Portal:Panorama Mundial/DE LA PRENSA/2016-01-22

Las presiones estructurales como causa del efecto migratorio

REBELIÓN 20 de enero de 2016 ESPAÑA

(…) Este fenómeno de las migraciones se produce en todo el mundo, de los países menos desarrollados, de los países más pobres, a los países más ricos. Esa es hoy una de las grandes tragedias del mundo capitalista desarrollado, que cientos de millones de personas quieren emigrar hacia allá y no las dejan. Muchas lo hacen ilegalmente, como puedan; en la frontera de México los norteamericanos tienen establecido un muro allí tremendo de 2 000 ó 3 000 kilómetros".

Fidel Castro Ruz, 26 de julio de 1993.

Gabriela Riveros Medina*


LAS MIGRACIONES SON parte de la historia de la humanidad. Gracias a los procesos migratorios se han conformado civilizaciones, imperios, y nos hemos enriquecido con el pluralismo que posee cada cultura en la construcción de las sociedades. Pareciera ser que el afán de búsqueda, descubrimiento y conquista es innato en el ser humano. Los estudios de la variación genética humana también insinúan que África fue el origen ancestral de todos los humanos modernos, y que el homo sapiens habría emigrado desde ahí hacia toda la faz de la tierra.

La búsqueda por mejores condiciones de vida es lo que se presume, habría permitido a los asiáticos emigrar a América a través del Estrecho de Bering evitando fallecer congelados durante la última glaciación, y sería lo que por lo tanto, ha permitido la sobrevivencia de la raza humana. No nos basta además con haber conquistado todos los continentes del globo, el humano de hoy busca vida en cualquier planeta de la vía láctea con el fin de asegurar nuestra trascendencia.

No obstante, las tensiones propias de la globalización son las que han favorecido e incrementado desde antes de la Primera Guerra Mundial, el flujo masivo o parcial de personas, el cual debido a una mediocre pre visualización del conflicto en Medio Oriente, se ha tornado en los últimos casos, inmanejable.

La desterritorializaciónes también inherente a nuestro modelo actual de desarrollo y donde existe, por lo tanto, gran responsabilidad de la gobernanza mundial en la aceptación, promoción y búsqueda de garantías y acuerdos entre los estados con respecto al fenómeno migratorio.

Los condicionantes estructurales son el motivo real que presiona a miles de familias a abandonar su lugar de origen en la búsqueda de mejores condiciones de vida, en el mejor de los casos, o en la búsqueda por la sobrevivencia para quienes huyen de guerras prefabricadas, en otros. ¿Existe ética entonces al impedir, limitar o establecer cuotas de visado del flujo migratorio?

La inmigración adquiere una connotación peyorativa cuando le atribuimos el carácter de intruso y entendemos al migrante como el sujeto que intenta “cosechar y aprovecharse de lo que tanto nos ha costado construir” (Trump, 2015). La inmigración nos parece nociva cuando estereotipamos al inmigrante como el individuo incapaz de responsabilizarse por la situación político-económica de su país, y que por el contrario, opta por establecerse bajo un sistema de protección social ya garantizado.

La inmigración transita junto a la discriminación. Entonces, ¿se emigra realmente por placer? ¿Es sencillo renunciar a una identidad y desempeñar oficios no cualificados sin importar el nivel educacional de origen? ¿Es atractivo el riesgo que implica cruzar fronteras a través de la ilegalidad? ¿Le es sencillo al inmigrante adaptarse y ser integrado a la nueva sociedad? ¿Por qué abandonar lo conocido por una expectativa?

Así como nadie escoge su color de piel ni la situación económica con la que nacerá, es comprensible entender que tampoco nadie puede escoger el territorio ni la nación donde crecerá. Nuestro origen es, por lo tanto, aleatorio, y nuestro único espacio de decisión es respecto a la ciudadanía a la que podemos o no optar.

Para muchos, la arquitectura de la sociedad planetaria (globalizada) encuentra en las migraciones la única posibilidad de huir de la pobreza extrema, la represión de las dictaduras, o la violencia de las guerras. Guerras en las que por cierto, Occidente tiene significativa responsabilidad.

Hay un interés del migrante por desplazarse desde una situación material comparativamente más desventajosa, hacia una más beneficiosa. Entender que en la mayoría de los casos los traslados no se realizan por causales individuales ni por gusto, sino que por necesidad es vital al momento de atribuirle legitimidad al efecto migratorio.

Asumir todos los costos que implica renunciar al origen por la expectativa de una vida mejor tanto para un ciudadano como para su descendencia debe ser entendido y respaldado como una opción genuina por todos los actores que conforman el sistema internacional, más aún, cuando la vida de las personas depende de la decisión de migrar. En definitiva, “las causas de la migración no sólo tienen explicación en un nivel psicosocial, donde se coloca al individuo como el principal actor de la decisión de migrar y relegando a un plano secundario el papel de las circunstancias estructurales responsables del cambio social” (Herrera, La perspectiva teórica en el estudio de las migraciones, Siglo XIX Editores, México, 2006).

Debemos acabar con la concepción de la alteridad cultural occidental con respecto al Oriente o de la supremacía del hemisferio norte con respecto a la del hemisferio sur. Existe el paradigma de que todo lo foráneo (sureño u oriental) es negativo y de que lo extranjero no tiene nada que aportar, cuando lo cierto es que el desarrollo no es lineal, ya que la historia de la humanidad no se inicia con un solo conflicto universal que va desde la barbarie hasta la civilización, donde Occidente es la vanguardia y el resto del mundo, tras error y aprendizaje, acabarán alcanzando cada una de las etapas que los países desarrollados ya han vivido. Cada civilización se desarrolla y responde a un entorno y a una sabiduría particular atendiendo a un determinado momento histórico y a sus condiciones materiales.

Sobran ejemplos respecto a la construcción de la alteridad ideológica de una nación, raza o cultura con respecto a otras. El apartheid africano fue un caso emblemático de naturalización del racismo a través de un completo sistema institucional de reproducción de la inferioridad, donde la población negra era necesaria para ocupar la posición de servidumbre de la población blanca privilegiada. Algo similar, pero aún más catastrófico, sucede con la política sionista del gobierno de Israel, donde a través de un proceso sostenido y sistemático de inferiorización se intenta despojar de la condición humana a la población palestina. La lógica de fomento a la islamofobia y las direccionadas campañas mediáticas de desprestigio de la población árabe, así como la construcción de un muro de segregación racial en la Jerusalén ocupada, son muestras del intento por destruir la imagen y acabar con la presencia de población árabe sólo por el hecho de pertenecer a una construcción cultural distinta.

El aumento de la riqueza a escala global se ha conjugado con un aumento de la desigualdad. Es decir, la riqueza ha aumentado pero sólo para un grupo de la población, sin poder distribuirla, aunque sea de forma indirecta, al resto de los habitantes del globo.

En el contexto actual, la abismal inequidad en la distribución de los recursos se ha tornado uno de los principales problemas a resolver para la gobernanza global y con razón, ya que según cifras de la ONG OXFAM [Gobernar para las élites, secuestro democrático y desigualdad económica, Informe n° 178, año 2014] hasta el año 2013, el 1% más rico era dueño del 48% de la riqueza del mundo. Y las estadísticas indican una expectativa aún más grave: en el 2016 ese 1% tendrá más del 50% y en el 2019 más del 54%. Si desagregamos las cifras se observa una intensificación en las asimetrías ya que, según estadísticas de la misma organización, en el 2013 el 20% del 99% concentraba el 46.5 % de ese restante 52, al tiempo que las ochenta personas más ricas del planeta poseen actualmente lo mismo que los 3,600 millones de personas más pobres.

Esta evidente desigualdad económica entre la calidad de vida que poseen los habitantes de una nación, con los de otra, invita a la legítima decisión de traslado. Gracias a la globalización y el Internet, los medios de comunicación y la publicidad de revistas de lujo que representan el buen vivir de los residentes en los países desarrollados, son un gancho y un atractivo permanente para las millones de familias que día a día buscan superar la pobreza.

La medida más eficaz para detener los flujos actuales de migraciones es por lo tanto, asumir y enfocarnos en resolver las inequidades económicas no sólo al interior de las naciones, sino entre ellas y los continentes. Cambiar la estructura financiera y económica que tiene como principal externalidad negativa la expulsión de la población, debe ser una tarea primordial para evitar que el proceso migratorio masivo se consolide como estampidas humanas incontrolables.

Suavizar los marcados roles de las economías en la estructura productiva global implica generar una discusión productiva y exportadora a largo plazo que permita aminorar la dependencia de los países periféricos frente a las del centro, limitar la vulnerabilidad de estas economías frente a los shocks de los términos de intercambio y evitar, así, hipotecar las necesidades de nuestras futuras generaciones ante los vaivenes en los precios de los commodities, tal como lo está experimentando Latinoamérica en este escenario posterior a la crisis de las hipotecas (subprime).

Selección en Internet: Melvis Rojas Soris

  • Economista, egresada de la Universidad de Santiago de Chile.

Migrantes del sur, los rostros contemporáneos de la exclusión y marginación

ALAI 19 de enero de 2016 ECUADOR

Guillermo Castillo Ramírez*

Mucha gente de acá [de Estados Unidos] cree que salimos por gusto y que les queremos quitar sus trabajos y beneficios. Pero no, uno sale por la necesidad, porque allá de dónde uno viene [de Centroamérica], de a tiro la vida es muy difícil, no hay trabajo, hay mucha pobreza y violencia. Y si supieran lo que uno tiene que pasar, sufrir en el camino, que te asalten, que te agredan y ni siquiera sabes si vas a llegar. Nadie nos protege, es como si no existiéramos. Es duro ver que somos tantos y que muchos se quedan en el camino… Juan, migrante en tránsito, marzo, 2015

Migrantes, los desterrados de un mundo global indiferente y excluyente

Las migraciones actuales, como macro movimientos internacionales de centenas de miles de personas con y sin documentos -y en no pocas ocasiones en precarias condiciones de tránsito-, han sido y son uno de los procesos sociales que han caracterizado lo que acontece en diversas latitudes del orbe en el cambio de siglo, en el contexto mundial de la reestructuración económica neoliberal dirigida por las empresas transnacionales y los países capitalistas del Primer Mundo. Esta afirmación tiene su correlato en las cifras de los organismos internacionales y muestra cómo, los drásticos y sustantivos reacomodos espaciales de población humana, están ligados a la globalización, tanto por los complejos procesos socioeconómicos de acumulación y concentración de capital en los Estados nación desarrollados -que atraen a los migrantes como mano de obra-, como por las dinámicas de despojo, explotación y conflicto en los países en vías de desarrollo -que expulsan a sus habitantes y los condenan al destierro.

De hecho, recientemente el Banco Mundial afirmó que, para fines del 2015, había 250 millones de migrantes en el mundo, los cuales mandan a sus familiares –tanto en las localidades de origen como en otros lugares- aproximadamente 600 mil millones de dólares –de dicha cifra 441 mil millones es enviada a países en vías de desarrollo. Según datos de este organismo, una parte considerable de los migrantes provenían de un grupo compacto de países –India, México, Rusia, China y Bangladesh- y se dirigían a determinados polos de actividad económica y poderío mercantil –Estados Unidos, Arabia Saudita, Alemania, Rusia y los Emiratos Árabes. Ahora bien, particularmente en América, y en específico en la región que parte del centro y se extiende al norte del continente, por lo menos desde inicios de la década pasada hay un flujo de movilidad de personas que se origina en diversos países de Centroamérica –principalmente Guatemala, Honduras y El Salvador- y, en muy adversas condiciones y sin ninguna garantía de seguridad, se dirige a Estados Unidos, pasando por México como un Estado nación de tránsito.

Centroamérica, origen de un éxodo masivo y dramático: buscando el presente negado

Esta migración presenta una serie de rasgos que la describen como un complejo proceso de relocalización, corolario y producto de la desigualdad política y la asimetría económica entre Estados nacionales con diversos niveles de desarrollo de la región –Estados Unidos en el extremo con mayor poderío, México como país de tránsito, y Guatemala, Honduras y El Salvador como comienzo del éxodo-. Entre los rasgos que caracterizan esta experiencia de movilidad destacan que es un desplazamiento con dirección de sur a norte con más de una década de historia, que además en no pocos casos está relacionada no sólo con la escasez material y la precarización de las condiciones de vida de los lugares de origen, sino también en muchas ocasiones con los contextos de violencia física y de riesgo a la propia vida—como son los casos de Honduras, El Salvador y Guatemala.

Por otro lado, algunos de estos migrantes, aquellos escasos afortunados que logran transitar por México y cruzar la frontera e insertarse en trabajos manuales “no calificados” en Estados Unidos, cumplen las funciones de ejércitos de mano de obra barata y desechable, que incrementan las ganancias de los empresarios norteamericanos y estimulan una mayor acumulación de capital –en la medida en que se reducen considerablemente los costos de producción de las mercancías y disminuyen los gastos de la reproducción de las condiciones materiales de existencia de estos trabajadores explotados—. Lejos de decrecer, año con año la migración sigue su curso, se consolida e involucra a decenas y centenas de miles de centroamericanos.

De acuerdo con datos de la Secretaría de Gobernación del Estado mexicano de finales del 2015, se estimó que en poco menos de un año aproximadamente 300 000 personas intentaron cruzar México para llegar a Estados Unidos y que el Instituto Nacional de Migración mexicano detuvo a casi 200 000 migrantes, de los cuales más del 90% eran centroamericanos. De este modo y haciendo un balance temporal más amplio, en el transcurso de los últimos tres lustros centenas de miles de centroamericanos en su tránsito por México han sufrido, por parte de diversos grupos delictivos y varias fuerzas de seguridad estatales de distintos órdenes y niveles, millares de crímenes que van desde amenazas, abuso de autoridad, asalto, extorsión, intimidación, lesiones, robo, privación ilegal de la libertad, secuestro, soborno hasta tráfico de personas, abusos sexuales, violaciones sexuales y homicidios. Cabe apuntar que, entre los grupos de migrantes más vulnerables a las violaciones de sus derechos, se encuentran las mujeres y los niños.

Una lectura con mayor profundidad y que trasciende la cortina de humo de las apariencias nos lleva a ver esta situación de otra manera. Haciendo un ejercicio para dimensionar y visibilizar lo que está detrás de este complejo escenario, habría que apuntar que como marco estructural de la migración está la ausencia de desarrollo y las carencias materiales –como causas históricas— la pobreza y la falta de oportunidades de un presente digno y un futuro medianamente esperanzador; pero también las guerras, los conflictos armados y otros contextos de violencia aguda y constante –como persecución, amenazas, agresiones de organizaciones criminales y pandillas.

Las arduas trayectorias y riesgosos recorridos de los migrantes son un recuento fehaciente de las deudas y promesas pendientes hacia estos centroamericanos en movimiento de parte de los países y sociedades de origen, tránsito y destino; es una muestra constante de cómo, en el caso de los migrantes, el estado de derecho y los sistemas normativos-jurídicos son sólo letra escrita y no hechos. En el origen –en Centroamérica—, la carencia aguda de los derechos de seguridad, desarrollo socio-económico, trabajo y garantías de una vida sin violencia y riesgo. En el tránsito –durante su recorrido por México- la ausencia del respeto a la vida, el acceso a la justicia y a la integridad física. Y, finalmente en el destino –si es que se llega a Estados Unidos—, respeto a sus derechos humanos y laborales, los derechos a no ser explotado ni discriminado. La migración se ha vuelto una dolorosa y dramática metáfora del desarraigo forzado, de la salida obligada para intentar sobrevivir, pero también de la indiferencia y desdén estatal a los marginados y excluidos.

Lo que se esconde tras la migración ¿cómo sobrevivir en la adversidad?

Dentro de este contexto, en la migración se refleja la enorme paradoja de que los Estados nacionales –de origen, pero también los de tránsito y destino—, antes que atender las necesidades de los migrantes, priorizan y privilegian los intereses y deseos de otros sujetos sociales y otros Estados nacionales. Por ejemplo, en el caso de los migrantes sin documentos migratorios -de El Salvador, Guatemala y Honduras-, el Estado mexicano, más que abordar el éxodo centroamericano como un problema humanitario y de refugio, atiende las exigencias de seguridad y control fronterizo del gobierno federal de EEUU. De este modo, se relegan las necesidades de estos migrantes forzados.

Los migrantes centroamericanos no pueden ni deben ser vistos como un problema fronterizo y de seguridad –en el contexto de los límites jurídico-geográficos entre dos o más Estados nacionales—, tampoco como obstáculos a mecanismos de control político administrativo. La perspectiva que indague la migración con sus diversas y complejas aristas tiene que atravesar por la consideración de grupos humanos en situaciones precarias y de riesgo, un abordaje sobre el refugio, los expulsados de manera forzada y los desterrados. Detrás de los pasos de los migrantes hay seres humanos vulnerables y vulnerados: mujeres agredidas, campesinos sin tierra y futuro, niños sin familia, desempleados urbanos y rurales, personas amenazadas y perseguidas por grupos delictivos, y la larga lista podría seguir.

En el marco de una economía globalizada apuntalada y defendida por los corporativos multinacionales y los países capitalistas del primer mundo, la migración es la imagen de una abrumadora paradoja y contradicción, mientras por un lado se estimula y aplaude la libre y fluida circulación de dinero y diversas mercancías materiales, en cambio el paso y tránsito de personas –necesitadas de trabajo y otra vida- es restringido, regulado, contralado, penado y criminalizado.

Selección en Internet: Melvis Rojas Soris

  • Licenciado en Filosofía por la Universidad de Guadalajara, maestro y doctor en Antropología por el Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM.

¿Qué cambios geopolíticos operan en el Medio Oriente tras el levantamiento de las sanciones contra Irán?

REBELIÓN 20 de enero de 2016 ESPAÑA

LailaTajeldine* y BasemTajeldine**


EL PASADO 16 de enero la República Islámica de Irán quedó libre de las ilegítimas sanciones impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea. Así como ocurrió con Cuba, las arrogantes potencias occidentales muy tarde terminaron por entender que su arma de chantaje para torcer el brazo se había vuelto obsoleta porque Irán supo hacer frente a las sanciones incentivando el desarrollo de sus fuerzas productivas, diversificando su economía y abriéndose a los nuevos bloques regionales de poder Eurasia, Rusia y China, pero también a América Latina, especialmente a Venezuela, Bolivia y Ecuador.

El mayor justificativo por la supuesta “desviación al campo militar del programa nuclear iraní”, esgrimido por todos los políticos occidentales, resultó ser la más grande farsa orquestada por el sionismo internacional (Israel), el Pentágono y sus laboratorios mediáticos en los tiempos de la administración de George W. Bush (2001-2009), que fue secundada por falsos informes que la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) había realizado en 2003 y 2006.

La confirmación de la AIEA de que Irán ha cumplido con los acuerdos alcanzados en julio de 2015 en Viena dejó finalmente sin motivos a Occidente para mantener las sanciones contra el país persa. Era justo lo acordado en la reunión Cumbre de Viena. Irán se deshizo del 98% de las reservas de uranio enriquecido para quedarse sólo con el volumen necesario que requerirá su reactor en Natanz, así como aceptó que los inspectores de la Agencia ingresen a todas las instalaciones nucleares del país y detuvo el funcionamiento de la mayoría de las centrifugadoras para el enriquecimiento de uranio.

Vale recordar que Irán siempre defendió los fines pacíficos de su programa nuclear y es firmante del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares que obligaba a ese país a mantener las puertas abiertas a los inspectores de la misma Agencia, rendija ésta última que fue utilizada por los servicios de inteligencia estadounidense para cometer espionaje en algunas de las instalaciones militares iraníes.

La resistencia del liderazgo iraní y las sabias negociaciones dieron sus frutos. Finalmente Irán vuelve a tener acceso a sus activos congelados que suman más de 100 mil millones de dólares y al sistema de pagos internacional SWIFT del que había sido expulsada en 2012. Por otra parte, el país persa recupera su derecho a vender crudo a los países europeos y estos a cumplir su sueño de invertir y recuperar las viejas inversiones que tenían en ese país hasta antes del inicio de las sanciones. Irán siempre fue el mercado natural de la Unión Europea (UE).

Los capitales europeos se frotan las manos

Para los capitales europeos, el pueblo iraní es sinónimo de dinero, oportunidades de inversión y un mercado atractivo. Sus intereses y aspiraciones como pueblo no cuentan. Irán es hoy para ellos una palabra: negocios.

Un artículo del reconocido diario alemán Deutsche Welle (DW) no pudo reseñar mejor el verdadero interés europeo. Bajo el título “Irán: economía alemana a la expectativa” reconoce la verdadera lucha de los capitales europeos por el botín iraní. Más adelante refiere lo siguiente:

“Un mercado de 80 millones de personas vuelve a ser accesible. La economía alemana se frota las manos (...) Tras más de diez años de relaciones congeladas, ha caído una importante señal de pare.” Así lo describe VolkerTreier, jefe de comercio exterior de la Confederación Alemana de Cámaras de Industria y Comercio (DIHK). Irán tiene que renovar su parque de maquinarias, la industria de vehículos, de materiales de construcción, la gestión de aguas y residuos, el sector energético y de salud. Las empresas alemanas ven venir su agosto.

Siemens aspira el negocio millonario de la renovación de los ferrocarriles iraníes. La semana pasada se firmaron los primeros contratos. También Mercedes cuenta ya, para sus camiones Daimler, con un memorando de entendimiento con un socio local. Según el ministerio iraní de Industria, citado por Daimler, unos 56.000 vehículos utilitarios deberán renovarse entre los próximos tres y cinco años. En total, el país necesitará 200.000 vehículos en los próximos años.

Herrenknecht espera sumarse al carro cuando se caven túneles de metro. La compañía aeroespacial europea EADS puede contar ya, en palabras del ministro iraní de Transporte, Abbas Achundi, con encargos de hasta 114 aeronaves Airbus. Los empresarios germanos calculan que las exportaciones alemanas a Irán podrían duplicarse hasta 5.000 millones de euros en los próximos tres años e incluso llegar a los 10.000 millones de euros en diez años.

Según el DIHK, Irán llegó a ser el segundo mercado de las exportaciones alemanas fuera de Europa en la década de 1970, después de los Estados Unidos. Aunque ya en 2005, antes de las sanciones, Irán apenas importó productos "Made in Germany" por valor de 4.400 millones. En 2014 fueron menos de 2.400 millones.

De acuerdo con los datos del Fondo Monetario Internacional (FMI), el PIB de la República Islámica crecerá en 4% una vez se eliminen las restricciones económicas. El FMI pronostica inversiones extranjeras en Irán de hasta 3.500 millones de dólares anuales. Las exportaciones iraníes a los países de la UE crecerán, considera el Fondo, hasta al menos en 2.000 millones de dólares al año. Sin embargo, el Gobierno iraní apuesta por inversiones extranjeras de “entre 30.000 y 50.000 millones de dólares anuales, según afirma su presidente Hassan Rohaní.

Un país con tantas posibilidades de inversiones es altamente valorado por Europa, y especialmente por la locomotora alemana. Pese a todas las sanciones, en términos generales, el pueblo iraní conserva un importante poder adquisitivo. La próspera clase media y el alto nivel de preparación (calificación técnica) de su clase obrera refuerza esa matriz. Otro factor que adiciona a la matriz es la integración económica que Irán ha construido en los últimos años con países de la región como Irak, Siria, Líbano, Pakistán y la India. Todas éstas suman las razones que motivan a Europa, y especialmente a Alemania, para volver a reconstruir sus relaciones con Irán, hoy convertida en una potencia media regional, para penetrar su mercado y los de aquellos países. Si no puedes con “el enemigo” Irán, lo mejor será unirse a él. Muy razonable para los oportunistas occidentales.

Su impacto en la OPEP

Todos los analistas coinciden en que las nuevas condiciones generadas por el fin de las sanciones podrían estimular el crecimiento de la economía iraní, aunque continúan algunas sanciones en vigor. También coinciden en el posible impacto negativo para el mercado petrolero y los precios del crudo por la llegada de los nuevos volúmenes de crudo iraní a sus antiguos mercados en Europa.

Más recientemente, el Gobierno iraní ordenó a las autoridades del ministerio de Petróleo del país asiático aumentar la producción de petróleo en 500 000l barriles diarios.

La noticia expresa lo siguiente: "Irán está dispuesta a aumentar la producción de petróleo en 500 000 barriles al día después del levantamiento de las sanciones. El Decreto que prevé aumentar la producción ha sido publicado hoy (lunes)", informó el viceministro de Petróleo y director general de la Compañía Nacional de Petróleo Iraní (NIOC, por sus siglas en inglés), RokneddinJavadi. La aspiración de Irán por elevar en más del doble su venta de barriles de petróleo, de 1 millón a 2,5 millones diarios ha traído las consecuencias esperadas en los países del golfo.

El pasado 17 de enero varias agencias internacionales informaron que las bolsas de valores de los países del Golfo Pérsico, entre ellos Arabia Saudita, registraron una fuerte caída como consecuencia directa del relajamiento de las sanciones contra Irán. La agencia de noticias Bloomberg, también citada por la cadena RussiaToday reseñó lo siguiente:

“Reacción en cadena. Los índices de las bolsas de los distintos Estados de Oriente Medio han caído a niveles récord a raíz del levantamiento de las sanciones a Irán, informa Bloomberg. Los mercados bursátiles de toda la región ya han perdido más de 38.000 millones de dólares. La bolsa de Dubai se ha dejado un 4,6 % al caer al nivel más bajo desde septiembre de 2013. La bolsa de valores de Catar cayó un 7,2 por ciento y el mercado bursátil de Abu Dabi perdió un 4,24 por cierto. Por su parte, Kuwait se situó a niveles no vistos desde mayo de 2004, ya que retrocedió un 3,2 por ciento, mientras que los más pequeños mercados bursátiles de Omán y Baréin cayeron un 3,2 por ciento y un 0,4 por ciento respectivamente. El índice Tadawul, la única bolsa de valores de Arabia Saudita, registró una caída de hasta el 7 por ciento este domingo. Por el contrario, el índice iraní Tedpix subió un 0,9 por ciento”.

La caída de los precios del crudo afecta las economías de todos los países productores OPEP y No-OPEP, y bajo el contexto actual ni siquiera beneficia a los países importadores de petróleo: Estados Unidos, Europa occidental, Japón y China y los países de Europa Occidental, a la vez que perjudica a sus propias transnacionales petroleras, especialmente a las empresas encargadas de explotar los petróleos no convencionales (ShaleOil, Arenas Bituminosas de Canadá, Petróleo Extra Pesados de altas profundidades) aunque esto último parezca una contradicción.

No obstante, debe señalarse aquí que entre las economías de los países productores de petróleo, la economía iraní presenta las mejores condiciones para mantener unas finanzas públicas sanas durante el año 2016, a pesar de los bajos precios del crudo. Esto se explica no solo por la posibilidad de disponer de sus activos que fueron congelados durante el bloqueo, sino que además como consecuencia de esa situación, su economía ha logrado desarrollarse y no depende significativamente del ingreso petrolero. Los ingresos petroleros representan el 30% de su presupuesto anual.

Nueva geopolítica en el Oriente Medio

Las ilegítimas sanciones de Estados Unidos y la Unión Europea contra Irán suponían un factor de presión que pretendía asfixiar y aislar al país persa de la región. El fracaso de estas medidas se traduce en victoria para la resistencia iraní y sus aliados sobre occidente, lo que conllevará al aumento de la influencia de Teherán en todo el Medio Oriente y más allá.

Los nuevos ingresos de Irán, por la recuperación de su dinero represado por los bancos europeos y de sus mercado petrolero en occidente, permitirán al país persa, a lo interno, impulsar sus programas sociales y continuar con su programa de diversificación económica con el desarrollo de nuevas áreas productivas que le permitirán mayor estabilidad política, independencia del extranjero. A lo externo, el desahogo le permitirá profundizar sus relaciones de alianzas políticas, económicas y militares con Rusia, China, Irak, Siria y el Líbano (Hizbulá). La entrada de flujos importante en divisa extranjera facilitará a Irán la adquisición y reposición de más equipos militares rusos, como los sistemas de defensa antiaérea S-300.

En conclusión, la dirigencia política del país asiático y su pueblo se fortaleció y aprendió gracias al látigo de Occidente. Irán dio un ejemplo al mundo de resistencia y sabiduría para enfrentar la crisis que Estados Unidos y sus aliados europeos pretendieron generar. El pueblo iraní conoció en carne propia la crueldad del enemigo imperialista, y su dirigencia supo cohesionar todas las fuerzas políticas y sectores internos contra el enemigo.

La mayor fortaleza de Irán siempre residió en su pueblo y fuerzas armadas. Irán se preparó militarmente desarrollando tecnología misilística convencional, por la cual logró disuadir al enemigo en los últimos años. Nunca pondrán de rodillas al pueblo de Irán, así como tampoco volverá a confiará en el traidor Occidente.

Irán cobrará mayor importancia para los capitales europeos por su papel de potencia estabilizadora de la región, al tiempo que Arabia Saudita, cada vez más debilitada y sacudida por la crisis económica generada por su apoyo a grupos terroristas, su guerra contra el pueblo yemení, sus problemas políticos y sociales internos, se convertirá en un verdadero estorbo para Occidente.

Selección en Internet: Melvis Rojas Soris

  • Abogada, profesora universitaria, analista de política internacional y del área de Derechos Humanos, productora y presentadora radial.
    • Analista internacional. Marxista. Investigador de temas geopolíticos internacionales en el Centro de Saberes Africanos.