Tres personajes
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Tres personajes o de Three characters cómo también se le conoce en su versión en Inglés fue pintado por el artista modernista mexicano Rufino Tamayo en 1970.
Historia
Tres Personajes fue comprado por un hombre de Houston como regalo para su esposa en 1977, luego fue robado de su casillero de almacenamiento en 1987 durante una mudanza.
En 2003, Elizabeth Gibson encontró la pintura en la basura en una acera de la ciudad de Nueva York.
Aunque sabía poco sobre arte moderno, Gibson sintió que la pintura "tenía un poder extraño" y la tomó sin saber su origen o valor de mercado. Pasó cuatro años tratando de aprender sobre el trabajo, y finalmente se enteró del sitio web de PBS que había aparecido en un episodio de Antiques Roadshow.
La pintura fue comprada por un residente anónimo de Houston, Texas por $55,000 en 1977 como regalo para su esposa.
Fue robado de un depósito de almacenamiento en 1987, pero fue encontrado en la basura en noviembre de 2003 por la residente de Nueva York Elizabeth Gibson, quien recibió $ 15,000 USD como recompensa por devolver la pintura, así como una parte de las ganancias de su subasta. por Sotheby's en noviembre de 2007.
Después de ver el segmento de Missing Masterpieces sobre Tres Personajes, Gibson se puso en contacto con el antiguo propietario, quien arregló la venta de la pintura en una subasta de Sotheby's.
En noviembre de 2007, Gibson recibió una recompensa de $15,000 más una parte del precio de venta de la subasta de $1,049,000.
La pintura y sus personajes
Es una pintura de colores brillantes, se considera significativa como un ejemplo del estilo maduro de Tamayo. Es una representación abstracta de un hombre, una mujer y una figura andrógina en una rica paleta de púrpura, naranja y amarillo, con la textura de superficie rugosa característica de Tamayo, hecha de arena y polvo de mármol molido mezclado con la pintura.
Síntesis biográfica
Rufino del Carmen Arellanes Tamayo (Oaxaca de Juárez, 25 de agosto de 1899 - Ciudad de México, 24 de junio de 1991) fue un pintor mexicano. Figura capital en el panorama de la pintura mexicana del siglo XX, Rufino Tamayo fue uno de los primeros artistas latinoamericanos que, junto con los representantes del conocido "grupo de los tres" (Rivera, Siqueiros y Orozco), alcanzó un relieve y una difusión auténticamente internacionales. Como ellos, participó en el importante movimiento muralista que floreció en el período comprendido entre las dos guerras mundiales.
Sus obras, sin embargo, por su voluntad creadora y sus características, tienen una dimensión distinta y se distinguen claramente de las del mencionado grupo y sus epígonos.
Coincidiendo en sus aspiraciones con el quehacer del brasileño Cándido Portinari, el trabajo de Rufino Tamayo se caracteriza por su voluntad de integrar plásticamente, en sus obras, la herencia precolombina autóctona, la experimentación y las innovadoras tendencias plásticas que revolucionaban los ambientes artísticos europeos a comienzos de siglo.
Esta actividad sincrética, esa atención a los movimientos y teorías artísticas del otro lado del Atlántico lo distinguen, precisamente, del núcleo fundamental de los "muralistas", cuya preocupación central era mantener una absoluta independencia estética respecto a los parámetros europeos y beber solo en las fuentes de una pretendida herencia pictórica precolombina, resueltamente indigenista.
También desde el punto de vista teórico tiene Tamayo una personalidad distinta, pues no suscribió el radical compromiso político que sustentaba las producciones de los muralistas citados y prestó mayor atención a las calidades pictóricas.
Es decir, aunque por la monumentalidad de su trabajo y las dimensiones y función de sus obras podría incorporarse al movimiento mural mexicano, diverge, no obstante, por su independencia de los planteamientos ideológicos y revolucionarios, y por una voluntad estética que desarrolla el tema indio con un estilo más formal y abstracto.
Su obra como muralista, ciclópea y hecha en el más puro «mexicanismo», culmina en el mural El Día y la Noche. Realizado en 1964 para el Museo Nacional de Antropología e Historia de México, simboliza la lucha entre el día (serpiente emplumada) y la noche (tigre). Ese mismo año recibió el Premio Nacional de Artes.
Sus últimos trabajos monumentales datan de 1967 y 1968, cuando por encargo gubernamental realizó los frescos para los pabellones de México en la Exposición de Montreal y en la Feria Internacional de San Antonio (Texas). A partir de entonces, retirado casi, se dedicó de lleno a transmitir el saber acumulado en su larga e intensa vida artística.
Su interés por el arte precolombino cristalizó al inaugurarse en 1974, en la ciudad de Oaxaca, el Museo de Arte Prehispánico Rufino Tamayo, con 1300 piezas arqueológicas coleccionadas, catalogadas y donadas por el artista.
El artista murió en 1991 a la edad de 91 años.
