Arquitectura de Pinar del Río en el siglo XIX

Arquitectura de Pinar del Río del Siglo XIX.
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Concepto:Información sobre la arquitectura pinareña del siglo XIX.

Arquitectura de Pinar del Río del Siglo XIX. Aunque el vecindario de Pinar del Río comenzó a formarse a finales del Siglo XVII; hasta 1773 no se repartieron los primeros solares a los vecinos del lugar, estableciendo con ello los lineamientos de la actual ciudad (Pinar del Río), la única capital al oeste de La Habana.

Desarrollo Socioeconómico

Debemos de admirar o reconocer, el progreso de nuestra ciudad, Pinar del Río fue extremadamente lento, debido a las faltas de buenas comunicaciones y a otros factores que impulsaron el desarrollo de la agricultura especialmente el tabaco, el café y la caña de azúcar, la industria y el comercio hacia el Este, adonde Santiago y La Habana se erguían en dos grandes terminales urbanas.

Fundación de la Ciudad

El núcleo urbano principal de la provincia se fue conformando urbanísticamente desde el siglo XVIII y su evolución fue de tal magnitud que el 10 de septiembre de 1867 se le concedió el título de ciudad.

Caracteristicas Urbanisticas

La mayoría de los inmuebles eran de una sola planta y tenían como caracteres principales el espacio que se dedicaba al portal que recorría toda la vivienda y que se continúan en las esquinas, relacionando el espacio privado y el colectivo. Esta manifestación de las construcciones pinareñas se utilizaba tanto en las casas particulares como edificaciones de carácter militar, de administración y comercios.

Los techos en la mayoría de las casas son de alfarjes o de paras y nudillos y la cubierta es de teja criolla con poca ornamentación.

La carpintería no tenía complicaciones, sin adornos, con puertas de tablones lisos. Los trabajos de herrería fueron igualmente escasos y poco significativos.

Rezagada durante largo tiempo, la arquitectura pinareña mantuvo indefinidamente su carácter primitivo, de modo que la casa urbana aparece como una derivación directa de la casa campesina.

Principio del Siglo XIX

Las viviendas podían construirlas de diferentes materiales y formas; unas eran construidas de yagua y guano, careciendo de portales, la puerta principal era de yagua, se abría hacia fuera de forma de colgadizo, emprendida horizontalmente durante el día en una estaca, la cual se afirmaba al suelo por un extremo y de noche servía de tranca.
La planta de la mayor de las casas era cuadrada dividida en tres partes, la del medio, mayor servía de sala y las dos pequeñas de ambos extremos servían de aposentos. La otra casa larga y angosta estaba unida a la primera, no tenía portal, sino hasta la mitad del extremo opuesto para guarecer la cocina. Bajo el techo tenía una larga barbacoa, hachas de tablas de palmas en bruto, donde se guardaba el maíz cosechado y a la que se subía por una escalera de palos redondos atados con bejucos, de una casa a la otra podía pasarse bajo la lluvia sin mojarse ya que había una gruesa canal construida del tronco de una palma. Al frente de la casa se hallaba un jardín sembrado de vicarias, moyas, rosales de javicú, rudas, albahacas, etc.

Otras casas se construían de guano de arriba a abajo con puerta de quita y pon, fabricada con yaguas.

Finales del Siglo XIX

Fundamentalmente a partir de la década del cuarenta comienzan a levantarse edificaciones con materiales sólidos, con paredes de ladrillos y techo de tejas construidas por hombres que tenían cierta posición económica que vivían en sus fincas rurales o en poblados. También las edificaciones del Estado y la iglesia comenzaron a ejecutarse con esas características. En la ciudad de Pinar del Río las más significativas fueron la catedral entre 1859 y 1887, el teatro Lope de Vega con las modificaciones hechas en la segunda mitad del siglo hasta que adquirió la configuración actual. La casa del Teniente Gobernador, la del Ayuntamiento y la cárcel, todos de la segunda mitad del siglo XIX. Aquella, casi sin excepción, está precedida de un soportal de columna -si es de esquina lo tiene en ambas calles-, cubriéndose con techo de madera y tejas; un detalle curioso es el estar las columnas construidas de ladrillos.

Paradójicamente, la antigua Cárcel es un edificio procedido de un hermoso portal de arquerías. La casa propia pinareña no sólo se encuentra en la capital de la provincia sino en Artemisa, Viñales, Guane y otros pueblos vecinos. Entre estos se destaca Viñales, fundado en 1875 en el corazón de una rica zona tabacalera. De ahí su rápido desarrollo y la explicación de encontrar allí un edificio de la categoría del que erigió la colonia española, la Parroquia de Viñales, constituida en 1883, es otros ejemplar de las parroquias cubanas del siglo XIX con torre central.

Fuentes

  • Weiss J.E. La Arquitectura Cubana del Siglo XIX. Publicaciones de la Junta Nacional de Arqueología y Etnología, La Habana.
  • Giniebra Giniebra Enrique, Rodríguez Díaz Juan Carlos, Historia Colonial de la Provincia de Pinar del Río, 2008.