Tiburón tailandés

Tiburón tailandés
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Pangasius Sanitwongsei. P.jpeg
Clasificación Científica
Reino:Animalia
Filo:Chordata
Orden:Siluriformes
Familia:Pangasiidae. (Pangasius)

Tiburón tailandés. Pez peligroso y delicado, con largas y aceradas púas situadas en los extremos de las aletas dorsal y pectorales. Perteneciente al orden Siluriformes y de la familia de los Pangasius.

Nombres

  • Nombre común: Originario de Vietnam, lugar donde recibe el nombre de Trey Po Pruy”, este recién llegado a nuestros acuarios al que se le conoce vulgarmente como Pangasius Gigante en el mundo latino (aunque nunca debe confundirse con su hermano mayor, el Pangasionodon Gigas, también llamado Pangasius Gigante) y Paroon Shark o Chao Phraya Giant Catfish en el anglosajón. También se le dan los nombres de Dog eater pangasius, es decir, Pangasius come-perros.
  • Nombre científico: Pangasius Sanitwongsei.

Hábitat y distribución geográfica

Su hábitat natural es desde arrozales a grandes ríos, como los de las cuencas del Mekong y el Chao Phraya, es originario de Vietnam, Tailandia, Camboya y Laos.

Descripción

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Forma

La forma de este pez es parecida a la de un tiburón, con aletas muy largas provistas de filos cortantes. La boca de gran tamaño dispuesta en sentido horizontal. La peligrosidad de este siluriformes de tendencias migratorias no sólo radica en su tamaño, peso y legendaria voracidad, sino que se concentra, sobre todo, en sus largas y aceradas púas situadas en los extremos de las aletas dorsal y pectorales. Estos afiladísimos “cuchillos” lacerantes son capaces de seccionar peces grandes.

Coloración y Diferencias sexuales

El cuerpo es de color gris, con pigmentación negra en los extremos de las aletas y aún no se ha conseguido discernir su dimorfismo sexual.

Tamaño

El tamaño es de 2,5 a 3 metros y de 250 a 300 kilogramos de peso.

Mantenimiento del acuario

  • Temperatura y Agua: Esta especie que más sufre con el deterioro de la calidad del agua. Si la temperatura no se halla entre los 24 y 27ºC, si el pH no se sitúa alrededor de 7.0 y si se permite que exista algún ligero rastro de nitritos en el agua (algo bastante normal para los hábitos alimenticios de estos insaciables animales), no le quepa duda a nadie de que nuestro protagonista enfermará irremediablemente.
Pangasius Sani.jpeg
  • Acuario: Medidas según tamaño del animal,se aconseja comenzar con un 100 litros (hasta 40 cm), pasar a un 600 (hasta el doble de tamaño) y continuar con un 1.200 e ir aumentando en virtud de sus necesidades, no detiene su crecimiento aunque se le quede pequeño el acuario, lo que le provocará la muerte.
  • Los cristales y la urna han de reforzarse para que no se fragmenten. Fijar y proteger bien todos los aparatos para evitar que se destruyan en una de sus embestidas. Filtrado externo con fuertes corrientes para desarrollar su musculación. Imprescindible el uso de compresores de aire dado su gran consumo de oxígeno y la luz debe ser media.
  • Cualquier ligero deterioro en las condiciones del agua les hará enfermar. Otro problema añadido lo constituye el hecho de que no se les pueda introducir en un gran acuario desde el primer día porque también se estresan y mueren. Necesitan ir pasando por acuarios de menor a mayor capacidad según necesidades de crecimiento hasta que se les pueda introducir en un tanque de considerables dimensiones, algo parecido a lo que les sucede en libertad.
  • Decoración: Se recomienda no usar ningún tipo de decoración para dejar así espacio libre para la natación.

Alimentación

Los ejemplares juveniles se alimentan de larvas, gambas, trozos de pescado y los ejemplares adultos de pescado y crustáceos. También aceptan alimento congelado y se les puede acostumbrar a tomarlo liofilizado aunque resulte difícil conseguirlo.

Comportamiento y peligrosidad

A partir de los 50 cms es aconsejable un solo ejemplar por acuario dado la peligrosidad de sus púas,son muy territoriales. Cualquier especie de menor tamaño será engullida.

Pez muy peligroso a partir del momento en que desarrollan sus púas por completo (antes de medir un metro). Se deberá tener cuidado en el mantenimiento del acuario porque su tremenda rapidez les hace imprevisibles.

Si alguien ha tratado de mantener algún ejemplar de la especie que nos concierne sabrá a que me refiero cuando afirmo que muy probablemente hablamos del pez más “estresable” y enfermizo de todos cuantos se puedan comercializar para acuariofilia.

Pangasius Sanitwongsei. acuario.jpeg

Pasa el día de susto en susto (nunca termina por reconocer a su dueño) estrellándose contra las paredes y adornos del acuario, provocándose heridas inciso-contusas en los labios e incluso la muerte originada en un derrame cerebral o en un coágulo. A veces puede suceder que sus fuertes golpes acaben con la rotura de los paneles de cristal del acuario siempre y cuando hayan alcanzado el peso adecuado como para conseguirlo. Estos mismos sustos les hace vivir en un clima de estrés constante que expresan tornando su color de un negro intenso a un metálico plateado o sucumbiendo víctimas de un infarto.

Enfermedades

Cuando esta especie se enferman hay que hacerle un cambio inmediato de agua del 40% asistido por la introducción en la misma de algún producto regenerador de la mucosa, bacterias nitrificantes y la provisión de un tratamiento a base de Acriflavina, para evitar el estrés, no habrá más remedio que apagar el foco del acuario durante el mencionado cambio y un par de días a partir de ese momento, no se les deberá suministrar ningún tipo de alimento mientras permanezcan enfermos porque lo rechazarán; seguramente no volverán a comer hasta pasada una semana.

Curiosidad

Además, parece ser que estos Pangasius deambulan por los arrozales durante su etapa juvenil llegando a convertirse en el terror de unos agricultores que pueden acabar con los tendones desgarrados. El “método del desgarro” es habitual en sus modos de caza. Primero provocan una herida lacerante en la presa; después, siguen su rastro de sangre hasta que pueden tragarla -entera, claro está, puesto que carecen de dientes. Pero también estos cuchillos laterales son perniciosos para los ejemplares de su propia especie por los roces constantes que se sufren en un acuario. Del mismo modo, con el tiempo, se vuelven terriblemente territoriales y los ejemplares más desarrollados castigan sin piedad a los de menor tamaño. Un individuo que haya alcanzado 80-90 cm de longitud debe ser mantenido sólo.

Fuentes