Fuentes

  • Museo Municipal de Manicragua