Enfermedades oportunistas


La Enfermedades Oportunistas son enfermedades causadas por agentes que normalmente se hallan presentes en nuestros cuerpos o en el medio ambiente, pero que únicamente producen enfermedad cuando hay alteración en las circunstancias normales de salud.

Enfermedades oportunistas
Información sobre la plantilla
Enfermedades Oportunistas.jpeg
Concepto:Enfermedad causada por un patógeno que habitualmente no causa patologías en personas con un sistema inmune sano. Un sistema inmune enfermo representa una oportunidad para el patógeno de causar infección.

Sida

Las enfermedades oportunistas en los portadores del VIH son el producto de dos factores: la falta de defensas inmunitarias a causa del virus, y la presencia de microbios y otros patógenos en su entorno cotidiano. Entre las infecciones y enfermedades oportunistas más frecuentes en el mundo figuran:

  • Enfermedades bacterianas, como la tuberculosis (causada por Mycobacterium tuberculosis), las infecciones por el complejo Mycobacterium avium (CMA), la neumonía bacteriana y la septicemia (envenenamiento de la sangre).
  • Enfermedades protozoarias, como la neumonía por Pneumocystis carinii (NPC), la toxoplasmosis, la microsporidiosis, la criptosporidiosis, la isosporiasis y la leishmaniasis.
  • Enfermedades micóticas, como la candidiasis, la criptococosis (meningitis criptococócica) y la peniciliosis.
  • Enfermedades víricas, como las causadas por el citomegalovirus (CMV) y los virus del herpes simple y del herpes zoster.
  • Neoplasias asociadas al VIH, como el sarcoma de Kaposi, el linfoma y el carcinoma de células escamosas.

Intervención

Una intervención eficaz contra las enfermedades oportunistas requiere no sólo el fármaco u otras terapias adecuadas para una afección médica determinada, sino también la infraestructura necesaria para diagnosticarla, supervisar la intervención y asesorar a los pacientes. Asimismo, el uso de fármacos y pruebas debe contar con el soporte de procedimientos apropiados de almacenamiento, manipulación y administración.

El principal reto al elegir entre las intervenciones consiste en reducir la morbilidad y el sufrimiento de las personas afectadas sin sobrepasar la capacidad técnica y financiera del sistema sanitario. Por desgracia, estas decisiones deben tomarse a menudo sin la ayuda de análisis sistemáticos de los beneficios y de la eficacia en función de los costos. Esto se debe en parte a las dificultades para recopilar la información necesaria para calcular los costos, pero también a los problemas para comprender o cuantificar otros beneficios distintos de la mejoría en la calidad de vida a corto plazo.

Enfermedades oportunistas frecuentes

Candidiasis

Los dos tipos principales de candidiasis son la enfermedad localizada (de la boca, la garganta, de la vagina), la enfermedad sistemática (del esófago, y la enfermedad diseminada). Se cree que la variante de la boca y la garganta (candidiasis orofaríngea; COF) aparece como mínimo una vez durante la vida de todos los pacientes infectados por el VIH. Aunque la COF no es una causa de mortalidad, provoca dolor bucal y dificulta la deglución.

El síntoma principal de la candidiasis esofágica es el dolor torácico, que se intensifica durante la deglución y la dificulta. La candidiasis diseminada causa fiebre y síntomas en los órganos afectados por la enfermedad (por ejemplo, la ceguera cuando se localiza en los ojos).

La enfermedad localizada se trata al principio con fármacos tópicos, como nistatina, miconazol o clotrimazol. Los agentes antimicóticos sistémicos suelen administrarse únicamente cuando fracasa la terapia tópica.

La candidiasis sistémica requiere tratamiento con agentes antimicóticos sistémicos, como ketoconazol, itraconazol, fluconazol o anfotericina B.

Criptococosis

Las micosis sistémicas, como la criptococosis, causan probablemente un 5% de todos los fallecimientos asociados al VIH a nivel mundial. En la mayoría de los casos, la criptococosis se manifiesta como meningitis y, de forma ocasional, como enfermedad pulmonar o diseminada. La meningitis criptococócica es la infección micótica sistémica más frecuente en las personas infectadas por el VIH. Sin tratamiento, la expectativa de vida es probablemente inferior a un mes.

La criptococosis es relativamente fácil de diagnosticar. Sin embargo, su tratamiento (anfotericina B con o sin flucitosina, o bien, en los casos leves, fluconazol oral) y la quimioprofilaxissecundaria son a menudo imposibles en los países en desarrollo debido al elevado costo y la escasa disponibilidad de los fármacos requeridos.

Herpes simple y herpes zoster

La infección por el virus del herpes simple (VHS), que provoca vesículas alrededor de la boca y los genitales, y la infección por el virus del herpes zoster (herpes zonal) no ponen en peligro la vida, pero pueden resultar extremadamente dolorosas. Ambas afectan con frecuencia a personas infectadas por el VIH; sin embargo, dado que no se consideran afecciones definitorias del SIDA, hay pocos datos sobre su incidencia. Téngase en cuenta, de todas formas, que ambas infecciones pueden causar encefalitis, potencialmente mortal.

El tratamiento con aciclovir tiene tan sólo una eficacia marginal en el herpes zoster, pero a veces puede producir resultados espectaculares en el herpes simple asociado al VIH con ulceración extensa.

Sarcoma de Kaposi

El sarcoma de Kaposi asociado al VIH causa lesiones de color azul oscuro que pueden presentarse en múltiples lugares, como la piel, las membranas mucosas, el aparato digestivo, los pulmones y los ganglios linfáticos. Las lesiones suelen aparecer en una etapa temprana en el curso de la infección por el VIH.

El tratamiento depende de los síntomas y la localización de las lesiones. En caso de lesiones locales, se han utilizado inyecciones de vinblastina con un cierto éxito. También puede aplicarse radioterapia, especialmente en las localizaciones de difícil acceso, como la parte interna de la boca, los ojos, la cara y las plantas de los pies.

Enlaces externos

Véase también

SIDA