Ceratopogónidos

Ceratopogónidos
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Larvas de mosquitos
Clasificación Científica
Reino:Animalia
Filo:Arthropoda
Clase:Insecta
Orden:Diptera
Familia:Ceratopogonidae

Ceratopogónidos. La familia Ceratopogonidae incluye a dípteros nematóceros de pequeño tamaño, con diferentes nombres comunes, de acuerdo con el país: jejenes, polvorines, chaquistes, no-see-ums, punkies, maruins, biting midges, etc.; es una familia de amplia distribución mundial.

Clasificación taxonómica

Esta familia se divide en cuatro subfamilias, que a su vez contienen 60 géneros, compuestos por numerosas especies, y de los cuales solo cuatro de ellos se conoce que se alimentan del hombre o de cualquier otro vertebrado de sangre caliente: Culicoides, Leptoconops, Forcipomyia y Austroconops. Este último género está restringido a Australia y no se ha demostrado que esté involucrado en la transmisión de enfermedades.

Morfología externa

Los adultos de estos dípteros miden por lo general entre 1 y 6 mm de longitud, con el cuerpo delgado a moderadamente robusto. La cabeza tiene forma subesférica, con ojos compuestos grandes y reniformes. Las antenas muestran un dimorfismo sexual marcado, ya que en el macho son de tipo plumoso y en la hembra los pelos son escasos y cortos. La probóscide frecuentemente es tan larga como la cabeza y está compuesta de varios estiletes, que en las especies hematólogas tienen todos formas de cuchillas u hojas adaptadas para picar y succionar líquidos. Solo la hembra pica, aunque en esta familia existen especies que no necesitan picar.

El ala es más estrecha en el macho que en la hembra, y algunos géneros presentan algunas veces pelos o manchas sobre la membrana, las cuales forman diferentes patrones que son característicos de cada especie, como sucede en el género Culicoides. Las patas son moderadamente largas y fuertes con diferencias morfológicas características que varían en el grupo.

El abdomen posee 10 segmentos al final de los cuales la hembra posee dos prolongaciones redondeadas, nombradas cercos; en el macho los segmentos finales 9 y10 se transforman para dar lugar al aparato genital.

Los adultos viven principalmente en áreas húmedas, alrededor del hábitat larval. Algunas especies son características de costas pantanosas, salinas o áreas excesivamente fertilizadas y frecuentadas por ganado; algunos culicoides viven como larvas en los tejidos húmedos del tallo de cactus y se pueden encontrar aun en desiertos. La mayoría de las especies son crepusculares, aunque algunas pocas como Leptoconops skuse vuelan de día.

Ambos sexos utilizan el néctar de las flores para su alimentación, pero la hembra requiere, además, de alimento rico en proteínas, que obtiene a través de la picada, para la maduración de sus huevos. Culicoides, Leptoconops y algunas especies de Forcipomyia se alimentan de sangre de vertebrados, principalmente mamíferos y aves. La picada de los ceratopogónidos hematófagos es irritante y dolorosa, y ocurre en tan gran número en algunas áreas que son considerados por esta razón, una plaga para el hombre, el ganado y los animales silvestres.

Ciclo de Vida

Huevo

Su forma difiere entre las subfamilias de géneros, de oval a alongado y pueden ser colocados de forma individual sobre substratos húmedos (género Culicoides) o en masas cubiertas de sustancias gelatinosas.

Larva

Generalmente tiene el cuerpo delgado y alargado, con la cabeza esclerotizada provista de un par de mandíbulas dentadas y fuertes. Puede presentar pelos, tubérculos, etc., según la subfamilia o el género que se trate.

Las larvas de los ceratopogónidos pueden ser terrestres, semiacuáticas o acuáticas, con una gran diversidad de hábitat. Las larvas terrestres o semiacuáticas se encuentran a menudo en lugares húmedos, como debajo de la corteza de los árboles y dentro del musgo, donde se alimenta de algas, hongos o restos de plantas; también pueden encontrase en huecos de piedras, huecos de árboles e, incluso, dentro del agua acumulada en las axilas de las hojas; pueden cavar y moverse dentro del suelo húmedo o fangoso. Las especies acuáticas nadan libremente y pueden vivir en las márgenes de lagos, como algunos géneros, que forman parte de del bentos y plankton.

Pupa

Su coloración varía de carmelita - amarillento a negro. Casi siempre tiene forma cónica, con el cuerpo más o menos robusto anteriormente; en la región protorácica tiene un par de estructuras llamadas traqueobranquias, que poseen un gran número de aberturas en su extremo, con función respiratoria; al final del abdomen presenta un par de procesos puntiagudos. El estado pupal es de corta duración. Dentro de la familia algunas especies poseen pupas sedentarias y aunque otras pueden lentamente, solo unas pocas especies son capaces de hacerlo.

Importancia médica

En la familia Ceratopogonidae, el género más importante, por su condición de plaga y con respecto a la salud humana y animal como vectores de enfermedades, es el Culicoides. Las especies de los géneros Leptoconops y Forcipomyia son plagas muy importantes en muchas partes del mundo, pero solo algunas pocas especies tienen importancia médica La picada de los ceratopogónidos causa dermatitis severa y reacción alérgica en individuos sensibles. Sus picadas van acompañadas de la introducción de anticoagulantes y causan dolor y picazón.

En la trasmisión de virus por ceratopogónidos, con excepción de Oropouche, el posible papel vectorial se le adjudica por aislamiento virales hechos en insectos de esta familia. Existen aislamientos realizados en Lasiohelea taiwana de virus de encefalitis japonesa B y aislamientos de encefalitis equina del este (EEE), en “pools” de Culicoides en Georgia, EE.UU.

El género Culicoides es también responsable de la transmisión de diferentes patógenos (virus, protozoos y helmintos) a animales silvestres y de importancia económica, como el virus de la lengua azul (Bluetonge virus) que ocasiona grandes pérdidas en el ganado bovino y ovino.

Control

Las medidas para el control de las especies problemas en la familia Ceratopogonidae van dirigidas en su mayor parte al género Culicoides, y se basan en l la utilización de insecticidas (control químico) y manejo de los lugares de cría en dependencia de la especie en cuestión; la utilización de repelentes puede ser de gran utilidad por un cierto tiempo. Desdichadamente no se cuenta con un control biológico eficaz para la disminución de las poblaciones de esta familia.

El manejo de los sitios de cría se basa en la eliminación de los hábitats larvales y se ha utilizado, especialmente, en las especies que viven en las costas y zonas pantanosas. Casi siempre se usan sistemas de diques y bombas, etc., para controlar la entrada de la marea, y de este modo controlar el nivel del agua y secar los sitios de de cría. La utilización de insecticida contra el adulto (adulticida) involucra diferentes métodos de lucha química e insecticidas, y sus resultados son satisfactorios aunque temporales; es decir, deben repetirse cada vez que emerge una nueva población. El uso de larvicidas, aunque utilizado con resultados satisfactorios, tiene el inconveniente de que puede afectar la fauna acompañante, que por ejemplo en el caso de las especies que viven en las costas puede ser una fauna de interés económico. En cualquiera de los casos mencionados, siempre que sean empleados insecticidas para el control, deberá tenerse en cuenta la aparición de la resistencia.

Resumen

Los miembros de la familia Ceratopogonidae son los dípteros de menor tamaño. Constituyen una verdadera plaga para el hombre y los animales y son además vectores de numerosos agentes patógenos como Dipetalonema perstans, Masonella ozzardi, virus Oropouche, etc. En su desarrollo pasan por los estadios de huevo, larva, pupa y adulto. Sus estados inmaduros, en los no acuáticos, dependen en gran medida de la humedad, por lo que esta será una característica fundamental en la gran variedad de hábitats que presenta esta familia. Solo la hembra es hematóloga, ya que la sangre es necesaria para la maduración de sus huevos. En el control de las especies vectoras se ha utilizado la lucha química y el manejo de los sitios de cría para su destrucción.

Bibliografía

  • Llop, Valdéz-Dapena y Zuazo. Microbiología y Parasitología Médicas.

Fuentes