Portal:Panorama Mundial/DE LA PRENSA/2016-08-25

Una mirada a la explotación petrolera en Cuba

OPCIONES 18 de agosto del 2016 CUBA

Osvaldo López Corzo, jefe Grupo de Exploración de Cuba Petróleo (Cupet), y del Proyecto de Exploración en la Zona Económica Exclusiva de Cuba en el Golfo de México (ZEEC-GoM), conversó en exclusiva con Opciones

Eileen Sosin Martínez

Entre los años 2013 y 2015 un equipo de especialistas de Cuba Petróleo (Cupet) y Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA) realizó una evaluación regional de la cuenca de la Zona Económica Exclusiva de Cuba en el Golfo de México (ZEEC-GoM).

El objetivo de este estudio fue evaluar, luego de la perforación de cuatro pozos exploratorios, el potencial productor de hidrocarburos de este sector costa afuera de la Mayor de las Antillas, perteneciente a una de las cuencas petroleras más prolíferas del mundo: el Golfo de México.

Los principales trabajos exploratorios en este sector comenzaron en la década de los 80 del pasado siglo, cuando bajo el Deep Sea Drilling Project, de los Estados Unidos, se perforaron algunos pozos poco profundos en este sector cubano. Hubo escasas evidencias de hidrocarburos en éstos. Exploraron menos de 800 metros (m) debajo del lecho marino, pero con un tirante de agua entre 2 mil 500 y 3 mil 550 m, sin embargo el objetivo esencial no fue el hallazgo de hidrocarburos, sino investigar el espesor sedimentario debajo del fondo marino.

En el año 2000 la compañía francesa CGG ejecutó una campaña sísmica de más de 7 mil kilómetros (km) de 2D, de carácter multicliente, y a partir del 2002 comenzaron a suscribirse contratos de producción compartida con varias compañías extranjeras, las cuales llegaron a sumar más de ocho, entre operadoras y asociadas. Fue la española Repsol la que inició los sondeos de perforación, cuando en el año 2004 se abrió el pozo Yamagua, 25 kilómetros al norte del campo petrolero Boca de Jaruco, operado por Cupet.

Este primer pozo tuvo indicios o manifestaciones de un petróleo de 19,5°API, generado por una roca de distribución regional en los campos petroleros de Cuba, México y EEUU, de edad Jurásico Superior. Sin embargo, la ausencia de un sello efectivo dio al traste con la comercialidad de la estructura, por lo que no pudo anunciarse como un descubrimiento.

En el 2012 se llevaron a cabo otras tres perforaciones, por las empresas Repsol, Petronas y PDVSA. Los pozos tuvieron resultados similares, con objetivos geológicos enfocados en los niveles del Cretácico, ya que se buscaban analogías con campos petroleros mexicanos. Se registraron indicios no comerciales de hidrocarburos y los estudios posteriores permitieron correlacionar estos crudos con las rocas generadoras más profundas, del Jurásico Superior. Todos los pozos fueron complejos, perforados en aguas ultraprofundas (más de mil 500 m de profundidad del lecho marino).

"La Zona es muy extensa, abarca más de 100 mil kilómetros cuadrados, y se han identificado, de manera hipotética, siete grupos de estructuras petroleras o plays exploratorios, de los cuales el único demostrado es el del cinturón plegado, el cual aporta casi la totalidad del crudo que se extrae en Cuba, pero cuya extensión explorada en el occidente es solo del 5 % de su total.

“Todavía desde el punto de vista exploratorio quedan muchos trabajos por ejecutarse, sobre todo en materia de perforación de pozos. Existen muchos ejemplos de cuencas petroleras costa afuera que han tenido una historia exploratoria prolongada, donde se han tenido que perforar más de 10 pozos para lograr el primer descubrimiento", explica López Corzo.

La exploración en aguas profundas y ultraprofundas, como conceptualmente serían en la ZEEC-GoM, tienen actualmente un elemento negativo impactante: los precios del crudo. Se estima que la perforación de un solo pozo en las aguas cubanas puede costar entre 200 y 300 millones de dólares, y que además puedan existir estructuras que contengan entre 100 y 350 millones de barriles de petróleo extraíble, pero se necesitarían varios pozos, más de 10, para extraer estos recursos, por lo que las inversiones estarían en el orden de los miles de millones de dólares, hecho que ha motivado al gobierno cubano a promover la inversión extranjera en esta parte del sector energético. Pero es una tarea solo para grandes empresas, de hecho no son muchas a nivel mundial las que pueden operar campos petroleros en estas condiciones fisiográficas y geológicas”.

"En estos momentos existen varias empresas extranjeras interesadas en la exploración petrolera en Cuba, tanto en tierra como costa afuera, a pesar de los riesgos y los precios del crudo" pero el ejecutivo de Cupet se reserva mencionar nombres.

“Los especialistas de Cupet hemos estimado un volumen de recursos extraíbles del orden de los 15 mil millones de barriles en la ZEEC-GoM, pero solo la perforación de pozos caros y complejos puede comprobar tal estimación. El Servicio Geológico de los EEUU (USGS), por su parte, ha publicado que sus estimados son del orden de los 6 mil millones de barriles, cualquiera de los dos estimados puede errar o ser cierto, es la naturaleza de la exploración petrolera", explica el experto de Cupet”.

HISTORIA

El inicio de la exploración petrolera en Cuba data de 1881, año en que se perforó el primer pozo petrolero, en el área de Motembo, extremo occidental de la provincia de Villa Clara. Este pozo descubre petróleo muy ligero (más de 40°API), y se perforó a poca profundidad, debido a los métodos que se poseían de percusión por cable, pero sin dudas este hallazgo motivó la exploración por numerosas empresas norteamericanas que entonces operaban en la Isla, pero su objetivo esencial era la explotación de asfalto, que se obtiene en superficie, como una mina a cielo abierto.

"Se trata de la destrucción de un campo petrolero: el crudo fluye hacia la superficie, allí se combina con el oxígeno y pierde propiedades, se hace más viscoso, más denso". Entre finales del siglo XIX y principios del XX se exportaban anualmente toneladas de asfalto cubano hacia los Estados Unidos para pavimentar calles de sus grandes ciudades.

"Luego se perforaron algunos pozos en las inmediaciones de Villa Clara, en Matanzas, y en Sancti Spíritus. Se descubrieron campos petroleros en escenarios diferentes a los de hoy, en Catalina, Cristales y Jarahueca, en la región central. Entre las décadas de los 40 y 50 se perforaron los pozos de Bacuranao y Cruz Verde, que también generaron producción en la parte occidental de Cuba.

“A partir de los años sesenta empiezan a gestarse convenios con la URSS y el antiguo Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME). "Comenzaron a hacerse muchos trabajos geológicos, no solo petroleros, sino también científicos y regionales, de mapeo geológico, de áreas con determinado riesgo sísmico, estudios de suelos, búsquedas de minerales no metálicos, metálicos y sales… que realmente aportaron un valor infinito al conocimiento del archipiélago cubano.

"Se llevaron a cabo campañas de perforación a nivel nacional, y a finales de los 60 y principios de los 70 se descubrieron los campos Boca de Jaruco y Varadero". Estos constituyen los dos yacimientos tipo de la franja petrolera cubana, los más estudiados y donde está la mayor densidad de pozos”.

“En el 1992 la actividad petrolera en la Isla se abrió a la inversión extranjera. A mediados de los 90 se transformó el paradigma de perforación de pozos verticales o ligeramente inclinados. "En 1996 la firma canadiense Sherrit decidió perforar el primer pozo de terminación horizontal, en el yacimiento de Puerto Escondido, que ya se conocía, pero se explotaba mediante pozos verticales, cuya producción era de algunas decenas a cientos de barriles de petróleo por día. En ese pozo horizontal los volúmenes de crudo se multiplicaron por 10, hasta alcanzar entre mil y 3 mil barriles diarios".

Ello se debe a la geometría de los campos petroleros cubanos, que tienen formas similares a cúpulas o pliegues enterrados, donde la mayor densidad de petróleo está en la parte alta. "Se rompió un esquema y los resultados fueron muy positivos, de manera que hoy todos los pozos de la franja petrolera del norte del país tienen terminación horizontal. Ya en Cuba se perforan pozos de extrema complejidad tecnológica, de más de 7 mil m de largo, y el hecho que ha motivado esto es la necesidad de explorar y explotar estructuras que se encuentran cada vez más alejadas de la costa.

“En otras palabras, ya Cuba produce petróleo costa afuera, porque los yacimientos se encuentran bajo una profundidad del lecho marino entre 400 y 700 m, pero todavía pueden ser alcanzados desde tierra. Esta práctica abarata notablemente las operaciones, pues así un pozo puede costar entre 15 millones y 30 millones de dólares; en cambio, en el mar, el valor sería de 150 y hasta 200 millones de dólares, para extraer el mismo crudo. La estrategia de Cupet es explotar todo lo que podamos desde tierra, para que el proceso sea más rentable".

Alrededor del 99% de la producción petrolera cubana se concentra en la llamada Franja Petrolera Norte Cubana, entre La Habana y Matanzas. El otro porciento proviene de pequeños depósitos en Ciego de Ávila y Sancti Spíritus, algunos de estos explotados hace más de 60 años.

Hoy día la Isla extrae un volumen de hidrocarburos que garantiza la generación eléctrica del país, pero este volumen abarca aproximadamente la mitad de su demanda energética. El reto de Cupet, ante un consumo energético creciente, es incrementar reservas y extraer mayores volúmenes de crudo en el quinquenio 2016-2020.

Se acabaron los juegos; Brasil vuelve a la vida real

PÁGINA 12 23 de agosto del 2016 ARGENTINA

Eric Nepomuceno*

Llovió en Río, pero nada parecía capaz de lavar la alegría de las delegaciones que participaron el domingo por la noche en la ceremonia de cierre de los Juegos Olímpicos del 2016, con el estadio de Maracaná lleno al tope. Una ceremonia espectacular, que abarcó la diversidad cultural brasileña, culminó de manera apoteótica homenajeando desde el popular carnaval callejero al de las grandes escuelas de samba. Sambas clásicos de los carnavales del pasado contagiaron a todos y hubo otra lluvia, esta vez de papel picado.

La explosión de belleza y alegría marcó la despedida de dos semanas de fiesta y el retorno de la normalidad, o sea, la crisis que sofoca a la ciudad, al Estado y al país.

Tres ausencias marcaron la noche: la del principal responsable por la elección de Río para albergar los Juegos Olímpicos, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva; la de la principal responsable de viabilizar la realización del mayor evento del planeta, la presidenta apartada Dilma Rousseff, y la del presidente interino, Michel Temer.

Lula da Silva y Dilma Rousseff decidieron no comparecer porque los organizadores, en un gesto grosero pactado con el gobierno interino, no les destinaron asientos en la tribuna de honor.

Michel Temer, por una razón más contundente: evitar que se repitiesen los abucheos con que fue recibido en la ceremonia de apertura. Y para no ver las pancartas, que aparecieron en todos los eventos, con las consignas “¡Fuera, Temer!” o “¡No al golpe!”

Rompiendo el protocolo, en su lugar mandó al actual presidente de la Cámara de Diputados, el derechista Rodrigo Maia, su aliado en el golpe institucional que liquidará el mandato popular de la Presidenta dentro de pocos días. Maia aceptó el encargo, pero con una condición: no diría una sola palabra. Igual, nadie estaba especialmente interesado en oírlo.

Gracias a la grosería brasileña, la diplomacia japonesa tuvo que cambiar sus planes: en lugar del primer ministro Shinzo Abe, mandó a la alcaldesa de Tokio, que será sede de los Juegos Olímpicos del 2020.

A última hora, Temer propuso a Abe un encuentro reservado en Brasilia. La respuesta fue un contundente “no”. Ya se verá hasta qué punto la actitud de Temer tendrá sus efectos sobre las relaciones bilaterales.

A lo largo de las dos semanas que duraron los Juegos, se confirmó una vez más la capacidad brasileña de improvisar de tal forma que, a última hora, el desastre anunciado no se consuma. Fue así en el Mundial del 2014, fue así ahora. Terminó imponiéndose la alegría y el buen humor en una ciudad acosada por la violencia, por la pésima calidad de los servicios públicos y por las sombras de lo que pasará cuando se retiren los más de 80 mil encargados de la seguridad durante los Juegos.

Hubo fallas en la Villa Olímpica, cada día se registraron al menos cuatro robos en los alojamientos de los atletas, el tránsito se hizo caótico, pero al final todo resultó en buenos recuerdos.

Los gastos de los Juegos Olímpicos de Río fueron inferiores a los de Beijing y Londres, alrededor de cuatro mil millones de dólares. Fueron vendidas alrededor de cinco millones seiscientos mil entradas. Los organizadores, por su lado, destinaron 285 mil boletos –4,75% del total de seis millones puestos a la venta– para comunidades carecientes, para refugios tutelares de niños maltratados o abandonados por sus padres y para barriadas miserables de la periferia.

Al cosechar 19 medallas, entre ellas siete de oro, Brasil logró su mejor desempeño en la historia de las Olimpíadas. La prensa local le dio amplio espacio a esa hazaña, pero no por casualidad olvidó registrar que la mayoría de los medallistas se benefició de los programas de incentivo al deporte creados por los gobiernos de Lula da Silva y Dilma Rousseff.

No se pudo impedir, en todo caso, que varios de los medallistas mencionasen ese punto en sus entrevistas a los medios que hacen de todo para no vincular a Lula y Dilma con los Juegos Olímpicos de Río.

El remero Isaquias Queiroz, 22 años, primer brasileño que logró tres medallas en una sola edición de los Juegos, fue uno de ellos, para el evidente desagrado de sus entrevistadores.

En esta edición fueron superados 27 records mundiales y 91 records olímpicos. Pero nada comparable al record de venta de hamburguesas (hubo un día en que se consumieron 70 mil en la Villa Olímpica). Entre otras ocurrencias, se destacó la falsa denuncia de asalto realizada por nadadores de Estados Unidos, medallistas inclusive, que fueron rápidamente desmentidos gracias a la eficacia de la policía.

Ahora, todo volverá a la normalidad. Lástima que esa misma policía no sea así de eficaz a la hora de resolver los crímenes que sacuden a la ciudad.

Los Juegos Olímpicos dejan también su legado a una parte de Río de Janeiro, con obras viales que efectivamente cambiaron el centro de la ciudad, ahora recuperado y deslumbrante.

La periferia seguirá periférica y abandonada, los servicios públicos seguirán caóticos, pero al menos por dos semanas los habitantes de la ciudad –así como parte importante de los brasileños– pudieron recuperar la autoestima, tan lastimada en estos tiempos de bruma.

Brasil, por su parte, amaneció ayer cara a cara con la etapa final del golpe institucional en curso. Dentro de poco más de diez días todo estará consumado.

Michel Temer será transformado en presidente efectivo y ya no podrá ocultarse cada vez que su presencia sea esperada en actos públicos.

Pudo evitar la silbatina en Maracaná. Pero no podrá esconderse para siempre: caminará con aires imperiales, pero sabe que trae estampado en la frente el sello de golpista y traidor.

Selección en Internet: Inalvys Campo Lazo

  • Escritor y periodista brasileño

EEUU y Cuba: una ley que no se ajusta

APORREA 14 de agosto del 2016 VENEZUELA

Hedelberto López Blanch*

El gobierno cubano denunció nuevamente la pasada semana al gobierno de Estados Unidos por mantener y sostener la Ley de Ajuste Cubano, lo cual es una violación de los Acuerdos Migratorios firmados entre La Habana y Washington, mediante los que ambos Estados asumieron la obligación de garantizar una emigración legal, segura y ordenada.

Cuba también catalogó la arbitraria ley como incongruente con el actual contexto bilateral, obstaculizando la normalización de las relaciones migratorias entre las dos naciones y creando a la vez, problemas a otros países.

La nota emitida por la Dirección de Asuntos Consulares y de Cubanos Residentes en el Exterior del Ministerio de Relaciones Exteriores, se debió a que el pasado 6 de agosto del 2016, fueron deportados al país 14 ciudadanos cubanos que se encontraban de manera ilegal en territorio colombiano.

Aclaró la información que el traslado se realizó en un vuelo de la fuerza aérea de Colombia, respondiendo a una solicitud del gobierno de ese país y con estricto apego a lo establecido en la legislación de ambas naciones y en las normas internacionales vigentes para ese tipo de situación.

Esas personas habían salido de Cuba legalmente hacia diferentes países de América Latina y el Caribe, cumpliendo los requisitos establecidos por las regulaciones migratorias cubanas. En el intento de llegar a territorio norteamericano, agregó el documento, se han convertido en víctimas de traficantes y de bandas delincuenciales que operan en la región.

La Dirección de Asuntos Consulares y de Cubanos Residentes en el Exterior reiteró que esos ciudadanos son víctimas de la politización del tema migratorio por parte del gobierno de los Estados Unidos, el cual estimula una emigración ilegal e insegura, a través de la Ley de Ajuste Cubano, la política de "pies secos-pies mojados", y del "Programa de Parole para médicos cubanos".

Asimismo, esa legislación les confiere a los cubanos un tratamiento diferenciado y único en el mundo, al admitirlos de forma inmediata y automática, sin importar las vías y medios que utilizan, incluso si llegan de manera ilegal a su territorio; contrastando con el tratamiento que reciben emigrantes de otros países del mundo, los cuales son rechazados.

El objetivo es también debilitar al gobierno cubano con un robo constante de cerebros, personas formadas profesionalmente por la Revolución que salen de la Isla con elevados conocimientos.

Cientos de personas, en su mayoría jóvenes, embrujados por los cantos de sirena, se lanzan al mar en frágiles embarcaciones, contactan con traficantes de personas o viajan a terceros países para, en travesías sumamente peligrosas, tratar de alcanzar las fronteras estadounidenses donde les dan, por ser cubanos, "asilo político".

No son pocos los que tras cometer delitos como robos, desfalcos y hasta asesinatos salen clandestinos del territorio nacional cubano y son recibidos con los brazos abiertos en Estados Unidos.

Pero, sintomáticamente, ahora resulta que no es solo el gobierno cubano el que denuncia esa injusta y dañina ley, sino los más intolerantes y ultraderechistas cubanoamericanos que fueron los que impulsaron y presionaron para que esa legislación se mantuviera todos estos años.

En periódicos, radios y televisoras de Miami se desató una ofensiva mediática en la que se insiste en que durante años han llegado a ese país, cubanos que han cometido fraudes, aprovechándose de los privilegios que esa ley.

Estos llamados analistas conservadores comprenden que esa emigración es básicamente económica, nada política y les está restando apoyo para poder mantener el estatus político y económico que han disfrutado durante décadas.

Con anterioridad no les importaba los que morían tratando de cruzar el encrestado mar caribeño, ni los que eran extorsionados, torturados y hasta asesinados por los llamados coyotes cuando trataban de atravesar la frontera mexicana hacia Estados Unidos.

La realidad es que ya es hora de eliminar esa discriminatoria ley, para poder iniciar verdaderamente un proceso de normalización de relaciones entre Washington y La Habana.

Selección en internet: Melvis Rojas Soris

  • Periodista cubano

¿El fin de la “libertad”?

LA JORNADA 22 de agosto del 2016 MÉXICO

David Brooks*

El libre comercio es un concepto casi sagrado en la cúpula económica y política de Estados Unidos, parte de un consenso que ha logrado imponer la tesis de que la libertad se define por el libre mercado/libre comercio. Es el pilar del modelo neoliberal que ha imperado durante las últimas tres décadas, pero ahora ese consenso dentro de Estados Unidos se está derrumbando; algo que podría tener serias implicaciones para los socios de este país, incluido Mexico.

Y eso, alertan algunos, podría marcar el fin del consenso neoliberal en Estados Unidos.

Nunca antes los candidatos presidenciales de ambos partidos nacionales han cuestionado el libre comercio y expresado su oposición a los tratados comerciales tanto los que están en negociación como los existentes, entre ellos el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

En cada uno de sus discursos, casi sin excepción, el candidato presidencial republicano Donald Trump ha destacado su crítica contra el TLCAN y demás acuerdos, y ha prometido que si es electo los renegociará y si no se aceptan sus propuestas Estados Unidos se retirará del TLCAN, entre otros. A menudo este punto se pierde entre los exabruptos y las posiciones extremistas antimigrante y antimusulmán, pero ha sido fundamental desde que arrancó su campaña presidencial hace un año y explica en gran medida el apoyo que ha recibido de varios sectores, como el de trabajadores blancos en zonas industriales y pequeños comerciantes y otros empresarios que han sido directa y adversamente afectados por los tratados de libre comercio.

Hillary Clinton, la candidata presidencial demócrata, quien hasta hace unos momentos era una gran campeona y promotora del libre comercio –su esposo Bill fue quien promulgó en ley el TLCAN y como secretaria de Estado de Barack Obama dedicó parte de su tiempo a promover los acuerdos ahora en negociación (el Transpacífico o TPP y otro con Europa)–, se ha visto obligada a pronunciarse en contra del TPP y resaltó cómo las promesas del TLCAN no se han cumplido.

Este giro se debe en gran parte a la competencia con Trump por el voto en zonas industriales, y, por otro lado, al reto desde su flanco izquierdo, hasta hace poco representado por Bernie Sanders, pero que sigue presente por sus millones de votantes.

Vale repetir que a pesar de la constantemente comentada división y polarización política en este país y en Washington, las cúpulas de ambos partidos siempre lograron unirse para defender el libre comercio. De hecho, la gran prioridad del presidente Obama en sus últimos meses en la Casa Blanca es lograr la aprobación del ATP, y todos saben que de la única manera que el mandatario demócrata puede lograr esto es con el voto de la mayoría de los legisladores republicanos (el presidente no cuenta con la mayoría del voto de su propio partido). Así, como si fuera un milagro, de repente el presidente y sus supuestos opositores republicanos pueden trabajar conjuntamente para promover el libre comercio, ovacionados por la Cámara de Comercio de Estados Unidos, Wall Street, y otras partes de la cúpula económica del país.

Mientras la cúpula económica y política ha impuesto su consenso, nunca ha contado con el apoyo de la opinión pública (esto a pesar de décadas de invertir millones para convencer al pueblo de que el libre comercio es para su bien).

Hace unos meses Bloomberg Politics reportó que la oposición al libre comercio es un concepto unificador aun entre un electorado profundamente dividido, con más de dos tercios favorables a imponer mayores restricciones sobre bienes importados, algo que consideró un rechazo asombroso de lo que ha sido una piedra angular de las políticas económicas y exteriores de posguerra.

La oposición popular al libre comercio no se ha superado en los últimos 30 años y tiene sus expresiones en ambos partidos, tanto entre filas ultraconservadoras como en las liberales y progresistas. El gran debate popular que se detonó en los países de América del Norte sobre el TLCAN a principios de los 90 alimentó lo que sería una rebelión trasnacional contra el libre comercio, y a fin de cuentas del propio modelo neoliberal que sigue resonando en amplios sectores de este país.

Como han repetido sus críticos más agudos, el libre comercio tiene poco que ver con libertad o comercio. Lora Wallach, directora del proyecto sobre comercio global de Public Citizen, ha insistido durante décadas que estos acuerdos son más bien convenios que establecen una serie de derechos supranacionales para las empresas y el capital trasnacional. Noam Chomsky ha reiterado que los llamados acuerdos de libre comercio no son acuerdos de libre comercio; son acuerdos de derechos de inversionistas.

Algunos creen que este desmoronamiento del consenso sobre el libre comercio más bien marca el fin del neoliberalismo.

El economista premio Nobel Joseph Stiglitz se atrevió a comentar la semana pasada que el neoliberalismo ha muerto tanto en los países en desarrollo como en los desarrollados. En comentarios a Business Insider, afirmó: “Hemos pasado de una euforia neoliberal de que ‘los mercados funcionan bien casi todo el tiempo’ y que solo necesitábamos que los gobiernos siguieran este curso, a ‘los mercados no funcionan; y el debate ahora es cómo lograr que los gobiernos funcionen para aliviar eso”.

Stiglitz, y por separado, varios economistas reconocidos, y más sorprendentemente, analistas en instituciones como el Fondo Monetario Internacional, han expresado que la generación de la desigualdad económica tan marcada como resultado de este modelo neoliberal pone en riesgo a las economías.

Aparentemente, tanta libertad de mercado y comercio resultan en grandes injusticias económicas (¡qué sorpresa!)

Tal vez el fin de este tipo de libertad definida por el libre comercio/el libre mercado abra una posibilidad de una libertad definida ya no por el consenso entre unos pocos, sino por casi todos.

Selección en Internet: Inalvys Campo Lazo

  • Corresponsal de La Jornada en Nueva York