Portal:Panorama Mundial/DE LA PRENSA/2016-08-18

"Lo que no está bajo control de EEUU pasa a ser una amenaza"

LA HAINE 11 de agosto del 2016 ESPAÑA

Alberto López Girondo*

Entrevista con Theotonio dos Santos, cientista social brasileño y uno de los intelectuales marxistas más influyentes de América Latina

Theotonio dos Santos, a los 79 años puede decir que vivió los grandes procesos políticos regionales en carne propia, desde su exilio en Chile tras el golpe del 1964 en Brasil y su nuevo destino en México desde el 1973 hasta el regreso a su patria con la vuelta de la democracia, en el 1985. Es uno de los pilares de la Teoría de la Dependencia y luego del concepto de Sistema Mundial.

Ahora, a dos Santos, de paso por Buenos Aires invitado por el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, del que fue uno de los fundadores, le toca explicar las razones para que el gobierno de Dilma Rousseff esté en sus últimos estertores y la región sufra un retorno al neoliberalismo que parecía ya alejado de la región.

"Yo veo a la situación en Latinoamérica como parte de una ofensiva más general a nivel mundial", dice desde las oficinas de CLACSO, donde el elemento determinante es una pérdida de control económico y político por parte del centro hegemónico del sistema mundial, que es Estados Unidos.

-¿Cómo se manifiesta esta ofensiva?

-Hay una postura muy desesperada de recuperación de poder y si bien no tuvo el resultado que pretendían, tuvo efectos locales bastante destructivos. Es el caso de Oriente Medio, donde ha quedado una crisis profunda y Rusia, que integró un proyecto de colaboración, termina volviendo a su condición de gran enemiga de Europa.

-¿Este nuevo enfrentamiento comienza en Siria?

-Ven a Rusia como una amenaza sobre todo por su alianza con China, que la pone otra vez dentro de un esquema de disputa mundial. Por ahora sólo han conseguido crear unas condiciones realmente difíciles en el antiguo mundo soviético pero EEUU no tiene control de la situación.

-¿El ataque contra el gobierno de Dilma se explicaría entonces por el acercamiento a los países del BRICS?

-Todo lo que no está bajo control de EEUU pasa a ser una amenaza y los BRICS son una amenaza estratégica para EEUU. Y en cierto sentido tiene razón, porque ocupa un espacio que antes ocupaban ellos. En el caso latinoamericano su preocupación pasa por el petróleo y básicamente Venezuela, que tiene las reservas más grandes del mundo, y Brasil, tras el descubrimiento del Presal, que tiene comprometido parte de las rentas a salud, educación, ciencia y tecnología.

-Al gobierno de Dilma lo frenaron, lo boicotearon, llenaron el Congreso de impresentables...No es difícil eso.

-La pregunta es por qué el PT no pudo hacer nada contra eso. -El PT jugó siempre una carta de negociación y una de las consecuencias de esta política era bajar la intensidad de la movilización social y política.

-¿Ese fue su gran error?

-Yo siempre que pude hablar con Lula de estas cosas le dije que había que tener una unidad de izquierda aunque se negociara con quien fuera, pero había que tener una base bien fuerte para la negociación. Si te restringes a ti mismo, el resultado es que empiezas a depender de la negociación cada vez más. Lula tenía una capacidad muy alta de negociación y había una expectativa de que el PT y el PSDB gobernasen en alternancia.

-Este era el planteo de Fernando Henrique Cardozo luego de que rompió con la Teoría de la Dependencia. Pero hubo muchas concesiones innecesarias y muy negativas. Porque un país no puede darse el lujo de patrocinar la creación y el fortalecimiento de una minoría financiera que vive de la improductividad y de la especulación.

-Pero el PT nunca atacó a esos grupos financieros.

-Al contrario, el presidente del Banco Central de Lula, Henrique Meirelles, ahora es ministro de Economía (de Michel Temer) y venía de la época de Fernando Henrique. Es una figura de la banca internacional. Eso ayudó a consolidar la relación de Lula con el sistema financiero, pero el resultado es catastrófico.

-¿Qué pasó después? ¿Dilma no tiene la misma capacidad de negociación?

-Hay un par de cuestiones, primero la baja en el precio del petróleo por el aumento en la producción en EEUU a través del fracking, que tuvo un impacto grande, pero por un período localizado. Se formó en torno de Dilma un grupo muy crítico a que el PT intentara enfrentar esas situaciones negativas y dijeron que había que hacer un ajuste. Todo esto en un cuadro en que decían que estábamos viviendo una crisis muy peligrosa y una inflación en expansión, que no existía -era del 4% y un poco- pero pasó a existir con la suba de la tasa de interés.

-Eso fue en enero del 14 cuando asumió su segundo mandato.

-Ya en el 2013 ella empezó a aceptar la idea, forzada por el Banco Central, de subir de la tasa. Estaba abriendo el camino de la contención del crecimiento y no de la paralización de la inflación. Por el contrario, una cosa que yo discuto hace años con distintas corrientes del pensamiento económico burgués, es esa historia de que la inflación es el resultado de un exceso económico que sólo puede ser contenido a través de un aumento de tasas de interés.

-Una receta clásica monetarista. -El resultado dramático es que aumenta la inflación. ¿Qué conclusión sacas? Que está mal la teoría y la aplicación, pero no, ellos dicen que subió muy poco la tasa de interés. Se hizo un clima para todo eso y ya estábamos con un 14% de interés, y un crecimiento cada vez menor.

-¿Cómo va a ser este futuro, Dilma vuelve o no?

-La sensación es que no había condiciones para volver porque la campaña ha sido tan fuerte, pero el gobierno de transición ha hecho muchas cosas detestables y además paradójicas, porque un líder sindical que apoya un gobierno tan anti-sindicalista y anti-trabajadores tiene un costo no sólo electoral sino dentro de su propia clase. Los líderes sindicales, incluso los que estuvieron con la derecha y el impeachment, están retrocediendo para no aparecer en favor de un aumento en la edad jubilatoria y cosas así.

-Es muy violento que se proponga aumentar las horas semanales trabajadas y se afecte el propio sueldo mínimo, que Lula había aumentado casi el 200%. Eso tiene una dimensión muy grande en la vida de la gente. Si tú empiezas a creer que puedes proponer esto en un régimen de excepción, imagínate lo que podrías hacer si te confirmas en el poder. Esto está creando una situación difícil que aún no tuvo una fórmula de apoyo a Dilma, pero me dicen en el PT que hay posibilidad de volver, es muy pequeña la diferencia, son seis votos de senadores. Claro, cada senador es un mundo y Dilma no es sencilla. Ella difícilmente negociará en términos de compra-venta de votos, viene del movimiento revolucionario, tiene aún una cierta fidelidad a eso, aunque al mismo tiempo sabe que es necesario hacer estas cosas...

-Pero no le gusta.

-No le gusta, esa es la cuestión.

-Da la impresión de que Brasil renuncia a un destino histórico de liderazgo que Itamaraty veía cumplido tras el ingreso en los BRICS.

-Son 200 años de lucha por la independencia de América Latina. Los pro-hispánicos y pro-portugueses han luchado años por mantenerse en el poder cuando ya España y Portugal eran sólo un instrumento de Inglaterra. Estos tipos aún creen que su supervivencia como clase dominante depende de esa alianza histórica. Y ellos creen que EE UU está arriba de todo y no ven mucho cómo manejarse con la potencialidad que, por ejemplo, trae China como demandante mundial. Y eso es grave porque los chinos negocian en forma colectiva, en grandes proyectos y, por lo tanto, de estado a estado. Los empresarios cuentan pero como auxiliares de un planeamiento estatal. Nuestra burguesía no cree en eso. Esta gente es como la anti-independencia de América Latina.

-¿Cómo ve el futuro de la región? Porque el triunfo de Mauricio Macri seguramente aceleró el golpe en Brasil y la avanzada contra Venezuela.

-Parece que hay una fase muy favorable para ellos. Pero cuando surja una resistencia efectiva dudo mucho de su capacidad para controlar la situación. Porque todo eso está arriba de un mundo creado por los medios de comunicación, por una negación de realidades, por la creación de situaciones psicológicas con gente muy especializada y que sabe muy bien transmitirlo a las masas.

-Realmente la idea de manejar el mundo como si el libre mercado fuera la fuente del crecimiento económico, del desarrollo, es una cosa absurda. No puede mostrar ningún sector económico que no sea dirigido por la inversión estatal y ningún proceso de enriquecimiento que no pase por la transferencia de recursos del Estado. Lo que nos lleva a una falsa cuestión que la izquierda también debe aprender, de que hay que cortar gastos para transferir hacia esa minoría que está básicamente en el sector financiero. En Brasil pagamos un 40% más del gasto público para una deuda creada explícitamente por razones macroeconómicas.

-Este escenario implica que en algún momento puede haber grandes levantamientos. ¿Eso no podría implicar situaciones como las de Oriente Medio?

-En último caso sí, pero no creo que Estados Unidos lo quiera porque el costo es muy elevado en un momento en que ellos están sacando tropas para hacer una cosa que suena increíble, y lo dicen claramente: cercar a China. En Oriente Medio los resultados fueron desastrosos. Puede ser que la estrategia fuera la del caos creativo. Si es así, ya lo consiguieron.

Selección en Internet: Melvis Rojas Soris

  • Periodista argentino

Argentina, ¿qué hay de la pobreza cero?

REBELIÓN 15 de agosto del 2016 ESPAÑA

Más pobres, indigentes y desempleados para bajar la inflación

Julio C. Gambina*

La inflación medida por el INDEC a julio del 2016 marca 2% y por encima de ese registro está el rubro alimentos y bebidas con el 2,7%. Es un dato relevante ya que para los más pobres es lo último que se deja de comprar y por ende, entre los sectores de menores ingresos se encuentran los mayores perjudicados por la evolución de los precios.

Alimentos y bebidas tienen incrementos que llegan al 38% en un mes. Entre los que más subieron están los aceites, lácteos, frutas y verduras, muchos de los cuales son parte, o debieran serlo, de la dieta cotidiana.

Por encima del promedio se encuentra el esparcimiento con un 5%, especialmente el turismo de las pasadas vacaciones de invierno, dejando claro que los pobres no tienen espacio para la diversión, el descanso o el paseo.

La salud (2,1%) y la educación (2,4%) marcan una evolución de precios por encima del promedio.

Desde el gobierno se mira la tendencia a la baja de una inflación medida por el INDEC en registro descendente desde mayo (4,2%), junio (3,1%) y ahora en julio (2%), a costa claro de ajustar hacia abajo según capacidad de los ingresos de la mayoría de la sociedad.

La anualización de la inflación, de julio a julio está por encima del 45% según que medición se tome, ya que el INDEC discontinuó su información y solo tenemos datos desde mayo pasado. El ente de la ciudad de Buenos Aires indica un 47% entre julio del 2015 y el propio mes del 2016.

Para el presente año, la proyección rondará el 40%, solo si se mantiene la tendencia descendente de los últimos informes del INDEC.

INDIGENCIA, POBREZA Y DESEMPLEO

Crece la pobreza, la indigencia y el desempleo a contramano de la promesa oficial de bajar a cero la pobreza. En ese sentido son varias las consideraciones a realizar.

Una proviene de la actualización de la pobreza del Observatorio social de la Universidad Católica, que indica un avance de la indigencia del 5,3% en diciembre del 2015 a 6,2% para fines del primer trimestre del 2016, sumando 400 mil nuevos indigentes.

El dato de la pobreza pasa de 29% en diciembre pasado a 32,6% a marzo del 2016, incrementando en 1,4 millones la cantidad de pobres para un registro absoluto de 13 millones de pobres sobre 40 millones de habitantes.

Puede deducirse un agravamiento de la situación desde entonces, con la inflación de abril del 6,5% y los registros del INDEC entre mayo y julio (4,2%; 3,1% y 2%), que aun con tendencia a la baja, contrastan con ingresos populares mayoritariamente congelados o actualizados en valores menores a esa evolución de los precios.

Es muy probable que la pobreza e indigencia siga degradando la condición de millones de personas en el país, agravando los problemas estructurales al respecto.

A ello debe sumarse el creciente desempleo o pérdidas de ingreso por suspensiones que motoriza la recesión económica.

Son muchos los empleos perdidos en el sector estatal y privado de la economía con bajas del nivel de actividad económica de la producción manufacturera que registra la Unión Industrial Argentina, del 9% para el mes de julio pasado, y en el mismo sentido la baja informada por la Cámara de la Construcción y que también se verifica en el sector comercial, con un combo de menores ventas y producción, coherentes con menor consumo y mayor desempleo. La recesión es un dato de la realidad.

Los ingresos previsionales se actualizan dos veces al año en un registro anual del 30% contra una inflación anualizada del orden del 45% y una tendencia a cerrar el año en torno al 40%, lo que supone una pérdida proyectada mínima de 10%.

Ni hablar del salario mínimo, que llegará a 8 mil pesos en enero del 2017 contra una canasta actual superior a los 19 mil, según miden los trabajadores estatales del INDEC.

Crece la pobreza, la indigencia, el desempleo y se deteriora la calidad de vida de la mayoría de la población por la pérdida de ingresos contra aumentos del costo de vida.

El resultado económico social está a contramano de la promesa oficial para lograr pobreza cero.

LA ILUSIÓN DE SALIR DE POBRE EN LA DISPUTA POLÍTICA

Parece una obviedad señalar que un gobierno que es expresión del capital más concentrado solo tiene políticas para recomponer la tasa de ganancia de los sectores económicos hegemónicos.

Aun siendo así, vale señalar la iniciativa ideológica propagandística gubernamental para justificar la situación de la política actual transfiriendo la responsabilidad a la herencia por los efectos actuales de su política y convocar a un imaginario de soluciones a futuro.

En ese plano bien vale interrogarse el hasta cuándo será aceptada la responsabilidad “heredada” por la historia reciente y cuando empieza el futuro de cosecha para salir de pobre a la mayoría de la población.

Son preguntas sin respuestas que escenifican la política actual en la disputa del consenso social. Es parte del discurso que actúa sobre el “descontento” en la gestión kirchnerista para generar sentido común favorable a la política oficial.

El gobierno seguirá prometiendo pobreza cero a futuro para facilitar consensos a sus propósitos de inserción dependiente del capitalismo local, con el límite de la protesta social que es extensa y fragmentada, sin por ahora existir síntesis política que pueda otorgarle fortaleza al movimiento popular en la confrontación con el objetivo de las clases dominantes.

Junto al gobierno disputan el consenso diversos proyectos de la oposición política, cuyos matices explicitan variantes en la gestión del capitalismo, e incluso algunos de ellos entran y salen en la dinámica de protesta social contra el ajuste y especialmente los tarifazos.

Vale la consideración para no engañarse sobre algunos proyectos políticos que a veces pueblan la protesta social sin sacar los pies del orden capitalista y hacer lo posible o permitido según la correlación de fuerzas.

Es una realidad que convoca a pensar la necesaria autonomía del movimiento popular sobre el proyecto de las clases dominantes y sus múltiples mediaciones organizacionales (partidos, sindicatos, otros), instrumentales (coaliciones, ong, etc.), mediáticas e intelectuales (periodistas, comunicadores, etc.).

Una nueva síntesis política de la protesta social y la aspiración por una nueva propuesta política popular constituye la asignatura pendiente de nuestro tiempo.

Selección en Internet: Melvis Rojas Soris

  • Profesor titular de Economía Política, Universidad Nacional de Rosario, Argentina


El negocio de la guerra

GARA 23 de julio del 2016 ESPAÑA

Reflexión desde una mirada europea

Iñaki Egaña*

Ahora que una parte de nuestro país está inmersa en los aniversarios de la Gran Guerra, he creído oportuno traer a estas líneas uno de los acontecimientos más despreciables que conoció Francia al término de la Primera contienda mundial. Han pasado cien años de aquella sarracina; nuestro territorio continental lloró la muerte de 6 mil de sus jóvenes en una crónica de la que aún son testigos mudos cientos de monolitos que se dispersan por los rincones de Ipar Euskal Herria.

Se trató de una gran estafa. En los años posteriores a la conclusión de la guerra, se exhumaron cerca de un millón de cadáveres de los frentes, de los que una cuarta parte se entregaron a sus familias. El resto fue enterrado en cementerios enormes, dispuestos a ser visitados, con los gastos pagados, por sus deudos.

Semejante empresa, destinada a salvar el trasero de quienes habían ordenado una carnicería de semejante magnitud (Francia tuvo dos millones de muertos, la cuarta parte civiles), generó un formidable negocio. Se modificaron los costes, se mezclaron restos, se malpagó a los enterradores importados de colonias y con el beneficio obtenido varios militares se convirtieron en poco tiempo en multimillonarios. Pierre Lemaitre hace una descripción brutal de este robo, «Nos vemos allá arriba», que le valió el Goncourt en el 2014.

En nuestro país continental volvió a reproducirse la estafa después de la Guerra Civil. Desde 1938 a 1957, el Gobierno franquista creó el SNRDR (Servicio Nacional de Regiones Devastadas y Reparaciones), para ofrecer a constructores afines la reconstrucción de sus estragos. Eibar y Gernika entre ellas. La corrupción volvió a enriquecer a unos pocos.

Menos conocido, por razones de pudor político y falso estereotipo, las guerras también tuvieron y tienen su negocio en forma de agresiones y violaciones. De Estados Unidos, área capaz de exportar lo peor de la condición humana, el historiador Robert J. Lilly cita una especie de «turismo sexual» durante la Segunda Guerra mundial de los soldados norteamericanos en Francia. La alemana Miriam Gebhardt achaca a los aliados cerca de un millón de violaciones tras la caída de Berlín y la derrota de Hitler.

Estas situaciones las volvemos a encontrar machaconamente repetidas en los diarios del siglo XXI, en la letra pequeña de los combates que se desarrollan en escenarios que ya nos resultan familiares, como si se tratara de barrios de nuestra ciudad, a la vuelta de la esquina. La guerra sigue siendo un negocio. Un gran negocio para una élite que no deja de crecer, subiendo de rango en la lista Forbes.

La industria armamentística es una de las más florecientes del planeta. En EEUU, junto a la del ocio (Hollywood y derivados) y las farmacéuticas, uno de sus pilares. En la actualidad, cerca del 2,5% del PIB mundial lo generan las armas, en su conjunto. Un negocio boyante que ha llevado a varias empresas como BAE Systems, Finmeccanica, Thales, Rheinmetall o General Dynamics, a aumentar geométricamente el valor de sus acciones en Bolsa.

Lo más sorprendente de este negocio, al margen de su universalidad, reside en los “detalles”, en la puntualidad con que las finanzas recogen beneficios. Mario Moratalla relataba que tras los atentados yihadistas de París de noviembre del 2015 las empresas armamentísticas, entre ellas las citadas, se revalorizaron como la espuma. Un 10% en los días siguientes a la masacre del teatro Bataclan. La portada de “El Economista” del 17 de noviembre de 2015 fue significativa: «Las empresas armamentísticas se benefician del atentado de París». La muerte cotiza en bolsa al alza.

Se trata, sin duda, del lado opaco de la guerra, de la destrucción masiva ligada a la reconstrucción con contratos estratosféricos de los que saldrán beneficiadas también empresas que no tienen que ver, a priori, con el sector armamentístico. Un negocio lucrativo que muestra el lado más feroz de ese capitalismo que nos va convirtiendo poco a poco en piltrafas humanas, arrinconando nuestro sentimiento solidario de especie.

Este ambiente hipócrita que nos envuelve tiene un hilo conductor que se pierde en uno de los «pros» que jamás he logrado entender. La industria armamentística vasca ha sido uno de los pilares de nuestra economía. Al parecer estamos orgullosos de ello. Aún en 2016 representa el 14% de la industria española del sector. Uno de los bancos que la financia tiene su sede social y fiscal en Bilbao, el BBVA. En Eibar, a solo unos kilómetros de la capital vizcaína, el Museo de la Industria Armera se vanagloria en su página web de contribuir a «la conservación y difusión de la memoria histórica y el patrimonio industrial de un pueblo de gran tradición armera».

Las armas «Made in Basque Country» han contribuido a perpetuar la desolación en el planeta. No solo en los conflictos actuales, sino también en los históricos. ¿Habrá algún día una contabilización de cuántos millones de personas han muerto en los cinco continentes con la etiqueta del label vasco?

Comenzaba el artículo con el recuerdo de los 6 mil jóvenes de Ipar Euskal Herria que fallecieron en la Gran Guerra. Los vascos peninsulares no participaron en la contienda. Pero algunos de sus empresarios se enriquecieron a costa del conflicto bélico, en lo que se llamó la Edad de Oro de la industria armamentística vasca. ¿Alguna vez nos hemos parado a pensar que aquellos jóvenes imberbes de Baigorri, Atharratze, Sara o Ziburu expiraron su último aliento tras ser alcanzados por artefactos o armas fabricados en Gernika o Eibar? Los expertos me dicen que por el recorrido del armamento es improbable, pero la posibilidad me llena de desasosiego.

Decenas de miles de fusiles, granadas de mano, explosivos de label vasco fueron utilizados contra los independentistas cubanos mientras Sabino Arana glorificaba su gesta para separarse de España. Los separatistas de Abd el Krim, en el Rif, sufrieron también el martirio de la aviación española cargada con material fabricado en Gernika. La imagen de 1937 me ha golpeado inmediatamente la conciencia. Pero la zozobra emocional tiene su continuidad. Unceta y Cia, de Gernika, vendió más de cien mil armas para las Fuerzas Armadas de la Alemania de Hitler, durante la Segunda Guerra. A quienes solo unos años antes habían bombardeado y exterminado la villa foral.

No son crónicas que desaparecieron para incrustarse en una nota al pie de página de un libro para especialistas. La llegada del gran tahúr que fue Felipe González reactivó la industria armamentística mientras ahogaba la naval. El castigo político, el palo y la zanahoria, marcó la diferencia. Y una industria familiar vasca como Gamesa, hoy al parecer modelo de energías alternativas (eólicas), alcanzó el estrellato. Las víctimas fueron la mayoría civiles, iraquíes e iraníes. Y sus dueños, como tantas otras veces, entraron en la lista Forbes de las mayores fortunas.

Son crónicas también presentes y, en consecuencia, mientras este sistema nos apriete, de futuro. El Colectivo Gasteizkoak acaba de zarandear nuestras conciencias, y la verdad es que lo ha conseguido, con su trabajo Estas guerras son muy nuestras. Industria militar vasca (Txalaparta). Su lectura impacta. No deja lugar a esas identidades románticas de nuestros antepasados, a esa falsa idea de lo vasco como escenario de fragantes esencias.

Un centenar de empresas vascas tienen vinculación con la producción de material militar. Algunas de estas empresas están dirigidas por “ilustres” personajes, entre ellos el presidente del consejo de administración de un equipo vasco de fútbol con más de cien años de historia. Cuatro de ellas, SAPA, Sener, ITP y Aernova (antes Gamesa) están en el Top. Subvencionadas con dinero público institucional. Y mientras, apelaremos a esas mismas instituciones para que sean un poco más indulgentes y abran las puertas a los refugiados que huyen de esos escenarios abrasados por explosivos y artilugios “Made in Basque Country”. La hipocresía no tiene límites.

Selección en Internet: Melvis Rojas Soris

  • Historiador español

Striptease de la política imperialista

ALAINET 11 de agosto del 2016 ECUADOR

Manuel E. Yepe*

Hoy se invierten recursos financieros cada vez más cuantiosos en la creación de nuevas tecnologías de guerra y armas de destrucción masiva, sin que exista la menor justificación defensiva para ello en las condiciones del mundo de posguerra fría.

Europa, que tanto se benefició con la conquista y colonización de América, África y Asia, ha tenido la responsabilidad de arrastrar al mundo a dos guerras mundiales. El llamado viejo continente debía haber hecho un supremo esfuerzo por evitar una catástrofe como la que se desarrolló en la antigua República Socialista de Yugoslavia, en Afganistán, Irak, Libia y Siria, así como las acciones criminales de exterminio que hace muchos años libran las fuerzas sionistas contra el martirizado pueblo palestino, para citar solo las más cruentas.

Entre la primera y la segunda guerras mundiales transcurrieron solamente 19 años. Hace 71 años que terminó la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, desde entonces ha habido conflictos y guerras que han arrojado varias veces más explosivos y armas químicas que ambas guerras mundiales juntas. La política de adjudicar partidas más masivas para la guerra y disminuir simultáneamente los impuestos a los contribuyentes más poderosos significa menos dinero para gastos sociales. No afecta, por ello, a toda la población estadounidense por igual. La práctica neoliberal y la globalización garantizan que los ricos sigan incrementando su opulencia y los pobres sean cada vez más y que sean cada vez más pobres.

Se reducen o eliminan en Estados Unidos programas federales de educación, de desarrollo comunitario, subvenciones a las agencias de protección del medio ambiente, financiamiento para el desarrollo de energías alternativas de bajo costo, control de enfermedades, tratamientos por abuso de drogas, administración sanitaria y seguridad ocupacional y seguridad pública, por solo señalar las más golpeadas recientemente.

Estados Unidos presenta la paradoja de ser el país más rico del mundo y, al mismo tiempo tiene una de las mayores incidencias de pobreza entre los países desarrollados. Actualmente tiene proporcionalmente el número más elevado de pobres, de personas sin cobertura de salud y con inseguridad y deficiencia alimentaria, ente los países ricos.

Estas tristes realidades sociales para el pueblo de Estados Unidos, inducidas por las guerras imperialistas en términos de vidas soldados y secuelas de heridos no se pueden comparar, sin embargo, con el enorme daño que han significado para los pueblos agredidos las desproporcionadas guerras que han provocado.

Las farsas representadas por Estados Unidos para justificar la ocupación, primero, y posteriormente para salvar su imagen ante la evidencia de una guerra perdida han sido grotescas.

Esto ocurre cuando Washington no encuentra cómo salir de los países agredidos sin poder materializar los cuantiosos beneficios económicos para los monopolios transnacionales que fueron la verdadera razón de la agresión.

La noble aspiración de la humanidad de hacer del siglo XXI el primero sin guerras en la historia murió tempranamente. Frente al cúmulo de penurias, atrocidades, crueldades y sacrificios que caracterizan la realidad de las guerras, la lucha de la humanidad por la paz deviene necesidad vital.

La Humanidad tiene hoy cultura y experiencia suficientes como para rechazar la idea de que la paz deba ser impuesta por las guerras. La paz puede y debe ser un objetivo consciente de la inteligencia humana y de la solidaridad.

El pueblo de Estados Unidos, se ha dicho muchas veces, es el único que podrá llevar a cabo la titánica hazaña de hacer caer al imperio más poderoso y sanguinario que haya conocido la humanidad. ¡La humanidad toda espera ansiosa ver a ese pueblo actuar para brindarle la solidaridad a que se hará acreedor!

Por estos días los pueblos de todo el mundo han podido seguir, a veces con repugnancia, el proceso de elecciones que, como cada cuatro años se lleva a cabo en la nación estadounidense.

En esta ocasión, sin embargo, se han podido observar, nuevas y sorprendentes manifestaciones de la crisis profunda por que atraviesa el sistema político de la única superpotencia de esta era. La campaña del candidato republicano Donald Trump ha permitido ver, con toda crudeza, el terrible peligro fascista que se cierne sobre la humanidad, en tanto que, en contraposición, en la del candidato del partido demócrata, Bernard Sanders, se dijeron esperanzadores anuncios que nunca antes habían sido escuchados desde el seno de la más alta política imperialista.

Selección en Internet: Melvis Rojas Soris

  • Periodista cubano