Musha shugyo
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Musha shugyo, es una expresión japonesa que significa literalmente entrenamiento del guerrero.
Sumario
El peregrinaje de los samurái
Este término nombra a una costumbre del Japón feudal en la cual, los samuráis que creían en esta filosofía, emprendían un peregrinaje por el archipiélago nipón practicando y poniendo a prueba sus saberes sin la salvaguarda de su familia o su escuela, valiéndose sólo de sí mismo y exponiéndose a los peligros que fueran necesarios para probar su valor.
Los shugyosha
A los bushi (otra forma de llamar a los samuráis) que ponían en práctica este principio se les llamaba shugyosha y en su viaje aventurero debían entrenar con otras escuelas, batirse en duelo, trabajar como guardaespaldas o mercenario, y buscar a un Señor feudal al cual servir. Por todo ello, este concepto es similar al del caballero andante en la Europa feudal.
Práctica inspirada por los monjes Zen
La práctica de estas andanzas fue estimulada por los monjes Zen, quienes habrían de abordar similares actividades errantes de carácter ascético (a las cuales ellos llamaban angya, "viajar a pie") a fin de alcanzar la iluminación. Kamiizumi Ise-no-Kami Nobutsuna, quien fundara la escuela de espadachines Shinkage-ryū a mitad del Siglo XVI, fue un famoso shugyōsha, así como Miyamoto Mushashi, el único samurái invicto que escribió el famoso tratado El libro de los cinco anillos.
Buscando la licencia de transmisión total o Menkyo kaiden
Un samurái se solía formar en las escuelas de su han (feudo), tanto en el aspecto cultural como en el marcial. Hablando de la práctica marcial, cada han contaba con varios centros de entrenamiento o dōjō. Cuando un samurái lograba completar el aprendizaje y la transmisión de su escuela, recibía un certificado que atestiguaba este hecho. Este documento podía tener varias formas y nombres, desde el formato apaisado utilizado en los certificados de iluminación (inkajō), a los más populares documentos enrollados o makimono. Pese a que cada escuela tenía un nombre para el documento que certificaba la completa transmisión del estilo como okuden denshō, tora no maki, kongen no maki, shinden no maki, etc., la denominación más común era la de menkyō kaiden (licencia de transmisión total). Sin embargo, la recepción de este honor no significaba el fin de un camino, sino el principio de una vía. A partir de este momento la única forma de seguir mejorando en la práctica era partir en un viaje (musha shugyō) por diferentes provincias y dōjō, aprendiendo nuevas técnicas y poniendo en práctica las ya asimiladas. De esta forma un samurái podía comprobar la valía de su escuela y la suya misma, mejorando aquellos puntos débiles, reforzándolos en la experiencia de haber conocido a otros practicantes marciales.
Los musha shugyō validaban finalmente los menkyo kaiden
En ocasiones, el samurái recibía el menkyō y sólo tras completar su musha shugyō, recibía el sello final que convertía el documento en un menkyō kaiden. En el caso de los estudiantes más notables, o de aquellos que tenían un linaje familiar con el director de la escuela (sōke), podían llegar a recibir el legado de sucesión de la misma, acompañando al documento algún objeto relacionado con el fundador de la escuela como un sable o una tsuba. Una vez el samurái estaba en posesión de un certificado oficial de transmisión marcial y una carta de recomendación de su maestro, podía solicitar a su señor feudal o daimyō un permiso para viajar por uno o varios feudos del Japón con el fin de completar su formación. Este documento no se otorgaba a la ligera, siendo negado en muchos casos, pues suponía un gran honor y una enorme responsabilidad, ya que ese individuo representaría (para bien o para mal) a su feudo en el resto de Japón. Las fronteras entre los diferentes han estaban muy controladas, y cualquier abandono del feudo propio era considerado un acto de alta traición (dappan roshi), castigado con penas de prisión, confiscación de los bienes, destierro, y en los casos más extremos, la muerte por seppuku (suicidio ritual). En la historia japonesa, es famoso el caso del estratega militar Yoshida Shōin (1830-1859), que abandonó su feudo de Chōshū sin contar con la carta oficial del daimyō. Pese a que sus intenciones eran las de ampliar sus conocimientos culturales y militares, fue castigado a arresto domiciliario y le fueron sustraídos varios de sus privilegios.
Los que completaban este viaje se volvían grandes maestros
El musha shugyō era a fin de cuentas una especie de estancia de estudios becada. En compensación, una vez terminado su aprendizaje, los samuráis debían volver al feudo para servir como instructores o miembros útiles de la sociedad. En ocasiones, también se exigía que llevasen un diario detallado de las escuelas que visitaban y los logros que iban consiguiendo en su viaje.