Pasta dental

Pasta dental
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Concepto:Producto químico se usa para la limpieza dental, casi siempre con un cepillo de dientes. Suelen contener flúor como monofluorfosfato de sodio (Na2PO3F) y fluoruro de sodio (NaF).

Pasta dental. El uso de dentífricos (o pastas) en el cepillado dental puede cumplir con varios fines, desde el estético para obtener aliento confiable o dentadura impecablemente blanca, hasta el relacionado con la salud, ya que pueden evitarse problemas que comprometan las estructuras de las piezas dentales.

Antecedentes históricos

Los antiguos egipcios usaban una mezcla de pezuña de buey, ceniza,cáscaras de huevo, mirra, piedra pómez y agua para limpiar sus dientes. Y en la mayoría de los casos los brebajes para la limpieza dental eran usados por los ricos. Esto empezó a cambiar hasta 1850, cuando el doctor Washingtonsheffield de NewLondon, Connecticut, desarrolló una fórmula que reconoceríamos como pasta de dientes.El la llamo como crema dentífrica (Dr.SheffieldscremeDentifrice). Fue su hijo, el doctor LuciusTracySheffield, a quién se le ocurrió envasarla en tubos metálicos,al observar las pinturas de óleo. Hasta la fecha,los laboratorios Sheffield, continúan fabricando su pasta dental.

En nuestros días las pastas dentales garantizan higiene y salud bucal, gracias a los distintos agentes que componen su fórmula, de los cuales la mayoría son agua y humectantes (75%) y limpiadores (20%); en cuanto a sus ingredientes activos, las fórmulas varían, pues algunas contienen sustancias que evitan la acumulación de depósitos blandos de comida y minerales en los dientes (mismos que al endurecerse forman el sarro , que se identifica por su color amarillo y por adherirse a la superficie de los dientes, principalmente en su base), mientras que otras ayudan a eliminar manchas.

Componentes

Para mayor protección se usa el fluoruro, mineral que fortalece el esmalte. Asimismo, el uso continuo de pasta dental con este ingrediente ayuda a eliminar los diminutos residuos de alimentos (principalmente azúcar y almidones) que permanecen entre los dientes o adheridos a éstos, los cuales representan exquisito banquete para las bacterias que habitan nuestra boca; el resultado es una serie de desechos ácidos que dañan la protección natural de dientes y tejidos inmediatos, y que a la vez facilitan el ataque de otros microorganismos, en otras palabras, una sustancia gomosa que es responsable de la formación de caries, la llamada placa dentobacteriana.

Algunos dentífricos ofrecen aliviar las incomodidades generadas por la hipersensibilidad de algunas piezas dentales, las cuales se caracterizan por dolor al tomar alimentos fríos o incluso al contacto con el aire. Los compuestos que controlan estas manifestaciones son cloruro de estroncio o nitrato de potasio, los cuales bloquean la transmisión de estímulos del diente al nervio y, por ende, disminuyen los síntomas. Como cabe suponer, para mejores efectos se requiere constancia, ya que los resultados se ven después de varias aplicaciones.

Aceite de oliva

Aunque todavía se encuentra en pruebas, se ha encontrado que su ingrediente principal ayuda a inhibir el mal aliento (halitosis) exitosamente. Se le ha añadido aceite esencial de perejil para reforzar esta cualidad, e incluye xilitol para combatir caries .

Bicarbonato de sodio

Es una fórmula ligeramente fuerte que limpia la superficie del diente; pero su empleo excesivo genera irritación.

Fluoruro sódico

Protege a los dientes endureciendo la superficie exterior del esmalte e inhibe la actividad de la placa dentobacteriana; no elimina la caries si ya existe.

Peróxido de hidrógeno

Los agentes limpiadores o abrasivos pueden eliminar algunas manchas del esmalte, pero habrá irritación de encías y sensibilidad acentuada si el uso es prolongado; debemos enfatizar que no todos los dientes se aclaran por igual, ni el producto es eficaz en todos los casos. Para salir de dudas, consulte a su odontólogo.

Pirofosfato de sodio

Ingrediente activo que se adhiere a la superficie del diente y evita la formación de sarro, pero no lo elimina si ya existe; su uso prolongado causa sensibilidad en las piezas dentales.

Triclosán

Ayuda a eliminar bacterias causantes de padecimientos como g ingivitis (inflamación de las encías, la cual puede ocasionar sangrado), pero no reduce la enfermedad cuando ya existe.

Cepillos y cepillado

Para tener una boca sana es esencial llevar a cabo hábitos adecuados de higiene, siendo la pasta dental elemento indispensable, pero no menos importante es el cepillo que se emplee para la limpieza, el cual usted puede elegir entre el tradicional manual o el eléctrico. En términos generales, se recomienda que la cabeza del cepillo sea pequeña y su mango permita sujetarlo con firmeza. Las cerdas tienen que ser de nailon con textura suave y redondeadas, para que alcancen por completo cada uno de los dientes y, al mismo tiempo, no desgasten su esmalte. Procure cambiarlo aproximadamente cada tres meses o cuando note que las cerdas se abren o pierden firmeza.

Cepillos eléctricos

Mención especial debe darse al cepillo eléctrico, el cual requiere se realicen varias prácticas para saber si se adapta a la personalidad del usuario, ya que si no se ejerce control adecuado sobre el aparato éste "patinará" sobre la superficie de las piezas dentales, lo cual no significa que las esté limpiando. Asimismo, la velocidad de acción del cepillo debe ser la adecuada para no perder el dominio y que al mismo tiempo realice la limpieza como se espera, pero si es excesiva causará irritación de las encías y, en algunos casos, dolor.

Cepillado

Los especialistas médicos en la salud de los dientes (odontólogos) recomiendan el cepillado dental tres veces al día durante 3 o 4 minutos, adoptando los siguientes principios básicos: Cepille la parte externa de los dientes primero, con movimientos de arriba hacia abajo; haga lo mismo en la parte interna de los mismos. Sujete firmemente el cepillo, pero sin lastimar las encías. Al utilizar el cepillo debe encontrarse inclinado respecto a los dientes en un ángulo de 45º, aproximadamente.

Los dientes se cepillan suavemente y por grupos pequeños, no todos a la vez. Limpie las muelas mediante movimientos circulares, y al final cepille su lengua de atrás hacia adelante (así se eliminan las últimas bacterias); enjuáguese con suficiente agua para eliminar restos de alimentos.

Use poca pasta (con la cantidad del tamaño de un frijol basta), para que no pierda de vista la limpieza. Cepillarse después de cada comida elimina el alimento que queda entre los dientes, lo que evita que las bacterias proliferen. Use hilo dental por las noches, para que los microorganismos no tengan oportunidad de reproducirse.

Utilice enjuague bucal una vez al día, cantidad suficiente para prevenir cualquier enfermedad y evitar que se arruine el esmalte de sus dientes. Movimientos bruscos de arriba a abajo y de izquierda a derecha no son recomendables, ya que además de que empujan los residuos de alimentos hacia los espacios entre piezas dentales sin retirarlos, pueden ocasionar encogimiento paulatino y desgaste de encías, por lo que se deja la superficie de la raíz dental expuesta y delicada, hecho que genera hipersensibilidad.

Fuentes