Dispositivo auditivo implantable

Dispositivos auditivos implantables
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Implante de oído medio

Dispositivos auditivos implantables. Son sistemas técnicos que procesan las señales auditivas y las transmiten por estimulación mecánica directa hacia la cadena osicular; o mediante estimulación eléctrica de la cóclea, tallo cerebral o mesencéfalo. Requieren de un proceder quirúrgico para su colocación. El implante puede ser total o parcial. Tienen ciertas ventajas sobre los audífonos convencionales en términos cosméticos, de comodidad y aceptación general.

Evolución histórica

Las primeras investigaciones acerca de la estimulación osicular fueron realizadas en 1935 por el doctor finlandes Alvar P. Wilska (1911-1987). Sus experimentos con partículas de hierro emplazadas en la membrana timpánica, que estimuló con una bobina electromagnética, demostraron que los sujetos estudiados podían percibir sonidos puros de diferente tonalidad. En este experimento, las partículas de hierro se mueven alrededor y en sincronía con el campo magnético cambiante (corriente alterna o flujo), originando movimiento de la membrana timpánica, lo que a su vez transduce la vibración hacia la cóclea. Este hecho se considera el primer reporte sobre un dispositivo auditivo implantable. En este caso, las partículas de hierro ocuparon el lugar del receptor. En la década de 1950, se requerían 28.000 mA para producir una señal de 85 dB SPL. Hoy en día menos de 3mA puede producir este mismo nivel de señal.

A finales de los años cincuenta Rustchmann también consiguió estimular de forma satisfactoria la cadena de huesecillos mediante la introducción de imanes de 10 mg en el umbo, provocando su vibración mediante la aplicación de un campo magnético modulado por una bobina electromagnética. El departamento de ingeniería electrónica de la Universidad de Pittsburg publicó un artículo en 1967, en el que se describía el diseño de un audífono implantable. En ese artículo se debatía la adaptación de tecnología empleada por los marcapasos a los audífonos implantables. Estos trabajos desembocaron en la aplicación de la primera patente de un audífono implantable, si bien no se llegó a fabricar el modelo descrito. Los primeros diseños comerciales aparecieron en el mercado hacia los años setenta y han servido de base para el desarrollo de los actuales dispositivos auditivos implantables.

La década de 1990 dio un giro a los implantes de oído medio ya que sólo el transductor receptor fue colocado en el oído medio. El mayor empuje de implementaciones modernas en el dispositivo es para tratar a las personas con pérdidas auditivas puramente neurosensoriales (con cadena osicular funcional), aunque algunos fabricantes están modificando sus productos para pacientes con hipoacusia conductiva o mixta.

Un segundo enfoque desarrollado en la década de 1990 (similar a la idea de Suzuki y de Yanagihara) utiliza un formulario piezo-eléctrico de transducción. Como en los implantes de oído medio electro-magnéticos, los candidatos para este enfoque más moderno presentaban pérdidas auditivas puramente conductivas.

En los últimos años los dispositivos auditivos semi-implantables se han convertido en una opción establecida en el tratamiento de la pérdida auditiva neurosensorial. La mayoría de los pacientes que han recibido audífonos semi-implantable considera que son superiores a los audífonos convencionales en muchos aspectos. Beneficios informados incluyen mejor inteligibilidad del habla (especialmente en ambientes ruidosos), mejor calidad de sonido, voz propia más natural y las ventajas generales de un conducto auditivo abierto. Los sistemas auditivos implantables pueden utilizarse para una gama más amplia de indicaciones que los audífonos convencionales, siendo particularmente útiles en el tratamiento de pacientes con pérdidas auditivas en frecuencias altas y mixtas. El análisis de los resultados sobre la audición, hasta el momento reportados, muestran una mejora promedio del umbral de audición de 15 dB, que corresponde a una mejora de más del 30%. Como consecuencia los sistemas auditivos semi-implantable son una excelente adición a la gama existente de audífonos convencionales.

El mayor cambio está teniendo lugar en los dispositivos auditivos totalmente implantables. Históricamente, estos se limitaban a dispositivos piezoeléctricos que utilizan un transductor muy pequeño. Los beneficios de la explosión en la tecnología de audífonos no han superado a los productos implantables. Vemos que muchas de las innovaciones encontradas en los audífonos modernos se utilizan en los dispositivos auditivos implantables.

Utilidad

El nacimiento de estos dispositivos se debe fundamentalmente, a que existe un grupo muy importante de pacientes que no se beneficia de los clásicos audífonos externos; al presentar hipoacusias moderadas o severas, con caídas del umbral de graves a agudos, y que no cumplen con las indicaciones para el implante coclear. Existía, por tanto, un terreno de nadie, donde a veces el especialista (otorrinolaringológo o audiólogo) se quedaba sin poder actuar de una manera favorable para el paciente. Su aplicación no sólo en hipoacusias neurosensoriales, sino también para las mixtas y conductivas, ha ampliado su campo de indicaciones. A lo anterior se une el grado de aceptación asociado a los problemas de estética, simplicidad y comodidad de uso.

Hoy día ya se colocan de forma habitual los dispositivos osteointegrados e incluso los semiimplantables de oído medio, pero desde hace unos años se están colocando los totalmente implantables, solución que era esperada tanto por los otólogos como por los pacientes. El "audífono que no se ve", todo debajo de la piel, lo que hace unos años parecía una utopía, hoy ya es realidad, la batería, el micrófono, los elementos electrónicos, todo debajo de la piel.

La hipoacusia, la tercera condición crónica más prevalente en el adulto, provoca importantes efectos en la salud físico-mental y calidad de vida de los pacientes afectados. En alrededor de un 20% de las hipoacusias, se requiere de la adaptación de una prótesis auditiva, sin embargo, un importante número de estos pacientes no la usa o se sienten insatisfechos con ella. Se estima, según la literatura, que un 15% de los pacientes con hipoacusia moderada-grave no toleran las prótesis auditivas de conducción aérea y alrededor del 64% se encuentra inconformes con ellas.

Las razones para el no uso de los audífonos convencionales son las siguientes: incomodidad de la adaptación, ganancia funcional limitada, presencia de retroalimentación acústica, distorsión sonora, infecciones recurrentes del conducto auditivo externo y factores cosméticos.

Clasificación

Los dispositivos auditivos implantables pueden ser clasificados en:

1. Implante auditivo de oído medio (IAOM).

2. Implante auditivo osteointegrado (BAHA, Bone-anchored hearing aid, por sus siglas en inglés).

3. Implante auditivo de oído externo (conducción aérea).

4. Implante coclear (IC).

5. Implante auditivo de tronco cerebral (IATC).

6. Implante auditivo mesencefálico (IAM)

Ventajas

1. Pacientes que experimentan distorsión del sonido.

2. Mejoran la transmisión de la energía sonora lo que proporciona una audición más natural.

3. Evitan la oclusión de conducto auditivo externo (en la mayoría de los casos).

4. Mejor discriminación en ambiente ruidoso.

5. Retroalimentación acústica (Feedback) o amplificación inadecuada con audífonos convencionales.

6. Condiciones otológicas en las que está contraindicado el uso de audífonos convencionales (otitis externa y media crónicas, que pueden verse exacerbadas por la oclusión del canal con audífonos convencionales, atresia congénita del oído externo que imposibilita el empleo de audífonos).

7. Disminución de la impedancia con una mejor transmisión energética.

8. Son estéticamente más aceptables

Desventajas

1. Precisan de un procedimiento quirúrgico con anestesia general.

2. Necesitan de material indispensable y específico para cada tipo de implante (materiales biocompatibles, silicona y titanio).

3. Posibilidad de daño sobre la cadena osicular.

4. Como cualquier tipo de implante artificial tienen riesgo de infección (Esto se minimiza con una técnica de inserción estéril y el uso de antibióticos profilácticos).

5. Son impulsados por baterías que son reemplazables en la parte externa del dispositivo.

6. Un error en el funcionamiento puede requerir nuevas cirugías. (A medida que avanza la tecnología, los productos implantables contaran con la capacidad futura de actualizarse sin necesidad de cirugía).

7. Coste económico elevado.

8. Se deben evitar campos magnéticos externos para no interferir el sistema (Resonancia magnética nuclear, terapia electroconvulsiva, radioterapia).

Bibliografía

Fuente