Combate de Pueblo Nuevo (28 de junio de 1958)

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Combate de Pueblo Puevo
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Fecha:28 de junio de 1958.
Lugar:Pueblo Nuevo
País(es) involucrado(s)
Bandera de Cuba Cuba.
Ejecutores o responsables del hecho:
Ejército Rebelde.

Combate de Pueblo Nuevo. Acción combativa que se produce el 28 de junio de 1958, y es dirigido por Eduardo Sardiñas (Lalo). Con esta acción comenzaría la Primera Batalla de Santo Domingo

Antecedentes

El día 28 de junio de 1958, poco después de su llegada a Santo Domingo el Batallón 22 prosiguió la marcha río arriba y lo hizo sin tomar las mínimas precauciones que cabría esperar en circunstancias como esas.

Tomando en cuenta que apenas cuatro días antes, una patrulla de las fuerzas del Batallón 11 había chocado con una emboscada rebelde, justo sobre la misma ruta en la que ordenaba seguir a la unidad recién llegada, queda la pregunta de por qué Sanchez Mosquera no le hizo saber al Comandante Menéndez que ese camino permanecía aún sin explorar. Por el contrario, a juzgar por la manera en que venía la vanguardia que tropezó poco después con los combatientes de Lalo Sardiñas, la impresión era que avanzaban confiados en que la ruta había sido debidamente explorada y no existía peligro alguno de encontrar resistencia a lo largo de todo el camino. De ser así, se trató de un grave error militar o ético.

Combate

El resultado fue que, poco después de las 2:00 de la tarde, la vanguardia de esta tropa chocó con la emboscada de Lalo Sardiñas en Pueblo Nuevo. El Combate de Pueblo Nuevo marcó el inicio de lo que entonces denominamos la primera Batalla de Santo Domingo, pero señaló también el comienzo de la contención de la ofensiva enemiga. De hecho, se abría una segunda etapa en el rechazo de este último gran intento del Ejército de la tiranía por ganar la pelea contra las fuerzas rebeldes en la Sierra Maestra.

Con una efectiva combinación de fuego y el efecto demoledor de la mina colocada en el camino, estallada en el momento preciso, la vanguardia del Batallón 22 fue completamente destruida desde los primeros momentos, y el resto del personal enemigo quedó fijo en los lugares ocupados al inicio de la acción, casi todos en el cauce y las márgenes del río. Allí, a pesar de los morterazos contra las líneas rebeldes, los guardias quedaron encerrados en un anillo de fuego que muy pronto comenzó a provocar bajas cuantiosas entre ellos.

La escuadra rebelde de Zenén Meriño que cuidaba un trillo hacia el alto de El Naranjo atacó la primera compañía del Batallón 22, cercada por el pelotón de Lalo. Mientras, los hombres de este -reforzados después del inicio del combate por el pelotón de Andrés Cuevas iban diezmando al enemigo y estrechando cada vez más el cerco.

Un refuerzo de la tercera compañía del Batallón 22, por el camino más directo hacia el puesto de mando, chocó a boca de jarro con la ametralladora 50 de Braulio Coroneaux y la fusilería de la escuadra rebelde que la acompañaba. Hizo dos intentos por avanzar en mayor profundidad, el segundo de ellos con apoyo de un refuerzo del Batallón 11 de Mosquera. Ya a la altura de las 6:30 de la tarde, Huber Matos me informaba del rechazo de estas maniobras, y más tarde empecé a recibir las primeras noticias de la magnitud del desastre sufrido por el enemigo.

A la caída de la noche, la situación era desesperada para el mando del Batallón 22, una de sus compañías -la N- había sido parcialmente aniquilada, y el resto de su tropa permanecía atrapada, otra había sufrido muchas bajas y se dispersó, y la tercera fue rechazada hacia Santo Domingo , desde donde no volvió a realizar intento alguno de acudir de nuevo en apoyo de sus compañeros. El experimentado Batallón 11, por su parte, tampoco se movió, salvo el pequeño refuerzo que envió a la tercera compañía del 22.

En la mañana del domingo 29 de junio, al día siguiente del primer choque en Pueblo Nuevo, se reanudó el combate en ese lugar. El personal al mando de Lalo Sardiñas comenzó a realizar una limpieza de toda la zona por donde se habían dispersado los guardias el día anterior, y a media mañana recibieron con una lluvia de fuego a la compañía enviada por Sánchez Mosquera desde Santo Domingo para tratar de rescatar los restos del diezmado Batallón 22. El jefe enemigo intentó nuevamente avanzar por las faldas del alto de El Naranjo, pero sin mucha decisión.

Fortalecido por las armas y el parque capturado durante la noche, y por la euforia del triunfo aplastante alcanzado el día anterior, la fuerza rebelde combatió ese día de nuevo con energía y efectividad. Alrededor del mediodía el enemigo fue rechazado otra vez hacia Santo Domingo.

Resultados

En esta primera requisa se ocuparon más de 30 fusiles, una ametralladora calibre 30, un mortero de 60 milímetros, abundante parque para todas estas armas y alrededor de 60 mochilas. Se contaron esa noche 11 guardias muertos y se capturaron dos prisioneros. A la mañana siguiente, ya el conteo ascendía a unos 20 muertos, 23 prisioneros y más de 50 armas, casi todas semiautomáticas.

El resultado de esta primera jornada, durante la que se combatió fuertemente a lo largo de más de cinco horas, fue tan espectacular que nos hizo llegar a la conclusión de que era factible, no solo precipitar los planes de cerco que habíamos elaborado, sino considerar, incluso, la posibilidad de lanzar un asalto en toda regla contra la fuerza enemiga establecida en Santo Domingo .

El balance de los resultados de estos dos combates, realizado en días sucesivos e informado por Radio Rebelde el 30 de junio, fue el siguiente: 26 guardias muertos, 27 prisioneros, un mortero calibre 60 con bastante parque, un fusil ametralladora con 10 cajas de cintas, 38 fusiles semiautomáticos Garand, siete carabinas San Cristóbal, cinco carabinas M-1, tres fusiles Springfield, dos subametralladoras Thompson; es decir, 57 armas en total.

Se ocuparon, además, alrededor de 15 000 balas, 60 mochilas completas, uniformes y botas adicionales, siete casas de campaña, cananas, cantimploras, alimentos en conserva y un equipo de comunicación por microonda. Había sido un verdadero desastre para el Ejército enemigo, sufrido por una de sus agrupaciones de campaña mejor equipadas, como se observa por la calidad del armamento ocupado.

Fuente