Portal:Panorama Mundial/DE LA PRENSA/2016-10-13

A 40 años del atentado contra Cubana de Aviación, Posada Carriles vive libre en Miami

LA JORNADA 7 de octubre del 2016 MÉXICO

David Brooks*

Hace justo 40 años estalló un avión de Cubana de Aviación poco después de despegar de Barbados; murieron 73 civiles en lo que fue el peor atentado terrorista del hemisferio occidental antes del 11 de septiembre del 2001, y el autor intelectual, el cubano Luis Posada Carriles, sigue albergado por el país autoproclamado líder mundial de la llamada guerra contra el terror.

El lema oficial nacional desde el 11-S en Estados Unidos es: si ves algo, di algo, el cual solicita que todos los ciudadanos se sumen a la lucha antiterrorista y reporten a las autoridades cualquier actividad o persona sospechosa.

Posada Carriles sigue viviendo libremente en Miami, a pesar de que los gobiernos de Cuba y Venezuela y agencias federales estadounidenses, junto con promotores de derechos humanos aquí, han visto, dicho, acusado y comprobado que es un terrorista. Declaraciones de los dos autores materiales, Fredy Lugo y Hernán Ricardo, señalan directamente a Posada Carriles como el autor intelectual de la voladura.

La larga biografía violenta de Posada Carriles, ampliamente documentada, incluye entre otras cosas su participación en la invasión estadounidense a Cuba, complots para hacer volar un buque cubano o ruso en el puerto de Veracruz en 1965, asistencia a la contra nicaragüense, la detonación de bombas en zonas turísticas de Cuba en 1997, intentos para asesinar a Fidel Castro, y el estallido del vuelo 455.

Aunque las autoridades estadounidenses no lo han acusado por el caso del avión, irónicamente no desean que esté en su espacio aéreo: Posada está en la lista no fly de Estados Unidos, o sea, tiene prohibido abordar vuelos, por sospechas de actividad terrorista.

Hasta la fecha, el gobierno de Estados Unidos ha rehusado atender la solicitud de extradición de Posada Carriles presentada por el gobierno de Venezuela, donde fue condenado por los 73 cargos de homicidio en el acto de terror cometido el 6 de octubre hace 40 años y donde es prófugo de la ley. Hoy el gobierno venezolano informó que renovará sus esfuerzos de extradición.

El abogado José Pertierra ha perseguido incansablemente a Posada Carriles para llevarlo a la justicia por sus diversos actos de terror, y desde su reaparición en Estados Unidos, en el 2005, ha representado al gobierno de Venezuela en la solicitud de extradición. Este caso, afirma en entrevista con La Jornada, ilustra una doble moral de Estados Unidos: su guerra contra el terrorismo no puede ser efectiva si por un lado encarcela de manera indefinida, tortura y hasta mata a acusados de terrorismo, y por otro lado protege, ampara y deja en libertad a otros terroristas que son sus amigos.

Cuando Posada Carriles logró evadir la justicia en América Latina, ingresó a Estados Unidos en el 2005 solicitando asilo político. Aunque las autoridades estadounidenses contaban con amplia evidencia de sus actos ilícitos de violencia (no poca bajo supervisión estadounidense), no lo acusaron por delitos relacionados con el terrorismo, sino sólo por mentir sobre su ingreso ilegal a Estados Unidos, así como sobre su papel por actos de terror en Cuba en los 90 (algo que él mismo confesó, con orgullo, en una entrevista con el New York Times en 1998).

Todavía hay por lo menos cuatro volúmenes de documentos oficiales estadounidenses aún secretos sobre la colaboración de Posada Carriles con la CIA y su relación con diversos actos de terror, incluido el caso del estallido del vuelo 455, informó hoy la organización de investigación National Security Archive, que ha publicado la documentación desclasificada hasta la fecha.

El Archive reiteró su llamado a la desclasificación de todos los archivos de inteligencia sobre Posada Carriles. Este es el momento para que el gobierno transparente el pasado encubierto de Posada y su involucramiento en el terrorismo internacional. Sus víctimas, la opinión pública y los tribunales tienen el derecho a saber, afirmó Peter Kornbluh, director del proyecto de documentación sobre Cuba, del Archive.

  • Corresponsal de La Jornada en Nueva York


El proyecto educativo de la nueva derecha

LA JORNADA 29 de septiembre del 2016 MÉXICO

Raúl Zibechi*

Ha nacido una nueva derecha adecuada a los tiempos extractivos y de expoliopiratería contra los pueblos; una derecha posterior al Estado del bienestar, que ya no aspira al desarrollo, sino a consolidar las desigualdades, la segregación de la mitad pobre, mestiza, india y negra de nuestro continente. Una derecha implacable formada en el rechazo a lo popular, a la soberanía nacional, a las leyes y las constituciones.

En el terreno educativo, esa nueva derecha busca desembarazarse de los anteriores compromisos, entre ellos la laicidad y la libertad de cátedra, para adecuar el sistema educativo al periodo de guerra y confrontación que atravesamos. El objetivo es retomar el control del conjunto del sistema educativo, desde los ministerios hasta el aula, consolidando una educación antiemancipatoria, en la que el control de la población es el objetivo casi excluyente.

Hace 12 años nació en Brasil la organización no gubernamental Escuela Sin Partido, muy activa en las redes sociales y los grandes medios, articulada con diputados y concejales de los más diversos partidos para hacer aprobar sus propuestas. En su página web (escolasempartido.org/) se puede acceder al programa de seis puntos titulado Deberes de los profesores, en el que se destaca que el profesor no promoverá en el aula sus propias ideas, ni perjudicará a los alumnos que profesen ideas diferentes, ni hará propaganda político-partidaria, se limitará a exponer de forma neutra el programa, y otorga a los padres la elección de la "educación moral" que quieren para sus hijos.

Algunos "principios" de Escuela Sin Partido parecen compartibles. Sin embargo, conllevan objetivos que nos hacen retroceder más de un siglo. Por un lado, disocia entre el acto de educar y el de instruir. Para ellos la educación es responsabilidad de la familia y la iglesia, mientras los profesores deben limitarse a instruir, o sea a trasmitir conocimiento como si éste fuera neutro, ahistórico, descontextualizado.

La segunda es lo que consideran como "adoctrinamiento" en el aula. Hablar sobre feminismo, homofobia o derechos reproductivos, por ejemplo, sería tanto como imponer una "ideología de género" en las escuelas. Todo lo que sea desviarse de la asignatura se considera "adoctrinamiento", situación que en los proyectos de ley que ha presentado Escuela Sin Partido en varios municipios y en parlamentos de los estados sería tipificada como "crimen de acoso ideológico" y "abuso de autoridad", punibles con cárcel y penas agravadas.

En el apartado "capturando al adoctrinador", en su web, aparece una larga lista de situaciones comunes en las aulas, como "difamar personalidades históricas, políticas o religiosas", entre muchas otras. El docente debería mencionar a Hitler, Pinochet o Mussolini sin más, como a cualquier otra personalidad, sin establecer diferencias, dejando a los padres la exclusividad de opinar. Lo mismo respecto a los genocidios, los feminicidios y así, porque está rigurosamente prohibido mentar valores. Consideran que los debates sobre diversidad sexual, contemplados en los currículos de muchos países, serían en este caso "inconstitucionales".

Una de las prácticas más graves promovidas por Escuela Sin Partido es el espionaje de la práctica docente para luego denunciarla. Bajo el epígrafe "Planifique su denuncia", pide a los alumnos y a sus padres que anoten cuidadosamente o filmen los momentos en los cuales el docente estaría "adoctrinando" a los alumnos. Promueven actitudes que llevan a los jóvenes a convertirse en policías de los docentes.

Uno de los objetivos centrales de la nueva derecha en el terreno educativo es la descalificación de los docentes que serían culpables de todos los males de la educación, desde el fracaso escolar hasta la baja calidad de la enseñanza. De ese modo consiguen desviar la atención de los problemas estructurales en la educación, focalizando sólo las consecuencias y ocultando sus causas. El profesor siempre es sospechoso de izquierdismo. En paralelo, consideran que los alumnos no tienen capacidad para formar sus propias convicciones y que deben estar sujetos a la autoridad paterna, eclesial o docente.

Como era de esperar, los profesores han reaccionado con campañas de denuncia del proyecto, que ya fue aprobado en el estado de Alagoas, Brasil, y será abordado en otros. Pero no debemos olvidar que lo que se proponen en esta coyuntura, no sólo en Brasil, es frenar en seco al creciente movimiento estudiantil, en particular a los estudiantes de secundaria, que son los menos susceptibles de ser cooptados por las instituciones estatales y de la izquierda electoral.

En efecto, la crisis política brasileña está modelada por las movilizaciones de junio del 2013; una crisis que está lejos de haberse cerrado con la destitución ilegítima de la presidenta Dilma Rousseff. Incluso Chile, el régimen neoliberal modélico por su estabilidad, atraviesa una crisis de legitimidad a consecuencia del potente movimiento estudiantil, que desde el 2011 abrió brechas por las que están pasando diversos actores sociales. Uno de los más importantes empresarios, Andrónico Luksic, reconoce que "el país se está cayendo" y destaca el papel del movimiento por la educación en esta crisis.

En otros países sucede algo similar. En Paraguay los estudiantes se mostraron como un actor potente en pleno gobierno reaccionario de Horacio Cartes. Nuevas camadas de jóvenes rebeldes están presentes en casi todos los países. Ni qué hablar de México, después del parteaguas que fue Ayotzinapa.

Buena parte de los objetivos que se propone Escuela Sin Partido en Brasil parecen utopías de orden que cuentan con escasos apoyos. Sin embargo, no se los debe subestimar. Cuando las crisis políticas se profundizan, aparecen potentes bifurcaciones; la derecha se quita el velo para mostrarse como lo que es: el partido del orden, dispuesto a pasar por encima de todo. Son las izquierdas las que deben decidir si optan por las instituciones o por acompañar las resistencias.

Selección en Internet: Melvis Rojas Soris

  • Escritor uruguayo, dedicado al trabajo con movimientos sociales en América Latina

EEUU: miseria de la democracia

LA JORNADA 11 de octubre del 2016 MÉXICO

EDITORIAL

El segundo debate entre los candidatos presidenciales estadounidenses Hillary Clinton (demócrata) y Donald Trump (republicano), realizado la noche del pasado domingo en San Luis Misuri fue, más que una exhibición de dos personalidades contrastadas, la escalofriante demostración de la insustancialidad, la frivolidad y hasta la chabacanería que caracterizan el sistema político del país vecino.

Sin más referencias a las propuestas de gobierno que unas cuantas consignas predecibles, ambos aspirantes a la Casa Blanca se trenzaron en un duelo personal de descalificaciones, chismes e incluso amenazas de persecución judicial (de Trump a Clinton), y ofrecieron un espectáculo incluso más abismal que el de su primer encuentro, celebrado en Nueva York el pasado 26 de septiembre.

Quedó claro una vez más que la exsecretaria de Estado posee una mentalidad injerencista y belicista y una gran capacidad para minimizar sus propios errores y extravíos, pero también que tiene un pensamiento político estructurado, una vasta experiencia en el poder público y lo que suele llamarse "tablas". El magnate, por su parte, hizo una enésima exhibición de intolerancia, impericia dialéctica, extremismo fóbico, ignorancia y demagogia, en lo que constituye la personalidad más peligrosa que se haya presentado en décadas -o acaso en toda la historia estadunidense- a una contienda presidencial.

Pero más allá de las personas, este segundo debate deja tras de sí una pregunta obligada: ¿cómo ha podido llegar el país que se presume ejemplo mundial de democracia a semejante desolación ideológica? Es escandaloso, por decir lo menos, que la presidencia estadunidense, un cargo político que conlleva tan abrumadoras responsabilidades –las decisiones sobre el botón nuclear, de entrada– y que es tan relevante para el mundo, se ponga en juego, no en un contraste de programas internacionales y nacionales, políticos, económicos y sociales, sino en un intercambio de acusaciones por expresiones misóginas (en realidad repugnantes) y por el uso (a todas luces indebido) de un servidor de correo electrónico, o por sospechas de malos manejos financieros y fiscales por ambos contendientes.

El desmedido afán de ganancias de las corporaciones dueñas de los medios informativos, especialmente la televisión, ha desempeñado un papel de suma importancia en la extrema banalización de la política que pudo apreciarse la noche el domingo, un fenómeno que si bien no es exclusivo de Estados Unidos, adquiere allí una dimensión trágica. Una inquietud que se repite hasta el cansancio tiene que ver exclusivamente con el aspirante presidencial republicano: a pocas semanas de las elecciones, sigue resultando asombroso que un individuo como Donald Trump haya podido llegar tan lejos con un discurso tan impresentable. Resulta obligado concluir al respecto que ese discurso rudimentario, fóbico y violento es satisfactorio, gratificante y alentador para un número de ciudadanos estadounidenses mucho mayor del que cabría pensar. Es inocultable, además, que pese a los deslindes de última hora de decenas de líderes, legisladores y figuras prominentes del Partido Republicano, esa organización fue incapaz de detener el inopinado ascenso del empresario neoyorquino porque de inicio no encontró en su racismo, su misoginia, su rudeza y su ignorancia –características que se le conocen desde hace mucho– nada incompatible con la plataforma y el ideario partidistas.

Lo más escalofriante, en suma, es que aunque las posibilidades del republicano de ganar la elección de noviembre se reduzcan día tras día, Trump es un candidato válido para el sistema político y resulta un referente deseable para un importante sector del electorado estadounidense.

Selección en Internet: Melvis Rojas Soris

TTIP: todo es secreto hasta un día

REBELIÓN 30 de septiembre del 2016 ESPAÑA

Eduardo Montes de Oca*

Incluso un aliado como Francia despertó, o al menos se colocó entre el sueño y la vigilia, al plantear su Gobierno recientemente que las conversaciones en curso entre la UE y los EEUU sobre el Tratado de Asociación Trasatlántica para el Comercio y la Inversión (TTIP, por sus siglas en inglés) deben ser detenidas, e iniciarse nuevos diálogos.

¿Por qué la reacción si el TTIP se ha presentado como la panacea que intenta promover el crecimiento multilateral mediante la creación de la mayor zona de libre trasiego de mercancías del mundo? Lo cierto es que el proyecto ha sido controvertido desde el momento en el que se propuso, hace tres años, como bien indica Prensa Latina; su secretismo y su falta de rendición de cuentas ha sido objeto de críticas.

Mientras sus heraldos proclaman que ayudará a las pequeñas empresas a abrirse a los mercados y a hacer más fácil los procesos de aduana, sus detractores temen que las únicas favorecidas resulten las grandes corporaciones, con la anteposición del interés de estas al nacional, conforme a una aseveración de Russia Today.

¿Las causas del mutismo gringo? No en vano, en Il Manifesto, La Haine y la Red Voltaire, el analista Manlio Dinucci ha etiquetado el ente en preparación como la OTAN económica. Integrante de un panorama que incluye, además, el golpe en Ucrania, las guerras contra Libia y Siria, la ola de emigrantes y el despliegue castrense del bloque a las puertas de Rusia.

Pura arremetida contra el planeta, en general, y Moscú, en particular, en la que,según se ha filtrado, “la ciudadanía, los parlamentos, los gobiernos, Estados enteros se ven despojados de toda autoridad sobre sus opciones económicas, puestas en manos de organismos controlados por transnacionales y grupos financieros que violan los derechos de los trabajadores, las exigencias de la protección del medioambiente y las exigencias de la seguridad en materia de alimentación, destruyendo a la vez los servicios públicos y los bienes de la comunidad”.

Para este articulista deviene nítido el proyecto de Washington: llevar la alianza dizque noratlántica (ya el río se ha salido del lecho) a una fase superior, “creando un bloque político, económico y militar EEUU/UE, siempre bajo las órdenes de EEUU, que –junto con Israel, las monarquías del Golfo y otros países– se opone al área euroasiática en ascenso ascenso basado en la cooperación entre Rusia, China, al igual que a los países del grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), a Irán y a cualquier otro Estado que se sustraiga a la dominación de Occidente”. Mondas y lirondas cuestiones de geopolítica.

Geopolítica, sí, con una panoplia que abarca también armas como las negociaciones para el Acuerdo Transpacífico (TPP), configurado hasta ahora por Brunei, Nueva Zelanda, Singapur, Australia, Canadá, los Estados Unidos, Japón, Malasia, y que, involucrando a tres países de América Latina: México, Perú y Chile, niega la participación –no faltaba más- al mayor de la región Asia-Pacífico: China.

Y es que, como explica Roberto Chiazzaro, diputado por el Partido Socialista del Frente Amplio, Uruguay, a Sputnik Novosti, a partir de la crisis del 2008 las multinacionales se veían limitadas en sus posibilidades de manejar el comercio internacional por las leyes nacionales y las coincidencias de los Estados en la Organización Mundial de Comercio (OMC), por lo que intentan una nueva ingeniería para conseguir sus fines.

“Este sistema apunta a la deslocalización del proceso productivo. Se acabó la fábrica en la cual entraba la materia prima por una puerta y por la otra salía el producto terminado. Esto significa que se necesita una gran liberalización de las aduanas y del comercio, que no se lograba con la OMC. Ahora la dejan de lado y negocian estos tratados, que no son multilaterales sino plurilaterales, por afuera de la OMC y en secreto”.

Siguiendo la lógica del expositor, tenemos que los Estados pierden soberanía para definir los conflictos con las empresas, pues se establece que la resolución de los diferendos no se realizará en el ámbito judicial interno, sino en tribunales arbitrales, como el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI), en la órbita del Banco Mundial.

“Se elimina la potestad (…) para beneficiar a las pequeñas empresas o a las empresas nacionales, y se pretende una igualdad jurídica entre multinacionales y las empresas nacionales, impidiendo (…) políticas de desarrollo”. En materia de las públicas, no conseguirán provechos, porque estarán en igualdad de condiciones con las extranjeras.

Como ha señalado Alcira Argumedo, en La Haine, la construcción de estas instituciones se conjuga con los enfrentamientos por áreas estratégicas y recursos naturales cada vez más escasos -petróleo, gas, oro, diamantes, coltán y similares-, que en el Oriente Medio y África se traduce en conflictos devastadores. En la actualidad, se libran cinco -supuestamente “civiles” en algunos casos, pero con participación de uno u otro de los polos de poder en cada bando-, en el mundo árabe y Asia Central: Irak, Afganistán, Siria, Libia y Yemen. A su vez, siete asolan al África negra: Malí, Chad, Nigeria, República Centroafricana, Congo, Somalia y Sudán.

Nada, que, tal afirma un colega en la ampliamente consultada Rebelión, habría que pecar de incauto para no distinguir el peligro representado por el hecho de que sobre el medioambiente y las inversiones los Estados no se arroguen ningún derecho a cuestionar el accionar de las firmas que se establezcan en sus territorios y de que se les brinden facilidades para explotar la flora y la fauna. O sea, cero legislaciones locales para el control de pesticidas, medidas de protección ecológica, seguridad alimentaria, sanciones fiscales.

Peor aún. “Esas disposiciones permitirían a las entidades privadas, tanto nacionales como extranjeras, demandar a los Estados ante tribunales internacionales por el entorpecimiento de sus negocios, supuestos daños a sus intereses por aplicar regulaciones o medidas de protección, y les permitiría recibir millonarias compensaciones de los gobiernos con el consecuente deterioro económico para los países”.

En ese contexto apocalíptico para los más, ejemplos sobre este injusto proceder sobran a lo largo de los últimos años. ¿Alguien de bien podría olvidar acaso el desastre ambiental, ecológico, económico y humano que provocó en la Amazonía ecuatoriana la antigua compañía Texaco, adquirida por Chevron en el 2001? ¿Soslayar que, “después de derramar durante años de indiscriminada explotación más de 64 millones 340 mil litros de petróleo crudo, además de 68 millones 130 mil litros de aguas de formación (las que brotan de la tierra con petróleo, contaminadas con hidrocarburos tóxicos), la Chevron, con diferentes artimañas, se ha negado a pagar a los habitantes de esa zona ecuatoriana las indemnizaciones establecidas por varios tribunales?”.

Luego, se sabe, se agenció un juez en la ciudad de Nueva York que denegó su culpabilidad, y la exoneró de erogar la indemnización solicitada.

Esta “diplomacia económica” –así la juzgan, en Alai, Isabel Morales y Umberto Mazzei-, “en fin la visión anglosajona del orden mundial”, es contrastada desde Moscú y Beijing, que en respuesta anudan lazos. Un primer síntoma paradójico de la arremetida occidental, el abandono de la racionalidad económica en las sanciones a la Federación euroasiática, porque perjudican más a quien las aplica. Se erige en evidente la presión norteamericana para que la Unión Europea deje de vender bienes y servicios a Rusia, sexta economía mundial por poder de compra (PPP) y tercer socio comercial de la UE, con un comercio de 326 miles de millones de euros en el 2013.

Y con respecto a la exclusión del TTIP, proverbial contraofensiva la del “dragón”: “proyectos comunes de comercio, infraestructura e inversión con los países que hay entre China y Europa, que es el más sólido mercado de China. El objetivo geopolítico es la prosperidad en las regiones que atraviesan las versiones terrestre y marítima de la Nueva Ruta de la Seda, para evitar que se siembre un caos que alimente iniciativas subversivas en su periferia”.

Mas, volvamos a la cuestión inicial. ¿Por qué la protesta de Francia? Todos los autores anteriormente citados hacen diana. “El TTIP está pensado para amarrar legalmente a Europa, que es un gigante económico, científico y ético adormecido, antes de que despierte. El ejemplo europeo en cuanto a protección social es visto como peligroso para el modelo anglosajón de competencia darwiniana, sin más ética que el lucro. El TTIP erosiona el Estado de bienestar.

“Por último, el TTIP completa la tarea de debilitar a Europa creando un caos periférico que amenaza su seguridad. Ese es el resultado, para nada casual, del derrocamiento directo o indirecto, siempre con armas norteamericanas, de todos los gobiernos seglares, con sensibilidad social, en países musulmanes, tanto de Asia Menor como de África, para crear masas de refugiados que agobien a Europa”.

Una pregunta clave: ¿Los pueblos del Viejo Continente se sacudirán a tiempo “o esperarán que su liberación, como el sol, venga del oriente”?. Al parecer ya se están desperezando, por la cantidad de movilizaciones masivas contra el TTIP -el TPP en otros puntos geográficos-, y por razones de peso como el propio reconcomio con que el ministro galo para el Comercio Exterior, Matthias Fekl, declaró que “en Francia ya no hay más apoyo político a estas negociones. Francia llama a poner fin a estas negociaciones”. Y más aún. “Los estadounidenses no dan nada o dan solo migajas. No es así como se hacen las negociaciones entre aliados”.

Seamos optimistas, entonces.

Selección en Internet: Melvis Rojas Soris

  • Periodista cubano