Portal:Panorama Mundial/DE LA PRENSA/2016-12-20

El espurio ataque a la Venezuela Bolivariana

INSURGENTE 16 de diciembre del 2016 ESPAÑA

Atilio Borón*

La iniciativa de expulsar, o suspender, a Venezuela del Mercosur viola la normativa de esa institución. No hay nada en el Tratado Constitutivo del Mercosur ni en los Protocolos de Ushuaia y de Montevideo (Ushuaia II) que contienen la así llamada “cláusula democrática” que justifique semejante medida.

Tiene razón la canciller venezolana Delcy Rodríguez cuando denuncia la turbia maniobra de sus socios sureños como un “golpe de estado” contra la República Bolivariana.

El pretexto empleado por los gobiernos de Argentina, Brasil y Paraguay es que Caracas incumplió su compromiso de adecuar su normativa económica a la establecida por el Mercosur.

De hecho Venezuela fue modificando gran parte de sus regulaciones económicas, pero el proceso está aún sin completar. Incidentalmente, lo mismo puede decirse de los demás socios del Mercosur, ninguno de los cuales ha adoptado en su integralidad las normas del Tratado de Asunción. Pero lo que puede ser un pecadillo venial en Argentina, Brasil y Paraguay se convierte en un monstruoso pecado mortal en el caso de la República Bolivariana.

Este doble estándar es una marca registrada del imperialismo y sus lacayos locales, como son los gobiernos de esta infausta Triple Alianza que se arroja con saña en contra de la patria de Bolívar y Chávez.

No es preciso esforzarse en demasía para comprobar la debilidad de este argumento, incompatible inclusive con las normas y las prácticas del derecho internacional que establecen un marco de flexibilidad y diálogo en los casos de retrasos en el cumplimiento de los acuerdos.

En el caso de la Unión Europea los acuerdos de Maastricht establecían que el déficit en el presupuesto de los estados no podría representar una proporción mayor que el 3% del PIB y que la deuda pública no debería bajo ningún concepto superar el 60% del PIB.

Si Macri, Temer y Cartes fueran gobernantes de algún país europeo estarían viéndose en figurillas para “suspender” a países como Gracia, Italia, Portugal, Bélgica, Francia, España, Reino Unido por incumplir con ambas normas, y a Alemania, Holanda y Austria por sobrepasar el límite impuesto al endeudamiento público.

Pero los países de la Unión Europea, clientes también ellos de la Casa Blanca, mantienen un criterio de flexibilidad que los talibanes conosureños no poseen y se desviven por agredir a Venezuela, país cuyas enormes reservas petroleras, las mayores del mundo, excitan el apetito insaciable del imperio.

Siendo insostenible el argumento del incumplimiento de la normativa del Mercosur, los agresores cambiaron de táctica y ahora enarbolan el argumento de la “cláusula democrática”. ¿Qué dice esta cláusula? La misma fue resultante de una Reunión del Consejo del Mercado Común (Julio del 1998) ocasión en que los Presidentes de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, amén los de las Repúblicas de Bolivia y Chile suscribieron el “Protocolo de Ushuaia sobre Compromiso Democrático” estableciendo que la vigencia de las instituciones democráticas era condición indispensable para la existencia y desarrollo de los procesos de integración, y que toda alteración del orden democrático constituiría un obstáculo inadmisible para la continuidad de la integración regional.

En la retorcida argumentación de Macri, Temer y Cartes resulta que un gobierno que ha resistido años de guerra económica lanzada sin tapujos por el imperio; que ha desbaratado interminables tentativas sediciosas explícitamente encaminadas, con la inocultable colaboración de Washington, a derrumbar a un gobierno al que no se lo podía derrotar en las urnas; que a comienzos del 2014 ha debido soportar meses de subversión sediciosa con un costo de 43 muertos, casi un millar de heridos, infinidad de edificios públicos y privados dañados, vehículos de transporte público y de uso particular destruidos, debe ser acusado por violación a los principios democráticos. La víctima se convierte en victimario.

En resumen, un gobierno que se ha defendido de un ataque brutal y lanzado por todos los flancos, que ha mantenido la institucionalidad democrática, que convocó a veinte consultas electorales en 18 años; ese gobierno bolivariano es juzgado por otros dos surgidos de sendos golpes de estado –Brasil y, de modo mediatizado, Paraguay- y por otro que ha sumido a la Argentina en un acelerado proceso de involución democrática como violatorio de la “cláusula democrática” del Mercosur. Presidentes que para deshonor de sus gobiernos y sus países están incursos en graves episodios de corrupción –Panamá Papers, Bahama Papers, “Lavajato”, etcétera- y que atropellan la institucionalidad democrática, censuran a la prensa opositora y encarcelan o asesinan a dirigentes sociales. Gobiernos como esos, repito, sienten que cuentan con la autoridad moral para juzgar la democraticidad de la República Bolivariana de Venezuela.

Si no fuera por la injusticia que esto provoca la pretensión sería simplemente cómica, un acto barato de comicidad a manos de malos actores que simplemente obedecen órdenes de la Casa Blanca.

El veredicto de la historia será implacable ante este plan para destruir al Mercosur y, también a la Unasur y la Celac, objetivo estratégico y no negociable del imperio que, para recuperar su hegemonía en esta parte del mundo, necesita destruir todos los esquemas de integración creados en las últimas décadas. No lo lograrán, y los tristes y malos gobernantes que colaboren en tan infame designio sufrirán, más pronto de lo que ellos se imaginan, el ejemplar escarmiento de sus pueblos.

Selección en Internet: Inalvys Campo Lazo

  • Politólogo y sociólogo argentino

El Pentágono necesita urgentemente una guerra para mantener su poderío

SPUTNIK 14 de diciembre del 2016 RUSIA

Apenas unos días antes de que el Colegio Electoral ratificara la elección de Donald Trump, el Pentágono hizo público el documento '2015 National Military Strategy' (2015 La Estrategia Nacional Militar) como advirtiéndole de que la guerra continuará siendo la prioridad de Washington para seguir gobernando el mundo

Vicky Peláez*

Los soldados calculan la distancia entre el ser y la nada con la mira telescópica (Mahmud Darwish, poeta palestino 1941-2008)

Para sustentar esta advertencia, hace unos días el Congreso de los EEUU aprobó la nueva Ley S.2943-The National Defense Authorization Act 2017 (NDAA) que autoriza a su presidente a sancionar a cualquier país del planeta en nombre de la seguridad nacional. En la definición de ambos documentos, Rusia, Irán y Corea del Norte representan una "agresiva amenaza" a la paz en el mundo. Esto significa que el jefe del Estado Mayor Conjunto, general Martin Dempsey tiene la obligación de preparar las Fuerzas Armadas para guerras y más guerras.

Esto no es nada nuevo porque en el 2014 el Secretario de Defensa en aquel tiempo, Leon Panetta, advirtió que la guerra en el Oriente Próximo contra el Estado islámico duraría no menos de 30 años y que terminaría posiblemente en el 2050. Los dirigentes del Pentágono saben lo que dicen porque precisamente ellos, junto con sus colegas de la CIA, crearon, entrenaron y armaron con la ayuda de Israel, Qatar, Arabia Saudí y Jordania a los yihadistas del Estado Islámico, de al Qaeda, al Nusra que es ahora el Frente Fatah al Sham y quién sabe a cuántos grupos más para apoderarse de los abundantes recursos energéticos de la región.

Todas estas organizaciones, movimientos y grupos terroristas están trabajando por encargo de los EEUU para balcanizar el Oriente Próximo, crear una imagen negativa del islam y facilitar el dominio norteamericano en la región. Las periódicas declaraciones de las autoridades de Washington donde dicen que todas sus intervenciones, incluyendo las de Irak, Afganistán, Libia, Somalia, Yemen y ahora en Siria han sido motivadas exclusivamente por su deseo de traer paz y democracia a estos países son falsas.

Todo esto constituye una mentira igual que las aseveraciones de los especialistas norteamericanos donde afirman que el país es autosuficiente en el petróleo. Resulta que, inclusive con el oro negro obtenido usando el petróleo de esquisto, Estados Unidos solo puede abastecerse en un 40%, y está obligado a importar el restante 60%.

A diferencia de China y Rusia que están dedicados a crear una zona integrada económicamente a base de una nueva 'Ruta de Seda', Estados Unidos sólo tiene la visión de controlar el mundo a través de la fuerza.

Según el coordinador de la organización 'SOS Irak', Dirk Adriansens, "EEUU ha creado un imperio global que ofrece dos opciones a los países: o aceptan el dominio o los destruye". Al menos su brazo ejecutor, el Pentágono percibió las opciones a su manera. Como resultado hubo más de un millón y medio de muertos en Irak, 2,7 millones de desplazados, 2,2 millones de refugiados y cinco millones de niños se quedaron huérfanos.

En el Informe Mercer sobre la calidad de vida, la capital de Irak, Bagdad, que otrora fuera una de las más prósperas ciudades del Oriente Próximo, ocupa actualmente "el último lugar como la ciudad menos habitada del planeta". Y esto se llama en el idioma de Washington traer paz y prosperidad y "un ejemplo de la construcción de una nación democrática".

Lo mismo se repitió en Libia y ahora Siria está sufriendo los resultados de la monstruosa visión norteamericana de un "mundo mejor". Sin embargo, la 'Estrategia 2015' del Pentágono ya está dirigiéndose más allá de los conflictos con los grupos terroristas diseminados por EEUU en el mundo entero. Ahora en este nuevo documento el Pentágono está hablando sobre los desafíos que debe afrontar Norteamérica de parte de Rusia e Irán.

Rusia actualmente en la mentalidad de Pentágono es "un Estado revisionista que está haciendo peligrar la seguridad nacional de EEUU". Así de simple sin ningún sustento Rusia ha sido nombrada como el "principal enemigo" de Norteamérica porque como afirmó en el 2012 el excandidato presidencial Mitt Romney, "Rusia es el principal enemigo geopolítico porque Rusia es siempre Rusia".

Lo que no sabe Washington es cómo poner de rodillas a Moscú. Las sanciones han fracasado y según el último informe del Fondo Monetario Internacional, el país ha comenzado el proceso de recuperación económica. Tampoco la Casa Blanca tiene el "caballo que se deja a montar" como alguna vez el presidente George H.W. Bush denominó a Boris Yeltsin. Por supuesto, todavía sobreviven los simpatizantes, los atlantistas, los neoliberales, pero afortunadamente sin capacidad de imponer la voluntad de Washington en Rusia contemporánea. Entonces lo que queda a los Estados Unidos y a su Pentágono es jugar con su fantasía y hacer ruido de las armas que necesitan, como explicó Donald Trump, una renovación y la adecuación de la doctrina militar a las exigencias del siglo XXI. Las Fuerzas Armadas de la única superpotencia del mundo están sobrexpandidas. Las más preparadas para el combate son las Fuerzas de Operaciones Especiales que están desplegadas en 133 países del planeta. Unos 200 mil efectivos de las tropas del Ejército, la Marina y las Fuerzas Aéreas, están en 100 países donde Estados Unidos tiene más de 450 bases militares. Todo este despliegue representa fuertes gastos. Se calcula que uno de cada cinco dólares que pagan los ciudadanos al estado por impuestos está destinado para el Pentágono. The National Defense Autorization Act 2017 (NDAA) establece el presupuesto del Departamento de Defensa en 619 mil millones de dólares.

Pero si tomamos en cuenta que EEUU cubre el 72% del presupuesto de la OTAN que es equivalente a 288 mil millones de dólares que salen vía Pentágono y también el Departamento de Defensa recibe anualmente unos 25 mil millones de dólares del Departamento de Energía para mantener las armas nucleares, otros tantos miles de millones de dólares para los programas especiales de la NASA vinculados a los sistemas de misiles y tantos aportes más clasificados, llegaríamos a la conclusión que el presupuesto real del Pentágono sería encima de un millón de millones de dólares. Todo esto explica por qué el presupuesto militar norteamericano representa más del 50% de todos los presupuestos militares del mundo.

La moral de las tropas de la primera potencia del mundo tampoco es alta. En mayo del 2014 el periódico US Army LA Times reveló que "casi uno de cada cinco jóvenes enlistados en el ejército tiene enfermedades mentales como ansiedad, depresión, desorden de pánico". También las autoridades del Pentágono admitieron el 8 de mayo del 2013 que cada día en las Fuerzas Armadas se produce unas 70 agresiones sexuales contra mujeres y hombres. A estos problemas se agrega la corrupción denunciada muchas veces, especialmente en Irak y Afganistán.

El escandaloso caso de la 'División 30' que propuso crear el Pentágono en Irak al ritmo de cinco mil soldados al año, recorrió el planeta entero. Usando 500 millones de dólares en el 2015, los instructores norteamericanos entrenaron 75 efectivos iraquíes de los cuales 30 pasaron a las filas del Estado Islámico y 45 simplemente desaparecieron.

Seguro que todo esto ha tomado en cuenta Donald Trump cuando anunció que su gobierno cancelaría el proyecto del avión de combate polivalente de quinta generación Lockheed Martin F-35 Lightning II cuyo diseño y construcción establecidos en 388 mil millones de dólares ya superaron un millón de millones de dólares.

Como hombre de negocios, Donald Trump sabe perfectamente los trucos de corrupción, especialmente a través del cabildeo. Sus asesores y el personal militar elegidos por el futuro presidente también le están enseñando a Trump que el mundo actual globalizado no puede ser definido "como un campo de batalla" del que hasta ahora ha presumido el Pentágono, según el profesor la Universidad de Oxford, William J. Astore, quien escribió el libro Razones para una guerra permanente.

Tampoco el Pentágono está preparado para una guerra contra Rusia a la que los socios europeos de la OTAN le están empujando para preservar la existencia de la organización, a pesar de que saben que no habrá tal guerra.

Uno de los ex líderes de la OTAN el general británico Richard Shirreff publicó hace poco el libro, 2017: War with Russia: an urging warning from senior military command en el que se refiere al "inminente ataque de Rusia contra los países bálticos", esto sin preguntarse para qué Rusia necesita a estos países carentes de recursos naturales y a los que tendría que mantener como sucedía en la Unión Soviética.

Todos estos halcones neoconservadores, junto con los demócratas neoliberales conducidos por Hillary Clinton representan un obstáculo aparente para que Trump trate al menos de cumplir algunas de sus promesas. El nuevo líder elegido sabe perfectamente que el problema de Siria no es nada nuevo. Durante más de 40 años Washington trató infructuosamente, primero, sacar del poder a Hafez Asad y ahora a su hijo, Bashar Asad. Detrás de la guerra en Siria están fuertes intereses geoestratégicos en los están envueltos Estados Unidos, Gran Bretaña, Israel, Turquía, Arabia Saudí, Qatar, Jordania y Rusia.

Según la doctrina de Obama, una Siria débil y balcanizada debilitaría inmediatamente a Irán, lo que permitiría el acceso de Estados Unidos al abundante petróleo y gas en el Mar Caspio y haría vulnerable a Rusia, cuya parte sur está en la orilla de ese mar, donde están localizadas las ciudades de Derbent y Astrajan. Entonces, desde este punto de vista Rusia no puede abandonar a Siria. Los Estados Unidos saben también que sin la participación de Rusia, el ejército sirio no podrá destruir a sus mercenarios del Estado Islámico y del al Nusra y pacificar el país.

También están envueltos los intereses energéticos de Qatar, Arabia Saudí, Turquía, Israel y Jordania. La orilla de Siria es considerada como un importante punto de tránsito de gas y petróleo tanto de Irán como de Arabia Saudí y Qatar.

Por el momento Irán y Siria firmaron un contrato para la construcción del oleoducto y gasoducto que saldrían de Irán (Parsa del Sur), pasarían por Irak y Siria y salen a las orillas del Mar Mediterráneo. Estados Unidos diseñó sus rutas para el petróleo y gas que salen de Qatar, se juntan con el gas y petróleo de Arabia Saudí, pasan por Irak y Siria y terminan en Turquía. No hay que olvidar que Irán posee 18 mil millones de barriles de petróleo y 14 billones de metros cúbicos de gas, mientras Qatar dispone de 27 mil millones de barriles de petróleo y 13,8 billones de metros cúbicos de gas.

Rusia mientras tanto está apoyando el proyecto iraní. Actualmente la situación en Siria se complicó más, debido a la existencia en la frontera de Siria con Líbano de un yacimiento que contiene entre 3 a 17 mil millones de barriles de petróleo. Estados Unidos no quiere que los rusos tengan acceso a este yacimiento y están haciendo todo lo posible para agravar la situación en la región. Esto explica por qué Barack Obama rechazó el último acuerdo de trabajo firmado por el Ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov y el Secretario de Estado, John Kerry. Dos horas después, los yihadistas guiados por las fuerzas especiales norteamericanas atacaron el hospital de campo ruso en Alepo asesinando e hiriendo a varios médicos.

También los militares rusos fueron puestos en máxima alerta en Siria, según el periódico European Union Times, debido al cínico "Regalo de Navidad" que preparó Obama a Putin y a Asad. Autorizaron para el NDAA de 2017 la entrega de misiles portátiles tierra-aire (MANPADS) a los supuestos yihadistas "moderados" en Siria e Irán a los que pertenecen, según el Departamento de Estado, los combatientes del Frente al Nusra, rebautizado ahora como Frente Fatah al Sham. Esto les permitirá derribar los aviones rusos y los del Ejército Sirio con el único propósito de hacer más difícil un posible acercamiento entre Donald Trump y Vladimir Putin para llegar a un compromiso que beneficie sobre todo al sufrido pueblo Sirio.

Las cartas están echadas, el futuro de paz en nuestro planeta depende de los dos líderes cuyos países necesitan también un respiro para superar muchas dificultades económicas que hombres como Obama han ocasionado tanto a los estadounidenses como a los rusos.

Selección en Internet: Inalvys Campo Lazo

  • Periodista peruana, radicada en Rusia

Ahí vienen los rusos

LA JORNADA 12 de diciembre del 2016 MÉXICO

David Brooks*

Que la CIA y los políticos estadounidenses condenen la intromisión o intervención de otro poder en la política interna de un país, tiene un poco de humor negro, al menos para los que tienen memoria de las intromisiones estadunidenses en diversas regiones del planeta. La primera operación estadunidense de intervención electoral fue en el 1948, en Italia, cuando la CIA apoyó a los democratacristianos contra una coalición de izquierda.

Los principales líderes políticos, medios y analistas, acusan que los rusos intentaron intervenir en el proceso electoral de Estados Unidos con la intención de minar la democracia.

La dirigencia de ambos partidos en el Congreso, la campaña de Hillary Clinton e integrantes del Colegio Electoral han solicitado ser informados y realizar más investigaciones sobre lo que consideran un grave atentado contra el país por el régimen de Vladimir Putin.

El problema es que no se ha presentado ninguna evidencia de tales acusaciones. Por ahora, lo único con que se cuenta es que oficiales anónimos dicen que la llamada “comunidad de inteligencia” ha concluido que los rusos intervinieron en la elección, aunque aparentemente no hay consenso entre la CIA y el FBI sobre esto.

Todo ha sido a través de filtraciones de fuentes anónimas de la CIA al Washington Post y el The New York Times, asegurando que el gobierno ruso está detrás de un atentado contra la democracia estadunidense y, más allá de eso, que la CIA concluyó en una “evaluación secreta” que Rusia interfirió no solo para minar el sistema electoral, sino específicamente para ayudar a Donald Trump a ganar la elección.

Hoy, Mitch McConnell, dirigente de la mayoría republicana en el Senado, y su contraparte Paul Ryan, presidente de la cámara baja, afirmaron que apoyan una investigación legislativa además de la que ordenó el presidente Barack Obama, esto después de que varios de sus colegas de ambos partidos exigieron indagaciones.

Ambos condenaron cualquier ataque cibernético contra Estados Unidos, pero evitaron detallar qué tipo de investigación realizarán. Sin embargo, otros de sus colegas, como el influyente senador republicano John McCain aseguraron que “no hay duda” sobre el hackeo de servicios de inteligencia rusos, algo que llamó “otra forma de guerra” y se comprometió a realizar una investigación plena del asunto.

Aparentemente los líderes republicanos decidieron romper con la posición de Donald Trump, quien ha reiterado que los rusos no están detrás de este complot, afirmó el domingo que esas acusaciones son “ridículas” y “no creo para nada” que eso haya sucedido, argumentando que “no tienen idea si es Rusia o China o alguien, podría ser alguien sentado en una cama en algún lugar, digo, no tienen ni idea”.

Hoy reiteró que es casi imposible detectar el origen de un hackeo. Más aún, dijo que la CIA carece de credibilidad. Hoy su campaña comentó a reporteros que todo este asunto parece tener el objetivo de “deslegitimar el triunfo del presidente electo Trump”. La campaña presidencial de la demócrata Hillary Clinton exigió hoy la desclasificación de toda la información oficial de inteligencia sobre la intromisión de Rusia. “Sabemos que la CIA ha determinado que la interferencia de Rusia en nuestras elecciones tenía el propósito de elegir a Donald Trump. Esto debería de angustiar a todo estadunidense. Nunca antes en la historia de la república hemos visto tal esfuerzo para minar el fundamento de nuestra democracia”, escribió John Podesta, presidente de la campaña, en una declaración.

Por otro lado, 10 ‘electores’, de los 538 integrantes del Colegio Electoral, enviaron hoy un comunicado exigiendo que se les brinde un briefing sobre la inteligencia en torno a la mano rusa en la elección estadunidense y sobre la existencia de indagaciones de vínculos entre Trump, o sus socios, con el gobierno ruso, y los resultados de éstas, antes de emitir sus votos el 19 de diciembre, acto en que se corona oficialmente el ganador de la elección presidencial.

Durante meses, la campaña de Clinton ha acusado al régimen ruso de intervenir en la elección estadunidense para sembrar dudas sobre su integridad y dañar la campaña demócrata para favorecer a Trump. Ha insistido en que Putin estaba detrás de los hackeos de los correos electrónicos del Comité Nacional Demócrata (DNC) y de la cuenta de Podesta, entregando este material a Wikileaks para su difusión al pública.

El gobierno de Obama formalmente acusó a Rusia de promover problemas en el proceso electoral a través de sus hackeos a principios de octubre.

La filtración de los correos del DNC justo antes de la Convención Demócrata en julio sacudieron la campaña y obligaron la renuncia de la presidenta del órgano máximo del partido al revelarse que había conspirado con la campaña de Clinton para descarrilar la campaña del precandidato Bernie Sanders (algo que Sanders había denunciado durante meses pero que se comprobó con los correos).

Los correos de la cuenta de Podesta —más allá de cientos que son de su vida privada— revelan los debates y preocupaciones normales de una campaña con algunos chismes sobre conflictos entre algunos asesores y la familia Clinton, pero nada devastador.

Sin embargo, el exdirector en funciones de la CIA, Mike Morell, declaró el domingo que “es un ataque sobre nuestra propia democracia, un ataque sobre quien somos como pueblo. Un gobierno extranjero metiéndose en nuestras elecciones es, creo, una amenaza existencial a nuestra forma de vida, es el equivalente político de un 11-S”, dijo a The Cipher Brief.

El periodista Glenn Greenwald, quien reportó y publicó los documentos filtrados por Edward Snowden, escribió en The Intercept que lo reportado por el Post y el Times está basado “exclusivamente en afirmaciones no verificadas de oficiales anónimos” que están difundiendo información sobre lo que supuestamente concluyó la CIA sobre evidencia que permanece completamente secreta, o sea, “no hay evidencia para estas aseveraciones… y menos pruebas”. Por lo tanto, advierte contra cualquier conclusión hasta contar con la evidencia, y no solo el intercambio de filtraciones de fuentes anónimas.

Con todo esto, Rusia vuelve a su papel de los mejores tiempos de la guerra fría como amenaza mortal contra la democracia en el mundo, con todo y la consigna de “ahí vienen los rusos, ahí vienen los rusos” (título, por cierto, de una gran película antiguerra fría del 1966)

Además, que la CIA y los políticos estadunidenses condenen la intromisión o intervención de otro poder en la política interna de un país, es un poco de humor negro, al menos para los que tienen memoria de las intromisiones estadunidenses en diversas regiones del planeta. La historia de este tipo de intervenciones de Washington, y la CIA en particular, está ampliamente documentada, incluso en investigaciones del Congreso.

La primera operación de intervención electoral fue en 1948 en Italia cuando la CIA apoyó a los democratacristianos contra una coalición de izquierda.

Vale solo recordar algunos de los casos más prominentes, como el de Salvador Allende en Chile —no solo del golpe de Estado del 11-S del 1973, sino en la contienda electoral del 1964, donde la CIA invirtió más de 4 millones en proyectos encubiertos para prevenir su elección, algo que repitió sin éxito en el 1970— así como el derrocamiento de Mohammed Mossadegh de Irán en el 1953, Jacobo Arbenz en Guatemala en el 1954, Patrice Lumumba del Congo en el 1961, y por supuesto, la lista larga de intentos contra Cuba, así como las denuncias más recientes por Venezuela, Bolivia y Ecuador, entre decenas de casos más en varias regiones del mundo.

Selección en Internet: Inalvys Campo Lazo

  • Corresponsal de La Jornada en Nueva York