Otelo (ópera)

Otelo
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Otello
Otello.jpg
AutorW. Shakespeare: Otelo
GéneroDrama lírico
Actos4 actos
IdiomaItaliano
Música
CompositorGiuseppe Verdi
Puesta en escena
Lugar de estrenoLa Escala Milán
Milán,Bandera de Italia Italia
Fecha de estreno5 de febrero de 1887
PersonajesOtelo, moro, general de la armada veneciana (tenor dramático)

Desdémona, su esposa (soprano lírico-spinto)
Yago, alférez de Otelo (barítono dramático)
Emilia, su esposa (mezzosoprano)
Lodovico (Ludovico), embajador de Venecia (bajo)
Heraldo (bajo o barítono)
Cassio, capitán (tenor lírico o ligero)
Roderigo (Rodrigo), caballero veneciano (tenor lírico o ligero)
Montano, predecesor de Otelo en el gobierno de Chipre (bajo)

Soldados, cortesanos, pueblo de Chipre
LibretistaArrigo Boito
Duración2 horas 15 minutos

Otelo (ópera). Fue la penúltima ópera de Giuseppe Verdi, consta de cuatro actos a partir de la obra de Shakespeare Otelo.

Historia

En 1871 Giuseppe Verdi había estrenado su ópera Aída y tuvieron que pasar 16 años para que el genial compositor alumbrara su siguiente obra: Otelo. La ópera está dividida en cuatro actos y el libreto es obra de Arrigo Boito, basado en el drama homónimo de William Shakespeare. Su estreno tuvo lugar en el Teatro alla Scala de Milán el 5 de febrero de 1887, constituyendo un éxito clamoroso. El tenor Francesco Tamagno encarnó a Otelo, el barítono Víctor Maurel a Yago y el papel de Desdémona fue cantado por la soprano Romilda Pantaleoni, todos ellos cantaron bajo la batuta de Franco Faccio. El autor, la noche del estreno, tuvo que salir a saludar 20 veces.

Sobre la obra

Otello es una espléndida ópera de madurez de Giuseppe Verdi –compuesta cuando el músico contaba más de setenta años– que marca un momento de plenitud, síntesis de su larga carrera y a la vez punto de partida de un nuevo horizonte. La tragedia de Shakespeare habla del valiente condottiere de piel oscura al servicio de Venecia que gobierna la isla de Chipre, que ama con pasión a la dulce Desdémona, pero que se siente inseguro y casi indigno de su belleza y refinamiento, convirtiéndose en víctima fácil de la envidia maligna del oficial Yago. Esta tragedia se transforma, en contacto con la sensibilidad romántica, en un drama psicológico turbio e inquietante, en que la acción es el resultado de pasiones devastadoras. El desenlace mantiene, naturalmente, el asesinato de Desdémona, obra del protagonista ciego por los celos, y el suicidio al comprender el terrible error que ha cometido.

La constante preocupación de Verdi por llevar a la escena lírica las obras de Shakespeare, cuyo primer fruto visible fue Macbeth (1847) y que no había abandonado a lo largo de los años, encontró en el libretista y también compositor Arrigo Boito un excelente aliado. Texto y música, además de potenciar con fuerza y energía los rasgos principales de los dos protagonistas –el tormentoso carácter y la fuerza guerrera de Otello, la dulzura y sensualidad amorosa de Desdemona–, dan al personaje de Yago una maldad filosófica más destacada que en la tragedia original, para convertirlo en emblema como genio del mal, indiferente a los valores morales, de un nihilismo inaudito .

Desde el punto de vista musical, Verdi prescinde por primera vez en su obra de la estructura cerrada en arias, dúos y concertantes separados por recitativos y dibuja un continuo en el que los recitativos poseen un gran relieve y con frecuencia una fuerza dramática y lírica sin precedentes, acompañados de una orquestación más rica desde el punto de vista instrumental que en su obra anterior.

Argumento

La acción tiene lugar en Chipre, donde el pueblo está esperando la vuelta de Otello, general veneciano y ahora gobernador de la isla. Una tormenta ha puesto en peligro la llegada de Otello, que finalmente arriba a las costas chipriotas sano y salvo.

El pueblo lo celebra con gran júbilo, sin embargo no todo el mundo está tan dichoso por la vuelta de Otello: Yago, alférez de Otello, está resentido con él porque no ha sido elegido para sustituirle en su ausencia y que esta responsabilidad recayera en Casio, amigo de Desdémona, esposa de Otello, desde la infancia.

Tampoco está contento Roderigo, un caballero que está enamorado de Desdémona, y en el caso de haber muerto Otello, tenía camino libre para pretenderla. Yago trama una estrategia para descalificar a Casio, y en la fiesta de bienvenida de Otello, consigue que Casio se emborrache, debido a su estado acaba enfrentándose e hiriendo a Montano, ex-gobernador de la isla. Otello, al ver la conducta de Casio, lo destituye de inmediato. El primer objetivo de Yago ya está cumplido. Otello y Desdémona se retiran de la fiesta dando muestras del gran amor que sienten el uno por el otro. En el segundo acto, Yago manifiesta a Casio una amistad fingida y le sugiere que acuda a Desdémona para que ésta interceda en su favor ante Otello, y lo anima a ir a encontrarla en ese preciso momento en el que ella se encuentra en el jardín con su fiel acompañante, Emilia. Cuando Casio se va, Yago manifiesta sus pensamientos más profundos, dando muestras de un carácter amargado y sin esperanza en nada.

Casio se dirige hasta donde está Desdémona, hecho que Otello cree ver a lo lejos. Interroga a Yago para saber si el que se encontraba con su esposa era realmente Casio, algo que Yago niega, ya que dice que Casio se retiró tras su vergonzosa actuación de la noche anterior. Llega Desdémona con Emilia, y habla con Otello acerca del perdón a Casio. Otello empieza a sentir celos del interés de su mujer hacia Casio y se niega a hablar alegando que tiene dolor de cabeza. Desdémona se acerca a él y trata de aliviarlo pasándole un pañuelo por la frente, Otello coge el pañuelo y lo lanza al suelo, Emilia lo recoge y Yago aprovecha el momento oportuno para quitárselo y se lo guarda.

Cuando se quedan solos, Yago sigue con sus insinuaciones acerca de la relación entre Desdémona y Casio, algo que hace que la furia de Otello crezca considerablemente, y exige que no hable si no tiene pruebas de lo que dice. Yago se las da. Le dice que una noche mientras dormía junto a Casio le oyó hablar en sueños del amor que sentía por Desdémona, y que además vió una prueba física que lo corrobora: un pañuelo que Otello regaló en una ocasión a su esposa estaba en posesión de Casio. Otello jura venganza y Yago se muestra dispuesto a luchar con él. El tercer acto empieza cuando Otello y Yago están esperando la llegada del embajador de Venecia. Otello, que sigue cegado por los celos, habla de sus sentimientos con Yago. Éste le dice que hablará con Casio, y que él puede esconderse y escuchar la conversación y así comprobar que todo lo que le ha dicho no es más que la verdad. Cuando llega el infeliz Casio, Yago conduce la conversación al tema de las mujeres. Casio le habla del amor que siente por una llamada Bianca, pero Yago se las apaña para que el nombre no llegue a oídos de Otello, el cual todo lo que oye sobre las mujeres lo atribuye a su esposa. Yago había puesto el famoso pañuelo entre las cosas de Casio, el cual sin aperibirse de lo que era, lo ha cogido y lo sostiene en la mano. Yago se lo arrebata y lo agita para que Otello lo pueda ver claramente. En ese momento se anuncia la llegada de la nave de Lodovico, el embajador, y Casio se retira.

Otello ya habla de dar muerte a Desdémona, envenenándola, pero Yago le dice que lo que tiene que hacer es estrangularla en la cama donde ella ha pecado. Lodovico llega con varios caballeros entre los que está Roderigo. El embajador le entrega una carta a Otello en la que se le reclama en Venecia. Mientras todo esto sucede, Otello no deja de hacer insinuaciones y gestos de desprecio a Desdémona, que no comprende esa actitud. Ante los ojos de todos Otello la golpea lanzándola al suelo. Otello vuelve a nombrar a Casio como su sustituto en su ausencia. Roderigo lamenta que ahora Desdémona se tenga que marchar de Chipre, pero Yago le dice que si elimina a Casio, Otello no se podrá ir de la isla. Yago va haciendo habilmente su labor. Otello despide a todo el mundo, y carcomido por los celos sufre un ataque que le provoca un desvanecimiento, hecho que Yago comenta despectivamente cuando ve a Otello inconsciente en el suelo. Desdémona se encuentra desesperada en sus habitaciones, no sabe a que se puede deber la furia de su marido. Recuerda una canción que le cantaba una criada de su madre y cuando Emilia se retira, reza una Avemaría y se dispone a dormir. Cuando entra Otello, Desdémona ya duerme. Él la mira y a pesar del odio que siente la despierta con un beso. Otello le pide que rece puesto que va a matarla por amar a Casio, ella lo niega pero él sigue adelante con su amenza y la estrangula. Dedémona esta agonizante en la cama cuando entra Emilia que anuncia que Casio ha matado a Roderigo cuando éste lo había atacado, al ver el estado en que se encuentra Desdémona empieza a gritar. Ante los gritos acuden Lodovico, Casio y Yago. Entonces Emilia pone en evidencia la culpabilidad de Yago, cuyas insidias están detrás de todas las desgracias que se han sucedido. Montano también llega: ha recogido las últimas palabras de Roderigo en las que Yago también es señalado como culpable. Yago huye y Casio lo persigue. Otello, ve con horror, a lo que le han llevado sus celos, y se da muerte, acercándose en su agonía al cuerpo de Desdémona con la intención de darle un beso, un beso que ya no conseguirá dar a su amada. Otello muere.

Fuente