José Nicolás Hernández Moreno

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José Nicolás Hernández Moreno
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NombreJosé Nicolás Hernández Moreno
Nacimiento19 de junio de 1841
poblado de Arroyo Blanco,
provincia de Sancti Spíritus,
capitanía de Cuba,
Reino de España Bandera de España
Fallecimiento26 de marzo de 1929 (87 años) 
villa de Morón,
provincia de Sancti Spíritus,
República de Cuba Bandera de Cuba
Causa de la muertenatural
ResidenciaMorón
Nacionalidadcubana
Otros nombresEl Tocayo


José Nicolás Hernández Moreno (Arroyo Blanco, 19 de junio de 1841 - 26 de marzo de 1929). Destacado patriota moronense que luchó contra el colonialismo español en las Guerras por la Independencia de Cuba.

Nacimiento e infancia

José Nicolás Hernández Moreno nació el 19 de junio de 1841, en el poblado de Arroyo Blanco, punto que por aquellos tiempos pertenecía a Morón y este a su vez a la provincia de Sancti Spíritus.

Hijo de un humilde matrimonio criollo formado por José Nicolás Hernández del Castillo y doña María Isabel Moreno Hernández, vecinos también de Arroyo Blanco, y de cuyo matrimonio nacen también otros hijos. No llega a recibir instrucción por la falta de recursos y la necesidad de ayudar a su padre en las labores agrícolas. De niño, y por llevar el mismo nombre de su padre: José Nicolás, este comenzó a llamarlo Tocayo.

Su padre inmerso en las actividades de la lucha por la independencia es descubierto por la guardia colonial española de la época, quienes no vacilaron en mandarlo a matar.

Algún tiempo después de aquel acto cobarde y brutal, Nicolás Hernández Moreno se traslada con su familia a la zona de Ranchuelo, perteneciente por aquel entones al término municipal de Morón. Allí vive dedicado a la agricultura y a la crianza de ganado hasta su incorporación a la guerra iniciada el 10 de octubre de 1868.

En la Guerra de los Diez Años (1868-1878)

El día 8 de noviembre de 1868, Nicolás Hernández Moreno, El Tocayo, con veintisiete años se lanzó a las luchas por la independencia, en compañía de su hermano Manuel de Jesús y su pequeño sobrino Simón Reyes Hernández, quien a la razón tenía solo 10 años y no valieron los consejos ni hubo poder de convencimiento capaz de lograr que desistiera del propósito de acompañarlos a la manigua. A la postre se convertiría en un gran patriota también.

El Tocayo y sus acompañantes se trasladan hasta el ingenio La Coja, propiedad de don Macario Machado Alfonso, ubicado a una legua al oeste de Morón, incorporándose a las fuerzas del general Manuel de Jesús Valdés Urra, conocido por Chicho. Allí sostuvieron el primer combate que constituyó el bautismo de fuego para el joven patriota moronense y para su pequeño sobrino.

El día 15 del propio mes, luego de haberse separado del general Varona, continuó su marcha hacia Oriente acompañado de solo once hombres. Llegó a Palma Hueca y en este lugar se incorporó a las fuerzas del general Francisco Vicente Aguilera y de Carlos Manuel de Céspedes quien dispuso que se trasladara inmediatamente a las ordenes de Donato Mármol, luego de que le fuera conferido el grado de Ejército Libertador.

El 16 de diciembre toma parte en un combate entablado contra las fuerzas al mando del tristemente célebre Blás de Villate, Conde de Valmaseda, cerca de Río Cauto.

Después de operar durante algún tiempo bajo las ordenes de esos jefes orientales, en 1869, el general Donato Mármol le ordena marchar nuevamente sobre la zona de la Trocha.

Habiéndose incorporado a las fuerzas del comandante Salomé Machado Marín, en septiembre de 1869, acompañó a este al asalto de un convoy compuesto por varias embarcaciones de las que se dedicaban al comercio de cabotaje con Morón.

De ahí Nicolás Hernández se dirige al campamento donde se encontraba el general Federico Cavada, quien le ordena se traslade nuevamente a la zona de Morón. Se dirigió hasta la finca Manacas con la finalidad de restablecerse de salud y de la herida. Una vez recuperado, se reincorpora a las fuerzas de Salomé Hernández hasta que este muere pasando más tarde a las órdenes del comandante Moreno, hasta que en 1872, por órdenes superiores se incorpora a las fuerzas del general Francisco Villamil.

Días más tarde, el 24 del propio mes, tropas al mando del brigadier González, entre las que se encontraba Nicolás Hernández combaten en unión de las fuerzas de Ignacio Agramonte en las Lagunas de Lázaro, al este de Morón. En este combate, realizado contra las tropas de la “Guerrilla Ligera”, al mando del capitán Piña; la “Casola”, bajo las órdenes del capitán José Casola y la “Guerrilla del Orden” dirigida por el comandante Francisco Fernández, los cubanos quedaron dueños del campo de batalla, donde se recogieron 6 caballos y 25 armas de fuego dejadas por el enemigo en su huida ante el empuje de los cubanos, los que tuvieron una sola baja, la del comandante José M. Moreira.

Tres meses después de esta acción, el 11 de agosto de 1873, toma parte en el combate de Las Yeguas. En esta acción, en la que participa una columna al mando del coronel José González; compuesta por 800 infantes y cien caballos, El Tocayo es herido de arma de fuego.

El 16 de mayo, fue el escogido para realizar el asalto al fuerte del Embarcadero de Morón.

En la Tregua Fecunda (1879-1895)

En la Tregua y de regreso a casa Nicolás Hernández Moreno quien era simple soldado al comenzar la guerra y comandante al concluir la misma, vuelve nuevamente a su hacienda junto a doña Joaquina Echemendía Echemendía, su esposa con la que habían contraído nupcias en el año 1874, en plena manigua redentora.

Una vez instalados en la finca Los Suspiros, se dedica El Tocayo, al cultivo de la tierra y a la ganadería, y hacer prosperar la hacienda que había quedado totalmente destruida a causa de la insurrección.

Es allí donde nacen sus hijos Nicolás y Emeterio de los Santos. Más tarde se traslada a la finca Villa y allí ven la luz sus hijos Basilia y Joaquín y finalmente pasa a residir en la finca La Paz y Los Angeles donde, en esta última, nace su hija Teófila Carmelina. Con el tesón de su trabajo, al cabo de algunos años, logró poseer algunos recursos que le permitieron tener una vida decorosa, y ya, al iniciar el año 1895 poseía numerosas cabezas de ganado y, además de explotar la finca Los Ángeles, explotaba otra denominada Bocanaza. Mientras esto ocurría en la vida de El Tocayo, Cuba, como resultado posterior de la Guerra de los Diez Años, sufría cambios, tanto en la correlación de las clases sociales del país, como en su economía y la política.

Guerra Necesaria (1895-1898)

En la fecha fijada, el 24 de febrero de 1895, ocurren cuantioso alzamiento en Oriente, y más reducidos en otras regiones del país.

El pueblo camagüeyano se incorporó entonces a la guerra, en cuanto el general Máximo Gómez abrió su campaña en ese territorio.

Ya en el mes de mayo, el comandante Hernández Moreno, es protagonista del levantamiento, que en unión de un grupo de 16 hombres, efectúa en una zona de las cercanías de Morón.

Para este alzamiento, El Tocayo había ordenado a Eleuterio González que pasara a la finca Boca de Potrero y, junto a Diego Castañeda, comenzaron a reclutar hombres y a acopiar armas y municiones. Como resultado de esta actividad fueron recogidas 18 armas largas y varias cortas, y se incorporaron varios hombres.

El 6 de julio ya El Tocayo tenía organizado completamente su campamento en la finca San Diego y sus tropas dispuestas a operar. Sus fuerzas estaban formadas por numerosos hombres, armas y algún parque. De este lugar parten hacia la finca Chepeiro, donde comenzó a organizar y distribuir debidamente a sus hombres, pues el 16 de julio el General en jefe le había ascendido al grado de coronel y le había dado el encargo de la organización de un regimiento. Ante esta orden, El Tocayo forma tres escuadrones, uno al mando del comandante Casimiro López, otro bajo las órdenes de Simón Reyes y el tercero al mando del comandante José Pérez Águila. Nacía así el Regimiento Castillo, una fuerza de caballería que mucho se distinguió en las duras jornadas de lucha por la independencia y que, junto al Honorato, a Máximo Gómez, a Martí, y a Serafín Sánchez, conformaban la brigada de Sancti Spíritus. Estos escuadrones fueron destinados a operar en diferentes puntos de la zona de la Trocha. El primero en la de Morón, el segundo en la de Ciego de Ávila y el tercero recorriendo ambos puntos y la zona oeste de Camagüey.

Una vez fundado el Regimiento de Caballería Castillo, las fuerzas del coronel Hernández Moreno, entablan combate en el lugar conocido por la Ceja de Callamas, haciéndoles al enemigo algunas bajas. Algo más tarde, enterados de que el enemigo acampaba con otro convoy en Cantina de Altamiza, realizan un ataque a estas fuerzas haciéndoles dos heridos y dos caballos muertos. Los cubanos no sufrieron en este encuentro baja alguna.

El 29 de octubre de 1895, acampa el generalísimo en la finca Veracruz, junto a una tropa de 500 hombres de caballería, y allí, se le incorpora el coronel Hernández Moreno con sus fuerzas del Regimiento Castillo del cual era jefe.

El 9 de abril de 1896, sería para El Tocayo un día importante en su vida como combatiente por la libertad de Cuba. El General en Jefe, Máximo Gómez, por medio de una comunicación dirigida al Secretario de la Guerra, remitía la aprobación del Consejo de un grupo de ascensos, entre las que se encontraba la propuesta hecha por el general Serafín Sánchez de ascender a Nicolás Hernández como coronel de caballería, dados los relevantes méritos obtenidos en la guerra.

Meses después, el 17 de julio de ese año, sale El Tocayo de la finca San Alberto en unión a Simón Reyes y del comandante Casimiro López, conduciendo una fuerza de 200 hombres. Acampan en Sao de Palmas, en el actual poblado de Bolivia, y al día siguiente regresa el coronel Hernández mientras que las demás fuerzas se dirigen rumbo a la Trocha, burlada más tarde por ellos con el objetivo de hacerle llegar a Los Villareños un envío de 20 mil tiros.

De esta forma, culminaba el accionar del coronel Hernández, en su lucha por la independencia de Cuba, a la causa que tantos esfuerzos y sacrificios había dedicado durante los duros años de las guerras anticolonialistas.

Final de su vida

Luego de terminado su accionar en la Guerra Necesaria, el coronel Nicolás Hernández Moreno, el incorruptible patriota, se reintegra, junto a su familia, a las actividades económicas que les habían sido tradicionales: crianza de ganado y la agricultura, que se había visto interrumpidas por su incorporación a la guerra necesaria.

Es de esta forma que fija su residencia en la Finca Edén, y en este lugar se dedica a la crianza de ganado y al desarrollo de una agricultura más bien de carácter subsistencial.

En 1906

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decide trasladarse a Morón y allí reside en una casa que existía en la calle Martí esquina a Fernando Callejas. En este lugar vive junto a los suyos durante algún tiempo. Más tarde retorna al campo trasladándose a la Finca Santa Bárbara, la cual había logrado adquirir con sus ahorros y con el dinero que le había correspondido como coronel licenciado del Ejército Libertador.

El 16 de noviembre de 1913, Nicolás recibe la noticia del vil asesinato cometido contra su sobrino el coronel Simón Reyes Hernández. Los asesinos habían sido hombres uniformados al servicio del gobierno de la República. Ante este hecho, El Tocayo reacciona violentamente, incluso hace denuncias señalando a los asesinos.

Fue tanta su indignación, que sufrió una fuerte conmoción con la cual pierde casi completamente el habla, no pudiendo recuperarse nunca más de aquel golpe. Se toma represalia contra la familia de El Tocayo. Como consecuencia de estos hechos y dolido en lo más hondo de sus ideales y principios éticos, el coronel Hernández renunció a toda relación con la política y con los partidos existentes en aquella fraudulenta época. En los primeros años del siglo XX se funda en la ciudad de Morón. La Delegación de Veteranos por la Independencia y el veterano luchador Nicolás Hernández Moreno se incorpora a esta organización de conjunto con antiguos compañeros de armas. Hombre de edad avanzada, contribuye activamente con todo lo referente a las actividades que promueve la Delegación, mereciendo gran estima, a tal punto, que se le consideró como “una gloria de nuestro Término por su historia revolucionaria”.

En los días finales de marzo de 1929, el Tocayo cae enfermo y no se levanta más. Producto de las heridas recibidas en la guerra, las consecuencias de las mismas y su avanzada edad, fallece el 26 de marzo de 1929 a los 87 años. Su sepelio fue una de las ceremonias más importantes efectuadas durante esa época en Morón.

Fuente