Aller

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Provincia de España
EntidadProvincia
 • PaísBandera de España España
Población (2013) 
 • Total1,225 hab.
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Ciudad de Aller

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Aller:Es un concejo situado en el centro sur de Asturias en España. Su capital administrativa es Cabañaquinta desde al año 1.869, su distancia con la capital de Asturias es de 44 Km . Los núcleos más poblados del concejo son por importancia: Caborana, Moreda, Cabañaquinta que es la capital y Oyanco.

Localización

Está limitado al norte por el concejo de Mieres, al sur por la provincia de León, al este por los concejos de Laviana, Caso y Sobrescobio, y al oeste por el concejo de Lena.

Capital

Cabanaquinta

Su antigua capital fue Collanzo, que fue sustituida por Cabañaquinta en 1868 que está atravesada por la carretera AS-253. Destaca su Ayuntamiento, edificio de estilo historicista del siglo XIX, construido por el arquitecto Nicolás García Rivero que también construyó la antigua Diputación Provincial, hoy Junta General del Principado de Asturias.

Geografía

El concejo está formado por tres zonas bien diferenciadas entre sí: Alto, Medio y Bajo Aller, con unas alturas medias sobre el nivel del mar de 1.000, 500, y respectivamente. Este concejo toma su nombre del río que lo atraviesa de sudeste a noroeste, teniendo a su vez otros dos ríos de cierta importancia. El río Ayer hace también otra diferente demarcación, así en la parte baja del río Ayer, es donde se dan cita los mayores núcleos de población desde hace poco más de un siglo: Caborana, Moreda, Oyanco, que se han desarrollado con la minería del carbón, y la parte alta del río Ayer donde el concejo mantiene el aspecto rural tradicional, teniendo en esta zona espléndidos paisajes y numerosos atractivos turísticos. En el concejo hay dos lugares catalogados como Monumentos Naturales: Las Foces del Pino y el Tejo de Santibañez de la Fuente

Su clima es templado como consecuencia de la protección que ofrece las montañas contra los vientos de la meseta. Su orografía muy abrupta con quebradas y frondosas montañas, algunas con pendientes que van entre los 40 y los 50 grados. El 60% de su territorio es de interés paisajístico ya que son terrenos sumamente accidentados. Sus laderas tienen abundantes bosques, diferenciando distintas especies de árboles según las zonas en la que nos encontremos, así en la zona alta tenemos el haya, y en las zonas medias y bajas el castaño. Por su clima, el suelo es bueno para la agricultura en las zonas bajas cerca de los cauces de los ríos, teniendo del mismo modo, unos buenos pastos, lo que les hace tener una buena cabaña de vacuno, en especial la parda alpina que es muy rica en manteca. También hay que destacar sus buenas cabañas caballar y lanar.

Historia

La primera presencia humana se puede atribuir a los tiempos neolíticos y al comienzo de la edad de los metales, atribuyéndose a este último marco dos estructuras neolíticas cerca de Boo. La comunidad asentada aquí ha legado útiles e instrumentos de su actividad, en concreto, se hallaron dos puñales, uno de espiga y otro alabardado. La época de bronce, aparece representada por un brazalete del mismo metal encontrado cerca de Cabañaquinta. También se destaca el mayón de la Corralá, aunque tiene una incierta atribución cronológica y es un monolito de arenisca hincado en el suelo verticalmente, su forma nos recuerda representaciones fálicas, contiene diversos motivos grabados: cruces, cazoletas y una figura humana. Respecto a la romanización, hay algunos datos: una vía romana que divide los concejos de Lena y Aller conocida como vía Carisa, la cual se dirigía de Lena a Lugo de Llanera. Finalmente, datos poco concretos y mal contrastados hacen referencia a diferentes vestigios. Un casco de cobre con varios relieves, gran cantidad de monedas de plata anteriores a Tiberio. Todos ello constituyen los últimos restos arqueológicos, conocidos anteriores al Medievo. La Alta Edad Media supone contar con las primeras noticias escritas sobre diversos lugares alleranos. Una primera referencia la encontramos en un documento de la catedral ovetense, supuestamente del año 857 que hace referencia a un afluente del río Ayer. En el periodo de vigencia del reino astur encontramos documentos que nos hablan del crecimiento espacial del valle. Las fuentes arqueológicas datan el poblamiento de estos lugares en los siglos IX y X, como así nos lo demuestran las inscripciones de la iglesia de San Vicente de Serrapio, que data del año 894, y la iglesia de San Julián de Llamas que cuenta con un epígrafe que sitúa su primitiva construcción en el año 940. A partir del siglo XI, la organización espacial de la comarca aparece mucho más definida, como lo demuestra un documento en el que un tal Senior y su mujer Olimpia, ceden una serie de propiedades para la fundación de un hospital.


Es en el periodo bajo medieval donde hay modificaciones en la estructura del poblamiento del valle, concretamente durante el reinado de Alfonso X, en el que la puebla de Aller pertenece al elenco de nuevas villas creados por este rey. A partir de entonces la corporación allerana comienza a funcionar de forma regular y se registran los primeros cargos concejiles. Es de sobra conocida la escasez de estudios durante los llamados siglos modernos, y pocos son los datos que permiten individualizar su evolución. A partir del siglo XVIII los datos de Hacienda y del Archivo Histórico Nacional, revelan un poderosísimo sector ganadero, cuya cabaña en todas sus modalidades se cuenta entre las más numerosas de Asturias. Otra de las actividades que tuvieron su despegue en esta época fue la comercial, especialmente atractiva por su situación de enclave en el itinerario entre Asturias y la Meseta. Lo que realmente consolida como el verdadero canal de comunicación allerano con el exterior, fue el Puerto de San Isidro en el siglo XIX, con la construcción de una carretera que unía el valle principal con la cuenca del Caudal. A raíz de esta novedosa y parca infraestructura viaria, comenzaron a explotarse los primeros yacimientos carboníferos de Aller. De aquí en adelante fue una expansión constante, aumentada en las últimas décadas del siglo con la aparición del ferrocarril, que artículo los valles del Caudal y Lena.

La hulla allerana recibirá un importante impulso ante las facilidades para conectar el valle de Aller con la principal vía asturiana, su historia fue de un constante crecimiento. Pasado por la guerra civil española, el concejo de Aller quedo enclavado como el resto del sector centro-oriental en la zona republicana, situación en la que permaneció hasta casi la definitiva caída del frente norte peninsular. Paradójicamente la posguerra, con su autarquía económica, favoreció el resurgir de la actividad minera, apareciendo nuevas modalidades de extracción, debido al progresivo agotamiento de las minas de montaña, circunstancia que obligó a la explotación de los pozos, concentrándose la población aún más en el fondo de los valles y proliferando las construcciones de barriadas de protección oficial. Todo esto trajo cambios significativos en los pueblos, pues muchos de ellos fueron abandonados en las laderas de las montañas, como fue el caso de Boo, lo que llego a provocar un desajuste en la organización administrativa existente, creándose nuevas parroquias como fue el caso de Caborana. La nueva política económica aperturista gravará la crisis económica del carbón que dará lugar a la creación de Hunosa en 1967, resultante de la intervención estatal. A partir de entonces, la actividad económica allerana entra en evidente declive, sólo ralentizada por las buenas perspectivas que las tierras altas ofrecen, para el sector turístico.

Evolución demográfica

La explotación en el siglo XIX de los recursos hulleros existentes en el subsuelo, trae una dinámica demográfica muy ligada al empleo en la actividad minera, así en 1900, su población asciende a 13.159 personas, cifra muy elevada si se tiene en cuenta el carácter montañoso de la mayor parte del terreno. Todo esto siguió creciendo mientras se intensificaban las labores de extracción de carbón, lo que ocurrió durante las tres primeras décadas del siglo XX, logrando alcanzar el municipio los 24.658 habitantes en 1930. En los diez años siguientes, la producción de carbón decae al cerrarse muchas pequeñas minas y con ello la población que pierde es algo más de 1.000 habitantes. Finalizada la guerra civil, se da un nuevo impulso a la actividad minera y con ello la consiguiente recuperación demográfica, llegando a tener en 1960 más de 28.690 habitantes. Desde entonces el ritmo impuesto de continuos cierres y su perdida de puestos de trabajo trajo un descenso demográfico. Así en 30 años sé perdió una población de más de 11.000 habitantes. Es rara su emigración a naciones americanas, pero sí más importante la producida a países centroeuropeos en los años setenta. Aquellas personas vuelven al jubilarse, lo que esta aumentando su porcentaje de senectud.


La mayor parte de la población está concentrada en el Bajo Aller, debido a la gran explotación minera del carbón en zonas como Moreda, Caborana, Piñeres y Boo, disminuyendo la población a medida que se va al sudeste, siendo muy escasa la población en el Alto Aller. Su población ha estado basada en su riqueza económica, directamente relacionada con el carbón. En el año 1960 trabajan en la minería en este concejo 5.050 personas, hoy difícilmente llegan a las 2.000. El descenso de la producción y explotación del carbón y la expansión de la industria, produce una caída del empleo en la zona, de ahí la emigración a centroeuropa o al centro de Asturias. En el siglo XX, está surgiendo otro recurso económico que es el turismo, atraído por las numerosas ofertas del concejo de Aller: paisaje, senderismo, rutas de montaña, deportes de invierno y una gastronomía importante.

Arte

La arquitectura ancestral tiene en este concejo diferentes muestras entre las que se destacan: Los Megalitos de El Padrún o Cantu de Cruces en Boo, se encuentran en el cordal que separa los concejos de Aller y de Lena. Se trata de tres estructuras funerarias de tipo dolménico que constituye hasta el momento el vestigio más antiguo conocido (14000años a. C) de la presencia humana en Aller. El Moyón de la Corrala en Pola del Pino. En el interior del pueblo se levanta este monolito de arenisca de casi dos metros de altura en el que están grabados diferentes símbolos, entre ellos una cruz griega y una figura antropomórfica. Los estudios realizados no han logrado determinar su verdadero origen, pudiendo ser un menhir de la época prehistórica (de ser así, serían unos de los más destacados del norte de España) o un mojón de los existentes en los caminos medievales.

Iglesia de San Vicente de Serrapio

La iglesia de San Vicente de Serrapio mantiene su pureza de estilo románico en un ábside tripartido. Las pinturas de su capilla son del siglo XVII. Su primera estructura es de época romana de la que conserva una lápida en la sacristía dedicada a Júpiter. Esta iglesia está situada a 11 kilómetros de Serrapio en un lateral de la carretera sobre un mirador con vistas al valle medio del Aller. Esta iglesia se ha ido asentando sobre diversas construcciones, su primera estructura es de época romana, se modificó durante el prerrománico para volver a modificarla en el románico en el siglo XII. En la actualidad consta de tres naves con triple ábside, las diferentes reformas le han quitado su pureza de estilo románico, sólo manteniendo la cabecera triple.

La iglesia de San Juan de Llamas, de estilo románico rural del siglo XII, es Monumento Histórico Artístico. La iglesia de San Juan de Santibáñez de la Fuente, tienen una mezcla de restos tardorrománicos y del gótico rural.

La iglesia de San Félix en el Pino, en ella se destacan sus retablos barrocos. Es Monumento Histórico Artístico. El Santuario de Miravalles de 1.745 en Soto.


Se encuentran casonas y castillos en diferentes zonas del valle de Aller, como: El palacio de Ordóñez y Villademoros. El palacio de Arias Prieto en Boo con su escudo y las armas de Castañones. El palacio de Arias Cacheros. El palacio de García de Vega, o El castillo del Soto, que posee un torreón bajomedieval del siglo XIV-XV, con varias reformas y construcciones alrededor. El castillo de Quirós del siglo XIV. Son otras de las maravillosas muestras de arquitectura civil en este concejo.

Fiestas

Plaza moreda

La más importante es la de los Humanitarios de San Martín de Moreda, a esta fiesta se acude con el traje típico asturiano, donde se degustan platos típicos asturianos como la fabada, arroz con leche, etc. Es importante la de San Antonio de Piñeras, el último domingo de agosto y la romería de Miravalles en Soto el 8 de septiembre, coincidiendo con nuestra Señora de Covadonga. Todas las fiestas, están relacionadas con comidas basadas principalmente en el cerdo, salvo algunas jornadas gastronómicas dedicadas a la caza mayor y menor.

Fuentes