Portal:Panorama Mundial/DE LA PRENSA/2016-02-04

Nuevas enmiendas: limitadas y de difícil concreción

PROGRESO SEMANAL 28 de enero de 2016 EEUU

Jesús Arboleya*

A BOMBO Y platillo, el gobierno de Estados Unidos acaba de anunciar nuevas enmiendas a las restricciones del comercio con Cuba. Según el secretario del Tesoro, Jacob J. Lew, ellas forman parte de “los pasos necesarios para apoyar al pueblo cubano a alcanzar la libertad económica y política que se merece”.

La prensa ha comentado in extenso estas enmiendas, por lo que me limitaré a señalar las que considero más importantes:

· La posibilidad de financiamiento y facilidades de pago para la exportación y reexportación (desde terceros países) de productos norteamericanos a Cuba, salvo los relacionados con el sector agroalimentario, prohibidos por la ley Helms-Burton. · Facilidades para el otorgamiento de licencias a la exportación de productos destinados al funcionamiento de las “organizaciones de derechos humanos” en Cuba, así como para el mejoramiento de las comunicaciones, a tono con el criterio norteamericano sobre el impacto político de estas actividades en Cuba. · El otorgamiento de licencias para la exportación de productos y servicios relacionados con la aviación comercial, incluyendo la posibilidad de rentar aviones a empresas estatales cubanas, lo que complementa los acuerdos establecidos recientemente en este sentido. · La aprobación, caso a caso, de licencias para la exportación de productos a empresas estatales cubanas, destinados a satisfacer lo que se define como “necesidades del pueblo cubano”, abarcando un espectro muy amplio de posibilidades, aunque aclara que no se aprobaran las destinadas a generar ganancias, por lo que se excluye a las empresas destinadas al turismo, la exploración y producción de minerales y otras materias primas, dígase el petróleo, aspectos esenciales para el desarrollo económico cubano. · Facilidades para el intercambio informativo y cultural, incluyendo la posibilidad de producir materiales en Cuba y el pago a cubanos en estas operaciones. En realidad una interpretación más amplia de la Enmienda Berman, adoptada por el senado de Estados Unidos en 1988 y su posterior especificación en la Ley para el Libre Comercio de Ideas de 1994, la cual eliminaba estos aspectos del bloqueo · Por último, incluir en las licencias generales la realización de eventos deportivos (solo amateurs o semiprofesionales) y académicos en Cuba. Lo que no hace más que retomar lo aprobado durante la administración de Bill Clinton.

Algunos comentaristas han considerado que estas medidas constituyen un paso “gigantesco” en el proceso de normalización de relaciones entre los dos países. Sin embargo, desde mi punto de vista, su alcance es limitado, son de difícil concreción y no reflejan una clara voluntad del presidente Obama de blindar con hechos su nueva política hacia Cuba.

En primer lugar, se trata de medidas centradas en aquellos aspectos políticos que Estados Unidos considera van destinados a promover un “cambio de régimen en Cuba”, por lo que de por sí es de esperar que generen reticencias por parte del gobierno cubano.

Tampoco está garantizada una interpretación muy amplia en su aplicación por la parte norteamericana, toda vez que la mayoría de ellas deben pasar por la aprobación de los departamentos del Tesoro y el Comercio, con la consiguiente dificultad e inseguridad que esto conlleva para los potenciales actores, tanto norteamericanos como cubanos.

Su impacto en la economía cubana no es tan relevante como pudiera pensarse: no están dirigidas a satisfacer los requerimientos de empresas fundamentales para el país y las posibilidades del comercio se ven restringidas en renglones decisivos, como los alimentos. A ello se suma que en ningún caso se contempla la exportación de productos cubanos a Estados Unidos, lo que limita y degenera el intercambio, haciendo pensar en la conveniencia de otros mercados para satisfacer las necesidades del país.

Por último, todas estas medidas se ven dificultadas por la prohibición de utilizar el dólar norteamericano en las transacciones –la posibilidad de cambiarlo está dentro de las facultades del presidente–, lo que encarece cualquier operación y genera temores, especialmente en el sector financiero y bancario, debido a la posibilidad de sanciones que aún pesan sobre ellos, si se considera que han violado esta disposición.

En resumen, las nuevas medidas siguen el patrón de la política norteamericana de avanzar a cuentagotas dentro de las facultades presidenciales para restringir la aplicación del bloqueo, con el fin presionar al gobierno cubano y determinar la agenda de las negociaciones y, a la vez, acompañar estas acciones de una campaña mediática, que favorece a los demócratas en el plano interno y hacia el exterior deja la sensación de que se está haciendo todo lo posible, siendo culpa del gobierno cubano no saber aprovechar las oportunidades que les brinda la parte norteamericana.

Aun así, las nuevas medidas tienen la virtud de dar continuidad al proceso de negociaciones iniciado el 17 de diciembre de 2014, generando expectativas que, a la larga, determinarán su propia dinámica, aunque quizá no podamos esperar mucho más en un año electoral, cuando la tónica es no correr riesgos y toda la política se centra en elegir al próximo presidente de Estados Unidos.

Selección en Internet: Melvis Rojas Soris


La Fed pone en crisis a Latinoamérica con su guerra global de divisas

CONTRAINJERENCIA 27 de enero de 2016 VENEZUELA

En este artículo, que ha provocado una verdadera conmoción en Latinoamérica, Alfredo Jalife-Rahme asegura que el alza de las tasas de interés de la Fed en un cuarto de punto no tiene nada que ver con la economía estadounidense sino que es resultado de una estrategia internacional de Estados Unidos. Y anticipa, entre otras consecuencias, graves problemas económicos en América Latina y los países del grupo BRICS. Ningún país latinoamericano parece capaz de tomar medidas al respecto, pero Moscú sí podría tomar una iniciativa en los próximos días.

Alfredo Jalife-Rahme*

EL HISTÓRICO FIN de la era del dinero barato que operó la Fed (Reserva Federal de Estados Unidos) en forma unilateral mediante el alza de un cuarto de punto de las tasas de interés repercute con cataclísmicos daños colaterales e implicaciones geopolíticas profundas al restante del catatónico planeta, en particular a América Latina.

La Fed es de hecho el único banco central global, conglomerado de bancos privados (sic) de Wall Street que aplican políticas monetarias estatales/federales que resultan globales debido a la perniciosa hegemonía del dólarcentrismo: el máximo poder de Estados Unidos, al unísono de su panoplia multifacial conformada por el Pentágono, Hollywood, los multimedia y el grupo cibernético Gafat.

Ambrose Evans-Pritchard, feroz palafrenero de la Casa Real británica, pondera los altos riesgos de la aventura del alza por la Fed cuando «los cementerios de la política global están sembrados con los centralbanquistas, quienes han elevado las tasas a prisa, para solamente retractarse después de haber empujado a sus economías a la recesión o después de haber realizado un mal juicio sobre las poderosas fuerzas deflacionarias en el mundo post-Lehman». Se refiere a la quiebra de Lehman Brothers en 2008, que sumió a Estados Unidos y, por ende, al mundo en una grave crisis que aún no ha sido resuelta.

Los ejemplos de Evans-Pritchard son ilustrativos desde las dos fallidas alzas del Banco Central Europeo de 2011 que casi llevó al colapso a la unión monetaria hasta el curso reverso de Suecia, Dinamarca, Corea del Sur, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Israel y Chile.

El alza no es solamente un vulgar incremento, sino que comporta también un singular ritmo cuando la Fed tiene contemplado elevar las tasas en forma gradual a lo largo de 2016 para alcanzar 1,375%.

¿Aguantarán el mundo y el México neoliberal itamita otras cuatro alzas consecutivas de un cuarto de punto cuando la primera llevó a la quiebra a ICA, una de las principales constructoras de América Latina?

Fue lastimoso que el Financial Times –que teledirige sin desparpajo la política petrolera y monetaria del México neoliberal itamita– haya anunciado dos días antes (¡supersic!) el alza local de las tasas a 3.25%.

El Financial Times sentencia que la economía del México neoliberal itamita está esclavizada (¡supersic!) a la política monetarista de Estados Unidos cuando en lugar de apretar las tuercas necesita relajarlas.

El New York Times se lamenta de que la atadura de México a la política monetaria de Estados Unidos «haya devaluado el peso cerca de 30% en menos de una semana».

Hasta Stratfor –la CIA empresarial tras bambalinas– admite que la Fed maneja las tasas en forma egoísta y unilateral, sin miramientos por el estado cataléptico del resto del planeta, lo cual afecta (rá), a mi juicio, primordialmente a la Unión Europea y a China: dos de los principales motores del crecimiento global.

Según Peter Spence, de The Telegraph, los países más expuestos son Brasil, Chile y Sudáfrica y los mercados emergentes pudieran ser particularmente vulnerables cuando muchos de ellos han amasado enormes cantidades de deuda que pudieran ser inmanejables. (Nota: como es el caso del parasitario Grupo Monterrey: desde Cemex hasta Alfa.)

Brasil y Sudáfrica pertenecen a los vapuleados BRICS, lo cual abona a la teoría de que el alza decretada por la Fed tiene la intención colateral de golpearles de lleno ya que también Rusia es apaleada por la abrupta disminución de los ingresos petroleros a los límites de 35 dólares el barril, mientras la divisa china yuan/renmimbi será aporreada hasta una devaluación proyectada de 30%.

Así funciona la guerra multidimensional que Estados Unidos ha decretado para arrinconar al resto del planeta.

Zhang Yi, de la agencia noticiosa Xinhua, comenta que China puede muy bien lidiar con el alza, ya que el dinero será necesario para invertir en los «trenes de alta velocidad, satélites y supercomputadoras que ahora fabrica China» y no solamente en juguetes.

En forma hipócrita, la israelí-estadunidense Janet Yellen, quien dirige la Fed –cuyo vicegobernador es extrañamente Stanley Fisher, exmandamás del Banco central de Israel– se dice sorprendida por el desplome del petróleo que acompañó el alza de las tasas de interés y predijo que existen límites (sic) por debajo de los cuales es improbable que caigan los precios del petróleo.

Ya había señalado que los yihadistas habían colocado en 15 dólares el límite al que rematan el barril robado que venden a Israel.

Evans-Pritchard considera que el momento del alza es propicio debido a cuatro años de recortes presupuestales y de una tasa de desempleo que ha caído en un cinco por ciento.

Más allá de las triviales y aburridas medidas monetaristas, existe un panorama turbio, ya que la manufactura de Estados Unidos no es nada boyante y el crecimiento de su PIB nominal no pasa de un mediocre tres por ciento anual.

Tampoco el mercado laboral es tan apretado como parece y no faltan analistas que creen posible que la Fed eche reversa.

Otros analistas aducen que el verdadero apretón sucedió hace dos años cuando la Fed cesó de comprar 85 mil millones de dólares al mes bajo el esquema de la facilitación monetaria (quantitative easing: QE).

Más allá de las piruetas y alquimias de los casi siempre equivocados monetaristas, el verdadero problema radica en los 9 billones de dólares (trillones en anglosajón) de deuda foránea que incurrieron en la demencia de endeudarse en dólares y que desde julio de 2014 ha llevado a una revaluación inédita de casi 20% del superdólar que ha perpetrado una carnicería en los mercados emergentes supeditados a las aplastadas materias primas, con los consecuentes cambios de regímenes que operan desde Venezuela hasta Argentina.

A ocho días de ascender a la presidencia, el Macri-neoliberalismo hundió la riqueza de Argentina a niveles de Guinea Ecuatorial después de su superdevaluación de más de 30%, según el Financial Times, mientras en Brasil, el ministro de Finanzas, el israelí-brasileño Joaquim Levy, renunció después de haber conseguido la degradación de los bonos a niveles chatarra de la máxima economía de América Latina, por la descalificada calificadora Fitch. ¿Nos encontramos ante una guerra global de divisas operada por la Fed contra el resto del mundo catatónico y atónito? La única divisa respetable que se ha revaluado ha sido el superdólar, que ha propinado severas palizas a todos sus competidores.

La divergencia es atroz, ya que Estados Unidos efectúa su apretón (léase: sequía crediticia que encarece el valor del dinero), mientras China y Europa luchan por mantener un relajamiento monetario que, de paso, devalúa sus divisas respectivas. ¿Conviene a Estados Unidos un superdólar que comprará a precio de remate los activos, más que nada, de los mercados emergentes, como México, que rematará sus principales activos petroleros en las aguas profundas del Golfo de México en beneficio de las cuatro petroleras anglosajonas Exxon, Chevron, Shell y BP?

Nada está predeterminado y el alza de la Fed metió en forma riesgosa al mundo en un incierto mapa aún por navegar.

Selección en Internet: Inalvys Campo Lazo

  • Analista mexicano, de origen libanés, especializado en relaciones internacionales, economía, geopolítica y globalización.


Precio del petróleo y la recesión mundial

LA JORNADA 27 de enero de 2016 MÉXICO

Alejandro Nadal*

LA CAÍDA DEL precio del petróleo debería ser una buena noticia para la economía mundial. Después de todo, los bajos precios del petróleo benefician a los consumidores directos: por ejemplo, el sector transporte y la industria petroquímica. Y ese impacto positivo debería traducirse en una inyección de adrenalina que traería consigo crecimiento y generación de empleo. Entonces, ¿por qué se ve en el bajo precio del petróleo una mala noticia para la economía global?

Es cierto que la caída en los precios del crudo debiera tener un efecto positivo sobre los precios de todo tipo de bienes. El petróleo es un insumo crítico que directa o indirectamente entra en la producción de casi todas las mercancías que se producen hoy en día. Pero eso no quiere decir que automáticamente se traduzca el efecto del colapso en el precio de este insumo en reducciones en los precios de los productos finales. Todo eso depende de la importancia del crudo en la estructura de costos de cada producto y, desde luego, de la estructura de mercado en cada rama de la producción.

En cuanto a la importancia del petróleo en la estructura de costos hay muchos malentendidos. Se piensa, por ejemplo, que el bajo precio del petróleo beneficia a los productores de energía eléctrica. La realidad es que sólo el cinco por ciento de la producción de energía eléctrica en el mundo se lleva a cabo quemando petróleo. Y uno de los países en los que se concentra ese pequeño porcentaje es precisamente Arabia Saudita, el principal causante del desplome de precios de crudo. En Estados Unidos apenas 0.7 por ciento de la energía eléctrica que se produce proviene de la utilización de petróleo (mientras 4.2 por ciento lo generan turbinas eólicas). La reducción del precio del crudo no tiene ningún impacto sobre la generación de energía eléctrica.

Por otra parte, el precio del petróleo no está vinculado en la actualidad con los precios de gas natural o de carbón, que son los insumos que realmente cuentan en el plano de generación de energía eléctrica. El 23 por ciento de la electricidad en el mundo se genera en plantas que queman gas natural (en Estados Unidos ese porcentaje alcanza 28 por ciento).

Entre los años 1998-2009 los precios de gas natural, carbón y petróleo estuvieron estrechamente asociados y se movían en la misma dirección. Pero ese vínculo se fue rompiendo gradualmente, en parte porque el precio del gas derivado de esquistos se redujo mientras el precio de petróleo fue aumentando hasta 2014. El precio del carbón ha mantenido una tendencia a la baja desde 2011 debido a la competencia de otras fuentes de energía y al persistente exceso de oferta por los productores en China. Es decir, los precios de los combustibles fósiles que realmente cuentan en materia de generación de energía eléctrica ya vienen mostrando una disposición a la baja desde hace seis o siete años. Ese comportamiento no ha sido suficiente para contrarrestar las tendencias recesivas de la economía mundial.

En Estados Unidos la caída en el precio del petróleo está provocando el desplome en la economía de las regiones donde se desarrolló el malogrado boom de la extracción de petróleo de esquistos con la tecnología de fractura hidráulica. Un número importante de empresas que se financiaron en Wall Street para desarrollar sus agresivos planes de inversión está hoy en la bancarrota. Las instalaciones de control de la extracción directa de petróleo de esquisto se han desplomado en 70 por ciento desde que comenzó la caída del precio de crudo hace un año y medio. Y el impacto de esto en el sector financiero es significativo. Por ese motivo se observa una correlación estrecha entre las caídas en la bolsa de valores y los anuncios sobre las reducciones récord del precio del crudo. Todo esto aviva la discusión sobre si el aumento en la tasa de interés decretada por la Reserva Federal fue prematura o no.

Pero no sólo los adictos al fracking en Estados Unidos están sufriendo. Los yacimientos de gas natural proveniente de esquistos en China constituyen una de las mayores reservas a nivel mundial. Pero el milagro de la producción en China se verá afectado por los bajos precios del gas natural y las importaciones provenientes de Estados Unidos.

En general, el desplome del precio del crudo es visto más como una mala señal sobre lo que viene en la economía mundial. La caída acelerada del precio de petróleo en el último año ha coincidido con reducciones brutales en los índices de cotizaciones bursátiles de las principales plazas financieras en el mundo. Y aquí se observa algo inédito. Arabia Saudita no pudo escoger un momento más desfavorable para iniciar su guerra de precios con el fin de preservar su (dominante) franja de mercado. En medio de una recesión global, el descenso en los precios del crudo se tiene que intensificar debido a la reducción en la demanda. Por eso hoy en día la caída en el precio del petróleo es una señal de lo mal que se está comportando la economía mundial.

Selección en Internet: Inalvys Campo Lazo

  • Economista mexicano, doctor en Economía por la Universidad de París X. Actualmente es profesor e investigador de economía en el Centro de Estudios Económicos del Colegio de México. Publica habitualmente en los periódicos La Jornada de México y la revista Sin Permiso.


Plan Colombia, una estrategia que golpeó a narcos y medula de las FARC

(Fragmentos)

NOTIMEX 2 de febrero del 2016 MÉXICO

Edelmiro Franco*


BOGOTÁ.- EL PLAN Colombia, la estrategia antidroga y contrainsurgente, llega a los 15 años con el apoyo financiero y militar de Estados Unidos, que entre el 2000 y 2015 ascendió a 9.6 mil millones de dólares, un apoyo clave para golpear a los narcos y la medula de las FARC y obligarlas a una negociación política.

El Plan Colombia fue aprobado en el congreso de Estados Unidos en el 2000, durante la administración del demócrata Bill Clinton, pero su aprobación se dio en un Congreso de mayoría republicana. Desde entonces, el Congreso estadounidense ha mantenido su apoyo constante. Los cambios en las mayorías de una u otra cámara legislativa no han afectado el respaldo financiero en estos 15 años.

El Plan Colombia fue un logro del gobierno del presidente Andrés Pastrana (1998-2002), porque le permitió canalizar una importante ayuda militar y financiera de Washington, para modernizar las Fuerzas Militares, especialmente el componente aéreo, que fue estratégico para golpear no solo a los narcotraficantes sino a las guerrillas de las FARC, que para ese entonces había logrado avanzar hasta las goteras de Bogotá.

Es a partir del gobierno de Pastrana, que empezó a tomar forma la estrategia conocida como Plan Colombia, con un apoyo inicial para el año 2000 que fue de 1 124 millones de dólares.

La ayuda para Colombia aprobada en la administración del presidente Clinton estuvo incluida en el paquete de 13 400 millones de dólares para operaciones extranjeras, que cubría gastos de asistencia militar en otras regiones del mundo como el Medio Oriente.

En esta misma legislación, la S-2522, se incluyeron 205 millones de dólares para financiar operaciones antinarcóticos en la región latinoamericana, de los cuales a Perú se destinaron 42 millones de dólares, Bolivia 120 millones de dólares y para Ecuador 25 millones de dólares.

Para el gobierno de Pastrana el Plan Colombia fue diseñado sobre la base de varias estrategias para consolidar el poder del Estado, otorgar confianza en la capacidad operativa de sus organismos de seguridad, sistema judicial y superar la crisis de credibilidad por los altos índices de corrupción.

Sin embargo, organizaciones humanitarias, sindicales y políticas -advirtieron en su momento- que la ayuda de Estados Unidos podía profundizar el conflicto armado interno que de por sí ya estaba en uno de los niveles de mayor degradación.

Pero 15 años después una de las conclusiones del Plan Colombia es que fue clave para golpear a fondo a los narcotraficantes y a las guerrillas de las FARC, para llevar al grupo rebelde a una mesa de negociación, lo que se concretó en noviembre del 2012 y hoy en el 2016 gobierno e insurgencia están a las puertas de firmar el Acuerdo General de Paz.

Una vez aprobada la ayuda de Estados Unidos, la ejecución del Plan Colombia en su componente militar, arrancó en diciembre del 2000 con una serie de fumigaciones masivas en el departamento del Putumayo y se intensificaron en enero de 2001, y años posteriores.

Para el 2000 Colombia registraba 160 mil hectáreas de cultivos ilegales, y para el cierre del 2015 las autoridades locales y organismos internacionales que monitorean los cultivos, coinciden que hay 60 mil hectáreas.

Pero estas reducciones de los cultivos ilegales por vía de fumigaciones áreas, dejó una estela de impactos negativos en las comunidades campesinas de las zonas cocaleras, como la destrucción de los llamados cultivos "pancoger", es decir aquellos que son de consumo diario de la población.

El Plan Colombia antidroga contiene procesos de erradicación voluntaria por parte de campesinos cultivadores de hoja de coca y fumigaciones masivas para cultivos considerados como industriales. Estos últimos ya fueron suprimidos el año pasado por la administración Santos.

Las fronteras colombianas se convirtieron en las zonas más calientes de la región andina y amazónica a cuenta del Plan Colombia y desde el mismo momento de la aprobación de los millones de dólares por parte de Washington.

Los vecinos Venezuela, Panamá, Perú, Brasil y Ecuador, alertaron a sus fuerzas militares para que reforzaran las líneas fronterizas.

Los 6 312 kilómetros de fronteras terrestres que tiene Colombia, comenzaron a ser objeto de vigilancia y control por los ejércitos vecinos, a excepción de Panamá, cuyos controles los hace la policía en tanto que ese país no cuenta con Fuerzas Armadas.

Los vecinos creían que el Plan Colombia podía profundizar la guerra en este país y los movimientos rebeldes como las organizaciones de traficantes de droga desplazarían sus operaciones hacia Venezuela, Brasil, Perú, Ecuador y Panamá.

El gobierno del expresidente Pastrana, quien insistió durante su mandato en que el Plan Colombia era para la paz y no para la guerra, implementó una serie de políticas bilaterales con cada uno de estos gobiernos, tendientes a garantizar la seguridad y el desarrollo integral de las regiones fronterizas.

La administración de Pastrana, era consciente de que por la misma situación de orden público de Colombia, era casi imposible garantizar una presencia puntual en dichas zonas.

Colombia tiene una población de 47 millones de habitantes, de los cuales el 12 por ciento vive en las cinco fronteras terrestres, que representan el 45 por ciento de la totalidad del territorio nacional, cuya superficie es de 1 138 914 kilómetros cuadrados.

En enero de 2001 llega a la Casa Blanca, George W. Bush, quien le da un espaldarazo al Plan Colombia y logra en julio de 2002 la autorización por parte del Congreso para que la ayuda antidroga de Washington a Bogotá también se pudiera usar en lucha contra los grupos insurgentes.

Es decir, con la llegada a la Casa Blanca de los republicanos, el Plan Colombia se convierte en una estrategia contra las drogas, que fue su propósito original, y otra contrainsurgente, lo que significó que la ayuda financiera y militar se podía aprovechar para estos dos frentes, sin objeciones.

Para la izquierda colombiana la llegada de Bush profundizó el componente militar del Plan Colombia, y el gran receptor de las ayudas futuras de Washington fue el gobierno del presidente Álvaro Uribe Vélez (2002-2010), que a su vez la aprovechó al máximo para golpear en los ocho años siguientes a las FARC, que estratégicamente era el grupo guerrillero a derrotar.

Uribe Vélez, quien arrancó su primer mandato en agosto del 2002, se encontró con unas Fuerzas Militares que se estaban modernizando, y empezaban a recibir los helicópteros Black Hawks, que fueron estratégicos en la lucha contrainsurgente y fue su gobierno el que debilitó militarmente a las FARC, una estrategia que continuó su sucesor, Juan Manuel Santos (2010- 2018).

Fueron Uribe Vélez y Santos los dos gobiernos que se beneficiaron con el Plan Colombia que se inició en el mandato de Pastrana, y golpearon sin piedad a las FARC, y lograron dar de baja a los principales comandantes guerrilleros con operaciones aerotransportadas.

Ante la contundencia del Estado, los nuevos comandantes de las FARC, que se conocen como la segunda generación, decidieron negociar una salida política a más de 50 años de guerra, porque entendieron que la única opción de buscar el poder era por la vía electoral y no con las armas.

Para que los nuevos comandantes dieran el salto a los diálogos, jugaron un papel importante presidentes de izquierda en el continente, como Hugo Chávez y Raúl Castro, comprometidos con el proceso de paz que se adelanta en La Habana.

El Plan Colombia en este contexto será analizado este jueves en la Casa Blanca entre los presidentes Barack Obama y Santos, en una cita para celebrar el 15 aniversario, con un invitado especial: el expresidente Pastrana, el artífice de esta estrategia, que evitó que las guerrillas de las FARC, dieran un nuevo salto cualitativo en el terreno militar.

Ahora Colombia buscará el compromiso de la Casa Blanca y el Congreso por mantener el Plan Colombia, pero ya no para la guerra, sino para el postconflicto, y aspira que la ayuda de 319 millones de dólares en el 2015, se incremente de manera considerable para los años de la paz, el perdón y la reconciliación.


Selección en Internet: Raquel Román Gambino

  • Periodista colombiano, autor de crónicas, reportajes y entrevistas sobre la guerra interna en Colombia, corresponsal de NOTIMEX en varios países.