Reparto de las tierras de corral en Jiguaní (1624)

Reparto de las tierras de corral de Jiguaní
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Fecha:1624
Lugar:Jiguaní
Consecuencias:
La existencia de Jiguaní, data de mucho tiempo antes del descubrimiento por el gran Almirante Cristóbal Colón. Sus fundadores primitivos fueron sus propios indios, que ya en el año 1656 contaba con un protector el cual defendía el derecho a vivir en estas tierras.
País(es) involucrado(s)
Cuba, España
Líderes:
Juan Salvador de Aguilera y Vázquez
Ejecutores o responsables del hecho:
Juan Salvador de Aguilera y Vázquez


Historia

Jiguaní. Constituye uno de los treces municipios de la provincia Granma, Cuba desde la última División Político-Administrativo realizada en el año 1976. Se fundó el 25 de enero de 1701 con el nombre de San Pablo de Jiguaní, lo que según historiadores de la región quiere decir Arena de Oro; aunque existen versiones orales que aseguran que su traducción es "Río de Oro".

La existencia de Jiguaní, data de mucho tiempo antes del descubrimiento por el gran Almirante Cristóbal Colón. Sus fundadores primitivos fueron sus propios indios, que ya en el año 1656 contaba con un protector el cual defendía el derecho a vivir en estas tierras.

Desde la conquista de la Isla perteneció todo este territorio a la ciudad de Bayamo. Los indios de los corrales de Jiguaní Arriba y Jiguaní Abajo trataron de fundar una población con indígenas que residían en Bayamo.

Pero desde muchos años antes este territorio había sido repartido entre otros habitantes tal es el caso de: Juan Salvador de Aguilera y Vázquez que reclama el corral "San José de Cautillo Arriba", concedido a Juana Návaez en 1624.

El corral de " Las Cabezas" lo reclama Juan. Sánchez de la Cruz, heredero de su padre.

Pedro Hernández, reclama dos caballerías concedidas el 12 de enero de 1631.

Antonio Marcina e Hipólito Frómeta reclaman otras dos caballerías otorgadas el 19 de agosto de 1632. El 22 de mayo de 1622 cabildo de Bayamo concedió al Capitán Alonso Cortés de Molina el corral de Jiguaní Abajo el que luego paso a Catalina Hernández india y más tarde a Gerónimo Palacín, contra el que tiene litigio Isabel Rodríguez. Las autoridades bayamesas utilizando como pretexto las disputas entre ellos y los indios, obligaron a estos últimos a salir de la región. Ante tal situación Miguel Rodríguez, descendiente de español e indio y nacido en Bayamo se traslada hacia el este de esta ciudad, buscando un lugar seguro capaz de brindarle la protección adecuada a los contados supervivientes que aún quedaban de su martirizada raza. Jiguaní fue el lugar idóneo para emigrar no obstante a que ya a que mucho antes como se plantea existen algunos indígenas. Miguel Rodríguez se siente no sólo humillado, sino perseguido. Álvaro Hernández Galardy, en su trabajo inédito sobre biografía de Miguel Rodríguez corrobora lo expuesto planteando que un individuo nombrado Gerónimo Palacín fue enviado tal vez con el objetivo de hostigar a Rodríguez, estableciéndose en un punto "Jiguaní –Abajo" cercano a su residencia y lo emplaza para que abandone inmediatamente el lugar.

La lucha se establece en condiciones difíciles para Miguel Rodríguez que se encuentra indefenso contra un contrincante que lo apoyan las autoridades bayamesas, Rodríguez eleva su queja al gobernador político y militar de la Provincia ( Santiago de Cuba ), se trata del jefe de una comunidad de indios naturales que demandan amparo de la máxima autoridad para los suyos. El gobernador dicta un decreto de amparo de la máxima autoridad para los suyos. El gobernador dicta un decreto de amparo a favor de Rodríguez sobre los territorios que ocupan la comunidad que representa y que ocupan la comunidad de que representa y que este denomina "Corral de Jiguaní Abajo".

Establecidos los límites de los territorios Miguel Rodríguez quedó como dueño del corral de Jiguaní Arriba, Gerónimo Palacín como dueño del corral de Jiguaní Abajo, que antes lo había sido de Isabel Rodríguez india también y Marcos Rodríguez indio como los anteriores lo era del moje de Baire, prueba de que en la zona comprendida entre los ríos Cautillo, Jiguaní y Contramaestre muchas tierras, eran disfrutadas por los naturales, por la simple razón de que por estar más alejadas de los principales centros de población y de los caninos, no fueron apetecidas a principio de la colonización por los españoles, y en ellas habían sido señaladas las habitaciones de los indígenas Con el decreto que ampara a Miguel Rodríguez en el "Corral de Jiguaní Arriba", siendo junto al río Jiguaní, decidió acabar con aquella situación deprimente fundando un pueblo donde pudieran acogerse todos los indios de la comarca. Miguel consiguió la creación del curato de Jiguaní.

En despacho expedido a 15 de abril del año de 1700 por el Reverendo Obispo de Cuba, expresa este prelado que habiendo convocado por edictos opositores para proveer el curato nombrado San Pablo de Jiguaní, nuevamente erigido en dicho paraje distante, siete leguas de la Villa de San Salvador de Bayamo, habían comparecido a oponerse dos personas uno de los cuales se apartó quedando púnico Andrés Jerez, clérigo de Menores órdenes, natural de la citada Villa, quien examinado y aprobado para obtener en propiedad dicho curato concurriendo la presentación del gobernador en nombro de S.M recibió la colación y canónica institución con las órdenes mayores hasta el prebisteriado con la cual se le libró para su ejercicio este título de tal cura. Cuando Jerez llega al curato halló en toda aquella extensión una sola casa, la de Miguel Rodríguez y en ella vivió hasta que pudo fabricar iglesia y casa en que vivir. Migue, Rodríguez con la colaboración del cura párroco se decide a fundar un pueblo en el año 1701 y de esta forma cumple su objetivo central. Se refundió en Jiguaní el pueblecito indígena Ovejas que se encontraba aledaño a Bayamo.

Había conseguido Rodríguez que la audiencia de Santo Domingo le señalara límites precisos al pueblo y diera auto de amparo en ellos para Real Provisión del 19 de abril de 1702 no sin sostener Rodríguez un pleito con el Capitán Marcos Aguilera que reclamaba la propiedad de algunas tierras de las que pedían los indios. En 1703 el Virrey de la española dicta la Real Provisión de los indios de Jiguaní en las tierras habidas los ríos, Contramaestre y Jiguaní. En 1703 fijan como nuevos límites de la comunidad desde el río Cautillo, de éste a la Sierra Maestra.

El interés por mejorar el pueblo y situarlo en lugares más adecuado dio lugar a un nuevo pleito en el año 1710. El cura Andrés de Jerez hizo cambiar de sitio su iglesia situada en el corral Jiguaní Arriba, de Miguel Rodríguez, porque estaba en parte sujeta a inundaciones de un arroyo que sirve aguada a dichos naturales por cuya causa pretendía fabricar en otro sitio que tenía delineado.

Las tierras que el cura había decidido eran las buenas para la fabricación de su iglesia, caían dentro del corral Jiguaní Abajo, cuyo dueño entonces era el Capitán Miguel Vázquez de Avilés, quien lo había adquirido de los albaceas del indio Jerónimo Palacín. Este corral ya había sido invadido por los indios quienes habían fabricado en él varias casas, contra los que protestaba Avilés. Al fin el Capitán accedió a que se fabricase la iglesia, y las casas y decidió media legua de terreno para el pueblo con la condición de que no fabricasen estancias en esas tierras los indios.

Estos fueron amparados en este territorio por auto de 19 de mayo de 1710. De espalda al río se dieron 240 pesos en dirección del monte y luego 240 pesos más a los restantes puntos cardinales.

A pesar de la resistencia de algunos indios para mudarse al poblado de Jiguaní, en el año 1720 ya había en el mismo cincuenta familias, según declaración del cura Jerez. En este año construye Jerez la iglesia. 1737 por Real orden se autoriza la construcción del Ayuntamiento de Jiguaní y se constituyó en 1740 año en que se otorga a esta comunidad el título de Muy fiel Villa de San Pablo de Jiguaní con consideración a lo que ya significaba en la isla.

La iglesia construida por Jerez había desaparecido como plantea Morell de Santa Cruz en su visita eclesiástica a Jiguaní.

" ... A las diez de la mañana del día dieciocho de agosto de 1756 llegué al pueblo de Jiguaní; distante siete leguas al Oriente de la Villa de Bayamo. Holleme sin Iglesia a causa de que el cura deseoso de construir otra capaz, abandonó la que había, que era pequeña de mampostería y teja, sin hacerse cargo de que podía servirse de ésta mientras se perfeccionaba aquella fábrica era preciso caminar con mucha lentitud por falta de fondos y pobreza de los vecinos. En efecto solo pudo levantar la capilla mayor, que se reduce a tres lumbres, principios de otras tantas navas."

Espacio Geográfico

De acuerdo a lo expresado en la diligencia legajo 1617 hoja 21 se señala: desde el paso Real del río Cautillo que está en el camino que viene de la villa de Bayamo para la ciudad de Cuba por todo el río abajo hasta el paraje donde va a juntarse con el Contramaestre con el cual viene ya incorporado al río de Cauto, y por el Contramaestre Arriba hasta llegar a su nacimiento incluyéndose en estos parajes y linderos las monterías de Mogote y Vijagual, y desde el nacimiento del río de Contramaestre cortando por derecho por una Sierra Alta hasta llagar al nacimiento del río de Cautillo por el abajo basta ponerse por el mencionado Paso Real debajo, cuyo límites queda comprendido al río de Jiguaní que es donde se halla fundado el pueblo, comprendiéndose a sí mismo el río de Baire y su corral, quedando con ello deslindada.

La geografía de los terratenientes

Al fundador de este pueblo, formado por tierras habitadas por indios y otras realengas, Miguel Rodríguez le tocó enfrentarse desde los primeros tiempos a los españoles "vecinos más poderosos; alcaldes, regidores, capitanes, todos ricos e influyentes" que querían posesionares de estas tierras.

Nunca son los ejemplos donde se ponen en evidencias el enfrentamiento de Miguel Rodríguez en defensa de sus hermanos de raza contra los "conquistadores" a quienes se les otorgaba mercedes de tierra por parte del cabildo de Bayamo, en terrenos de los indios de Jiguaní, esta situación llevó a un conflicto que por mucho tiempo se mantuvo entre los vecinos de este lugar, llevando a los indios a rebelarse contra las posiciones usurpadas a ellos quemaron las siembras y casas que allí habían hecho los presuntos dueños españoles.

No todo los protectores de indios cumplieron con su deber y permitieron innumerables atropellos, tomado como fundamente esto es que el gobernador de la región oriental Don Pedro Ignacio Jiménez, no consiguiendo que los alcaldes de Bayamo les hicieran justicias a los vecinos de Jiguaní, separó esto pueblo de la jurisdicción de Bayamo y lo incorporó a la de Cuba . Se realiza entonces un nuevo deslinde y reconocimiento de los términos pertenecientes al pueblo de Jiguaní.

En el año 1753 la villa Bayamo pretendió de nuevo que "Jiguaní fuera territorio suyo para la administración de justicia, disposición de tierras, y todo lo demás que conduce a una total sujeción mediante ser los habitadores de dicho pueblo de limitados posibles para descubrir los puntos de su defensa" , pero no fue admitida dicha reclamación y Jiguaní continuó bajo la jurisdicción de Santiago de Cuba.

Transcurriendo los años, los abusos de los españoles eran cada vez mayores. En 1749 comienza el más largo y difícil pleito de los indios de Jiguaní contra los usurpadores de sus territorios: es por el hato de Sabanilla de Cauto y las tierras entre los dos ríos y los algodones, tierras riquísimas situadas en la margen derecha del Cauto y entre este río y Contramaestre, las cuales habían pedido Don Pedro Villavicencio y otros vecinos de Santiago de Cuba, alegando que eran realengas, estas tierras habían sido consideradas como los indios.Este pleito continuó durante largos años.

Este hato fue vendido a Luis Echavarría hermano del Obispo de Cuba. Muchos son los abusos cometidos, las tierras de Algodones son vendidas, a pesar del auto de amparo, Don Joseph Rondón, que no es indio se posesiona de los terrenos del Cupery "y oprime a los miserables indios tan recomendados por Su Majestad, les impone tasas, los persigue y sigue siendo el primer voto de su ayuntamiento, les hace servir como quiere". Aquí tampoco cumplen con su deber los protectores de indios de Jiguaní.

Todas estas querellas ponen de relieve, la situación de los indios demostrando que el sistema colonial metropolitano, era malo pero "peor eran los encargados de aplicarla".

Don Pedro Mancebo en informe emitido al fiscal en 1785 hace un recuento de todo lo sucedido en el pueblo do Jiguaní desde su fundación hasta el desarrollo del último pleito comenzado en 1777 expone en detalle como la cantidad de terreno de que disponen los indios de Jiguaní era mucho mayor que la que se habla dispuesto por reales órdenes. Argumenta que en la población existente en dicha comarca "ya no había indios naturales". Fundamentándose en el padrón realizado para dicho informe donde se recoge "que sólo 175 cabezas de familias habían nacido en el lugar..."

En este último pleito iniciado en 1777 como bien lo define la destacada Historiadora Hortensia Pichardo fue "el último grito de la raza vencida", donde se cuestiona la existencia o no de indios naturales pero que, indios o criollos "Al fin y al cabo es lo mismo, son los nativos los que protestan contra los españoles poderosos. Hablan con la tristeza de los vencidos.

Posiblemente corrió muy poca sangre india en sus venas, pero corría menos española... "su sangre se conservó más criolla..." Por eso esta protesta dolorosa de la comunidad de Indios de Jiguaní aunque no fuera de indios puros, era la protesta del criollo contra el poderoso que lo oprimía desde el inicio de la conquista".

Estructura Económica-Social del territorio

Según censo entre 1754 y 1757 Jiguaní tenía 588 habitantes en 102 casas. En 1761 la Jurisdicción de Jiguaní contaba con 226 familias con un total de 1349 habitantes, de ellos 33 eran sirvientes. Teniendo en cuenta los datos de dicho censo se presupone que Jiguaní era Jurisdicción independiente, bajo el control administrativo de Bayamo.

En 1778 Jiguaní es considerado con la categoría de pueblo y parroquia con 1048 habitantes y 425 casas. Un elemento en la clasificación social lo da Juan Pérez de la Riva en su trabajo "Descripción de la Isla de Cuba" al señalar la estructura social de la población , integrada por unos pocos indios ( de los caneyes, Jiguaní ) y los blancos, mulatos y negros.

Jiguaní pueblo de indios muy pequeño: siete leguas al Oriente de Bayamo. "solo le han quedado, para la memoria de los antiguos dueños de la Isla los pocos indios que habitan en San Luis de los Caneyes y Jiguaní.

La economía existente en el territorio era de auto-consumo donde predomina la crianza de ganado mayor y menor y las vegas de tabaco.

En el T II de Rivero Muñiz "Historia del tabaco W lo referido al S.XVIII señala entre otras cuestiones: (...) Las vegas del Partido de Bayamo se encontraban situadas en distinto lugares, algunas bastantes lejanas tales como los ríos del mismo nombre, entre los que menciona a Cautillo, Jiguaní, Baire y Contramaestre en todas las cuales abundan las mejores tierras para el tabaco, pero faltaban labradores, pues los que había no acertaban a darle a esa planta el debido cultivo, dado que excepto en Guisa y Jiguaní, en los restantes sitios apenas si conocían el uso del arado, sembraban las matas demasiado juntas, cogiéndolas sin madurar, cortándolos por el pie, etc. En las estancias se cultiva fundamentalmente viandas, yuca, maíz, etc. La inmensa mayoría los habitantes tenían corrales de cerdos. Existían además hatos y tierras realengas.

Organización de la Estructura Político-Militar

EL pueblo de Jiguaní tuvo su cabildo formado por indios desde su fundación en el año 1700, constituido, por dos alcaldes pedáneos y dos alcaldes del monte o de la hermandad para las atenciones del campo y cuatro regidores.

Miguel Rodríguez se le debe la primera urbanización de Jiguaní, así como la posesión para los indios de los terrenos antes mencionados, sin embargo fue utilizado aviesamente por las autoridades españolas, especialmente por el gobernador de Cuba capitán, a Guerra y los representante de la Santa Hermandad (institución creada por los Reyes Católicos en 1476) para proteger a la población rural de los bandoleros, tenía milicia propia y llegó a ser poderoso. Miguel Rodríguez fue teniente de milicias en tiempo en que los bucaneros robaban las riquezas ganaderas del Valle de Cautillo.

Ronseet en su libro Historia de Cuba tomo 3. Plantea:

"... que fue tanto su crecimiento que en el año 1740 se constituyó su ayuntamiento y por Reales Cédulas del año 1751 se creó la tenencia de Gobierno, obteniendo por Reales Ordenes de 23 de junio de 1737 el dictado fiel de Villa de Jiguaní" (sic).


Referencias

  • Colectivo de Autores. Historia de Cuba.9no Grado. Editora Pueblo y Educación. La Habana l991. P.5 y 6.
  • José M. Guarch del Monte. "Nuestra estructura para las comunidades Aborígenes de Cuba" En: Revista de Historia. Holguín # 1. 1988 -P.34.
  • Valentín Gutiérrez. Período, de las comunidades Aborígenes hasta 1510. (Trabajo).
  • Ibid.
  • Hortensia Pichardo Viñales Facetas de Nuestra Historia. Editoria Oriente. Santiago de Cuba, 1989. P. 99.
  • Valentín Gutiérrez Ob. Cit.
  • Sitio Web de la Cultura en Jiguaní

Fuentes

  • Sitio Web de la Cultura en Jiguaní
  • Colectivo de Autores. Historia de Cuba.9no Grado. Editora Pueblo y Educación. La Habana l991. P.5 y 6.
  • José M. Guarch del Monte. "Nuestra estructura para las comunidades Aborígenes de Cuba" En: Revista de Historia. Holguín # 1. 1988 -P.34.
  • Valentín Gutiérrez. Período, de las comunidades Aborígenes hasta 1510. (Trabajo).
  • Ibid.
  • Hortensia Pichardo Viñales Facetas de Nuestra Historia. Editoria Oriente. Santiago de Cuba, 1989. P. 99.
  • Valentín Gutiérrez Ob. Cit.