Días de radio (película)

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Días de radio
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comedia | Bandera de los Estados Unidos de América Estados Unidos
85 min
Otro(s) nombre(s)Radio Days
Estreno1987
GuiónWoody Allen
DirectorWoody Allen
Dirección de FotografíaCarlo Di Palma
PaisBandera de los Estados Unidos de América Estados Unidos

Días de radio es una película estadounidense de 1987 dirigida por Woody Allen. Se centra en las aventuras de un niño que descubre la música a través de la radio, convirtiéndose en su pasión.

Sinopsis

Nueva York, años cuarenta. La radio juega un papel central en la vida de muchos estadounidenses, es su época dorada. A Joey Needleman (Seth Green), un niño judío de 10 años que proviene de una familia modesta, le encanta la radio. Algo normal en su familia ya que viven con el receptor permanentemente encendido. La familia de Joey es algo peculiar: sus padres (Martin Rosenblatt y Helen Miller), a pesar de quererse con locura siempre terminan discutiendo por tonterías; su tía Bea (Dianne Wiest) es una mujer que se ha casado varias veces y todas ellas han sido fallidas; sus abuelos (William Magerman y Leah Carrey) son muy especiales y otra tía, Ceil (Renée Lippin), es una soñadora empedernida. A pesar de parecer que nunca se ponen de acuerdo todos tienen un punto en común, la radio. Cada miembro tiene su programa favorito. El pequeño pelirrojo sueña con ser un día como su héroe, “El vengador enmascarado”, ya que su cabeza está llena de fantasías. Pero, al igual que él, muchas personas utilizan la radio como medio para evadirse de la realidad que están viviendo. La música, las series lacrimógenas, los concursos, las crónicas o las leyendas les ayudan a ser menos infelices. Contada en primera persona, como si Joey la narrara y con la radio como nexo central se desarrolla toda la historia.

Reparto

Críticas

Jazz is in the air

No es una peli convencional, es un chute de nostalgia directo a la vena.

No diré yo que la nostalgia sea mala, pero tampoco me atreveré a decir que sea buena..

Sólo me atrevo a garantizar que proporciona sonrisas dulzonas y un innegable gustirrinín mezclado con una pizca de tristeza (por la inexorabilidad de la entropía, supongo).

Es como cuando estás en un bar y una pandilla de borrachos de tu edad empieza a cantar las sintonías de los dibujos animados que veías de pequeño.

Quizá a) pasaste una infancia de mierda aparcado frente a la tele, quizá b) veías esos dibujos porque no había muchos canales diferentes, quizá c) las canciones de inicio y final eran el infernal ruido propio de un karaoke otaku, y quizá d) esas canciones todavía suenan peor cuando las cantan una personas con el pudor eclipsado por la euforia de sangría o el calimocho... y sin embargo te hacen sonreir.

Dentro de tu cabeza se produce una conexión neuronal tonta que no resulta desagradable del todo.

Pero lo de Woody Allen tiene más mérito, porque seguramente es más viejo que tú y que yo, y el tío es capaz de hacernos experimentar nostalgia de una época que desconocemos pero que se intuye que era bastante más jodida que la de nuestra infancia. Ni cuenta una historia tan buena ni retrata con tanta profundidad a los personajes ni suelta tantos chistes como en otras de sus pelis, pero las anécdotas inconexas son simpaticas y se amontonan acompañadas de una fotografía cojonuda y una música deliciosa.

Harry James, Benny Goodman, Glenn Miller, Artie Shaw, Tommy Dorsey, Frank Sinatra, Duke Ellington y Carmen Miranda son las verdaderas estrellas.

La infancia de Woody

Por mucho que a veces intente negarlo, todas las películas de Allen esconden un bastante de perfil autobiográfico. Unas más, otras menos, incluyen clichés casi ya clásicos para el buen conocedor de su vida, obra y milagros. En el caso de Días de radio, ese toque, además de incontestable, cobra carta de naturaleza al ser el mismo Allen quien con su voz en off se encomienda las labores de narrador de la película. La historia del niño fascinado por las historias radiofónicas de El vengador enmascarado es la historia del pequeño Allen que ya atisbamos a ver en el principio de Annie Hall, un período en la vida de Allen que tarde o temprano el cineasta norteamericano estaba destinado a filmar.

Como todas las que Allen dirige al pasado más o menos reciente de su América, la mirada a esos días de radio es una mirada nostálgica e irónica al mismo tiempo. La película está estructurada en diversos episodios independientes entre sí que dan una visión tememos que muy aproximada y certera a lo que fue los primeros años de vuelo allenianos. La perfecta ambientación, la muy cuidada fotografía, Nueva York, sus lugares y sus gentes... todo ello ayuda a formar un conglomerado de sensaciones, de vivencias que se convierten en los verdaderos protagonistas de Días de radio.

Como dato curioso, se trata de la única película de Allen en la cual aparecen juntas las que han sido incuestionablemente sus dos auténticas musas: Diane Keaton, en un pequeño papel de cantante de variedades; y Mia Farrow, con una interpretación algo más desarrollada.

Queda retratado, pues, de forma fehaciente que el de Días de radio es el hábitat en el cual se desarrolló buena parte del imaginario visual de Allen. Casi el preferido, atrevemos a decir. Allí se encuentra el germen, la materia, los días con que, para bien o para mal, se fraguaría el Allen adulto que nos ha llegado posteriormente en películas tan absolutamente fascinantes como ésta.

Colección de anécdotas relacionadas con la radio

Woody engarza con habilidad toda una colección de anécdotas relacionadas con el mundo de la radio. No podían faltar los homenajes a la adaptación que hizo Orson Welles de la "Guerra de los mundos" ni al típico niño atrapado en un pozo –es algo muy americano retransmitir en directo semejantes desgracias–.

Sin embargo, si se quedara sólo en el homenaje terminaría por aburrir, por lo que se le agradece muchísimo su cómica visión de la familia y de la infancia, y también que intercale algunos de sus inconfundibles chistes. Ahora recuerdo la genial escena con que arranca la película, al chaval presentando como trabajo escolar el condón usado que encontró en la habitación de sus padres, el derrame cerebral de la anciana vecina, la crisis nerviosa del señor Zipsky, a la dominante madre del sicario italiano, al torpe cazador Kirby Kyle, etc.

Para mi gusto sobra el personaje de Mia Farrow, o, más bien, lo que sobran son algunos tramos de sus historias. También es cierto que el último tercio se va haciendo cada vez más aburrido; pero, justo cuando parece que se va a hacer insoportable, llegan los títulos de crédito del final.

Autobiografía mediocre

Considero a Woody Allen uno de los iluminados de nuestra era, pero este film no es precisamente afortunado, nos presenta eso si una gran banda sonora que es una de las pocas cosas que rescato, además de una que otra línea que refleja al genio (dormido en esta película) de Allen como ser: "Una vez fui secuestrado y mis padres no tardaron en hacer algo al respecto: alquilaron mi habitación".

Es un film aparentemente autobiográfico, llevado para mi gusto hasta el capricho del director, tratando de hacer escuchar sus experiencias pasadas asociándolas a la radio, pero su línea argumental es endeble y esto se ve reflejado en las actuaciones que tampoco lograron que este film sea salvado de la mediocridad.

¡Atención malhechores, donde quiera que estéis!

Pese a la estética de la cinta, recreando los años 40 e incluso finales de los 30, con la segunda gran guerra como telón de fondo, gracias a una espléndida fotografía de Carlo Di Palma, Allen filma esta cinta en 1987!!!.

En el residencial barrio neo yorkino de Rockaway, Allen recrea esta historia escrita y dirigida por él mismo, como un cálido y sincero homenaje a este medio de comunicación, que antaño rellenaba las mañanas, sobremesas y noches de un mundo sin televisión, y donde la única forma de dar rienda suelta a nuestros sueños era precisamente a través de las ondas hertzianas...

Programas como "Guess that tune (Adivine la sintonía)", "Las leyendas deportivas de Bill Kern", "El tribunal de las emociones humanas", "Las aventuras del vengador enmascarado", "Los desayunos de Irene y Roger", etc... hacían las delicias de los radio-oyentes, los cuales soñaban con el glamour de las grandes estrellas, se conmovían con las lóbregas tragedias del vulgo, vibraban con la retransmisión in situ de los eventos deportivos, e incluso se escandalizaban por las noticias descontertantes...

Allen homenajea a las sintonías musicales que fueron la banda sonora de su vida, de una vida cualquiera, así también como a las estrellas de la radio, aquellas cuyas voces quedaron apagadas con el implacable devenir del tiempo dando paso a otras estrellas y otros formatos...

Mientras el pueblo escuchaba absorto las historias en los días de la radio arrellanados en las butacas de sus hogares, algunos de sus protagonistas vivían una existencia más lujosa y glamourosa, en garitos de moda y relumbrón como el King Gold de Manhattan, en amplias avenidas, en las pedanías de Broadway iluminadas por las incandescentes luces de neón, entre anuncios de Camel y Pepsi...

Y mientras, algunos ciudadanos soñaban con el vengador enmascarado sobrevolando las azoteas de los grandes rascacielos de la majestuosa ciudad, mientras profería sus famosas palabras de; "...¡Atención malhechores, donde quiera que estéis..."...

Porque el vengador enmascarado sobrevendría a la tragedia salvaguardando aquellos difíciles años de la segunda guerra mundial, con periodos de baja moral de la población, preocupada por unos hijos enrolados en el ejército en la lucha contra los malísimos del eje germano-nipón...

Una bella historia narrada con la maestría visual y sonora a la que el maestro semita nos tiene más que acostumbrados... Con sus habituales dosis de acidez corrosiva, y desde una perspectiva mezcla de sarcasmo y melancolía que la situación invitaba...

La voz en off como recurso narrativo correspondería a nuestro protagonista, el pequeño Joe (Seth Green) con la voz madura del doblaje habitual de Woody Allen quien evoca con evidente nostalgia aquellos días de radio inolvidables y pasajeros.

Fuentes

  • Artículo Días de radio. Disponible en: www.dcine.org, visitado el 2 de febrero del 2013.
  • Artículo Días de radio. Disponible en: www.filmaffinity.com, visitado el 2 de febrero del 2013.
  • Artículo Días de radio. Disponible en: www.fotogramas.es, visitado el 2 de febrero del 2013.
  • Artículo Días de radio. Disponible en: www.sensacine.com, visitado el 2 de febrero del 2013.