Durina

Durina
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Enfermedad infecciosa, contagiosa, generalmente crónica, del ganado caballar y asnal

Durina (el mal de la cópula). Enfermedad infecciosa, contagiosa, generalmente crónica, del ganado caballar y asnal, que comienza por un proceso inflamatorio local de los órganos genitales externos, al que suceden, más tarde, un exantema particular y fenómenos paralíticos. Su agente es el Trypanosoma equiperdum. La infección se verifica en el acto de la cópula.

Historia

La enfermedad fue descrita primero por AMMON, quien la observó en la yeguada prusiana de Trakehnen (de 1796 a 1799). A principios del siglo pasado ya se sabía que se difundía mediante la cópula, pero, al mismo tiempo, se la consideraba idéntica a la sífilis del hombre (de aquí derivó también la denominación antigua de la enfermedad de lúes venerea equi, que VEITH introdujo en la literatura veterinaria.

Ubicación

Hasta mediados del siglo pasado, la durina estaba bastante difundida por Europa y, sobre todo en las yeguadas causaba grandes pérdidas, por su difusión, a menudo enzoótica. Las medidas de policía veterinaria implantadas más tarde, produjeron la disminución rápida de la plaga que, actualmente, sólo sigue siendo enzoótica en algunos Estados del Sur y del Este, pero, en cambio, se presenta con frecuencia en otros puntos del planeta.

Después de las dos últimas guerras mundiales, penetró en algunos países del centro de Europa que se hallaban libres de la infección desde largo tiempo. Sobre todo tras la última guerra, se extendió a Polonia, Alemania, Austria, Checoslovaquia y Hungría, llegando a tener cierta importancia, aunque luego se volvió a extinguir con relativa rapidez.

La durina (cópula impura) está bastante difundida por el norte de África, en particular en Argelia. También es conocida en el África del Sur, desde 1914, con el nombre de Slapziekte. En Asia se observa en Asia Menor, Siria, India y en la Isla de Java. En los Estados Unidos observóse un foco en 1911. En Canadá penetró en 1904 y se la extinguió en 1920. En América del Sur se ha observado en Chile y en el Brasil.

Etiología

El Trypanosoma equiperdum es un tripanosoma monoformo de 16 a 35u de largo y de 15 a 25 de ancho, parecido y fácil de confundir con el agente causal de la surra.

Tipos de infección

Infección artificial

Los tripanosomas de la durina procedentes directamente de solípedos, muestran siempre gran acción patógena para éstos; en cambio, su patogenicidad para otras especies parece muy variable. Mientras en países del Sur, pór ejemplo, en Argélia, se pueden infectar fácilmente hasta perros y conejos con dicho material, en los del Norte sólo se logra infectar excepcionalmente incluso roedores de laboratorio, en otras condiciones muy receptivos para las infecciones tripanosómicas, pero, una vez lograda la transmisión, la cepa receptiva se puede cultivar fácilmente mediante reinoculaciones de pasaje y conserva la virulencia incluso para solípedos.

Infección natural

Se produce durante la cópula. La durina la padecen casi exclusivamente los sementales y las yeguas. Repetidamente se ha logrado producir de modo deliberado la enfermedad haciendo cubrir yeguas enfermas por caballos padres sanos o yeguas sanas por caballos padres enfermos. En las yeguadas enferman por lo regular, las yeguas cubiertas por un caballo enfermo, y sólo mucho más tarde, a causa del contagio por yeguas infectadas otros caballos padres. En las paradas comunales pueden infectarse numerosas yeguas cuando la enfermedad es inadvertida durante largo tiempo; además pueden contribuir mucho a difundirla sobre todo los garañones y caballos padre no escogidos.

En la cópula las partes genitales sanas se infectan por la secreción de la uretra o de la mucosa vaginal. Los tripanosomas existen en ella en cantidad variable durante meses, incluso antes de manifestarse la enfermedad, y en el curso ulterior de la misma, cuando los animales no presentan otro fenómeno morboso; pero el número de tripanosomas suele aumentar con las agravaciones locales, que a menudo sobrevienen periódicamente. Como, además, los tripanosomas, temporalmente, desaparecen de la uretra, los caballos padres infectados no contagian durante todo el curso de la enfermedad. Por esto sólo enferma generalmente parte de las yeguas cubiertas por ellos.

Alteraciones anatómicas

Los cadáveres de los animales muertos de durina están extraordinariamente flacos y anémicos. En los cabellos padres el saco testicular está edematoso, y las hojas de la túnica propia, con frecuencia están adheridas en toda su extensión o sólo en algunos puntos por medio de tejido conjuntivo denso o presentan vegetaciones vellosas. En el espacio que dejan puede acumularse un líquido seroso claro o ligeramente turbio. En casos raros hay también pequeños focos purulentos en el tejido testicular. El epidídimo y el cordón espermático presentan, a menudo, infiltración serosa.

En la yegua, la ubre y los labios de la vulva suelen ofrecer infiltración edematosa o engrosamiento esclerótico. En el glande y en la mucosa uretral, cerca del meato urinario, y en las yeguas en la mucosa del vestíbulo vaginal y de la vagina, no es raro hallar manchas desprovistas de pigmento y cicatrices finas o gruesas, fruncidas de modo radiado. Los ganglios linfáticos de las cercanías de los órganos genitales están infartados y blandos, y su superficie al corte tiene un brillo húmedo.

Los músculos, especialmente los de la grupa y de las extremidades posteriores, háyanse rojopálidos, estriados en algunos puntos por líneas de color amarillo y manchados por hemorragias o focos rojonegros y rojoamarillos. Algunas articulaciones ofrecen los ligamentos capsulares rojos, los cartílagos epifisarios desgastados y el líquido sinovial turbio y gris rojizo. El tejido conjuntivo intra e intermuscular presenta infiltración serosa.

En los órganos internos hay derrames serosos en las cavidades del cuerpo, a veces, neumonía hipostática o fenómenos de infección séptica general y, en los casos de curso rápido, tumefacción aguda hiperplástica del bazo y de los ganglios linfáticos.

En la médula espinal no se hallan alteraciones a simple vista o, a lo sumo, en el segmento lumbar, se ven hemorragias puntiformes en la sustancia gris. En algunos puntos de las meninges raquídeas pueden hallarse masas grumosograsientas.

Síntomas

Se manifiestan en las partes genitales, en la piel y en los nervios periféricos. Aunque suelen presentarse por este orden, también pueden ser simultáneos y hay casos en los que las alteraciones cutáneas o síntomas nerviosos despiertan primeramente la sospecha de la enfermedad. Las manifestaciones de los órganos genitales externos, después de la cópula infectante, se advierten tras una incubación de 5 a 6 días a 1 mes. Pero, a veces, únicamente se presentan al cabo de varios meses.

En los caballos padres la enfermedad empieza por hinchazón edematosa del prepucio. Éste, a la palpación, se halla pastoso y no caliente, ni doloroso. La hinchazón se extiende, tanto hacia delante, al vientre, como hacia atrás, al escroto. Entre tanto se hincha también el glande, y de la uretra sale moco gris transparente o grisamarillento.

Los bordes del meato urinario también suelen estar hinchados y algo rojos. Más tarde se forman, en la mucosa, cerca del meato urinario, en el glande y en el cuerpo del pene, nódulos aislados o agrupados, del tamaño de lentejas al de guisantes, amarillorrojizos, que se transforman en ulceritas circulares y planas, en un plazo de 12 a 36 horas.

Con el tiempo, estas úlceras curan, dejando manchas blancas, pero, en algunos casos, pueden persistir mucho y aun aumentar, y entonces ofrecen fondo lardáceo y bordes hinchados, hasta que, finalmente, curan, dejando cicatrices que forman relieve.

Curso y pronóstico

La durina es de curso, por lo regular, crónico, en los países del Norte. En casos graves, después de presentarse los síntomas nerviosos, ora sigue una marcha rápida y el animal muere completamente agotado al cabo de 3 ó 4 semanas, éste es el caso más frecuente continúa enfermo varios meses, a veces hasta 1-2 años.

En los países del Sur, la enfermedad es de curso más agudo; tanto, que los animales pueden sucumbir ya de 1 a 2 meses y hasta de 6 a 8 días después de comenzar a padecerla, incluso antes de que se hayan desarrollado alteraciones nerviosas. Al mismo tiempo se suceden con más frecuencia los accesos febriles y se desarrollan más rápidamente las parálisis. La terminación de la enfermedad varía con las epizootias.

Mientras, en general, se calcula que causa 50 %, aproximadamente, de pérdidas, y en la India, según PEASE, hasta de 50 a 80 %, algunas epizootias causan sólo un tanto por ciento exiguo. La curación todavía es posible incluso después de presentarse parálisis. Varios autores opinan que la durina evoluciona con más rapidez y malignidad en los caballos padres que en las yeguas.

Diagnóstico

Ninguna de las manifestaciones morbosas enumeradas es patognomónica de la durina, sino expresión de procesos morbosos que pueden ser debidos a otras causas. Pero cuando se presentan todas y en la sucesión descrita, son base bastante segura para el diagnóstico. Aisladas, únicamente hacen sospechar la enfermedad.

El diagnóstico se hace con certeza por la demostración de la presencia de tripanosomas, por lo menos, en los países del Norte, donde la durina es la única tripanosomiasis de los solípedos.

Los tripanosomas pueden verse con relativa facilidad de modo sencillísimo en preparaciones de secreción uretral y vaginal no teñidas; debe recordarse la circunstancia de que los tripanosomas pueden desaparecer periódicamente de la secreción. La secreción vaginal se obtiene pasando una espátula o un portaobjetos por la mucosa de la vagina.

En los caballos padres, después de sacarles el pene, se introduce en la uretra una cucharilla oval, aproximadamente del tamaño de una judía, de bordes obtusos y provistos de un mango largo, con la que se rasca la mucosa. En la sangre sólo hay tripanosomas durante los accesos febriles, y aun entonces, a menudo, tan escasos, que ni siquiera pueden hallarse investigándolos en gotas gruesas. Es más constante su presencia en la serosidad de las ronchas taléricas y en las hinchazones edematosas de los órganos genitales externos.

Diagnóstico diferencial

En los países tropicales resulta extraordinariamente difícil distinguir la durina de la nagana, surra y denuís tripanosomosis; a menudo sólo se consigue considerando la manera de producirse la infección y el curso de la enzootia. De las demás enfermedades que a las veces pueden confundirse con la durina.

Tratamiento

En la durina, lo mismo que en otras tripanosomosis, se han probado, para el tratamiento, los más distintos quimioterápicos activos, aunque la mayor parte de ellos, tales como el tártaro emético, el ácido arsenioso, el atoxil y el arsenofenglicil, no han dado resultados satisfactorios, ya que, como máximo, sólo producen mejorías transitorias de la enfermedad.

Los mejores resultados en el tratamiento de la durina se han logrado con los compuestos de arsenobenzol. Entre ellos destaca el Neosalvarsán, que, según las experiencias de CIUCA (1923), se aplica a dosis subtóxicas 4-4,5 centigr./kg. de peso), en solución acuosa, dos veces en 24 horas, por vía intravenosa. Las dosis menores no son efectivas. En vez del Neosalvarsán puede utilizarse también Mapharsén, a la dosis de 1/10 de la del Neosalvarsán).

El tratamiento carece de peligros, aunque pueden observarse acciones secundarias durante las primeras 48 horas, tales como debilidad general, temblores, sudores, disnea, aceleración del pulso y pérdida del apetito. Cuando la terapéutica se aplica precozmente, la consecuencia, en la mayor parte de los casos, no es sólo la desaparición de los síntomas clínicos, sino también la eliminación total de los tripanosomas en el organismo.

Fuentes

  • Dr. Rudolf Manninger y Dr. Johannes Mochis. Patología y Terapéutica Especiales de los Animales Domésticos.