Portal:Panorama Mundial/DE LA PRENSA/2016-03-09

Lula y el futuro de Brasil

PROGRESO SEMANAL 6 de marzo de 2016 EEUU

Emir Sader*

LA DERECHA BRASILEÑA siempre creyó que en algún momento el Partido de los Trabajadores (PT) iba a ganar, pero fracasaría y a partir de ese momento podría dirigir el país con tranquilidad. LuizInácio Lula da Silva ganó y resultó ser el mejor gobierno que jamás tuvo el país. Desde ese momento empezó la caza de Lula.

No pudieron impedir su reelección en 2006, ni que él eligiera y reeligiera a su sucesora, en 2010 y 2014. Ahora Lula aparece como favorito para ganar las elecciones de 2018 y volver a ser presidente de Brasil.

En la desesperación, la derecha une todo lo que tiene: sectores del Poder Judicial, de la Policía Federal, los grandes medios privados, todos en campaña total contra Lula. Una campaña que se intensificó a partir del discurso de Lula en Río de Janeiro, en el cumpleaños del PT, el 27 de febrero, cuando declaró públicamente que si fuera para garantizar la continuidad del proceso iniciado en 2003, él sería candidato de nuevo.

A partir de ese momento la derecha declaró una guerra abierta contra Lula. Declaraciones falsas, desmentidas enseguida, pero mantenidas por los medios como si fueran reales.

La acción de la Policía Federal directamente contra el exmandatario –en su casa, en la casa de su hijo, en el Instituto Lula–, llevándolo detenido, a pesar de que él ya había prestado anteriores declaraciones, fue anunciada por un periodista de Red Globo varias horas antes por Internet. Fue una operación mancomunada de sectores del Poder Judicial con los grandes medios privados y sectores de la Policía Federal.

Es el intento más grave de buscar excluir a Lula de la vida política brasileña. No hay ninguna prueba de las acusaciones que le hacen, intentan que presos declaren contra él a cambio de la disminución de sus condenas –las mal llamadas delaciones premiadas. No han logrado nada. De ahí la acción mediática espectacular contra el exmandatario, para ver si logran con ello desgastar su imagen.

Han actuado en el momento en que Lula se declara candidato, en que el ministro de Justicia fue sustituido, pero todavía no ha cambiado los mandos de la Policía Federal, cuando el Supremo Tribunal Federal aún no ha juzgado el pedido de Lula de que el juez más arbitrario de todos deje de estar al mando de los casos en que se le acusa. Por todo ello, lo han hecho en este momento, acelerando los enfrentamientos y poniendo en jaque, al mismo tiempo, al gobierno de Rousseff.

Pero ahora han creado un punto de no retorno. Lula salió de rendir declaración, fue a la sede del PT y dio una conferencia de prensa emocionante, donde dijo que su llama está más encendida que nunca, que a partir del lunes retoma los viajes por todo el país para charlar, conversar, dejando claro que la campaña electoral de 2018 ha comenzado ahora.

El destino de Brasil se juega en este momento. O logran, por la vía judicial y policial excluir a Lula de la vida política, y así harían lo que les da la gana del país. O Lula logra superar también este momento y vuelve con más fuerza como el candidato favorito para a ser presidente de Brasil en 2018.

Selección en Internet: Inalvys Campo Lazo

  • Sociólogo y politólogo brasileño; coordinador del Laboratorio de Políticas Públicas de la Universidad Estadual de Río de Janeiro (UERJ).


Golpe de Estado por etapas

POR ESTO! 7 de marzo de 2016 MÉXICO

Gustavo Robreño*

LA REELECCIÓN DE la presidenta Dilma Rousseff en Brasil por un segundo mandato, a fines del pasado 2014, marcó el inicio del cuarto período de gobierno del Partido de los Trabajadores (PT) en el gigante sudamericano y frustró las esperanzas que se habían forjado la oligarquía brasileña y el imperialismo estadounidense que creyeron llegado finalmente el momento de cerrar un período que les había sido particularmente desfavorable y consideraban ideológicamente alejado de los criterios neoliberales, de exclusión social y del sometimiento a los dictados de Washington.

Independientemente de las medidas concretas económicas y sociales tomadas por los gobiernos del PT encabezados por Luis Inácio Lula de Silva y Dilma Rousseff -que pueden haber satisfecho o no, en mayor o menor medida, a algunos sectores- el hecho cierto e indiscutible es que la llegada alPlanalto por parte del PT en cuatro ocasiones sucesivas por el mayoritario voto popular parece ir más allá de lo que la oligarquía y el imperialismo pueden admitir y esperar.

No se puede ignorar el peso de Brasil y lo que representa en el continente y más allá, lo que han significado los gobiernos del PT en cuanto a la integración latinoamericana, la creación de UNASUR y la CELAC, el papel del MERCOSUR y la incorporación al poderoso bloque multilateral del BRICS (junto a Rusia, China, India y Sudáfrica).

Todo indica que el tiempo transcurrido y la incierta perspectiva que se abre una vez más para los grandes oligarcas del país (incluidos los consorcios de la información a su servicio y ejercido en Brasil por unos pocos) al conocer de la aspiración presidencial recién anunciada por Lula con vistas a los próximos comicios, ha concitado la desesperación por evitarlo a toda costa y enfilar todos los recursos más o menos sucios e ilegales contra el expresidente.

No pudiendo hasta ahora concretar los planes golpistas contra la actual presidenta mediante maniobras legislativas fabricadas y falsas acusaciones por parte de parlamentarios corruptos, se impone para ellos lanzar una vasta campaña de desprestigio y calumnias pretendiendo desmoralizar y desgastar la figura de Lula, a la vez que meter cuña entre el PT y sus partidos aliados.

Tener en cuenta que Lula abandonó la presidencia con los más altos índices de popularidad por su obra de gobierno y hoy se mantiene, sin dudas, como la más popular y reconocida figura política del país, abarcando a los más amplios sectores sociales.

Con vistas a esa campaña sucia y de tal envergadura, que garantice un no retorno del PT al gobierno y ayude a rebajar su representación parlamentaria, de gobernadores y alcaldes, se hacen necesarios a la oligarquía y al imperialismo aunar cuantos elementos puedan ser reunidos, donde no pueden faltar el odio de clases y el racismo.

Se aprecia claramente que es una variante de golpe de Estado por etapas. Donde desempeñan el papel fundamental los medios de comunicación, convertidos en partidos políticos y herramientas del gran capital financiero, los latifundistas y elementos del estamento judicial, no pocos vinculados a las pasadas dictaduras militares.

Selección en Internet: Inalvys Campo Lazo

  • Licenciado en Ciencias Sociales y graduado en Relaciones Internacionales. Fue Director General de la Agencia de noticias Prensa Latina. Ha sido colaborador de diversas publicaciones nacionales y extranjeras.


La prensa derechista como partido político de oposición en Latinoamérica

CUBADEBATE 25 DE FEBRERO DE 2015 CUBA

Por: Patricio Montesinos*

VUELVO A RETOMAR el tema de los de medios de comunicación en Latinoamérica, y el rol que cada vez más desempeñan como partidos de oposición a favor de las oligarquías nacionales, además de los servicios que prestan a los intereses de dominación de Estados Unidos en nuestra región.

Un nuevo y reciente ejemplo de esa postura de la “gran” prensa en la Patria Grande ha sido en las últimas semanas Bolivia, donde los emporios ultraconservadores de la información desataron una atroz campaña, claro que sí, partidista y mediática, contra el presidente Evo Morales, previo al referendo del pasado domingo, para denigrar sin respeto alguno hasta de su vida personal.

A la guerra desatada por los medios de comunicación privados bolivianos dirigida a intentar imponer el No en la consulta popular por una nueva reelección de Evo en 2019, se sumaron sus similares de Venezuela, Ecuador y Brasil, por citar solo algunos países en los cuales están en el poder gobiernos progresistas.

Es sabido que en la inmensa mayoría de las naciones al sur del Rio Bravo y hasta la Patagonia los principales periódicos, televisoras y emisoras radiales siguen actuando como fuerzas políticas, con dinero más que suficiente y todo el poder necesario para amparados en el controvertido concepto de libertad de expresión, mentir, difamar, manipular, destronar a presidentes y hasta ganar elecciones.

Es un secreto a voces que los comicios presidenciales en Argentina del pasado año los ganó apretadamente el consorcio de comunicación El Clarín, y no precisamente Mauricio Macri.

En la vecina Bolivia se ha hecho algo similar, pero a la inversa y de manera incluso más burda, con el objetivo de evitar el triunfo del Sí en el referendo de este 21 de febrero, a favor de la repostulación de Evo.

Aun sin conocerse los resultados oficiales de esa consulta, la “gran” prensa latinoamericana conservadora, y por supuesto, sus representados, dieron como victorioso el No en la Pachamama (Madre Tierra), cuando solo estaban escrutados el 3 por ciento de los sufragios.

Esa práctica es bien vieja, la han aplicado así históricamente, y de manera más sofisticada en los últimos tiempos en Argentina y en los comicios parlamentarios de Venezuela, con la evidente maquinación de crear con rapidez una matriz de opinión y una tendencia a su favor, que no pueda ser desmentida posteriormente.

Reza un refranero popular que quien da primero, da dos veces, mientras en el viejo argot periodístico es bien reiterada la frase que una mentira repetida 100 veces se convierte en verdad.

Lo inexplicable es que tal cotidiano accionar carezca todavía de una riposta contundente de la izquierda y de los gobiernos progresistas de la Patria Grande, que han sido golpeados una y otra vez por los medios de comunicación derechistas, e incluso hasta se han dejado imponer por ellos sus agendas.

Es hora ya de regular los deberes y derechos de la prensa, que por cierto debe estar en manos de los pueblos y para nada ser controlados por la oligarquía, y menos aun por consorcios transnacionales ni grandes empresas.

Los gobernantes revolucionarios de Nuestra América tienen la responsabilidad de promover y aplicar leyes que terminen de una vez por todas con ese mal, de lo contrario sucumbirán ante su hoy principal adversario: la prensa convertida en fuerza política de oposición.

Selección de internet: Lázaro Zada Carpio.

  • Periodista español residente en La Paz, Bolivia. Es corresponsal de Cubadebate.


La crisis de la izquierda en América Latina

Pubkico.es 22 de febrero de 2016 ESPAÑA

Emir Sader*

SE PUEDE DECIR que hay dos izquierdas en América Latina y que ambas están en crisis, cada una a su manera. Una de ellas es la que logró acceder al poder y ha puesto en marcha unos procesos de democratización de las sociedades, así como alternativas al modelo neoliberal y que hoy se enfrentan a dificultades —de distinto orden; algunas provenientes del exterior, otras del interior— para dar continuidad a dichos procesos. La otra es la que, aun viviendo en países con continuados gobiernos neoliberales, no es capaz de constituir fuerzas capaces de ganar elecciones, llegar al gobierno y empezar superar el neoliberalismo.

La izquierda posneoliberal ha tenido éxitos extraordinarios, aun más si tenemos en cuenta que los avances en contra de la pobreza y la desigualdad se han dado en el marco de unas dinámicas en la economía internacional que provoca un aumento de la pobreza y la desigualdad. En el continente más desigual del mundo, cercados por un proceso de recesión profunda y prolongada del capitalismo internacional, los gobiernos de Venezuela, Brasil, Argentina, Uruguay, Bolivia y Ecuador han disminuido la desigualdad y la pobreza, han consolidado procesos políticos democráticos, han fomentado la integración regional independiente de EEUU y han acentuado el intercambio Sur-Sur.

Mientras que las otras vertientes de la izquierda, por diversas razones, no han logrado construir alternativas a los fracasos de los gobiernos neoliberales —con México y Perú a la cabeza—, mostrando cierta incapacidad a la hora de sacar conclusiones de lo que ha funcionado en otros países con el fin de adaptarlas a sus condiciones específicas.

Ahora bien, ¿en qué consiste la crisis que atraviesan las izquierdas que han llegado al gobierno en América Latina? Hay síntomas comunes y rasgos particulares a cada país. Por ejemplo, la incapacidad de contrarrestar el poder de los monopolios privados de los medios de comunicación, aun en los países en que se han avanzado leyes y medidas concretas para quebrar lo que es la espina dorsal de la derecha latinoamericana. En cada uno de esos países, en cada una de las crisis enfrentadas por esos gobiernos, el rol protagónico ha sido el de los medios de comunicación privados, actuando de forma brutal y avasalladora en contra de dichos gobiernos, que se han apoyado en sus éxitos, en el gobierno y en el amplio apoyo popular conseguido.

Los medios han tratado de esconder los grandes avances sociales en cada uno de nuestros países, los han censurado, han intentado silenciar las nuevas oportunidades que los procesos de democratización social han impulsado en la población. Por otro lado, destacan problemas, aisladamente, a través de proyecciones irreales, difundiendo además falsedades, con el propósito de deslegitimar las conquistas logradas y la imagen de sus líderes, ya que los niegan e intentan destacar aspectos secundarios negativos de los programas sociales.

Los medios han promovido sistemáticamente campañas de terrorismo y de pesimismo económico. Buscan la desconfianza de los ciudadanos en su propio país. Como parte específica de esta operación, se encuentran las sistemáticas denuncias de corrupción a partir de casos reales a los que les han dado una proporción desmesurada y se han hecho denuncias inventadas por las que no responden cuando son cuestionados, aunque los efectos ya hayan sido traducidos. Las reiteradas sospechas sobre el accionar de los gobiernos produce, especialmente en sectores medios de la población, sentimientos de crítica y de rechazo, a los que pueden sumarse otros sectores afectados por esa elaboración antidemocrática de la opinión pública. Sin ese factor, se podría decir que las dificultades tendrían su dimensión real. No serían transformadas en crisis políticas, promovidas por la influencia unilateral que los medios tienen sobre ciertos sectores de la opinión pública, incluso de origen popular.

No es que sea un tema fácil de solucionar, pero no considerarlo como algo a lo que hay que enfrentar, subestima el nivel de la izquierda. Ésta ha llevado al gobierno al fracaso del modelo económico neoliberal, pero ha recibido, entre otras herencias, la hegemonía de los valores neoliberales diseminados en la sociedad. “Cuando la izquierda llegó al gobierno, había perdido la batalla de las ideas”, dijo Perry Anderson.

Las tendencias pre-gramscianas en la izquierda han acentuado las acciones tecnocráticas, que creyeron que la práctica de buenas políticas para las personas bastaría para producir automáticamente la conciencia correspondiente de apoyo a los gobiernos. Se ha subestimado el poder de acción en la conciencia de las personas de los medios y de los efectos políticos de desgaste por parte de los gobiernos que promueven esa acción.

Un factor determinante, en principio a favor —después en contra—, fue el alto coste de las comodidades que algunos gobiernos aprovecharon, no para reciclar los modelos económicos, sino para que no dependieran tanto de esas exportaciones. Para el reciclaje, habría sido necesario formular y poner en marcha un modelo alternativo basado en la integración regional. Se ha perdido un período de gran homogeneidad en el Mercosur, sin que hayan avanzado en esa dirección. Cuando los precios bajaron, nuestras economías sufrieron los efectos, sin tener cómo defenderse, y todo por no promover el reciclaje de manera distinta.

Selección en Internet: Lázaro Zada Carpio

  • Profesor universitario brasileiro, autor, entre otros, de 'El nuevo topo - Los caminos de la izquierda latinoamericana' (Ed. El Viejo Topo).