Oppiano Licario (libro)

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Oppiano Licario
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Autor(a)(es)(as)José Lezama Lima
Editorial:Arte y Literatura (Cuba), Ediciones Era (México)
GéneroNovela
Primera edición1977
ISBN978-959-10-2207-3
PaísCuba

Oppiano Licario, novela inconclusa de José Lezama Lima, fue publicada por primera vez en 1977, ediciones simultáneas de Arte y Literatura (Cuba) y Ediciones Era (México). Es la continuación de Paradiso, publicada en 1966, obra cumbre del autor. Oppiano Licario, mentor de José Cemí, ha muerto, pero su imagen sigue viva a modo de presencia en Ynaca Eco, su hermana, así como en las reflexiones y conductas de Fronesis y el propio Cemí. Algunos fragmentos de la novela fueron publicados en la revista Unión, entre 1967 y 1969. Manuel Moreno Fraginals, amigo del autor durante más de treinta años, escribió el prólogo original, a pedido de María Luisa Bautista, esposa de Lezama, la que, a dictado de éste, mecanografió parte de la obra.

Estructura

Oppiano Licario consta de diez capítulos. Obra complicada y difícil de leer (como su predecesora), hará que el lector poco atento la abandone tras pocas páginas, agobiado y confuso ante las frecuentes desviaciones del hilo narrativo (a menudo los diálogos tienen sabor a ensayo) y las metáforas encriptadas, imágenes insólitas cuyo significado hay que buscarlo en la dirección más inesperada. A modo de aviso, Moreno Fraginals acota que cuando Lezama dice ...y las naranjas entreabiertas mostrando la cuna que mece al leopardo..., no hay que buscar el significado de la frase y partir del simple hecho de que Lezama hablaba de naranjas entreabiertas mostrando la cuna que mece al leopardo.

Sinopsis

El libro narra dos historias independientes que, cercano el final, se cruzan. En Francia se encuentra Ricardo Fronesis, estudiante de filología. De visita en casa del pintor Luis Champollion y Margaret McLearn, conoce a Cidi Galeb, quien intenta ganarse su simpatía mientras hablan del Aduanero Rousseau. Poco después se aparece, acompañado por otro tunecino, de nombre Mohamed, en un café, donde Fronesis come. Acuerdan, en casa de Fronesis, ir todos a un balneario en Ukra. Galeb se marcha casi de inmediato, pero Mohamed se queda contando sobre su familia y el balneario, hasta que Galeb reaparece, borracho. Ofende a ambos al decir que se ríen a sus espaldas y son homosexuales, aunque lo nieguen. Mohamed lo abofetea y se van juntos. Galeb devuelve a Mohamed el golpe, inesperadamente y éste lo deja golpeado frente a su casa, sintiendo que ha ofendido con este acto a sus familiares muertos.

Por otro lado, en Cuba, José Cemí se encuentra con Lucía, amante de Fronesis, la que confiesa esperar un hijo suyo y le pide ayuda para ir a verlo, dado que tiene el oscuro presentimiento de que no va a volver. Cemí se estremece: ha sentido lo mismo. Promete ayudarla. Esa noche sueña con su amigo, quien camina por una callejuela de El Cairo, perseguido por un siniestro demonio, mientras otro va delante con un cuchillo, que afila en su cola.

Ya en el balneario, el grupo (con la ausencia de Mohamed) se baña y luego van a comer. Fronesis aprovecha para hablar sobre la comida como imagen de la cubanía. Margaret lo alaba al tiempo que ataca al tunecino. Entre ambos existe un odio visceral. Cuando se queda dormida, deciden terminar el día. Fronesis y Galeb comparten cama. El primero, aunque consciente de la homosexualidad de su compañero, comete el error de dar por hecho que no puede despertar deseo en alguien que no sea mujer, así que se desnuda y acuesta con pueril naturalidad. Galeb, en cambio, toma esto como un acto complice. El intento de un acercamiento tan inesperado hace a Fronesis comprender cuán grande ha sido el sacrificio de su amigo Foción, que en vano esperaba que Fronesis participará del mismo juego, volviendo una y otra vez al mismo tema: los griegos.

Mientras, Cemí busca a Ynaca Eco, hermana de Oppiano Licario. Va a una funeraria, en donde se conocieron, para conocer su dirección, pero sale sin la respuesta que esperaba. Luego, en el Castillo de la Fuerza, se da el encuentro de dos seres destinados a encontrarse y que se admiran mutuamente. Mientras conversan, tal admiración aumenta hasta el deseo, por parte de ambos. Ynaca no es solo una mujer joven y bella, Licario y su sabiduría están latentes a través de sus labios.

Ya en casa, relata a Cemí su relación con Licario, quien fue además de hermano, mentor. Ya cercano el mediodía y por tanto su partida, Cemí hace notar que la conversación ha sido una constante evocación de Licario. Entonces Ynaca le muestra un cofre, en donde guarda la obra inconclusa de éste: Súmula, nunca infusa, de excepciones morfológicas, un manuscrito de doscientas páginas con un poema, de ocho, a modo de bisagra. Ynaca lo hace responsable de su cuidado y, antes de que Cemí se marche, le presenta a su esposo, el arquitecto Gabriel Abatón Awalobit.

Cemí vuelve a su casa e intenta leer, pero es vencido por el sueño. Al otro día se acerca un ciclón. Unas vecinas le entregan un perrito, para que lo cuide durante la tormenta. Luego de resguardar el manuscrito en una caja china puesta en el centro de su escritorio, Cemí se dirige a casa de Ynaca para ayudarla. Finalmente, ambos cuerpos se funden en un ritual erótico-sexual. De vuelta a casa, Cemí la encuentra invadida por el agua y el precioso manuscrito regado por todas partes, por culpa del perro. Cemí se apresura a recoger las hojas, pero el agua ha borrado todo, salvo cuatro hojas, relativas al poema.

Lucía se reencuentra con Fronesis. Galeb, herido a causa de su fracaso, se acerca a ella y le dice que durmió con Fronesis. Lucía no es afectada por la mentira, al corriente de los rumores sobre la relación de su amado con Foción. Camino a París se detienen en el mismo hotel usado por Oppiano, al dirigirse a igual destino. Allí conocen al arquitecto y luego al resto del grupo. Fronesis sigue a una bella mujer que resulta ser Ynaca, separada del resto. En un templo a Venus, mantienen relaciones sexuales.

Fronesis le escribe a Cemí, comentándole que ambos han conocido a Ynaca íntimamente, pero que en su caso fue pecado inútil, en tanto la unión de Ynaca y Cemí ha sudo eficaz, puesto ha sembrado una semilla. Cemí le escribe como respuesta lo sucedido el día del ciclón, anexando el poema sobreviviente.

En casa de los pintores se encuentran todos los personajes del escenario europeo. La reunión es un fracaso, debido la incompatibilidad de los presentes. Fronesis solo ha acudido para despedirse definitivamente del grupo, a los que considera «radicales perdedores de tiempo», quienes con la banalidad constante lo empobrecen.

Decidido a no perder su camino, Fronesis va a ver a una anciana llamada Editabunda, quien vive en un convento. Ésta le dice que debe dedicar su vida a la reconstrucción del libro dejado por Licario. Lo lleva a una biblioteca, en donde hay sabiduría, conocimiento inmediato. Le dice que siempre que vuelva, le dará una frase para que medite, al tiempo que memoriza los libros.

Fronesis sufre un accidente, ya al final del libro, que se vuelve incoherente, conformado por pequeños párrafos que alternan historias. Dado que se trata de una obra inconclusa, es posible que el autor no halla pasado, en esta parte del libro (últimos dos capítulos) de escribir un borrador.

Temas

Los temas principales de la novela son:

  • El significado de la imagen como sustituta de lo perdido.
  • La poesía como posibilidad de recrear el mundo.
  • La búsqueda iniciática de un conocimiento trascendente, impulsada por el «eros del conocimiento», que haga posible restaurar el nexo entre lo telúrico y lo estelar.

Ediciones

Fue publicada originalmente por dos editoriales a la misma vez. Entre ambas hay diferencias menores, que se deben a errores tipográficos, lecturas incorrectas del original, lapsus del propio autor y, en algunos casos, decisiones editoriales. En el 2018, Letras Cubanas realizó una nueva edición del libro, en la cual se corrigen los errores comparando ambas ediciones con el manuscrito. También fue consultada la versión transcrita realizada en los años noventa por César López, poeta y estudioso de Lezama, y Maritza Vásquez González, editora.

Fuente

Lezama Lima, J.: Oppiano Licario, 263 pp., Editorial Letras Cubanas, La Habana, 2018. Edición y corrección de Rinaldo Acosta Pérez-Castañeda.