Portal:Panorama Mundial/DE LA PRENSA/2016-06-15

Lucha obrera en Miami

CUBAINFORMACIÓN 9 de junio del 2016 MIAMI

Edmundo García*

En este momento se está dando una importante lucha obrera en Miami. Los choferes y tripulantes de rastras y camiones han decidido tomar las calles para dar a conocer sus demandas. Un grupo de ellos se ha dirigido a Tallahassee, la capital del estado de la Florida, para hacerse escuchar por los legisladores y el gobierno. Otro grupo permanece en Miami, donde tomaron segmentos de la autopista o expressway Palmetto, y Okeechobee. Trabajadores de otros estados se les están sumando. El primer día de la protesta, iniciando semana, los demandantes estacionaron sus grandes camionetas en la vía o al borde de esta, obstaculizando el tráfico vehicular. Crearon un verdadero caos durante la llamada hora del tranque o del embotellamiento, que violentó a algunas personas que no entendían muy bien el objetivo de la protesta. “¿La protesta es para vivir mejor?”, preguntó un viajero molesto por la demora en la circulación; “La protesta es para sobrevivir”, le respondió uno de los manifestantes. A propósito Jorge Alvariño, vocero de la protesta en Miami, dijo que el objetivo no era el overtime o pago por horas extra de trabajo, sino la eliminación de los gravámenes que les impedían mantenerse a flote. La policía multó y detuvo a algunos rastreros por bloquear el tráfico, por lo que han optado por circular de manera muy lenta; con lo que consiguen llamar la atención, a la vez que evitan la multa por estacionamiento indebido. Un chofer que aceptó ofrecer declaraciones mientras salía bajo fianza de su detención, aseguró que aunque ya se habían manifestado en otras ocasiones, esta vez constituía un momento especial y están dispuestos a llegar hasta las últimas consecuencias porque la situación se les ha hecho insostenible. Sencillamente, la cuenta no les da. Santiago Flores, un rastrero jubilado, que participaba en las protestas en solidaridad con sus viejos amigos, reiteró la tan extendida convicción de que la vida en Estados Unidos ya no es como pudo haber sido antes. La apreciación de que esta protesta es parte de una difícil y crítica situación más general, es algo que se nota tras la mayoría de las opiniones. Igual que en las consignas que gritan los indignados del transporte en las calles de Miami; como esa tan conocida que suele utilizarse para pedir cambios, “Sí se puede”. Es aleccionador el escenario de estos trabajadores, la mayoría de ellos cubanos, que en las calles de Miami reiteran un “Sí se puede” que destruye la imagen bucólica de un Miami turístico y playero habitado por exiliados adinerados que lograron el sueño americano tras su supuesta huida del comunismo. El mentís más rotundo a la propaganda de la prensa adormecida de Miami lo dan estos trabajadores que se muestran desesperados por las duras condiciones de trabajo. Las protestas apuntan a los elevados costos de los seguros, permisos y licencias que se les exigen para trabajar. También objetan la disminución de pago por milla recorrida, que habría bajado de unos 2 dólares y medio hasta los 0,85 centavos. Este corte se justificó en que el petróleo había disminuido de precio, pero ocurre que el combustible ya ha vuelto a subir y lejos de restituirle el pago por milla atendiendo a la fluctuación, lo que ha sucedido es que lo siguen bajando. Una de las quejas más reiteradas se relaciona con el egoísmo y la ambición de los brókeres; que son agentes, corredores e intermediarios que manejan los contratos con los almacenes y empresas, sin que los trabajadores participen en la negociación. Los transportistas sencillamente no tienen información de la cantidad de dinero por la que se firma un contrato, por lo que el bróker le puede pagar según un total concertado de dos mil, cuando la suma real pactada puede ser siete u ocho mil dólares. Para atizar más la indignación, algunos trabajadores critican la vida que se dan esos brókeres, a quienes describen como personas dadas al lujo, que viven tranquilamente en cómodas residencias sin conocer siquiera lo que pasa en las carreteras. A todo esto habría que añadir el aumento en pagos por peaje, por alimentación, por las reparaciones de los equipos, por el cambio de las ruedas o gomas, etc. Además de las crecientes multas y los descuentos más inesperados. Funcionarios en Tallahassee les han dicho que tendrán respuesta a sus peticiones en un mes o mes y medio. A lo que los trabajadores han respondido que no, que necesitan algún tipo de información sobre sus demandas en 48 horas, ya que su situación es realmente crítica y no pueden esperar más. Algunos choferes se veían realmente molestos y aseguraron que las protestas seguirían sin importar las consecuencias. Es algo que debe preocupar a quienes tienen la facultad para resolver este problema y evitar males mayores. Todo esto y más ocurre bajo la llamada “ciudad mágica” de Miami, en “la capital del sol”; un periodismo que se respete no puede esconder estas verdades.

  • Periodista cubano residente en EEUU, conductor del programa La Tarde se Mueve

Selección en Internet: Omar Segura Montero

Réquiem por un sueño americano: Noam Chomsky

POR ESTO! 13 de junio del 2016 MÉXICO

Víctor Flores Olea*

Los aficionados al Nextflix debieran ver sin falta la extraordinaria entrevista que ahí aparece de Noam Chomsky, uno de los intelectuales más conocidos e influyentes en el mundo de nuestro tiempo. En esta entrevista, aparte de una multitud de observaciones agudas sobre la actualidad, Chomsky expone sintéticamente las ideas que han dominado el desarrollo del capitalismo estadounidense en las últimas décadas, y nos entrega un fresco muy impresionante: el totalitarismo y el dominio desde arriba que prevalece en esa sociedad, y la disminución de la democracia efectiva, lo ha llamado, como el título de este artículo, Réquiem por un sueño americano.

Como definición general, Chomsky nos dice que la desigualdad creciente en Estados Unidos se origina esencialmente por la extrema riqueza que ha crecido exponencialmente en ese país en las últimas décadas, en que el 1% de la población controla el 90% de la riqueza nacional. Lo que ha ocurrido es que la concentración en manos de los súper ricos ha terminado por corromper y aun destruir la democracia de ese país, que se supone es uno de sus elementos fundadores.

Lo que ocurre es que en un país con tamaña concentración de riqueza, la democracia está corrompida o distorsionada desde su origen, ya que ¨los amos del dinero¨ tienen medios suficientes para modificar o determinar la opinión pública, poniéndola al servicio de los partidos políticos y candidatos afines a los oligarcas que, llegado el caso, en los puestos de elección, estarían dispuestos a defenderlos incondicionalmente: los ¨amos del dinero se convierten en verdaderos amos de la opinión pública y de la política. Esto se ajusta a determinados párrafos de la más célebre obra de Adam Smith, La riqueza de las naciones, uno de los grandes clásicos del capitalismo que ya anuncia, desde el siglo XVIII, la vocación de poder y su ejercicio por parte de las clases adineradas.

Pero lo que cuenta de la democracia en el sistema, nos dice Chomsky, es más la riqueza que las corrientes de opinión pública. Es decir, en el capitalismo la opinión pública que influye es la que se ¨cocina¨ arriba, en los círculos privilegiados, no la que viene de abajo, del trabajo, y este rasgo de la sociedad distorsiona a la democracia, y, como diría directamente Madison, esta democracia sirve directamente para proteger a las minorías ricas de las mayorías pobres.

Cuestión, por cierto, que no es nueva, nos dice Chomsky, porque desde la democracia de Aristóteles se buscaban disminuir las carencias de abajo para frenar las reivindicaciones y exigencias del pueblo y amenazan la situación de los privilegiados.


El mismo autor (Chomsky) se pregunta: ¿Cómo es posible que haya 40 millones de pobres en Estados Unidos? Y concluye, como muchos otros. Que es indispensable contrarrestar las exigencias, sobre todo las que vienen de los más jóvenes, porque suelen ser las más explosivas. Es por eso que, al final de los años setenta y principios de los ochenta, se rediseña el entero sistema capitalista, ya que antes buena parte del dinero de las empresas y de los bancos permanecía inactivo.

Tal es el neoliberalismo: Las instituciones financieras se multiplican, tal vez por 40 o 50, justamente para poner en movimiento el llamado dinero inactivo. Fue tan radical el cambio que en muchas empresas sus divisiones financieras fueron en adelante las más importantes. Lo que se proponían fue producir dinero con más dinero, con el llamado capital inactivo acrecentado que se producía y reproducía a placer. Por supuesto que esta situación dio origen a escándalos y fraudes de proporciones gigantescas que incrementaron justificadamente la imagen del capitalismo estadounidense como uno marcado por la inmoralidad y la corrupción.

El nuevo sistema tenía por objeto producir más dinero con el dinero, por arriba de los bienes y servicios. Tal ha sido una de las mayores reconversiones de la economía mundial: sobre todo su sistema de financiamiento, lo cual implicó también una mayor concentración de la riqueza, y, al mismo tiempo, trabajo para todos pero menos trabajo para los pobres, para la clase proletaria en general, y menores ingresos para los trabajadores. En esta fase de la economía capitalista se cumplía plenamente el principio de que en el sistema se mueven los capitales, a veces con la velocidad de la luz, mientras que los trabajadores permanecen arraigados a sus sitios de origen o de trabajo tradicional. Sobre la dinámica del dinero la parálisis del trabajo.

Noam Chomsky nos dice que uno de los responsables más reconocidos (y criticados) por este rotundo cambio en la economía fue Alan Greenspan, quien, contra la corriente dominante, fue partidario de la desregulación de las actividades financieras y bancarias, que hoy la mayoría de autores serios en Estados Unidos sitúan en el origen de la gran crisis económica del segundo quinquenio del siglo, con repercusiones mundiales. Greenspan fue Presidente de la Reserva Federal durante varios sexenios (bajo Ronald Reagan, Bush padre e hijo y Bill Clinton). Él fue también uno de los mayores artífices de la concentración mundial de la riqueza y del acrecentado intercambio internacional conocido como globalización.

Así, una da las herramientas más eficaces para lograr estos cambios y reorientación de la economía fue el control por los consorcios de los principales medios de comunicación que les han servido para imponer una imagen del mundo que muchos, en regiones enteras, estuvieron dispuestos a seguir. Estaba pues establecido un modelo de consumo que aseguraba una gran rentabilidad para los consorcios internacionales y que hizo posible también la creciente acumulación.

Naturalmente que una sociedad construida así se asemeja, quiéralo o no, concluye Chomsky, a las sociedades totalitarias.

Entre los cambios que se propuso lograr el nuevo sistema fue el de criticar la solidaridad de los desposeídos que se asomaba aquí y allá y que podía poner en peligro la solidaridad de los ricos. El sistema fue siempre muy severo en contra del sindicalismo e inventó fórmulas originales para alentar la concentración de la riqueza y el empobrecimiento de los pobres: por ejemplo, trasladar en buena medida el impuesto sobre las ganancias al de consumo (todo el mundo debe pagar IVA).

Otra de las ¨actualizaciones¨ que realizó el sistema fue el de las privatizaciones en gran escala, en Estados Unidos comenzando por la educación pública.

Selección en Internet: Inalvys Campo Lazo

  • Profesor universitario y fotógrafo mexicano

Explotación y despojo: dos caras de la moneda mexicana

APORREA 12 de junio del 2016 VENEZUELA

Mateo Crossa

Abrir y leer los periódicos mexicanos implica encontrar diariamente una reiterada fraseología de la clase política del país alardeando sobre la condición excepcionalmente ventajosa por la cual está cruzando la economía mexicana. Una y otra vez aparecen el presidente, secretarios, diputados y senadores de todos los partidos políticos hablando sobre el célebre modelo exportador en el que se ha convertido la economía nacional. Insisten en la urgente necesidad de vincular competitivamente a México en las sendas de la globalización y no "quedarse rezagados en la historia del progreso", insisten que las exportaciones han crecido a 13% anual, que México se ha convertido en una gran plataforma para exportar bienes manufactureros al mundo y que es el mayor exportador de América Latina.

Sin embargo, este triunfalismo está lejos de representar la realidad económica del país. El grandioso modelo exportador no es más que una retórica que esconde la creciente precariedad de la vida social en el país.

El fetichismo de la exportación encubre la profundización del subdesarrollo, la desarticulación económica nacional, la trasnacionalización del territorio (por no decir su venta), el despojo sin precedentes a los campesinos y pueblos indígenas y la pauperización estructural y cada día más pronunciada de la población trabajadora. Esa es la extraordinaria dialéctica de la economía mexicana en la actualidad: drenar todo y no dejar nada… y si algo queda, aunque sea poquito, que se vaya directo a los bolsillos de los políticos.

La embestida neoliberal comenzó en los años ochenta con el gobierno de Miguel de la Madrid (1982-1988) y se redobló en los noventa con la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) durante el gobierno de Salinas de Gortari (1988-1994). Han pasado más de 22 años desde que México se integró al libre comercio norteamericano y el resultado ha sido una renovada condición neocolonial que opera bajo el dominio de grandes capitales oligopólicos. Esta condición se basa fundamentalmente en la articulación a la economía mundial a través del modelo maquilador para la exportación y el extractivismo.

El modelo maquilador se refiere a la exportación de bienes manufacturados mediante el uso intensivo de una mano de obra en condiciones de altísima precariedad. Empresas trasnacionales transfieren etapas de la producción de bienes de consumo a México para aprovechar una mano de obra que hoy se registra como la más barata de América Latina y exprimir su vida productiva en el tiempo más corto posible.

Las exportaciones de la industria maquiladora representan el 60% de las exportaciones de México y en ella trabajan 1,4 millones de personas. Las empresas trasnacionales productoras de automóviles y autopartes, electrodomésticos, muebles, ropa, etc., encuentran en este país una plataforma de exportación excepcional por su cercanía al mercado más importante del mundo (EUA), por políticas arancelarias que los libera prácticamente de cualquier pago de impuestos y, lo más importante, una fuerza de trabajo atomizada y 14 veces más barata que la de EUA (1).

En las fábricas maquiladoras, la tradicional jornada de 8 horas es una historia enterrada; ahí los salarios dependen de la producción y para que un trabajador pueda alcanzar un ingreso que le permita, tan siquiera, adquirir la canasta de consumo básica, se ve obligado a extender su jornada e intensificar su trabajo. Por esa razón y sin que la historia se haya enterado, las jornadas de trabajo en la industria de exportación alcanzan 10 a 11 horas.

Entonces no es casualidad que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) anuncie que México es el país donde más horas se trabajan a nivel mundial (2,237 horas al año). ¿Dónde está toda esa riqueza generada por los trabajadores del país?

Los consejos empresariales de México, los medios de comunicación y la clase política repiten que el país obtuvo el séptimo lugar en producción de automóviles a nivel mundial, está dentro de los cinco mayores exportadores de autos y se gradúa como el primerísimo exportador de automóviles a EUA. Lo que evidentemente no se hace explícito es que a diferencia de los países con los que compite, en México ninguna de las empresas de automóviles es de origen nacional, tampoco dicen que México registra el salario más bajo del mundo en la industria automotriz (17 dólares por día) y menos que hay una política antisindical rapaz. No lo dicen, pero lo saben y es lo que convierte a México un territorio tan atractivo para el capital extranjero.

¿Cómo es posible que exista una población dispuesta a vender su fuerza de trabajo a 4 dólares por día? En el caso de México se debe, entre otras cosas, a una política violenta que promueve la expulsión de campesinos de su tierra y la formación de un ejército inmenso de personas que se mueve en el desempleo y/o en el sector informal.

Actualmente casi 32 millones de personas se ubican en la informalidad laboral, es decir, 60% de la Población Económicamente Activa no recibe prestaciones, seguridad social ni sueldos fijos. No es casualidad, por tanto, que México se gradúe como el país con mayor emigrantes del mundo (12 millones).

En el afán exportador también opera el extractivismo sin precedentes. Atraídas por la contrarreforma agraria (1992) que hizo legal la compra y venta de tierras, así como de una legislación fiscal que pide un pago de impuestos únicamente de 7,5% sobre utilidades netas, grandes empresas mineras nacionales e internacionales han extraído minerales sin ningún límite. 20% del territorio mexicano ha sido concesionado a empresas mineras para la exploración y explotación de minerales y 70% de los proyectos han sido asignados a empresas canadienses. Es tan grande la depredación que solo en los últimos 10 años, han extraído más del doble del oro que en tres siglos del periodo colonial.

Lo mismo ocurre con los recursos energéticos que han sido rematados en subastas para las grandes petroleras del mundo, particularmente las estadounidenses. En 2013, el gobierno mexicano aprobó la llamada reforma energética con la cual dio tiro de gracia a la empresa estatal Petróleos de México (Pemex) y entregó la exploración y extracción energética a capitales extranjeros. Como resultado, concesiona territorios para la extracción de petróleo y gas por medio de la fractura hidráulica fracking, lo cual requiere la utilización de grandes volúmenes de agua y es altamente contaminante. La reforma energética va a redoblar el impulso al saqueo y despojo de tierras ya que permite al estado declarar una región como "zona de utilidad pública" y por tanto expropiarla mediante el uso de la fuerza pública.

La vocación exportadora de las clases dominantes en México va acompañada de una doctrina de seguridad interna que convierte a las fuerzas militares y policiales del Estado en ejércitos de ocupación territorial. El agresivo proceso de reproducción capitalista que hoy sacude al país ha implicado la concentración de poder de mando en la esfera militar del aparato político con el fin de prevenir, criminalizar, desaparecer o asesinar las irrupciones de inconformidad popular.

Nutridos por el gran negocio del crimen organizado, grupos paramilitares se extienden por el país realizando las funciones de contrainsurgencia que necesita el Estado para despoblar, ocupar y reorganizar territorios, así como sembrar miedo en todas las esferas de la vida cotidiana. El resultado no tiene precedentes en la vida social del país: 150 mil muertos y 30 mil desaparecidos en tan solo 10 años.

Selección en Internet: Inalvys Campo Lazo


Notas: (1) Cálculo tomado de los salarios mínimos nacionales

Macri: seis meses después

APORREA 10 de junio del 2016 VENEZUELA

Atilio Borón*

Pocas veces se ha visto un gobierno que de forma tan rotunda ratificara la verdad contenida en algunas tesis medulares de la teoría política. Una, formulada por Agustín de Nipona en el siglo IV cuando se preguntaba: “Sin justicia ¿qué son los reinos sino grandes bandas de ladrones?” En línea con este razonamiento Tomás Moro, ya en los albores del siglo XVI decía en su célebre Utopía que al contemplar a las florecientes repúblicas de su tiempo no veía otra cosa que “una gran cuadrilla de gentes ricas y aprovechadas que a la sombra y en nombre de la república trafican en su propio provecho.” A mediados del siglo XIX Marx y Engels confirmarían la veracidad de aquellas premonitorias observaciones escribiendo que el “Estado es el comité que administra los asuntos comunes de la clase burguesa”.

En un continente infestado por la presencia de una derecha cada vez más inescrupulosa y voraz la gestión de Cambiemos al frente de la Casa Rosada sobresale por la radicalidad de su proyecto reaccionario. Un breve balance de sus primeros seis meses demuestra que su preocupación excluyente fue ejecutar una acelerada transferencia de ingresos y riquezas a favor de las clases dominantes, exacerbar la expoliación de trabajadores y consumidores, blindar mediáticamente al nuevo elenco gobernante (para que sus delitos, transgresiones, incompatibilidades y conflictos de intereses sean ocultados ante los ojos de la opinión pública) y arrojar por la borda cualquier pretensión de autodeterminación nacional, atando la Argentina al carro del imperio y asumiendo con estúpido regocijo un nuevo status semicolonial.

Pocas veces se ha visto un gobierno con tan poca sensibilidad social, incapaz de comprender que los brutales ajustes en las tarifas de los servicios públicos no tienen la menor posibilidad de ser abonados por los usuarios. Un gobierno de prepotentes oligarcas corporativos sin ningún contacto con la vida real, las privaciones, los sacrificios y los sufrimientos de la enorme mayoría de la población. Minoría opulenta y autoritaria que en los últimos años multiplicó de modo obsceno su riqueza y que, ya en el poder del Estado, se ensaña vengativamente con el resto de la sociedad a la cual culpan de haber sido el soporte material del “populismo” y a la cual, en ejemplar escarmiento, confiscan ahora sus miserables ingresos por la vía de las tarifas, y en poco tiempo arroja a la pobreza a más de un millón de personas. Un gobierno como este, que desprecia los más elementales preceptos de la justicia social y la equidad sería considerado por Agustín y Tomás (santificados a regañadientes por una Iglesia históricamente aliada al poder social) como una conspiración de ladrones. Y por Marx y Engels como una confabulación de los ricos para saquear a la sociedad en nombre de la república y la democracia, aún a riesgo de incendiar el país. ¿Suena exagerado? No, es apenas una sobria descripción del tipo de gobierno que hay en la Argentina. No estamos inventando nada. Simplemente haciendo una radiografía política, penosamente verdadera. Y la verdad siempre es revolucionaria.

Selección en Internet: Inalvys Campo Lazo

  • Politólogo y sociólogo argentino